Habitación de Hibari Kyouya
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Re: Habitación de Hibari Kyouya
Al sentir sus labios en mi cuello unas fuertes corrientes pasean por mi cuerpo perdiéndose en mi bajo vientre, haciendo que mi palpitante miembro desee explotar de pronto; sus gemidos fueron intensificándose y yo no podía dejar removerme debajo de él acompañando la deliciosa masturbación que ejercía en mi pene, la excitación es tal que mi miembro ya se encuentra húmedo, dolorosamente despierto; él deja de saborear mi cuello y al mismo tiempo dejo de palpar su miembro, suelta un quejido que me enciende aún más porque se podía notar cuánto me deseaba…, porque realmente estábamos muy necesitados el uno del otro.
Con la mano que tenía libre desciendo directamente hacia su pantalón, removiéndolos junto con sus boxers; noto como se estremece y me ayuda para hacerlo todo más rápido, ahora ha dejado de masturbarme y cuando escucho el ruido sordo que hacen las prendas al caer al suelo, empiezo a quitarme los míos con su ayuda y cuando siento tu duro miembro presionar fuertemente contra mi ingle suspiro y me paso la lengua sensualmente por los labios; nuestras pieles se juntan por fin en una danza sin retorno y muerdo su cuello reprimiendo los gemidos que luchan por salir de mi boca con fuerza. Ahora que estamos completamente desnudos aprovecho para abrazarlo y en un rápido movimiento me sitúo encima de él.
Lo miro a escasos centímetros y le sonrío mientras comienzo a bajar por su pecho pasándole la punta de la lengua, me detengo en una de sus tetillas haciendo que note el piercing de mi labio inferior, y luego muerdo y succiono con mis labios; sigo el recorrido hacia abajo y antes de atacar su miembro muerdo su ingle eróticamente, luego dejo escapar mi aliento y agarro su pene dirigiendo la mirada de nuevo hacia él.
Por los gemidos que escucho y por su rostro diría que estaba a punto de estallar, su miembro estaba muy húmedo así que antes de que lo hiciera, coloco una de sus piernas en mi hombro y me lo metí directamente en la boca succionándolo, lo lamo con lujuria, mordía por toda la extensión para finalmente detenerme en el glande, donde lo arañaba con los dientes y lamía rápidamente para luego masturbarlo con mi boca, sin llevar un ritmo fijo para desconcertarlo y que tardara más en correrse.
Aproveché su postura para dirigir un dedo hasta su entrada, la tanteé haciendo círculos por la zona y luego metí uno de mis dedos tocando sus paredes enteriores.
No podía aguantar un segundo más sin metérsela.
Con la mano que tenía libre desciendo directamente hacia su pantalón, removiéndolos junto con sus boxers; noto como se estremece y me ayuda para hacerlo todo más rápido, ahora ha dejado de masturbarme y cuando escucho el ruido sordo que hacen las prendas al caer al suelo, empiezo a quitarme los míos con su ayuda y cuando siento tu duro miembro presionar fuertemente contra mi ingle suspiro y me paso la lengua sensualmente por los labios; nuestras pieles se juntan por fin en una danza sin retorno y muerdo su cuello reprimiendo los gemidos que luchan por salir de mi boca con fuerza. Ahora que estamos completamente desnudos aprovecho para abrazarlo y en un rápido movimiento me sitúo encima de él.
Lo miro a escasos centímetros y le sonrío mientras comienzo a bajar por su pecho pasándole la punta de la lengua, me detengo en una de sus tetillas haciendo que note el piercing de mi labio inferior, y luego muerdo y succiono con mis labios; sigo el recorrido hacia abajo y antes de atacar su miembro muerdo su ingle eróticamente, luego dejo escapar mi aliento y agarro su pene dirigiendo la mirada de nuevo hacia él.
Por los gemidos que escucho y por su rostro diría que estaba a punto de estallar, su miembro estaba muy húmedo así que antes de que lo hiciera, coloco una de sus piernas en mi hombro y me lo metí directamente en la boca succionándolo, lo lamo con lujuria, mordía por toda la extensión para finalmente detenerme en el glande, donde lo arañaba con los dientes y lamía rápidamente para luego masturbarlo con mi boca, sin llevar un ritmo fijo para desconcertarlo y que tardara más en correrse.
Aproveché su postura para dirigir un dedo hasta su entrada, la tanteé haciendo círculos por la zona y luego metí uno de mis dedos tocando sus paredes enteriores.
No podía aguantar un segundo más sin metérsela.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Me estaba volviendo completamente loco y ya no sabía cómo hacer para demostrarle cuánto me gustaba lo que él me hacía: ni los gemidos ni agarrarle con fuerza del cabello me parecía suficiente. No era la primera vez que sus labios lamían mi entrepierna, pero actué involuntariamente como si así lo fuera. Tenía los ojos completamente cerrados porque era tal el placer que me veía incapaz de abrirlos, pero quería verlo... quería verlo mientras me practicaba aquella deliciosa felación. Mi cuerpo se arqueaba ante sus caricias y mi cabeza se enterraba más y más en la cama, pero no me parecía suficiente. La única manera de exteriorizar todo lo que él me hacía sentir salió de mi boca en una sola palabra, aquella que había estado evitando desde siempre.
—S-Sa... Sasuke...
Su nombre. Pronunciarlo de aquella manera, completamente entregado a él, era la manera más fácil de hacerle escuchar los sonidos que me provocaba.
Entonces, en medio de aquel huracán de sensaciones, él dirigió un dedo a mi entrada. Fue un gesto automático, igual que la primera vez: bajé la pierna de su hombro, me incorporé lo mínimo que necesitaba para alcanzar su mano y lo obligué a sacar el dedo que tenía en mi interior. Parecía sorprendido, pero también molesto; seguro que no se esperaba que volviera a interrumpirlo. No dije nada de momento, sólo aproveché su desconcierto para sentarme en la cama, entre sus piernas.
Evité su mirada y me quedé pensativo un rato. No entendía por qué dudaba ahora, ya me había demostrado la otra vez lo equivocado que estaba, pero no era eso... No podía dejar de pensar en las veces que él habría pasado por esa misma situación, a punto de hacerle el amor a otro y no al revés, estaba seguro de que no ejercía muy a menudo el rol pasivo. Pero él había dicho que no quería que conmigo fuera igual, así que... ¿por qué me costaba tanto confiar en él? Me sentí irritado conmigo mismo, por dudar después de lo que me había dicho. No quería permitir que mi desconfianza estropeara aquel momento.
Volví a alzar la mirada hacia él; sabía que estaba enfadado y decepcionado, era cuestión de tiempo que hiciera o dijera algo de lo que más tarde nos arrepentiríamos los dos y no pensaba permitirlo. Con la mano suya que todavía no le había soltado, la levanté y me incliné ligeramente para introducirme dos de sus dedos en la boca. Se los lamí de arriba abajo, untándolos bien en mi saliva. Después, mientras volvía a mirarlo profundamente a los ojos, guié su mano hasta mi entrada y metí los dedos que había lubricado poco a poco en mi interior. Hice una mueca en primer lugar hasta que me habitué a la intromisión y suspiré, ahora de placer.
—No voy a permitir que conmigo sea igual... —le dije con la voz entrecortada.
—S-Sa... Sasuke...
Su nombre. Pronunciarlo de aquella manera, completamente entregado a él, era la manera más fácil de hacerle escuchar los sonidos que me provocaba.
Entonces, en medio de aquel huracán de sensaciones, él dirigió un dedo a mi entrada. Fue un gesto automático, igual que la primera vez: bajé la pierna de su hombro, me incorporé lo mínimo que necesitaba para alcanzar su mano y lo obligué a sacar el dedo que tenía en mi interior. Parecía sorprendido, pero también molesto; seguro que no se esperaba que volviera a interrumpirlo. No dije nada de momento, sólo aproveché su desconcierto para sentarme en la cama, entre sus piernas.
Evité su mirada y me quedé pensativo un rato. No entendía por qué dudaba ahora, ya me había demostrado la otra vez lo equivocado que estaba, pero no era eso... No podía dejar de pensar en las veces que él habría pasado por esa misma situación, a punto de hacerle el amor a otro y no al revés, estaba seguro de que no ejercía muy a menudo el rol pasivo. Pero él había dicho que no quería que conmigo fuera igual, así que... ¿por qué me costaba tanto confiar en él? Me sentí irritado conmigo mismo, por dudar después de lo que me había dicho. No quería permitir que mi desconfianza estropeara aquel momento.
Volví a alzar la mirada hacia él; sabía que estaba enfadado y decepcionado, era cuestión de tiempo que hiciera o dijera algo de lo que más tarde nos arrepentiríamos los dos y no pensaba permitirlo. Con la mano suya que todavía no le había soltado, la levanté y me incliné ligeramente para introducirme dos de sus dedos en la boca. Se los lamí de arriba abajo, untándolos bien en mi saliva. Después, mientras volvía a mirarlo profundamente a los ojos, guié su mano hasta mi entrada y metí los dedos que había lubricado poco a poco en mi interior. Hice una mueca en primer lugar hasta que me habitué a la intromisión y suspiré, ahora de placer.
—No voy a permitir que conmigo sea igual... —le dije con la voz entrecortada.
Última edición por Hibari Kyouya el Lun Jul 26, 2010 8:49 pm, editado 1 vez
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Podía ver como gemía y se retorcía ante la masturbación que le daba con mi boca, y entonces mientras aumentaba el ritmo lo escuche…
Mi nombre salió de sus labios en un tono pecaminoso y entrecortado, en un delicioso gemido que me escandalizó mucho más… moví dos de los dedos que tenía dentro de él con más entusiasmo, con más desesperación y entonces él me detuvo apartándome la mano rápidamente; abrí los ojos sorprendido, pero sobre todo fruncí el ceño molesto. ¿A qué venía ahora eso? ¿estaba intentando provocarme para dejarme con las ganas?
Sentía como se posicionaba entre mis piernas de rodillas, luego desvió la mirada y estuvo unos minutos en silencio; yo estaba empezando a desesperarme y si esto continuaba así nada bueno ocurriría a partir de ahora, entonces cuando estuve a punto de soltarme de su agarre bruscamente, él volvió a mirarme esta vez con más decisión y guió con su mano la mía hasta su boca, donde empezó a ensalivar con su lengua varios de mis dedos, de forma obscena y lujuriosa.
No podía estar más desconcertado, primero me detenía de esa manera la cual me había molestado y descolocado y ahora me provocaba nuevamente dirigiendo mi manos hasta su entrada autopenetrandose, noté como su entrada se dilataba tras penetrar con mis dedos varias veces más y finalmente él empezó a gemir nuevamente de placer, su rostro destilaba goce, morbo y deseo; y yo me estaba volviendo loco con la espera.
Su siguiente comentario me hizo reaccionar nuevamente, saqué los dedos de su interior y lo giré bruscamente, haciendo que cayera en la cama dándome la espalda, luego alcé sus caderas y las sujeté con fuerza y lentamente empecé a frotar mi endurecida erección contra su trasero desnudo. Estaba completamente pegado a él, mi pecho pegado a su espalda, mi pelvis golpeando y rozando su entrada sin penetrarla aún y mis manos que seguía sujetando fuertemente su cadera lo atraía hacia mi pene haciendo que la fricción fuera enloquecedora. Finalmente y con mi miembro a punto de estallar abrí sus nalgas y guié mi pene hasta su entrada, suspiré roncamente al sentir como él mismo se friccionaba en busca de más contacto y sin esperar más me adentré en su interior de una sola embestida.
—¡Hnnn!...ahh…N-nada es igual contigo… para mí…tú eres… —No podía hablar normalmente a causa del placer, estaba inundando todos mis sentidos y casi no sabía lo que estaba tratando de decir; empecé a salir lentamente de él y volví a penetrarle esta vez siguiendo un ritmo rápido y enloquecedor, recorrí con mis manos su pecho y acerqué mis labios a su oreja—. …especial…hnmm…
Mi nombre salió de sus labios en un tono pecaminoso y entrecortado, en un delicioso gemido que me escandalizó mucho más… moví dos de los dedos que tenía dentro de él con más entusiasmo, con más desesperación y entonces él me detuvo apartándome la mano rápidamente; abrí los ojos sorprendido, pero sobre todo fruncí el ceño molesto. ¿A qué venía ahora eso? ¿estaba intentando provocarme para dejarme con las ganas?
Sentía como se posicionaba entre mis piernas de rodillas, luego desvió la mirada y estuvo unos minutos en silencio; yo estaba empezando a desesperarme y si esto continuaba así nada bueno ocurriría a partir de ahora, entonces cuando estuve a punto de soltarme de su agarre bruscamente, él volvió a mirarme esta vez con más decisión y guió con su mano la mía hasta su boca, donde empezó a ensalivar con su lengua varios de mis dedos, de forma obscena y lujuriosa.
No podía estar más desconcertado, primero me detenía de esa manera la cual me había molestado y descolocado y ahora me provocaba nuevamente dirigiendo mi manos hasta su entrada autopenetrandose, noté como su entrada se dilataba tras penetrar con mis dedos varias veces más y finalmente él empezó a gemir nuevamente de placer, su rostro destilaba goce, morbo y deseo; y yo me estaba volviendo loco con la espera.
Su siguiente comentario me hizo reaccionar nuevamente, saqué los dedos de su interior y lo giré bruscamente, haciendo que cayera en la cama dándome la espalda, luego alcé sus caderas y las sujeté con fuerza y lentamente empecé a frotar mi endurecida erección contra su trasero desnudo. Estaba completamente pegado a él, mi pecho pegado a su espalda, mi pelvis golpeando y rozando su entrada sin penetrarla aún y mis manos que seguía sujetando fuertemente su cadera lo atraía hacia mi pene haciendo que la fricción fuera enloquecedora. Finalmente y con mi miembro a punto de estallar abrí sus nalgas y guié mi pene hasta su entrada, suspiré roncamente al sentir como él mismo se friccionaba en busca de más contacto y sin esperar más me adentré en su interior de una sola embestida.
—¡Hnnn!...ahh…N-nada es igual contigo… para mí…tú eres… —No podía hablar normalmente a causa del placer, estaba inundando todos mis sentidos y casi no sabía lo que estaba tratando de decir; empecé a salir lentamente de él y volví a penetrarle esta vez siguiendo un ritmo rápido y enloquecedor, recorrí con mis manos su pecho y acerqué mis labios a su oreja—. …especial…hnmm…
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Fue totalmente diferente a la otra vez. Ahí, aunque él había intentado que yo me olvidara del dolor, lo sentí desde el principio y tardé un poco en acostumbrarme a su intromisión. Sin embargo ahora, después de que yo mismo me hubiera preparado, no sentí ningún dolor ni aunque él me penetró de una sola vez. El placer me embargó desde el primer momento como una ola tan intensa que por un momento no pude reaccionar y dejé que mi cuerpo se moviera solo al ritmo de sus embestidas.
Mantuve los ojos cerrados hasta que escuché su última palabra, muy cerca de mi oído. En ese momento, los abrí muy lentamente. No estaba sorprendido, pero era por la situación en la que me encontraba o eso pensé porque la verdad era que no me esperaba que lo dijera. Sea cual fuese la razón, tuvo por consecuencia que el ritmo de mis latidos, que estaba descontrolado desde hacía mucho, sonó aún más fuerte en mi pecho, tanto que tuve la sensación de que él también los oía. Entonces, me invadió una necesidad cada vez más urgente... La otra vez le dije que quería ver su rostro y él no lo hizo de inmediato, así que esta vez no le diría nada, sino que lo haría yo mismo.
Sabía que iba a ser complicado, tanto por tener que interrumpirle, como por la posición en que nos encontrábamos, pero eso no me hizo cambiar de opinión. En el momento en que él comenzaba a salir, forcejeé para incorporarme, lo justo para que él se diera cuenta, pero no lo suficiente para dejar que se preparara para detenerme. Debió darse cuenta de que quería hacer algo porque no volvió a penetrarme y yo aproveché ese instante para separarme de él lo justo para que saliera de mi interior. De inmediato, me giré para quedar cara a cara con él, lo empujé hasta dejarlo tumbado de espaldas en la cama, me senté a horcajadas sobre él, le agarré el miembro y me penetré yo mismo del tirón. Eché la cabeza hacia atrás y lancé un gemido, después, me dejé caer hacia adelante, sobre él, y abrí los ojos para por fin mirarlo a los ojos.
Su expresión era tan desquiciantemente sensual como había supuesto. Con sólo verlo y escucharlo, mis propios gemidos aumentaban de intensidad. Apoyé el antebrazo al lado de su rostro, me incliné hasta que mi frente hizo contacto con la suya y luego giré el rostro un poco en la misma dirección en la que había apoyado el antebrazo.
—Odio estarme quieto... más que nada en el mundo... —le susurré entrecortadamente, cerca del oído—, aunque la verdad es que... ahora... lo que más odio... es no ver tus expresiones mientras hacemos el amor.
Mantuve los ojos cerrados hasta que escuché su última palabra, muy cerca de mi oído. En ese momento, los abrí muy lentamente. No estaba sorprendido, pero era por la situación en la que me encontraba o eso pensé porque la verdad era que no me esperaba que lo dijera. Sea cual fuese la razón, tuvo por consecuencia que el ritmo de mis latidos, que estaba descontrolado desde hacía mucho, sonó aún más fuerte en mi pecho, tanto que tuve la sensación de que él también los oía. Entonces, me invadió una necesidad cada vez más urgente... La otra vez le dije que quería ver su rostro y él no lo hizo de inmediato, así que esta vez no le diría nada, sino que lo haría yo mismo.
Sabía que iba a ser complicado, tanto por tener que interrumpirle, como por la posición en que nos encontrábamos, pero eso no me hizo cambiar de opinión. En el momento en que él comenzaba a salir, forcejeé para incorporarme, lo justo para que él se diera cuenta, pero no lo suficiente para dejar que se preparara para detenerme. Debió darse cuenta de que quería hacer algo porque no volvió a penetrarme y yo aproveché ese instante para separarme de él lo justo para que saliera de mi interior. De inmediato, me giré para quedar cara a cara con él, lo empujé hasta dejarlo tumbado de espaldas en la cama, me senté a horcajadas sobre él, le agarré el miembro y me penetré yo mismo del tirón. Eché la cabeza hacia atrás y lancé un gemido, después, me dejé caer hacia adelante, sobre él, y abrí los ojos para por fin mirarlo a los ojos.
Su expresión era tan desquiciantemente sensual como había supuesto. Con sólo verlo y escucharlo, mis propios gemidos aumentaban de intensidad. Apoyé el antebrazo al lado de su rostro, me incliné hasta que mi frente hizo contacto con la suya y luego giré el rostro un poco en la misma dirección en la que había apoyado el antebrazo.
—Odio estarme quieto... más que nada en el mundo... —le susurré entrecortadamente, cerca del oído—, aunque la verdad es que... ahora... lo que más odio... es no ver tus expresiones mientras hacemos el amor.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
En una de las veces que salí para volver a penetrarlo una acción de su parte me sorprende, inmediatamente se encuentra sentado sobre mi pelvis, rozando sensualmente su trasero contra mi erecto miembro y justo después de eso lo agarra y se autopenetra, dejo de respirar por unos segundos, el placer es tal que me cuesta trabajo mantener la poca cordura que me queda. Ahora fijamente me está observando , relamo mis labios para mantenerlos hidratados y él sigue el camino de mi lengua fijamente, su expresión me encanta: está sonrojado, con los ojos entrecerrados, la boca dejando escapar deliciosos gemidos y el sudor baña su cuerpo haciéndolo incluso más hermoso, más atractivo… entonces justo después apoya su frente contra la mía y empieza a hablarme roncamente, sus palabras me hacen hervir en deseo y ya no puedo aguantar un segundo más sin moverme, así que lo abrazo y me incorporo apoyando mi espalda en el cabecero de la cama, lo separo unos centímetros y agarro su barbilla abriéndole en el proceso la boca y lo beso con desesperación mientras empiezo a balancear mis caderas, no puedo controlarme, estoy demasiado excitado.
Puedo notar como lentamente sus músculos se encuentran en poco mas relajados, y ahora los gritos de placer no se hacen esperar, todo es magnifico, empieza a moverse rápidamente sobre mí y mi movimiento hace que toque un punto en su interior, el cual no podemos evitar separarnos del beso para gemir desesperados. Agarro su cintura ayudándole con su movimiento y ataco con vehemencia su cuello, lamiéndole toda la extensión eróticamente, suspiré en su oído y luego añado entrecortadamente con voz ronca:
—V-vuelve a decir mi nombre…
No entendía la razón, pero nunca el sexo me había parecido tan condenadamente bueno, ¿qué tenía de especial hacerlo con el enano? ¿por qué me sentía tan feliz haciéndolo con él? Aún no podía responderme a mí mismo, pero lo que sí sabía era que lo que hacia con él, no era simplemente sexo para disfrutar.
Era mucho más que eso.
Puedo notar como lentamente sus músculos se encuentran en poco mas relajados, y ahora los gritos de placer no se hacen esperar, todo es magnifico, empieza a moverse rápidamente sobre mí y mi movimiento hace que toque un punto en su interior, el cual no podemos evitar separarnos del beso para gemir desesperados. Agarro su cintura ayudándole con su movimiento y ataco con vehemencia su cuello, lamiéndole toda la extensión eróticamente, suspiré en su oído y luego añado entrecortadamente con voz ronca:
—V-vuelve a decir mi nombre…
No entendía la razón, pero nunca el sexo me había parecido tan condenadamente bueno, ¿qué tenía de especial hacerlo con el enano? ¿por qué me sentía tan feliz haciéndolo con él? Aún no podía responderme a mí mismo, pero lo que sí sabía era que lo que hacia con él, no era simplemente sexo para disfrutar.
Era mucho más que eso.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Reaccioné de inmediato cuando me sujetó de la barbilla y casi me adelanté al inminente beso. Me encontraba tan falto de saliva que suspiré de satisfacción cuando sentí la suya dentro de mi cavidad. Entonces, sentí cómo alcanzaba aquel punto en mi interior que me volvía loco y, sin poder remediarlo, me separé del beso a causa de un sonoro gemido imposible de contener. Entreabrí los ojos para mirarlo, que era lo que yo quería, pero me resultaba bastante complicado mantener los ojos abiertos, ya que el sentimiento de extrema satisfacción en el que me hallaba sumido me obligaba a cerrarlos con fuerza de forma involuntaria. Aun así, aprovechaba cualquier ocasión para abrirlos porque me encantaba mirarlo y comprobar cómo reaccionaba él; si sus gemidos obscenos me hacían arder de la pasión, ver cómo su rostro mostraba el placer que él también sentía me gustaba aún más.
Sustituí momentáneamente los gemidos por jadeos descontrolados debido a la falta de aire, llegué incluso a pensar que no volvería a recuperar el ritmo normal de mi respiración y mucho menos el de mi corazón, que seguía bombeando con fuerza en respuesta a lo que yo estaba sintiendo. Entonces él me susurró al oído una breve frase que en cualquier otra ocasión me habría hecho sonreír divertido. Si hasta el momento no había vuelto a decir su nombre no era porque no fuera capaz, sino porque todos mis sentidos estaban enfocados a un mismo fin que era el placer y el habla quedaba relegada a un segundo plano. Aprovechando que su oído se hallaba también cerca de mí, le puse una mano en la nuca y lo atraje hacia mí para unir nuestros cuerpos lo máximo posible. Sentí su cabello húmedo por el sudor contra la mejilla y el cuello y notaba el mío en las mismas condiciones. Entreabrí los ojos, sin mirar a ningún sitio en concreto y le dije justo en el oído, para que me oyera bien:
—Sasuke...
En cuanto lo dije, volví a ser presa del placer más exquisito cuando su miembro volvió a alcanzar aquel punto en mi interior y gemí largamente para luego descargarme dándole un mordisco en el cuello. Me volví más agresivo; noté cómo su piel se rasgaba y pronto saboreé el sabor metálico de la sangre. Le pasé la lengua por la piel enrojecida y succioné las gotitas de sangre. A continuación, me pasé la lengua por los labios y solté un suspiro de gozo, como si fuera un vampiro que acabara de probar la sangre más deliciosa.
Sustituí momentáneamente los gemidos por jadeos descontrolados debido a la falta de aire, llegué incluso a pensar que no volvería a recuperar el ritmo normal de mi respiración y mucho menos el de mi corazón, que seguía bombeando con fuerza en respuesta a lo que yo estaba sintiendo. Entonces él me susurró al oído una breve frase que en cualquier otra ocasión me habría hecho sonreír divertido. Si hasta el momento no había vuelto a decir su nombre no era porque no fuera capaz, sino porque todos mis sentidos estaban enfocados a un mismo fin que era el placer y el habla quedaba relegada a un segundo plano. Aprovechando que su oído se hallaba también cerca de mí, le puse una mano en la nuca y lo atraje hacia mí para unir nuestros cuerpos lo máximo posible. Sentí su cabello húmedo por el sudor contra la mejilla y el cuello y notaba el mío en las mismas condiciones. Entreabrí los ojos, sin mirar a ningún sitio en concreto y le dije justo en el oído, para que me oyera bien:
—Sasuke...
En cuanto lo dije, volví a ser presa del placer más exquisito cuando su miembro volvió a alcanzar aquel punto en mi interior y gemí largamente para luego descargarme dándole un mordisco en el cuello. Me volví más agresivo; noté cómo su piel se rasgaba y pronto saboreé el sabor metálico de la sangre. Le pasé la lengua por la piel enrojecida y succioné las gotitas de sangre. A continuación, me pasé la lengua por los labios y solté un suspiro de gozo, como si fuera un vampiro que acabara de probar la sangre más deliciosa.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Aumenté el ritmo frenéticamente nada más que escuché como gemía mi nombre de esa manera en mi oído, esto era realmente enloquecedor, ahora él atacó mi cuello bruscamente, di un quejido ante su brusca acción, pero en este momento ese ligero dolor sólo me excitaba aún más. Yo también me volví más agresivo, mientras él seguía lamiendo mi cuello yo agarré sus glúteos y empecé a subirlo y a bajarlo rápidamente por toda mi extensión, él me ayudaba con el movimiento haciéndolo todo mucho más enloquecedor.
—Ahn..¡ah! tengo que ir más rápido.. Mn..
Nada más susurrar esas palabras lo empujé y cayó en la cama bruscamente, ante su mirada cargada de morbo me relamí y gemí con desesperación mientras me incorporaba y guiaba mi miembro nuevamente hasta su interior, lo penetré de una vez y me mordí el labio inferior al notar como me la apretaba cada vez más. Ahora me incliné hacia él, entrelacé mis manos con las suyas y mientras me dedicaba a lamerle el lóbulo de la oreja dejaba escapar mis sensuales y roncos gemidos provocándole más.
Rodeó mi cintura con sus piernas y en una de las embestidas me acercó a él con fuerza, los dos gemimos al unísono y nos quedamos mirándonos fijamente, después de unos segundos, lentamente me fui acercando y compartimos otro beso, este mucho más desesperado que el anterior ya que estábamos a punto de corrernos.
—Ahhnm… Ky- kyouya…me vas a volver… realmente loco… ¡Mnm!
No pude decir nada más coherente, cuando nos separemos del beso su entrada me estrujó el miembro deliciosamente, inspiré profundamente y aumenté el ritmo mucho más, le embestía frenéticamente, tocando ese punto en su interior con el que lograba retorcerse debajo de mí.
El final estaba próximo y odiaba que este momento se terminara, realmente quería permanecer así toda la maldita noche.
—Ahn..¡ah! tengo que ir más rápido.. Mn..
Nada más susurrar esas palabras lo empujé y cayó en la cama bruscamente, ante su mirada cargada de morbo me relamí y gemí con desesperación mientras me incorporaba y guiaba mi miembro nuevamente hasta su interior, lo penetré de una vez y me mordí el labio inferior al notar como me la apretaba cada vez más. Ahora me incliné hacia él, entrelacé mis manos con las suyas y mientras me dedicaba a lamerle el lóbulo de la oreja dejaba escapar mis sensuales y roncos gemidos provocándole más.
Rodeó mi cintura con sus piernas y en una de las embestidas me acercó a él con fuerza, los dos gemimos al unísono y nos quedamos mirándonos fijamente, después de unos segundos, lentamente me fui acercando y compartimos otro beso, este mucho más desesperado que el anterior ya que estábamos a punto de corrernos.
—Ahhnm… Ky- kyouya…me vas a volver… realmente loco… ¡Mnm!
No pude decir nada más coherente, cuando nos separemos del beso su entrada me estrujó el miembro deliciosamente, inspiré profundamente y aumenté el ritmo mucho más, le embestía frenéticamente, tocando ese punto en su interior con el que lograba retorcerse debajo de mí.
El final estaba próximo y odiaba que este momento se terminara, realmente quería permanecer así toda la maldita noche.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
No creía posible que el ritmo se hiciera aún más desquiciante y embriagador, pero con él todo era posible. Sabía que no aguantaría mucho más, era inevitable, y quizá esa fuera la razón por la que me pareciera que todo lo que sentía era nuevo para mí, como si no lo llevara experimentando desde hacía ya rato y por tercera vez. Aproveché el cambio de posición, le rodeé la cintura con fuerza para que el contacto fuera mayor y nuestros cuerpos estuvieran pegados de todas las maneras posibles y me arqueé en medio de un gemido cuando volvió a llegar hasta el fondo.
Aprovechaba cualquier momento en el que me viera capaz para mirarlo porque no quería perder detalle de él. Me embriaga la manera en que me miraba; ese brillo de deseo y de satisfacción en sus pupilas que ya tan bien reconocía y que con sólo verlos me asaltaba la misma sensación con la que él me miraba. Era como si pudiéramos compenetrarnos incluso sólo con la mirada.
Intensifiqué el agarre de nuestras manos y lancé un jadeo de gozo. Volví a oír mi nombre saliendo de manera provocativa de sus labios. Hasta ahora no me había dado cuenta de lo que me gustaba que lo hiciera, antes ni siquiera me importaba cómo me llamaran y sólo él provocaba esa reacción en mí al llamarme por mi nombre. Yo también lo dije, era la palabra que me resultaba más fácil de pronunciar en aquella situación.
—Sa... ¡Sasuke!
Su nombre se perdió en un último gemido y finalmente me corrí. Aún estaba sumido en éxtasis cuando sentí su semilla deslizándose en mi interior. No quería que terminara, menos aún que se alejara, me asaltó la misma necesidad de quedarme así todo el tiempo que fuera capaz. Noté cómo el agarre de nuestras manos se debilitaba y aproveché ese instante para, moviéndome con calma y lentitud, sujetarlo de la nuca y atraerlo hacia mí hasta tumbarlo completamente encima de mí. Le rodeé la cabeza con mi otro brazo y enterré la mano en sus cabellos. Después, cerré los ojos y aspiré profundamente su aroma, aquel que me hacía perder por completo la razón.
Aprovechaba cualquier momento en el que me viera capaz para mirarlo porque no quería perder detalle de él. Me embriaga la manera en que me miraba; ese brillo de deseo y de satisfacción en sus pupilas que ya tan bien reconocía y que con sólo verlos me asaltaba la misma sensación con la que él me miraba. Era como si pudiéramos compenetrarnos incluso sólo con la mirada.
Intensifiqué el agarre de nuestras manos y lancé un jadeo de gozo. Volví a oír mi nombre saliendo de manera provocativa de sus labios. Hasta ahora no me había dado cuenta de lo que me gustaba que lo hiciera, antes ni siquiera me importaba cómo me llamaran y sólo él provocaba esa reacción en mí al llamarme por mi nombre. Yo también lo dije, era la palabra que me resultaba más fácil de pronunciar en aquella situación.
—Sa... ¡Sasuke!
Su nombre se perdió en un último gemido y finalmente me corrí. Aún estaba sumido en éxtasis cuando sentí su semilla deslizándose en mi interior. No quería que terminara, menos aún que se alejara, me asaltó la misma necesidad de quedarme así todo el tiempo que fuera capaz. Noté cómo el agarre de nuestras manos se debilitaba y aproveché ese instante para, moviéndome con calma y lentitud, sujetarlo de la nuca y atraerlo hacia mí hasta tumbarlo completamente encima de mí. Le rodeé la cabeza con mi otro brazo y enterré la mano en sus cabellos. Después, cerré los ojos y aspiré profundamente su aroma, aquel que me hacía perder por completo la razón.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Ninguno de los dos pudimos aguantar mucho más, me movía con desmesurada rapidez tocando cada vez con más precisión ese punto que lo hacia retorcerse con descaro debajo de mí y finalmente llegó, el momento cúspide.
Gruñí roncamente en su oído y me corrí con fuerza en su interior justo después de escuchar gritar mi nombre y que me apretara el miembro de esa manera, volviéndome loco; él se corrió unos segundos antes y su expresión de enorme goce me hizo sentir feliz.
Permanecí sobre él unos minutos intentando recuperar el aliento, aún sentía los deliciosos escalofríos del orgasmo que me envolvían en un sinfín de sensaciones; no dije nada, permanecí en silencio y empecé a soltar su mano mientras intentaba incorporarme, más no me dio tiempo. Él me atrajo de nuevo hacia si y me abrazo enredando una de sus manos en mi cabello, suspiré y sonreí devolviéndole el abrazo luego me incorporé nuevamente lo justo para poder mirarle a los ojos, salí de su interior lentamente y ronroneé por el intenso roce al salir, seguidamente ladeé la cabeza y lo besé, esta vez saboreando y disfrutando de un beso calmado y dulce; me correspondía de la misma manera y ese simple gesto me hizo gemir en su boca, pero no aumenté el ritmo del beso.
Estuvimos besándonos por largo tiempo hasta que finalmente nos separamos por falta de aire, sin ningún pudor y sin pensar realmente lo que estaba haciendo acaricié su mejilla con el dorso de mi mano, observándolo detenidamente.
—¿No vas a soltarme o esque te has quedado con ganas de más? —pregunté en tono divertido mostrando una sonrisa mientras acariciaba su cuello con la punta de mi nariz.
Gruñí roncamente en su oído y me corrí con fuerza en su interior justo después de escuchar gritar mi nombre y que me apretara el miembro de esa manera, volviéndome loco; él se corrió unos segundos antes y su expresión de enorme goce me hizo sentir feliz.
Permanecí sobre él unos minutos intentando recuperar el aliento, aún sentía los deliciosos escalofríos del orgasmo que me envolvían en un sinfín de sensaciones; no dije nada, permanecí en silencio y empecé a soltar su mano mientras intentaba incorporarme, más no me dio tiempo. Él me atrajo de nuevo hacia si y me abrazo enredando una de sus manos en mi cabello, suspiré y sonreí devolviéndole el abrazo luego me incorporé nuevamente lo justo para poder mirarle a los ojos, salí de su interior lentamente y ronroneé por el intenso roce al salir, seguidamente ladeé la cabeza y lo besé, esta vez saboreando y disfrutando de un beso calmado y dulce; me correspondía de la misma manera y ese simple gesto me hizo gemir en su boca, pero no aumenté el ritmo del beso.
Estuvimos besándonos por largo tiempo hasta que finalmente nos separamos por falta de aire, sin ningún pudor y sin pensar realmente lo que estaba haciendo acaricié su mejilla con el dorso de mi mano, observándolo detenidamente.
—¿No vas a soltarme o esque te has quedado con ganas de más? —pregunté en tono divertido mostrando una sonrisa mientras acariciaba su cuello con la punta de mi nariz.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Él y sus comentarios ingeniosos... Resultaba algo extraño que lo dijera en ese tono de burla mientras me acariciaba la mejilla de esa manera. Por toda respuesta, fruncí el ceño y volví a atraerlo bruscamente hacia mí.
—No me tientes... —le dije al oído en tono de advertencia.
Lo solté y me quedé mirándolo durante un largo rato. Quería aprovechar al máximo el tiempo en que podía observarlo de esa forma tan descarada sin que a nadie le pareciera sospechoso. Desvié la mirada a sus labios y me incorporé muy levemente aprovechando que él me había dejado más espacio. Me detuve a una escasa distancia, aún mirando esos labios que tanto me gustaban besar, esbocé una sonrisa maliciosa y lo miré de nuevo a los ojos.
—Me acusas de retenerte y eres tú el que no se quita de encima.
Estaba seguro de que pensaba que iba a besarlo y yo quería recordarle que él no era el único al que le gustaba soltar comentarios ingeniosos. Él se incorporó lo justo para que yo pudiera escurrirme por debajo de él y me dirigí al baño antes de que se me adelantara. Me di una ducha rápida y mientras me enjabonaba no pude evitar recordar el tacto de su piel contra la mía. Me sorprendí a mí mismo con un pequeño jadeo de satisfacción, como si de verdad él estuviera besándome, y me di prisa para terminar cuanto antes. Después, volví a la habitación en toalla, me dirigí al armario y saqué el pijama mientras me secaba el pelo con la otra mano.
—No me tientes... —le dije al oído en tono de advertencia.
Lo solté y me quedé mirándolo durante un largo rato. Quería aprovechar al máximo el tiempo en que podía observarlo de esa forma tan descarada sin que a nadie le pareciera sospechoso. Desvié la mirada a sus labios y me incorporé muy levemente aprovechando que él me había dejado más espacio. Me detuve a una escasa distancia, aún mirando esos labios que tanto me gustaban besar, esbocé una sonrisa maliciosa y lo miré de nuevo a los ojos.
—Me acusas de retenerte y eres tú el que no se quita de encima.
Estaba seguro de que pensaba que iba a besarlo y yo quería recordarle que él no era el único al que le gustaba soltar comentarios ingeniosos. Él se incorporó lo justo para que yo pudiera escurrirme por debajo de él y me dirigí al baño antes de que se me adelantara. Me di una ducha rápida y mientras me enjabonaba no pude evitar recordar el tacto de su piel contra la mía. Me sorprendí a mí mismo con un pequeño jadeo de satisfacción, como si de verdad él estuviera besándome, y me di prisa para terminar cuanto antes. Después, volví a la habitación en toalla, me dirigí al armario y saqué el pijama mientras me secaba el pelo con la otra mano.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Sonreí al escuchar sus palabras, había olvidado la rapidez e ingeniosidad con la que me respondía la mayoría de la veces que hablábamos, luego simplemente me incorporé y me senté en la orilla de la cama sin dejar de sonreí; él aprovecho mi silencio para usar el baño primero y una vez a solas suspiré sonoramente recordando con más claridad lo que acababa de pasar. Me dejé caer hacia atrás y aspiré el aroma que desprendía la cama, sentí como mis pulsaciones de disparaban sin razón y fruncí el ceño al no comprenderlo, en serio… ¿Qué estaba pasando conmigo?
Él no tardó mucho en salir, desde mi posición lo miré fijamente y a pesar de haberme apoderado de su cuerpo minutos atrás, sentí celos de las pequeñas gotas de agua que recorrían su torso desnudo, perdiéndose en su parte inferior la que escondía con una toalla anudada a su cintura.
Me estaba provocando nuevamente. ¿Qué podía hacer ahora? Sin pensar mucho más me levanté y con gesto serio anduve hasta situarme detrás de él, parece ser que al estar ocupado secándose el cabello no me vio, así que aproveche eso para abrazarlo por la espalda, pasando las dos manos por su pecho, luego aspiré el aroma de su cabello; el olor de su champú me gustaba así que me detuve largo tiempo aspirando, luego acerqué mis labios hasta su oreja y añadí roncamente:
—Ahora eres tú el que está tentándome… dime, ¿qué debería hacer?
Sin esperar respuesta alguna, metí una de las piernas entre las suyas y lo acorralé contra el armario que tenía delante mientras bajaba una mano lentamente hasta el nudo de su toalla, estaba intentando parar, sabía que si seguía llegaría tarde para la sesión de fotos que tenía a primera hora, pero él no me ayudaba, rozaba su trasero descaradamente contra mi miembro desnudo y suspiraba de una manera tan sensual que se me hacia imposible detenerme.
Ah…maldita sea…
Él no tardó mucho en salir, desde mi posición lo miré fijamente y a pesar de haberme apoderado de su cuerpo minutos atrás, sentí celos de las pequeñas gotas de agua que recorrían su torso desnudo, perdiéndose en su parte inferior la que escondía con una toalla anudada a su cintura.
Me estaba provocando nuevamente. ¿Qué podía hacer ahora? Sin pensar mucho más me levanté y con gesto serio anduve hasta situarme detrás de él, parece ser que al estar ocupado secándose el cabello no me vio, así que aproveche eso para abrazarlo por la espalda, pasando las dos manos por su pecho, luego aspiré el aroma de su cabello; el olor de su champú me gustaba así que me detuve largo tiempo aspirando, luego acerqué mis labios hasta su oreja y añadí roncamente:
—Ahora eres tú el que está tentándome… dime, ¿qué debería hacer?
Sin esperar respuesta alguna, metí una de las piernas entre las suyas y lo acorralé contra el armario que tenía delante mientras bajaba una mano lentamente hasta el nudo de su toalla, estaba intentando parar, sabía que si seguía llegaría tarde para la sesión de fotos que tenía a primera hora, pero él no me ayudaba, rozaba su trasero descaradamente contra mi miembro desnudo y suspiraba de una manera tan sensual que se me hacia imposible detenerme.
Ah…maldita sea…
Re: Habitación de Hibari Kyouya
No me esperaba que fuera ya tan tarde; en tan sólo un par de horas debíamos estar en la compañía, así que dejé de lado el pijama y cogí el traje que usaría hoy. De pronto, noté cómo él me abrazaba posesivamente por la espalda y me sobresalté sobre todo cuando me recorrió el pecho desnudo con las manos. Lo miré de reojo, tratando de mostrarme serio, pero el contacto de su cuerpo contra el mío era muy reciente y me hizo reaccionar de inmediato. Me mordí el labio inferior para controlarme o sabía que me resultaría imposible detenerme. Ya sería bastante difícil sintiendo su miembro a través de la toalla. Encima me culpaba a mí; ese herbívoro egocéntrico...
Apoyé una mano en el ropero para ayudarme a alejarme, ya que él me tenía acorralado, le sujeté la mano que había bajado hasta el nudo de la toalla y le dije en un tono burlesco acompañado de una sonrisilla:
—Lo que deberías hacer es darte una ducha e irte a tu habitación para vestirte, ¿o es que pretendes ir a la compañía con estas pintas?
Le retiré las manos que tenía en mi pecho y la que yo aún le sujetaba y lo alejé de mí para poder girarme y encararlo.
—De camino podrías ir inventándote una excusa para el cansancio porque te aseguro que no les convencerás si dices que has estado toda la noche ensayando poses. —Me daba igual si se enfadaba, quería ver la cara qué pondría al escucharme decir lo que estaba pensando desde hacía un rato. Acentué la sonrisa, lo miré fijamente para no perderme detalle de sus reacciones y añadí utilizando el tono con el que le hablaría a un niño—: Sasu-chan.
Apoyé una mano en el ropero para ayudarme a alejarme, ya que él me tenía acorralado, le sujeté la mano que había bajado hasta el nudo de la toalla y le dije en un tono burlesco acompañado de una sonrisilla:
—Lo que deberías hacer es darte una ducha e irte a tu habitación para vestirte, ¿o es que pretendes ir a la compañía con estas pintas?
Le retiré las manos que tenía en mi pecho y la que yo aún le sujetaba y lo alejé de mí para poder girarme y encararlo.
—De camino podrías ir inventándote una excusa para el cansancio porque te aseguro que no les convencerás si dices que has estado toda la noche ensayando poses. —Me daba igual si se enfadaba, quería ver la cara qué pondría al escucharme decir lo que estaba pensando desde hacía un rato. Acentué la sonrisa, lo miré fijamente para no perderme detalle de sus reacciones y añadí utilizando el tono con el que le hablaría a un niño—: Sasu-chan.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Por una parte entendí y comprendí que me detuviera, pero por otra me molestó que lo hiciera y más diciéndomelo en ese tono prepotente y burlesco, el enano sabía que era muy orgulloso, que me enfadaba con facilidad y aún y así lo hacia; estaba empezando a pensar que de verdad le gustaba verme enfadado o lo que es peor, que solamente le importaba para pasar un buen rato conmigo.
Con expresión confusa me alejé de él y bufé sonoramente mientras apoyaba una de mis manos en el armario, justo por encima de sus hombros y al lado de su rostro.
—Yah… ¿Qué pasa contigo? —Dejé unos segundos de pausa y añadí en tono más serio: ¿estás jugando conmigo? ¿te parezco acaso un niño pequeño para que me llames de esa manera?
No dijo nada, sólo sonreía maliciosamente mientras yo lo observaba detenidamente sin pestañear; ese enano… en serio, me iba a volver completamente loco. Minutos después me alejé de él chistando y le di la espalda, anduve hasta el baño para coger un albornoz, me lo puse y fui hasta la puerta de la habitación, agarré el pomo y mientras lo giraba añadí:
—Pásate por mi habitación dentro de media hora.
Finalmente salí de la habitación y me dirigí hacia la mía sin detenerme siquiera a mirarle por última vez.
Con expresión confusa me alejé de él y bufé sonoramente mientras apoyaba una de mis manos en el armario, justo por encima de sus hombros y al lado de su rostro.
—Yah… ¿Qué pasa contigo? —Dejé unos segundos de pausa y añadí en tono más serio: ¿estás jugando conmigo? ¿te parezco acaso un niño pequeño para que me llames de esa manera?
No dijo nada, sólo sonreía maliciosamente mientras yo lo observaba detenidamente sin pestañear; ese enano… en serio, me iba a volver completamente loco. Minutos después me alejé de él chistando y le di la espalda, anduve hasta el baño para coger un albornoz, me lo puse y fui hasta la puerta de la habitación, agarré el pomo y mientras lo giraba añadí:
—Pásate por mi habitación dentro de media hora.
Finalmente salí de la habitación y me dirigí hacia la mía sin detenerme siquiera a mirarle por última vez.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Cerré la puerta detrás de mí y dejé las llaves en la mesita de noche. Me había entretenido en el camino porque no quería, por casualidad, encontrarme con el herbívoro, así que como no sabía si se había ido hacía mucho tiempo, si seguía por los alrededores o incluso si seguía en la compañía, me entretuve en la ciudad y aproveché para comer algo. Desde que salí de la compañía, mi mente reproducía una y otra vez las palabras de Suzuki, también las del herbívoro y por último la del chico de la terraza. Mañana terminaría con el asunto de guardaespaldas, pero no podía dejar de pensar en lo que eso conllevaría: esa mujer tendría vía libre para acercarse al herbívoro.
Fruncí el ceño y comencé a desnudarme de manera más agresiva ante mis pensamientos; yo ya no tenía nada que ver con él, ¿por qué entonces me molestaba tanto? ¿Por qué él me había afectado tanto hasta el punto de actuar de esa manera tan despreciable? De verdad, lo odiaba... Lo odiaba porque incluso después de lo que había pasado no podía dejar de pensar en él. Chisté, terminé de desnudarme en el baño y me di una ducha. Al salir y mirarme en el espejo, me vi las marcas que me había hecho la noche anterior y en acceso de rabia me clavé las uñas, como si así pudiera eliminarlas.
Volví a la habitación, me puse el pijama y me tumbé bocarriba en la cama. Suspiré y cerré los ojos. Estaba acostumbrado a soportar el agotamiento, pero por alguna razón ahora sentía que no. No era por no haber dormido nada, lo sabía, la culpa era de ese herbívoro egocéntrico. Antes de quedarme dormido, mi mente recordó algo que en ese momento no le di demasiada importancia. Las palabras del viejo irritante aquel día en el hotel donde citó al herbívoro. Había dicho algo así como "nuevo juguete" y que si me encaprichaba del herbívoro acabaría pasándolo mal. En ese momento había pensado que lo había dicho sólo por ofender, pero ahora tenía la estúpida idea de que... tenía razón.
Fruncí el ceño y comencé a desnudarme de manera más agresiva ante mis pensamientos; yo ya no tenía nada que ver con él, ¿por qué entonces me molestaba tanto? ¿Por qué él me había afectado tanto hasta el punto de actuar de esa manera tan despreciable? De verdad, lo odiaba... Lo odiaba porque incluso después de lo que había pasado no podía dejar de pensar en él. Chisté, terminé de desnudarme en el baño y me di una ducha. Al salir y mirarme en el espejo, me vi las marcas que me había hecho la noche anterior y en acceso de rabia me clavé las uñas, como si así pudiera eliminarlas.
Volví a la habitación, me puse el pijama y me tumbé bocarriba en la cama. Suspiré y cerré los ojos. Estaba acostumbrado a soportar el agotamiento, pero por alguna razón ahora sentía que no. No era por no haber dormido nada, lo sabía, la culpa era de ese herbívoro egocéntrico. Antes de quedarme dormido, mi mente recordó algo que en ese momento no le di demasiada importancia. Las palabras del viejo irritante aquel día en el hotel donde citó al herbívoro. Había dicho algo así como "nuevo juguete" y que si me encaprichaba del herbívoro acabaría pasándolo mal. En ese momento había pensado que lo había dicho sólo por ofender, pero ahora tenía la estúpida idea de que... tenía razón.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
No podía dejar de pensar en que ahora mismo el herbívoro estaría con aquel chico en su habitación. Ese pensamiento me hacía enfadar y el hecho de que me hiciera enfadar me irritaba aún más. Ese herbívoro... siempre, siempre lo complicaba todo aún más. Suspiré cansinamente y me desanudé la corbata para estar más cómodo. No tenía ganas de irme a dormir aún, así que me subí al alféizar de la ventana con la espalda apoyada contra la pared y una pierna flexionada y me quedé mirando en silencio a través de la ventana.
El suave aleteo de Hibird interrumpió el silencio. Hacía varios días que no lo veía, pero sabía que no tenía razón para preocuparme por él. Extendí el dedo índice para que se posara y lo observé con tranquilidad mientras él sacudía las plumas y me devolvía la mirada, ladeando la cabeza. De repente, aleteó sin alzar el vuelo y pió el nombre que no quería escuchar:
—¡Sasuke, Sasuke! ¡Sasu-chan!
No debería haberle enseñado el nombre del herbívoro... Ahora me sentía patético por haberlo hecho. Alcé el dedo índice de la otra mano y lo apoyé suavemente contra el pico de Hibird.
—No digas ese nombre —le regañé hablando, no obstante, con calma.
Me levanté en dirección al baño mientras Hibird revoloteaba por toda la habitación. Después de ducharme, volví a la habitación y me fui a la cama. En cuanto apagué la luz, sentí cómo Hibird se posaba en mi frente, después simplemente me quedé dormido.
El suave aleteo de Hibird interrumpió el silencio. Hacía varios días que no lo veía, pero sabía que no tenía razón para preocuparme por él. Extendí el dedo índice para que se posara y lo observé con tranquilidad mientras él sacudía las plumas y me devolvía la mirada, ladeando la cabeza. De repente, aleteó sin alzar el vuelo y pió el nombre que no quería escuchar:
—¡Sasuke, Sasuke! ¡Sasu-chan!
No debería haberle enseñado el nombre del herbívoro... Ahora me sentía patético por haberlo hecho. Alcé el dedo índice de la otra mano y lo apoyé suavemente contra el pico de Hibird.
—No digas ese nombre —le regañé hablando, no obstante, con calma.
Me levanté en dirección al baño mientras Hibird revoloteaba por toda la habitación. Después de ducharme, volví a la habitación y me fui a la cama. En cuanto apagué la luz, sentí cómo Hibird se posaba en mi frente, después simplemente me quedé dormido.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Llegamos al hotel en nuestro silencio habitual. Era algo que no cambiaría, daba igual si actuábamos como modelo y guardaespaldas o no. Seguía pensando en lo que lo último que le había dicho el herbívoro a Suzuki después de que yo me fuera, aunque ya me había ido, lo escuché desde el otro lado de la puerta y también el llanto de aquella mujer. Quizá Suzuki pensaba que el herbívoro cambiaría de opinión... De todos modos, no me fiaba de esa mujer y no pararía hasta que se largara de la compañía. Por primera vez, me sentía complacido por haberme enfrentado a alguien verbalmente y no como siempre hacía, eso sí: no pensaba acostumbrarme; nada me sentaba mejor que morder hasta la muerte a quien me estuviera molestando.
Cuando llegamos al pasillo de nuestras habitaciones, me detuve ante la mía y conforme la abría le dije al herbívoro:
—Nos veremos mañana a la hora de siempre.
Sin esperar respuesta suya, entré y cerré. Dejé las llaves en la mesita de noche y comencé a desanudarme la corbata. Fue entonces cuando me di cuenta de lo que acababa de hacer y me detuve, perplejo. Había actuado por intuición, acostumbrado a esos largos cuatro meses en los que nuestra relación fue simplemente laboral. Me había olvidado por completo de que ahora era diferente y que no teníamos que dormir separados, pero... ¿qué iba a hacer ahora que yo mismo me había ido? Bajo ningún concepto iba a ir a su habitación y a pedirle que... No, jamás.
Chisté y terminé de quitarme la corbata con rabia. Quería... pasar la noche con él...
Cuando llegamos al pasillo de nuestras habitaciones, me detuve ante la mía y conforme la abría le dije al herbívoro:
—Nos veremos mañana a la hora de siempre.
Sin esperar respuesta suya, entré y cerré. Dejé las llaves en la mesita de noche y comencé a desanudarme la corbata. Fue entonces cuando me di cuenta de lo que acababa de hacer y me detuve, perplejo. Había actuado por intuición, acostumbrado a esos largos cuatro meses en los que nuestra relación fue simplemente laboral. Me había olvidado por completo de que ahora era diferente y que no teníamos que dormir separados, pero... ¿qué iba a hacer ahora que yo mismo me había ido? Bajo ningún concepto iba a ir a su habitación y a pedirle que... No, jamás.
Chisté y terminé de quitarme la corbata con rabia. Quería... pasar la noche con él...
Re: Habitación de Hibari Kyouya
No podía creer lo que escuchaba y veía, el enano se encerró en su habitación cuando se despidió de mí; ahora me sentía decepcionado, pero mis ganas de estar con él no habían cesado..., ¿debía de dejar mi orgullo de lado y entrar en su habitación? Chisté molesto mientras desviaba la mirada hacia otra parte y luego volví a mirar la puerta de su habitación.
Me quedé en la misma posición varios minutos, pensando en si debía hacerlo o no, y finalmente sin pensarlo mucho más abrí la puerta y la cerré con mi propio peso, anduve hasta quedar a varios centímetros de su espalda y mantuve la calma como pude.
—¿Tantas ganas tenías de deshacerte de mí hoy? —pregunté en tono divertido y sonreí maliciosamente al notar como se sobresaltaba levemente, me pareció extraño que no se girara cuando abrí la puerta, pero realmente parece que no me escuchó entrar; supongo que estaría demasiado ocupado pensando en otras cosas...
Me quedé en la misma posición varios minutos, pensando en si debía hacerlo o no, y finalmente sin pensarlo mucho más abrí la puerta y la cerré con mi propio peso, anduve hasta quedar a varios centímetros de su espalda y mantuve la calma como pude.
—¿Tantas ganas tenías de deshacerte de mí hoy? —pregunté en tono divertido y sonreí maliciosamente al notar como se sobresaltaba levemente, me pareció extraño que no se girara cuando abrí la puerta, pero realmente parece que no me escuchó entrar; supongo que estaría demasiado ocupado pensando en otras cosas...
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Me sobresalté al escuchar la voz del herbívoro detrás de mí de repente, ni siquiera pensé en disimular —aunque era demasiado tarde—, sino que suspiré para recomponerme y aparentar indiferencia ante él y me giré. Por primera vez no sabía qué decirle y eso que la respuesta era muy sencilla... y al mismo tiempo muy complicada. Si admitía que quería estar con él esa noche y que simplemente me había acostumbrado a despedirnos al llegar al hotel, se mofaría de mí durante horas y no iba a permitirlo.
Aparté la mirada de él, me dirigí al armario y empecé a trastear entre mi ropa como excusa para aparentar indiferencia.
—La culpa es tuya —le dije sin apartar la mirada del armario—. Me he acostumbrado demasiado a estar sin ti.
¿Por qué no podía simplemente decir que quería pasar la noche conmigo en vez de intentar avergonzarme? Ese maldito herbívoro con complejo de dominante...
Aparté la mirada de él, me dirigí al armario y empecé a trastear entre mi ropa como excusa para aparentar indiferencia.
—La culpa es tuya —le dije sin apartar la mirada del armario—. Me he acostumbrado demasiado a estar sin ti.
¿Por qué no podía simplemente decir que quería pasar la noche conmigo en vez de intentar avergonzarme? Ese maldito herbívoro con complejo de dominante...
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Tché..., esto si que era divertido...; no sólo intentó aparentar indiferencia cuando se dio cuenta de mi presencia, si no que además me echaba la culpa de todo a mí. Rodé los ojos con cansancio cuando lo vi trasteando entre su ropa y suspiré al mismo tiempo que me metía las manos en los bolsillos del pantalón.
—Ya veo..., así que ahora la culpa es mía... —comenté con algo de dureza y luego añadí pensando que así reaccionaría de otra manera—: será mejor que me vaya.
No tenía la intención de irme y mucho menos quería hacerlo, pero pensé en actuar un poco para comprobar si de verdad él no quería pasar la noche conmigo; me di la vuelta y lentamente anduve hasta la puerta de la habitación, agarré el pomo y ladeé la cabeza lo justo para poder ver lo que estaba haciendo. Lo vi de espaldas pero, a diferencia de antes ahora no estaba rebuscando entre su ropa, se mantuvo inmóvil, sin hacer nada y fruncí el ceño mientras miraba hacia la puerta de nuevo; maldito enano orgulloso y cabezota...¿Por qué simplemente no decía que me quedara, tan dificl le resultaba? bufé y añadí remarcando cada palabra:
—De verdad voy a irme.
Mantuve la mano en el pomo unos segundos más, pero no escuché nada, ni una pequeña muestra de que él quisiera que me quedara, así que con mi orgullo dañado nuevamente moví el pomo y abrí la puerta.
—Ya veo..., así que ahora la culpa es mía... —comenté con algo de dureza y luego añadí pensando que así reaccionaría de otra manera—: será mejor que me vaya.
No tenía la intención de irme y mucho menos quería hacerlo, pero pensé en actuar un poco para comprobar si de verdad él no quería pasar la noche conmigo; me di la vuelta y lentamente anduve hasta la puerta de la habitación, agarré el pomo y ladeé la cabeza lo justo para poder ver lo que estaba haciendo. Lo vi de espaldas pero, a diferencia de antes ahora no estaba rebuscando entre su ropa, se mantuvo inmóvil, sin hacer nada y fruncí el ceño mientras miraba hacia la puerta de nuevo; maldito enano orgulloso y cabezota...¿Por qué simplemente no decía que me quedara, tan dificl le resultaba? bufé y añadí remarcando cada palabra:
—De verdad voy a irme.
Mantuve la mano en el pomo unos segundos más, pero no escuché nada, ni una pequeña muestra de que él quisiera que me quedara, así que con mi orgullo dañado nuevamente moví el pomo y abrí la puerta.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
No dije nada y tampoco lo miré, pero sí aproveché que él no me veía el rostro para fruncir el ceño, sumamente molesto. ¿De verdad se iba a ir, así sin más? Fruncí aún más el ceño y estiré los labios en una mueca de molestia. ¿Qué pretendía al insistir en que se iba? ¿Acaso estaba esperando a que lo detuviera...? Ese maldito herbívoro de veras que parecía la bella durmiente esperando a que el príncipe fuera a por ella. Pues estaba muy equivocado...
Escuché la puerta abriéndose.
Maldita sea...
Me alejé con rapidez del armario, llegué hasta él y cerré la puerta de un portazo. Inmediatamente después, alcancé las llaves, cerré la puerta y al fin lo miré con la misma expresión molesta, algo exagerada para que no se diera cuenta de que no quería que se fuera.
—No voy a permitir que te vayas ahora. —Eso había sido muy evidente...—. ¿Es que acaso has venido para molestarme? —No, eso no era lo que quería decir, si seguía así ese herbívoro de verdad que se iría—. Ya sé qué esperas que diga, pero no lo voy a hacer. Tú... ya...
«Tú ya lo sabes». ¿Por qué era tan difícil decir algo tan simple...? Desvié la mirada, avergonzado, y aproveché para pensar en lo que iba a decir sin ser demasiado evidente. No se me ocurrió nada, así que actué sin pensar mucho en lo que hacía: me acerqué a la ventana y tiré las llaves. Bien, asunto solucionado. Ahora no tendría que decirle que se quedara porque básicamente no podía irse y un herbívoro como él no saldría ileso de la altura de un segundo piso.
Escuché la puerta abriéndose.
Maldita sea...
Me alejé con rapidez del armario, llegué hasta él y cerré la puerta de un portazo. Inmediatamente después, alcancé las llaves, cerré la puerta y al fin lo miré con la misma expresión molesta, algo exagerada para que no se diera cuenta de que no quería que se fuera.
—No voy a permitir que te vayas ahora. —Eso había sido muy evidente...—. ¿Es que acaso has venido para molestarme? —No, eso no era lo que quería decir, si seguía así ese herbívoro de verdad que se iría—. Ya sé qué esperas que diga, pero no lo voy a hacer. Tú... ya...
«Tú ya lo sabes». ¿Por qué era tan difícil decir algo tan simple...? Desvié la mirada, avergonzado, y aproveché para pensar en lo que iba a decir sin ser demasiado evidente. No se me ocurrió nada, así que actué sin pensar mucho en lo que hacía: me acerqué a la ventana y tiré las llaves. Bien, asunto solucionado. Ahora no tendría que decirle que se quedara porque básicamente no podía irse y un herbívoro como él no saldría ileso de la altura de un segundo piso.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Estuve a punto de ceder, me faltó unos segundos para darme la vuelta y tirarlo sobre la cama sin dejarle ni un segundo para respirar, no me preocupó mi orgullo ahora. ¿Qué más daba el orgullo en este momento?
Éso pensé, pero afortunadamente él reaccionó antes; no me alteré e intenté mirarlo lo más calmado e inexpresivo que pude, cuando él cerró la puerta y comenzó a hablar tragué saliva con dificultad, podría decir que hasta me encontraba nervioso por muy raro que me pareciera, pero todo lo que tenía que ver con el enano y más cuando parecía que mostraba alguna clase de afecto hacia mí me ponía nervioso, y en algunas ocasiones no sabía ni como actuar.
Claramente entendí a lo que se refería, pero me hice el desentendido castigándole un poco más; entonces él avergonzado y supongo que porque se dio cuenta que había sonado muy evidente desvió su mirada, retiró las llaves del pomo de la puerta y la tiró por la ventana. Abrí los ojos sorprendido y fui a paso ligero hasta la ventana me apoyé en el alfeizar y miré hacia abajo, luego me giré bruscamente hacia él con el ceño fruncido y espeté:
—¿Estás loco, cómo se supone que vamos a salir de aquí ahora? —suspiré molesto, pero en cierto modo me sentía contento y satisfecho, eso quería decir que finalmente tendría lo que había estado deseando estos meses atrás y su reacción fue tan evidente que hasta me parecía divertida, pero decidí no comentar nada; podía entender como se sentía porque ya lo conocía...
Esperé unos minutos y me acerqué hasta él, después sonreí lascivamente y llevé una de mis manos hasta su rostro consiguiendo así que me enfrentara nuevamente.
—¿Realmente eres un cabezota, eh? —pregunté sonriendo divertido y luego me fui acercando a él poco a poco, deposité un beso en la comisura de sus labios y me volví a separar esta vez sonriendo maliciosamente al ver su expresión.
Éso pensé, pero afortunadamente él reaccionó antes; no me alteré e intenté mirarlo lo más calmado e inexpresivo que pude, cuando él cerró la puerta y comenzó a hablar tragué saliva con dificultad, podría decir que hasta me encontraba nervioso por muy raro que me pareciera, pero todo lo que tenía que ver con el enano y más cuando parecía que mostraba alguna clase de afecto hacia mí me ponía nervioso, y en algunas ocasiones no sabía ni como actuar.
Claramente entendí a lo que se refería, pero me hice el desentendido castigándole un poco más; entonces él avergonzado y supongo que porque se dio cuenta que había sonado muy evidente desvió su mirada, retiró las llaves del pomo de la puerta y la tiró por la ventana. Abrí los ojos sorprendido y fui a paso ligero hasta la ventana me apoyé en el alfeizar y miré hacia abajo, luego me giré bruscamente hacia él con el ceño fruncido y espeté:
—¿Estás loco, cómo se supone que vamos a salir de aquí ahora? —suspiré molesto, pero en cierto modo me sentía contento y satisfecho, eso quería decir que finalmente tendría lo que había estado deseando estos meses atrás y su reacción fue tan evidente que hasta me parecía divertida, pero decidí no comentar nada; podía entender como se sentía porque ya lo conocía...
Esperé unos minutos y me acerqué hasta él, después sonreí lascivamente y llevé una de mis manos hasta su rostro consiguiendo así que me enfrentara nuevamente.
—¿Realmente eres un cabezota, eh? —pregunté sonriendo divertido y luego me fui acercando a él poco a poco, deposité un beso en la comisura de sus labios y me volví a separar esta vez sonriendo maliciosamente al ver su expresión.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Me quedé mirándolo, entre molesto y avergonzado, mientras él me echaba en cara lo que acababa de hacer. Me entraron ganas de decirle que el problema lo tenía él porque yo no tendría ninguno en bajar. Eso me hizo sentir superior y me tranquilizó, pero él recuperó enseguida su expresión burlona y yo volví a sentirme avergonzado. Estaba claro que se había dado cuenta de mis verdaderas intenciones y tirar las llaves por la ventana sólo había servido para que yo resultara aún más evidente a sus ojos. Sus palabras me lo confirmaron y el beso en la comisura de la boca, más aún.
Yo no me moví ni un ápice, le sostuve la mirada con la misma expresión molesta y me esforcé por no demostrar los nervios y la vergüenza que aún sentía. Dada su sonrisa maliciosa, no lo conseguí y eso me irritó. Me molestaba mucho que sonriera de esa manera cuando yo me sentía tan nervioso y, peor aún, avergonzado. Así pues, actué por instinto, le fulminé con la mirada, a sabiendas de que el rubor de mis mejillas era perceptible para él, me separé y le dije mientras caminaba hacia la ventana.
—No he dicho nada de que YO vaya a quedarme, así que arréglatelas tú solo.
No esperé una respuesta, apoyé el pie en el alféizar de la ventana y me preparé para saltar.
Bajo ningún concepto podía dejar que me viera el rostro ahora: lo sentía más encendido que nunca. Ese maldito herbívoro egocéntrico, arrogante y, por supuesto, cabezota... Por muchas ganas que tuviera de estar con él, por hacerse el listo ahora se tendría que aguantar y pasar la noche solo.
Yo no me moví ni un ápice, le sostuve la mirada con la misma expresión molesta y me esforcé por no demostrar los nervios y la vergüenza que aún sentía. Dada su sonrisa maliciosa, no lo conseguí y eso me irritó. Me molestaba mucho que sonriera de esa manera cuando yo me sentía tan nervioso y, peor aún, avergonzado. Así pues, actué por instinto, le fulminé con la mirada, a sabiendas de que el rubor de mis mejillas era perceptible para él, me separé y le dije mientras caminaba hacia la ventana.
—No he dicho nada de que YO vaya a quedarme, así que arréglatelas tú solo.
No esperé una respuesta, apoyé el pie en el alféizar de la ventana y me preparé para saltar.
Bajo ningún concepto podía dejar que me viera el rostro ahora: lo sentía más encendido que nunca. Ese maldito herbívoro egocéntrico, arrogante y, por supuesto, cabezota... Por muchas ganas que tuviera de estar con él, por hacerse el listo ahora se tendría que aguantar y pasar la noche solo.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
¿Acaso había perdido por completo el juicio? ese enano idiota era tan cabezota y arrogante que me ponía de los nervios con cada mísera cosa que hiciera. No entendí a lo que se refería hasta que lo vi prácticamente fuera de la ventana, actué por acto reflejo y corrí hasta él para detenerlo.
—¿Qué te crees que estás haciendo imbécil? ¿acaso estás pensando en tirarte por la ventana sólo porque te sientes avergonzado? —Agarré con fuerza su brazo y tiré de él consiguiendo que se bajara de allí; en serio..., era más estúpido de lo que me imaginaba.
—Me estoy cansando de esto, así que te lo voy a preguntar sin rodeos: ¿Quieres que me quede esta noche? —No aparté la mirada de él en ningún momento, sabía que estaba nervioso y avergonzado, había tenido demasiadas relaciones como para no darme cuenta de eso.
Él no respondía aún, y yo estaba empezando a impacientarme, bufé y pregunté nuevamente esta vez con un tono más bien resignado.
—¿Debería irme?
En serio..., ¿desde cuando había insistido tanto para obtener algo de alguien? Aunque sentía que no lo hacia simplemente por gusto, yo..., realmente quería estar con ese idiota...
—¿Qué te crees que estás haciendo imbécil? ¿acaso estás pensando en tirarte por la ventana sólo porque te sientes avergonzado? —Agarré con fuerza su brazo y tiré de él consiguiendo que se bajara de allí; en serio..., era más estúpido de lo que me imaginaba.
—Me estoy cansando de esto, así que te lo voy a preguntar sin rodeos: ¿Quieres que me quede esta noche? —No aparté la mirada de él en ningún momento, sabía que estaba nervioso y avergonzado, había tenido demasiadas relaciones como para no darme cuenta de eso.
Él no respondía aún, y yo estaba empezando a impacientarme, bufé y pregunté nuevamente esta vez con un tono más bien resignado.
—¿Debería irme?
En serio..., ¿desde cuando había insistido tanto para obtener algo de alguien? Aunque sentía que no lo hacia simplemente por gusto, yo..., realmente quería estar con ese idiota...
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Justo en el instante en que iba a saltar, noté un fuerte tirón en el brazo que me hizo volver a la habitación. Lo que me dijo el herbívoro me molestó; no me gustaba nada que dijera tan abiertamente que yo estaba avergonzado, ¿qué necesidad tenía de decirlo si él ya lo sabía? Entonces, su expresión se tornó más severa. Ya no se estaba burlando... y su pregunta no parecía hecha con mala intención. Me quedé un buen rato en silencio, debatiéndome entre decirle la verdad o no, por supuesto que quería que se quedara... ¿Acaso se pensaba que tenía por afición encerrarme en mi habitación con alguien y tirar las llaves por la ventana?
Una nueva pregunta me sacó de mis pensamientos. Percibí cierto tono de decepción en su voz, no quería discutir de nuevo con él, pero... Le desvié la mirada y cerré momentáneamente los ojos para darme tiempo. Había decidido empezar a creer en él y quería que él también, así que no podía desperdiciar una oportunidad como aquella mintiéndole y diciéndole que sí, que se fuera cuando en realidad quería lo contrario. Volví a mirarlo, ya sin nervios, y le contesté con naturalidad:
—¿Qué más tengo que hacer para que te des cuenta de que sí?
Como lo conocía lo suficiente para saber que era muy capaz de malinterpretarme y creer que lo que quería era que se fuera, lo sujeté del cuello de la camisa y tiré de él lo justo para que yo sólo tuviera que levantar algo más la cabeza para besarlo. Mientras me movía con calma, pero con lujuria, sobre sus labios, aproveché que seguía sujetándolo de la camisa y lo empujé para obligarlo a retroceder hasta la cama. Él se dejó caer de espaldas y yo lo acompañé, quedando de rodillas encima de él con una pierna entre las suyas. No interrumpimos el beso en ningún momento, continué besando cada resquicio de esos labios que tanto me habían cautivado y disfruté como siempre de los roces obscenos de su lengua contra la mía.
Una nueva pregunta me sacó de mis pensamientos. Percibí cierto tono de decepción en su voz, no quería discutir de nuevo con él, pero... Le desvié la mirada y cerré momentáneamente los ojos para darme tiempo. Había decidido empezar a creer en él y quería que él también, así que no podía desperdiciar una oportunidad como aquella mintiéndole y diciéndole que sí, que se fuera cuando en realidad quería lo contrario. Volví a mirarlo, ya sin nervios, y le contesté con naturalidad:
—¿Qué más tengo que hacer para que te des cuenta de que sí?
Como lo conocía lo suficiente para saber que era muy capaz de malinterpretarme y creer que lo que quería era que se fuera, lo sujeté del cuello de la camisa y tiré de él lo justo para que yo sólo tuviera que levantar algo más la cabeza para besarlo. Mientras me movía con calma, pero con lujuria, sobre sus labios, aproveché que seguía sujetándolo de la camisa y lo empujé para obligarlo a retroceder hasta la cama. Él se dejó caer de espaldas y yo lo acompañé, quedando de rodillas encima de él con una pierna entre las suyas. No interrumpimos el beso en ningún momento, continué besando cada resquicio de esos labios que tanto me habían cautivado y disfruté como siempre de los roces obscenos de su lengua contra la mía.
Re: Habitación de Hibari Kyouya
Estaba confuso, realmente no entendí bien su pregunta; siempre hacia lo mismo, ese imbécil tenía por costumbre no hablar directamente y eso me molestaba porque podía malinterpretarlo, y he de decir que eso fue lo que pasó, hasta que poco después sentía como agarraba el cuello de mi camisa y me besaba con ferocidad.
Sólo había pasado un par de horas desde nuestro último encuentro en esa sala oscura, pero yo sentí como si hubiera pasado mucho más, me descolocaba todas estas sensaciones nuevas que sentía cuando estaba con él y la vez me ponían furioso; furioso, porque no entendía el por qué y porque me sentía mareado cada vez que pensaba sobre ello.
Él volvió a empujarme y yo me dejé caer en la cama en un ruido sordo con él encima, agarré su cintura e hice presión al mismo tiempo que aumentaba el ritmo del beso, jugué con su lengua dándole toques obscenos y lujuriosos, poco a poco fui cambiando la posición de la cabeza remetiendo cada vez más contra su boca; mi deseo iba en aumento, el calor que sentí en un principio se multiplicó por mil, tanto o más que los latidos de mi corazón y seguidamente noté una fuerte presión en mi bajo vientre haciéndome consciente del estado de mi excitación.
Gemí roncamente cuando dejé de saborear sus labios y repentinamente ataqué su cuello sin ninguna compasión, las manos las bajé lentamente hasta su trasero y mientras mordía, besaba y recorría toda la extensión de su cuello con la lengua, se las estrujé lujuriosamente con mis manos.
Empezar a escuchar sus gemidos me volvían más agresivo y pasional. Era increíble para mí, pero cada vez que le hacia estas cosas al enano me sentía mejor, más feliz... y ese sentimiento me gustaba.
Ahora podía decirlo.
Sólo había pasado un par de horas desde nuestro último encuentro en esa sala oscura, pero yo sentí como si hubiera pasado mucho más, me descolocaba todas estas sensaciones nuevas que sentía cuando estaba con él y la vez me ponían furioso; furioso, porque no entendía el por qué y porque me sentía mareado cada vez que pensaba sobre ello.
Él volvió a empujarme y yo me dejé caer en la cama en un ruido sordo con él encima, agarré su cintura e hice presión al mismo tiempo que aumentaba el ritmo del beso, jugué con su lengua dándole toques obscenos y lujuriosos, poco a poco fui cambiando la posición de la cabeza remetiendo cada vez más contra su boca; mi deseo iba en aumento, el calor que sentí en un principio se multiplicó por mil, tanto o más que los latidos de mi corazón y seguidamente noté una fuerte presión en mi bajo vientre haciéndome consciente del estado de mi excitación.
Gemí roncamente cuando dejé de saborear sus labios y repentinamente ataqué su cuello sin ninguna compasión, las manos las bajé lentamente hasta su trasero y mientras mordía, besaba y recorría toda la extensión de su cuello con la lengua, se las estrujé lujuriosamente con mis manos.
Empezar a escuchar sus gemidos me volvían más agresivo y pasional. Era increíble para mí, pero cada vez que le hacia estas cosas al enano me sentía mejor, más feliz... y ese sentimiento me gustaba.
Ahora podía decirlo.
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