Re: Habitación de Hibari Kyouya

**Hibari Kyouya** Vie Nov 05, 2010 11:57 pm

Ni siquiera el tono brusco de voz podría hacerme creer que de verdad pensaba lo que estaba diciendo. Era muy fácil darse cuenta de que lo había dicho porque se había ofendido. Me quedé mirándolo a espera de que dijera algo más. Entonces, él corrió de nuevo hacia mí y volvió a gritarme, aunque el tono de su voz no era tan alto esta vez. Vaya, era la primera vez que utilizaba un sobrenombre interesante. En fin, en lo que sí tenía razón era en que íbamos a llegar demasiado tarde si seguíamos así.

Volví la mirada hacia el exterior, me agazapé un poco para saltar, pero el herbívoro me lo impidió cogiéndome de la muñeca de nuevo. Lo miré de nuevo con la misma expresión burlesca, pero entonces vi que él me miraba con severidad. ¿De verdad pensaba que, en el estúpido caso de que fuera tan débil como para que esa altura me matara, iba saltar a morir? Ya no estaba sonriendo, lo miraba con la misma seriedad y me quedé así un buen rato hasta que dije:

—Ya te he dicho que no me supondrá ningún problema, te sorprendería lo que soy capaz de hacer. —No parecía haberse quedado satisfecho. Suspiré suavemente y puse la mano sobre la suya—. Confía en mí —añadí e hice al mismo tiempo más presión.

Él no me contestó y cuando ya pensaba que no lo haría, me soltó. Le sostuve la mirada un rato más antes de dejarme caer por el alféizar. Aterricé sin ningún problema de cuclillas en el jardín del hotel. No quise demorarme demasiado porque estaba empezando a llover más fuerte, así que eché a andar en dirección a recepción. No me mojé demasiado y tampoco tuve que darle muchas explicaciones al recepcionista para que me diera otra llave. Apenas unos cinco minutos más tarde, ya estaba enfrente de la puerta de mi habitación, metí la llave en la cerradura y abrí la puerta.

**Arakami Sasuke** Dom Nov 07, 2010 1:31 am

Cuando me dijo que confiara en él, quise hacerlo... Más calmado lo solté y en el momento que lo vi desaparecer de mi vista, noté como mi corazón empezaba a bombear con fuerza, sentí una mezcla de miedo y angustia. ¿De verdad estaría bien? ¿cómo iba a salir ileso depués de saltar de un segundo piso? No pude evitar preguntarme eso y muchas más cosas.

Me senté en la cama con los brazos y las piernas cruzadas y los ojos cerrados, esperé pacientemente y creo que no pasó ni diez minutos cuando escuché la puerta abrirse y lo vi recargado en el umbral de la puerta, sonriéndome con arrogancia. Me puse de pie en el momento que me enseñó las llaves, anduve hacia él y al quedar a un paso de distancia me detuve; lo observé detenidamente y luego añadí:

—Cuando volvamos me explicarás cómo lo has hecho.

Salí de su habitación y me dirigí a la mía para coger la ropa que me mandaba la compañía cada día y que debía usar.