Primera impresión *libre*

Llegamos mas rapido de lo que habia pensado, y eso fue probablemente porque me habia quedado dormido en el viaje. Todo me paso muy rapido, como si fuese sido en cuestion de minutos. Al llegar algunos se fueron a el hotel, otros a la playa u a otros lugares. Yo me decidi por visitar el paseo maritimo. Estaba bastante tranquilo, y agradable oyendo los ruidos de los pajaros y del mar

He de reconocer que esto de viajar se hace bastante pesado a veces.
Me estiro una vez llegamos y piso suelo firme, para seguidamente ver como la gente empieza a dispersarse. Miro distraídamente hacia el cielo...que buen tiempo hace...
Es entonces que mi mirada recae en un muchacho que se aleja solo hacia...el paseo maritimo.
Con curiosidad le sigo y, una vez llegamos, una idea se pasa por mi mente.
Una bromita de nada al año, no hace daño.
-No deberías andar solo por sitios que no conoces...-le susurro al oído, con una sonrisilla de lado.

Estaba totalmente entretenido, que ni si quiera me entere de que alguien se habia acercado por detras mio y me hablaba al oido. Al sentir aquel calido aliento me separe, tropezandome y perdiendo un poco el equilibrio, pero no cai, por suerte. Tape el oido con una mano, y mire avergonzado quien era. No era otro que Menou Nakajima-sensei.
- N-No estoy muy lejos sensei... no me perdere...-

Al ver la reacción del otro, alza una ceja, ligeramente sorprendido.
-Puede que no te pierdas, pero...¿qué me dices de la gente? Nunca se sabe con que loco te vas a topar.-repone, encogiendose de hombros.-Además, como buen sensei, debo preocuparme por mis alumnos.-añade, guiñandole un ojo en actitud complice. La verdad es que en parte era por eso, pero...también estaba comenzando a pillar el gusto a hacerle sonrojar al muchacho.

Al escuchar su regaño hice un pequeño mohin.
- No creo que me vaya a topar con un loco.-
Mire a otro lado y suspire profundamente.
- Pues somos muchos alumnos para que vengas a buscarme a mi...-
Aquello ultimo, lo dije algo sonrojado.

Sin decir nada, se acerca hasta él, colocando su rostro a la altura del de este, muy cerca.
-¿Te molesta que te haya seguido?-pregunta, poniendo una expresión ligeramente más seria. Tras unos segundos, se acerca de nuevo a su oido.-Creo que el que haya venido contigo y no con otro alumno, quiere decir muchas cosas, ¿no crees, Ryo-kun?-repone.

Me quede quieto mirando lo que hacia.
- N-No realmente...-
Y ya la frase que dijo, le hizo sacar los colores, pero no solo eso, tambien algo de esperanza que habia olvidado al conocer a aquel sensei. El era diferente a los demas, y eso le habia gustado de cierta manera.
- No se a que te refieres.-
Dije, evidentemente, haciendome el tonto.

Se separa lentamente, adoptando la posición de antes, para seguidamente encogerse de hombros. Si quería ignorar su comentario y hacerse el loco...el también lo iba a hacer. Además, por eso sonrojo...valía la pena hacerse el sueco un poco más.
-Bueno, si no lo sabes...no pasa nada. Aunque tengo la ligera sospecha de que si, pero...mejor vayamos a dar una vuelta.-dice, metiendo las manos en los bolsillos del pantalón y comenzando a andar.

Fui caminando a la par que el.
- B-bueno, no estoy seguro a lo que te refieres, eso es todo...-
Dije mirando hacia la playa, intentando que no viera mi leve sonrojo.

Continua avanzando a paso tranquilo, sin voltear a mirarle y sin responder. ¿Qué más podía decirle? Seguramente Ryo era tímido y por eso actuaba así, pero...¿y si no era el caso? Lo último que quería era dar por hecho algo que, quizás, luego estuviese en su contra.
Bueno, aun era pronto...Probaría de nuevo.
-¿Te apetece tomar algo?-le pregunta, girandose hacia él para seguidamente señalar una de las terrazas.

Paso un largo silencio, aunque no parecia del todo incomodo. Seguia en mis pensamientos cuando oi al sensei hablarme.
- Claro, me apetece un heladito fresquito.-
Dije en tono musical, deseaba tomar algo que me quitase algo de calor.

-Perfecto. Vamos.-dice, tomandole de la mano y practicamente arrastrandole hasta una de las terrazas.
Se acerca hasta la primera mesa libre que ve y retira la silla para que Ryo se siente.

Me deje llevar por el, totalmente sonrojado como un tomate, aunque aliviado de que el no lo viera.
- Gracias... muy amable.-
Me sente en el asiento que el me ofrecia, intentando no parecer nada feliz, no debia ilusionarme porque era gentil.

-No hay de qué.-respondo, para ir hasta el otro asiento, sentandome y tomando una de las cartas que hay, aunque era solo por echar un vistazo, porque tenía bastante claro lo que quería tomar.
Una vez abierta la carta, miro a Ryo.
-Pide lo que quieras, yo invito.-dice, con una leve sonrisa.

Mire como se sentaba, e hice como el, cogi la carta y lei el contenido. Ya sabia lo que iba a pedir, y el me ofrecio que me invitaba.
- No hace falta, debe de guardar el dinero para invitar a su pareja.-
Era evidente, que eso era para sacarle la informacion de si tenia pareja o no...

Para ser sinceros, se esperaba una respuesta diferente, por lo que no pudo evitar mirarlo con una ceja alzada.
-¿Pareja?-dice, sin poder evitar exteriorizarlo. Tras breves segundos, hace un gesto medio despectivo con la mano.-Ah, no te preocupes. Ahora mismo soy tan libre como el viento. Y, de todas formas, es un dinero bien gastado.

De nuevo no mostre nada que pareciera feliz por saber que el estaba libre.
- Bueno, entonces te dejo invitarme.-
Dije sonriendo, y el camarero vino rapidamente, y nos pregunto por nuestra orden.
- Yo quiero un helado de turron.-

Definitivamente ese muchacho se le hacía cada vez más curioso en su forma de ser.
-Yo quiero un café con leche, frío y sin azúcar, por favor.-le digo al camarero, sonriendole con cordialidad mientras deposito la carta en su lugar inicial.

El sensei pidio tambien su orden, y el camarero fue a por los pedidos rapidamente. Suspire y gire la cabeza mirando hacia el mar nuevamente, era relajante ver aquella hermosa vista.
- Bueno Sensei, cuenteme algo de usted.-

-¿Um? ¿Algo en particular que quieras saber?-pregunto, apoyando los codos en la mesa y la barbilla en las manos.

Note mis mejillas sonrojar. "Algo en particular"... Queria saber todo de el. Me habia cautivado como a una niña en plena pubertad, aunque aquello era algo parecido, pero en version masculina.
- Um... no se, cualquier cosa que desee contarme, como por ejemplo... como vino usted al shiroi-

Que lindo que se veía así sonrojadito...
Me recuesto en el respaldo de la silla, y me llevo una mano a la barbilla, con la intención de darle un toque más interesante al asunto.
-La verdad es que no es nada del otro mundo. Vine al Shiroi buscando un descanso de mi trabajo como arquitecto, que es a lo que originalmente me dedico. Se podría decir que...era algo estresante. Siempre con prisas.-termino de decir, soltando un suspiro cansado. Solo de recordar las noches sin dormir para poder entregar un proyecto a tiempo...me daban ganas de dormir y no despertar en, al menos, un mes.

Le escuche atentamente sobre el. Yo pensaba que solo era un profesor, pero era aquitecto. Era un trabajo admirable.
- Seguro que es estresante, pero seguro que este es mas tranquilo ¿cierto?-
Dije sonriendo, apoyando los brazos en la mesa, y llego el camarero con nuestros pedidos.
- ¡Yay! Lo deseaba -
Y le di una gran lamida.

-Bueno, ya de por si esto de venir a la playa con tranquilidad, no podía hacerlo cuando estaba como arquitecto.-repongo, tomando la cuchara y moviendo un poco el café, para seguidamente darle un sorbo. ¡Dios, como agradecía algo fresquito!
Suelto la taza de nuevo en el plato, dirigiendo mi mirada nuevamente a Ryo.
-¿Y tu como es que llegaste hasta el Shiroi?-pregunto. Yo también tenía curiosidad.

- Bueno de mi no hay mucho que contar, decidi cambiarme para cambiarme de todo, de vida, de gente, de amigos, todo.-
Tome de nuevo de mi helado, disfrutando de la compañia del sensei.