Mystic....Operatiooon...Company....?!

En parte me alegro que no me haga caso. Capaz hubiera sido de haberse quejado al haberme quejado yo, y caer en el bucle infinito (otra vez) de la pelea...Viéndolo así...por qué demonios no se me habría ocurrido antes....es igual....¿no?

Noto ahora como cuela la otra malo, y es una sensación cálida. Hm...me da que pensar. ¿Realmente eran mejores las palizas? Era una sensación rara, como un cosquilleo en la piel, pero no es desagradable en absoluto. De hecho, me gusta bastante. Es una mezcla entre... no sé. No lo sé.

Pero me gusta...supongo que no está mal del todo. quizás algún día me acostumbre a ello...

Estoy tan ensisismado pensando en mis cosas que noto que muerde de una forma algo tosca mi labio inferior. Y me duele....

-Auch...-me quejo, con una ligera mueca. Es verdad... sigo recordando que me pegó un puñetazo. No quedaba demasiado rastro de la herida, pero a este paso no iba a curarse nunca-Eso escuece...-me quejo en voz baja. Tampoco quiero entrarle ahora en mucha bronca, la verdad.

Pero más que eso, me inquieta, podríamos decir, como me mira. Por lo general no me mira con esa cara y esa sonrisa tan ladina y divertida. Esto es aún más extraño y siento que me arden las mejillas. Mierda.

-...¿Qué pasa?-vuelvo a preguntar sin elevar el tono de voz.-No irás a burlarte de mí de nuevo...¿no?.

Me pregunto por qué lo pregunto con tanta pausada calma...la verdad es que, si pretende volver a tomarme el pelo... en esta situación no creo que lo aguante. Me sentiría extrañamente abochornado...

¿No opone resistencia ante la otra mano? Pues perfecto. Aunque de haberlo hecho, habría ocurrido como con lo demás: me daría lo mismo. Ya son varias veces las que iniciamos algo y no lo acabamos. No va a ser esta otra igual.

Al escuchar el quejido por la mordida en su labio, no me inmuto en lo más mínimo. Reconozco que no me acordaba de la herida que le había hecho pero...bueno, a sido instintivo. O como sea. El caso es que no a ido adrede.

Con lentitud, lamo el susodicho labio. No, no es una disculpa. Eso que conste. NO LO ES. ¿Yo? ¿Disculpandome? Una mierda. Pero esa herida se la hice yo y, además, no quiero que se ponga tiquismiquis con ella ahora. Por otro lado, ¿no dicen que para las heridas, un poco de saliva viene bien? Pues ya está. Así de simple y sencillo.

Seguidamente de ello, permanezco a menos de un par de milimetros de sus labios, dejando que se rocen ambos pares de manera leve.

-¿Burlarme? ¿Porqué debería hacerlo?-cuestiono, con un tono algo más grave de lo habitual, continuando a lo mío.
Mis manos siguen ascendiendo por sus piernas, acercandose cada vez más al trasero de este.

Lo juro. Como alguien interrumpa en este momento, no me hago responsable de que salga de nuevo. Al menos no consciente y saludable.

Pensaba que no podía esperar nada más de él, pero parece que cada vez que pienso eso, me equivoco. Quizás soy yo, que soy demasiado simple y solo pienso en que me van a pegar.... y eso debe ponerme en una situación de desventaja. De, por cierto, curiosida desventaja...

Cuando rozA mi labio con su lengua, cálida y húmeda, noto que realmente ese pequeño escozor desaparece, más bien porque el cosquilleo que me produce me distrae. No sé si será algo psicológico o no, pero bueno, ya no me duele...si era lo que querías, ahí tienes, Saizo. No me quejo.

Aunque tienes maneras muy raras de disculparte....he, no puedo evitar ahogar una carcajada. No lo voy a decir, seguro que me mataría. Que...que....que mono. ¿Mono? Vamos, no puedo hablar en serio...

Casi se me olvida lo que había dicho, y lo que me cuestiona vuelve a tensarme un poco. Incluso noto como las piernas, al contacto de sus manos, se tensan un poco y se cierran, atrapándolo un poco más cerca de mí. Si es que eres un genio, Kamanosuke....

-... No sé, es lo que has hecho nada más verme con la falda puesta -intento espetar, pero no noto la voz demasiado peleona. Cuando hablo, puedo incluso rozar mis labios con los suyos, y me cuesta volver a abrir la boca y decirle eso. -Con esto puesto siento que cualquiera va a partirse de risa de mí.-añado, más bien en un susurro. Y vamos, como si no fuera así. Él se había reído, Yukari se ha reído....cualquiera que me conociera se hubiera reído.

Dios, que tranquilo voy a respirar cuando me lo quite...


[[Vaaale, he quitado el off rol xD]]

Por esta vez pasaré por alto la carcajada ahogada que se le ha escapado y la cual había escuchado perfectamente. Aunque, como dije, por esta vez la ignoraré totalmente. Además, tanta risita y le a gustado, porque ni una queja se ha escuchado por ello.

Le noto tensarse ante mi pregunta y las caricias de mis manos en sus piernas, lo cual, en cierto modo, me extraña. A medias, pero lo hace. Siento como la cercanía entre nosotros es mayor debido a ese apretón por parte de sus piernas y la verdad es que no me importa demasiado, es más, en cierto modo noto que me...¿complace? No sé si esa sea la sensación correcta pero, ¿qué cojones importa ya?

Le escucho hablar y la verdad es que tiene razón. Pregunta estúpida teniendo en cuenta que desde que entre por la puerta de la cafetería y le ví así, no había parado de reirme y molestarle pero es que...

-Eso es porque es divertido molestarte.-digo como si fuese la cosa más normal del mundo, pero, a diferencia de lo que podía hacer otras veces, en esta ocasión me mantengo con la misma expresión, no sonrio burlonamente ni nada similar. Estoy siendo sincero y no para joderle ni molestarle, simplemente lo digo porque es así.-Es que menudos gustos más bizarros tiene tu amiga.-ahora si sonrío levemente, muy levemente, pero también va sin burla, más bien como...joder, suena hasta bizarro en mi cabeza, pero es más una sonrisa llanamente divertida.

Su amiga es una jodida loca, se ve de lejos, y en eso no hay ni admito discusión. Punto.

Su respuesta me deja cuanto menos, algo confuso. ¿Divertido? ¿¡Divertido!? ¿Qué tiene de divertido?

-Divertido!?-gruño. Encima, divertido ¿el molestarme?-¿Qué tiene de divertido eso?

Divertido es pelearse, ir de juerga, dormir hasta tarde, pero molestarme NO es divertido.

-Si esto lo consideras divertido, tienes una concepción muy retorcida de lo que es divertido-añado con un gruñido. En realidad que me diga que le divierte molestarme es....raro. No sé muy bien como tomármelo, ni si es razón suficiente para partirle la boca o no. En cierto modo, si le divierte molestarme, por algo debe de ser, no? Hm.... de repente tengo un lío en la cabeza.

Maldita sea.

-Pues si tanto te divierte molestarme, lo estás logrando. Y no hago esto por voluntad propia-recrimino-Es un trabajo y me pagarán por ello-Y el dinero es mi único amor verdadero.

Justo mientras le recrimino eso, quizás menos ruborizado y más pendiente a esa puya, oigo que la puerta se abre. Alguien viene tarareando y...

-Buf, si supieras lo caro que está el azúcar en día de hoy....-canturrea Yukari, muy a su bola. De repente se para, nos mira, de arriba a abajo, ladea la cabeza a un lado, luego al otor, frunce el ceño, parpadea un rato, rueda los ojos y sonríe.-Ops, lo siento. Ya me voy, no os molesto-se "disculpa", para pasar de largo y meters en la cocina.

....

Ahora la situación SÍ es bizarra.

Este anda más corto de luces de lo normal. ¿Es solo me entiende cuando soy borde en extremo con él? Es peor que hablar con una pared...

-¿Quién viene a buscarme para pelear cada minuto? ¿Es divertido? Pues para mi lo es el molestarte. Eres jodidamente exagerado en todo.-respondo como si nada, volviendo a usar un ligero tono burlón. Ligero, no del todo el que uso siempre, pero algo sí. A ver si así se deja de tonterías, que me estoy cansando de estar hablando como si nada.

-Oh, es irónico que seas tu quién me diga que tengo una manera retorcida de ver lo que es divertido.

Justamente él, quién siempre viene a buscarme para molernos a palos, es quién me dice eso. Si ya sabía yo que este tío no estaba bien de la azotea.

-Ya, ya. No creo yo que hayas puesto demasiada resistencia.-comento, para seguidamente ante el ruido de la puerta abrirse y el tarareo, fruncir el ceño y girar hacia la persona que ingresa al local, fulmimandola con la mirada. Lo dicho: quién entra no sale. Lo juro.

Oh, la dueña...Me da igual, muere igual como interrumpa.

Humph, suerte que no lo hace y se va a la cocina: salvada. A la cocina...eso es interesante...
Con una sonrisa renovada, entre la diversión y la malicia, vuelvo mi mirada hacia Kamanosuke, retomando el movimiento de mis manos en sus piernas y acercandome de nuevo a su rostro.

-Deja de hablar y sigamos a lo nuestro.

Sigo con la mirada a Yukari. Mala puta. Haz algo. Detenlo. Grita. Chilla. Saca una cámara. Únete a la fiesta.

PERO HAZ ALGO!

Ahora mismo no sé si mi cara está blanca de la impresión o roja de....ira, supongo. Otra cosa no debe ser.

-¡Maldita fulana! ¡No me dejes aquí solo acosado!-espeto, aunque no hace ni caso una vez en la cocina.

Estoy rodeado de convenencieros....Me han dado unas extrañas ganas de apalearla.

Pero si bien me distraigo con esos pensamientos tan míos, noto de nuevo como Saizô me acaricia las piernas y de repente, vuelvo de golpe a la tierra.

-¿Eh? ¿Lo qué?-pregunto, distraído. Ha sido un poco shokeante. Es entonces cuando soy consciente de lo que dice y me arde la cara--¿¡Pero tú de que vas!? No has visto que hay gente!?-protesto.

No creo que sea taaaaaan rebelde (n/A: Dos veces verde : D) para hacer cualquier insinuación (otra cosa no me espero de él) en un lugar con gente. No es del tipo tan exhibicionista....

Y luego yo era el raro....

Ignoro el grito cabreado que le dedica a su jefa...espera, no. Una mierda ignorarlo.

-¿Acosado? No te veo resistirte.-replico ante su acusación infundada. Vamos, muy asqueado no le veo con todo esto. ¿O acaso estoy equivocado? Porque, hasta donde he ido viendo, bien que lo estaba disfrutando.

No hay quién le entienda.

Por otro lado, cuando parece recaer en que vuelvo a acariciarle y, sobre todo, escucha la insinuación, es cuando presta de nuevo atención a la situación en la cual se encuentra. En serio, cazurro totalmente. Aunque es divertido ver como se le enciende la cara al recaer en ello.

-¿Y? No creo que le moleste.-contesto con simpleza, sin detenerme en lo más mínimo. Total, su amiga o jefa o lo que fuese había pasado de largo sin decir nada más. Es más, nos había motivado a seguir con lo nuestro y, siendo así, ¿para qué pararse?

Si le da por salir a jodernos, ya me encargaré de hacer que no despierte.

Frunzo el ceño y le miro con desdén.

-Para tí es fácil decirlo-replico entre dientes. Él no lleva esta ropa tan rara, en su lugar yo también estaría tan bravucón.

Me pregunto por qué siempre soy el que acaba en situaciones de esta índole....voy a plantearme una cosa cuando salga de aquí.

-Y no se trata de que me moleste, en parte-espeto-Pero hasta donde puedo decir, no me va demasiado ni el fetichismo ni el exhibicionismo.

De hecho, incluso me preocupa que siga ahí dentro esa jodida loca, pero bueno.... si no molesta, pues....

Ruedo los ojos y chasqueo la lengua, empezando a cansarme verdaderamente de tanta chachara.

-¿Fácil? Ya, claro, esto es algo que hago todos los puutos días. Tirarme a un tío vestido de sirvienta en la mesa de una cafetería. Ya, lo más normal del mundo. Sencillo.-replico, con cierto tono de ironía y sarcasmo entremezclado.

Si es que hay que joderse, menudas gilipolleces le da por decir a este en los momentos menos indicados.
Resoplo ante lo siguiente. En serio, estoy por callarle...

-Aquí no entra nadie, creía que con las dos neuronas que tienes, te habrías dado cuenta ya pero parece ser que estaba equivocado.-contesto, sin poder evitarlo, con ese desdén y tono ligeramente (por no decir bastante) insultante. Oh, pero...tengo una idea sobre lo otro.-Pero para el tema de la ropa...tengo una idea~. Si tanto te molesta, quitatela.-digo, formando una sonrisa de lado en el rostro.

Oh, sí, ahora no podría quejarse más por la ropa.

Se está pasando de listo. Se debe de pensar que soy idiota o algo.

-Para empezar, no te estás tirando a nadie-replico. Que esté encima mía no implica que haga nada productivo (tampoco lo veo muy desesperado, así que....)-Y ya me gustaría verte a ti con fald....No, no quiero verlo-digo, con una burlesca mueca de desagrado.

Empieza a molestarme su tonito de superioridad. Me hace sentir.... algo así como menospreciado, y no me agrada demasiado.

A lo siguiente que dice, no sé si lo miro con desdén, con sorpresa o con cara de burla.

-Ya, claro. Te veo muy peripuesto-replico-Tú no me harías eso porque no quieres nada conmigo. Ya lo has dicho, solo intentas molestarme, así que vete con tus falores a otra parte.

No es ninguna mentira....No puede ser más imbécil.

-No falta mucho para que lo haga.-respondo con simpleza y seguridad a lo que dice. Si seguimos así desde hace media hora no es precisamente por mi culpa. ¿A quién coño se le ocurrió ponerse a hablar? A él. Su culpa.-En tus putas fantasias fetichistas lo verás, en la realidad: NUNCA.-sentencio. Y a quién tenga los cojones de siquiera insinuarlo, le corto las manos, las piernas y todo lo que se me pase por la mente.

¿Dije que me estoy cansando de tanta chachara? ¿Si? Pues joder, esto es un no acabar. Estoy por empezar a darle la razón como a los tontos y ver que pasa.

Ahora tiene que ser mi cara la que refleja sorpresa. O algo similar. ¿Pero que cojones se cree este?

-¿De que cojones hablas? ¿Qué te crees? ¿Qué voy haciendo cosas así siempre?-contesto, comenzando a cabrearme. Se ha pasado cuatro pueblos y más, me estoy quedando corto.-¡¿A que parte de esto lo ves como un "farol"?!

Mi mente no aguantaría una imagen de Saizo con falda, así que pensaré en cosas bonitas, como gatos, dangos y un bate de baseball con pinchos.
Pero que levante la voz no me agrada demasiado. Le tapo la boca con la mano como puedo.

-Cállate! Aún querrás que venga esa golfa-gruño.

En cuanto deja de quejarse, aparto la mano y analizo un poco sus palabras. No entiendo muy bien por qué se ha enfadado tanto. Si el lo ha dicho, que le gusta molestarme, y nunca hemos hecho nada más de esto, pues... además, nuestra relación es más bien...mala. No soy un lumbreras pero no querría nada conmigo de ese tipo.

-Quizás no siempre-digo lentamente. No sé por qué, no me apetece cabrearlo ahora. Me da... mala espina.-Pero reconocerlo no te va a hacer daño. No creo que realmente te emocione mucho la idea de hacerme...cualquier cosa que digas-digo. Intento sonar indiferente, pero sueno algo alicaído.-Ni tú ni nadie.

No es nada nuevo. Soy bastante asocial y estas cosas no me han llamado nunca porque tampoco tenía con quién llevarme lo suficientemente bien para ello. Sé que le caigo mal a mucha gente, a Saizo en especial, así que no es algo que me sorprenda demasiado.

Es así, ¿no?

Frunzo el ceño al verle perderse en lo que sea que esté pensando y más aún cuando me tapa la boca. ¡¿Quién cojones se cree para hacerlo?! ¡Ya me estoy empezando a cabrear de nuevo!
Con un movimiento molesto y algo brusco, apartado su mano de mi cara, manteniendola sujeta por la muñeca.

-Ni se te ocurra volver a hacer eso de nuevo.-casi lo digo siseando, mirandole fijamente con el ceño extremadamente fruncido.

Aunque, al menos parece pensar en algo. Al fin. pero sus siguientes palabras sólo hacen que me descoloque un poco. Hace un momento, e incluso ahora (lo cual me joder), sigue repitiendo lo mismo pero...¿soy yo o parece...deprimido por ello? Quién lo diría, este diciendo algo así y de ese modo. Ver para creer. Aunque yo tampoco puedo decir mucho.

Pero ya está, me cansé.

-Estoy harto. Se acabo el descanso.-digo, para seguidamente retomar, sin esperar respuesta, lo que estabamos haciendo antes, uniendo con algo de brusquedad mis labios a los suyos, iniciando un nuevo beso mientras mis manos retoman las caricias, haciendolas más sugestivas que antes.

De seguir así, pasaríamos la noche hablando/discutiendo/matándonos y no me sale de los cojoones dejar esto así. No de nuevo. Ya lo dije antes y me reitero en lo dicho. Se acabo darle vueltas a la misma mieerda durante más minutos. Eso es desperdiciar el tiempo.

Esperaba que se apartara, cansado te tanta marear la perdiz, y de alguna manera, pudiera dejarme en paz. Quizás no debería haber dicho eso, no tanto por él como por mí.
Mierda, ahora sí pienso como una chica. Es odioso.

Pero antes de poder quizás replicar alguna cosa en su contra, se vuelve a abalanzar sobre mí. Se ha juntado con tanta brusquedad que hasta me hace daño en los dientes...¿qué hace? ¿a qué juega? ¡No lo entiendo, juro que no lo entiendo! Va con más ganas de antes, o quizás sea mi imaginación, pero mi cuerpo reacciona y sé que no es cosa de mi cabeza.

¡Menudo momento elijo para pensar! ¿Hablará en serio? ¡No me lo creería? ¿Y si es una broma? ¿Y si no lo es? ¡Superaría el más bizarro de mis sueños..!

Aunque me encantaría pararme a pensarlo con más tranquilidad o algo así, no es el mejor momento y no soy que se diga muy rápido reaccionando a veces...o al menos no de la manera más correcta. Su fuerza puede contra la mía y me recorre los muslos con más determinación que antes, así que quizás no sea una broma a fin de cuentas. Me gustaría poder reaccionar como él, quizás, pero mi cuerpo hace lo que quiere, y en un momento así, debe ser lo normal. Ese contacto hace que me vuelva a tensar, y no lo negaré, esa tensión que recorre mi cuerpo momentáneamente me gusta. Me aferro con las manos a sus hombros, clavando las uñas en su ropa, y presiono más en los labios, queriendo incluso morder. Tendrá que pasar mucho tiempo hasta que me olvide de ésto...

-Hm....

Me esperaba esa respuesta por parte del pelirrojo. Por mucho que hable, es el primero que vino buscando algo como esto en los jardines... y después también. Así que, ahora, no debería ser la excepción...y respuesta acertada.

Le noto responder con el mismo (o mayor) entusiasmo (ganas, o lo que sea) al beso, clavandome las uñas en los hombros por encima de la ropa que, aún siendo así, alcanza a molestar, por lo cual suelto un gruñido en el beso, mordiendole el labio inferior en compesación por ello.

Mis manos siguen deslizandose por sus piernas, pero ya no con tanta lentitud como antes. He comprobado perfectamente el efecto que tiene el ir despacito con este cabeza hueca: se pone a hablar de estupideces, como intentando retrasar el momento. Así que, se acabó.

Finalmente llego hasta la prenda que busco: la interior, y agarrandola de los bordes, tiro de ella, quitandola de su lugar y sacandosela, para seguidamente lanzarla al suelo, sin detenerme mucho. Aunque eso sí, viendo como va vestido, casi me imaginaba que la loca esa le habría obligado a llevar algo a conjunto con lo exterior.

Bien por el que pudo defender su hombría al menos en cuanto a ropa interior se refería.

Sin dilación, deslizo nuevamente mi mano bajo la falda, agarrando su miembro y comenzando a masajearlo, lentamente, provocandole e incitandole.

Gruñe, se revuelve encima mía, muerde mis labios y sigue recorriendo mis piernas. Lo hace de una manera entre posesiva y quizás, violenta, no sé, pero me recuerda de alguna forma a una pelea. Pensándolo así, un escalofrío de morboso placer me recorre de arriba a abajo. Quizás no sea tan diferente después de todo.

Lo que está claro es que no se detiene, y mi cuerpo tampoco. Me gusta como gruñe, y le muerdo los labios, la lengua, la comisura, todo cuanto puedo, dejando escapar ligeros jadeos. Me cuesta a veces coger el aire, pero o no me doy cuenta de ello o tampoco me falta tanto oxígeno.

Pero es en cuanto llega a la ropa de abajo y la quita con rapidez cuando vuelvo a tensarme. Oh, por el amor de....! Si no quisiera, no estaría ahí, ¿¡no!? Es cierto, le hubiera sido mucho más fácil darme una paliza o algo, pero ahí está....

Me calmo un poco autoconvenciéndome de eso, pero me dura poco la tranquilidad. Cuando me acaricia, siento una sensación placentera a la par que electrizante, o algo parecido. La manera en que lo hace provoca que mi cuerpo se agite bajo el suyo y ahogue un gemido nervioso pero de placer. Ya me tocó una vez, pero esta situación es distinta, la cantidad de ropa (y la clase....) también es distinta, también nuestro humor es distinto.... y sentirlo recorrer con su mano mi miembro es placenteramente distinto a la otra vez.

A eso no puedo contenerme...

-Ah...n-no...-mascullo en un gemido, cuando puedo, en los pocos segundos que nuestras bocas se separan.

Tiembla y responde gustosamente a lo que hago, aportando el también lo suyo. Mordiendo, gruñendo, jugando, jadeando. Yo también respondo de manera algo similar a lo que el hace, siguiendole el ritmo en todo lo que hace.

Esto...no puedo evitar que me cause una mezcla entre placer y extrañeza. Una sensación un tanto...bizarra, quizás. Pero, por otro lado, no es nada desagradable. La respiración se nos nota agitada a ambos pero creo que ya eso no importa en lo más mínimo.

Lo noto tensarse inicialmente cuando mis manos se cuelan bajo el vestido y despues relajarse al menos parcialmente. ¿Qué se cree que no soy capaz? Y obviamente una sonrisa ligeramente de lado, algo burlona y también complacida, se forma en mis labios cuando masculla ese "no" en pleno gemido en cuanto acabamos con uno de los besos.

-¿No? Necesitas ser más sincero, Kamanosuke.-digo con un poco de diversión, sin dejar de mover la mano sobre su miembro, haciendo los movimientos lentos y ligeramente provocativos.

Tardo un par de segundos en darme cuenta de que me ha hablado. Tengo la cabeza en otro sitio totalmente, y es que al fin y al cabo, no soy de piedra. Es una sensación tan placentera, tan... enloquecedora, que es inevitable, no lo puedo remediar, cada segundo que pasa me excita más y más y debe de notarlo, con la mano ahí abajo.

Por eso, cuando por fin asimilo lo que ha dicho y noto la lentitud que me vuelve loco cuando me toca, acerco mis labios a los suyos, pero no lo beso. Puedo notar su aliento cálido, pero en vez de eso, le muerdo ligeramente en el cuello, a modo de protesta.

-Soy sincero...-le susurro, sin poder evitar que la voz salga con claro deje de excitación y respiración entrecortada-No... no te detengas-le vuelvo a decir, antes de volver a morderle superficialmente donde antes. Es como si incluso su piel tuviera, además de un tacto y temperatura agradables, un sabor que me gustara...

Y no le he mentido.... no le detuve en esa ocasión en ningún momento ¿no?

Se le nota un tanto atolondrado, algo fuera de lugar, o esa es la impresión que da. Vaya, curioso verle así. Reconozco que yo también noto la mente algo nublado por la cantidad de sensaciones que me invaden en este momento. No sé si eso es bueno o malo pero, ¿realmente importa ahora?

La respuesta tarda en llegar unos instantes y de una manera un tanto inesperada. Le dejo hacer, emitiendo algo que otro gruñido excitado por sus acciones.Una leve risita se me escapa, más que burlona, divertida.

-Bien. No pensaba parar de todas maneras. Ya te lo dije antes.-replico a lo que dice, pasando yo ahora a jugar con su cuello, a bajar gradualmente por este hasta el pecho, atrapando uno de los pezones con la boca, jugando con él.

No sé si a ése último comentario debería reírme o...reírme, descarada y malvadamente en su cara. No voy a arriesgarme por hoy, no estoy en la mejor situación. Aunque me gusta como gruñe. Se hace el duro, se calla y se recrimina, pero no es un insensible físicamente.... creo. Es igua-

-Ah...-gimo, más bien sorprendido, cuando llega hasta mi pecho. Me sorprende un poco que sea sobre la tela, lo cual es algo más molesto, y más húmedo, y roza más y...y...

Uah! Maldita sea, no podré confesar esto ni bajo tortura. Si me muerde no me podré contener. Lo...odio. Por desgracia, no creo que se lo crea demasiado. No puedo acallar ni mis jadeos ni gemidos, y ni aún con la boca tapada sería demasiado discreto. Y por si fuera poco, no aumenta la velocidad, y estoy terriblemente excitado. No conozco mi límite en ésto, pero me pone nervioso. Necesito algo más...

-Ma-maldita sea, Saizo-logro medio reprochar, con voz excitada, mientras me aferro a él como puedo por los hombros, cerca de su cuello. Me siento algo resentido, me molesta que lo esté haciendo él todo. Esa camisa suya me molesta, tengo que quitársela de en medio...

Todo esto es tan subrealista que ya ha dejado de cobrar importancia el hecho de que este idiota pelirrojo sea una de las personas que más rápidamente me saca de quicio o...cualquier otra cosa que pueda ser. Si alguien me preguntase el cómo hemos llegado a esta situación...¿tendría alguna respuesta verdadera que darle? ¡Ja!

Le oigo maldecirme con excitación de manera entrecortada y sólo me provoca una sonrisa ladina de suficiencia. Mucho ponerle pegas y miralo ahora.Y esa sonrisa se amplia con diversión al ver como se deshace de mi camiseta de esa manera tan brusca.

Muerdo ligeramente su pezón antes de liberarlo y volver a ascender por su cuello, mientras que con la mano que se encuentra en su miembro, realizo un par de caricias breves más rápidas que las demás, volviendo a las lentas.

Cuando siento una ligera presión y un instantáneo pinchazo de ligero dolor, sé que lo ha hecho. ¿No puede contenerse, o es que lo hace a posta? (n/A: No, es telépata : D). Me tengo que tapar la boca con una mano para impedir que me oiga, y si me ve, que sepa que me vengaré de alguna manera. ¡¡No sabía que ese punto fuera tan débil para mí, y me molesta que tenga que ser él quien vaya a tocarlo, de alguna manera!! Dice que no le gusta que me enfade o dé la vara, pero lo hace a propósito, todo a propósito. Y encima esta ropa molesta, pero es aún más difícil quitárselo que ponérselo.
Es muy surrealista... pero no puedo pensar en eso ahora.

Como si no le fuera suficiente con morder, hace lo que quiere ahí abajo. Es mortificante (placentero, pero mortificante), y mi cuerpo reacciona por sí solo, contra mi voluntad. Incluso se me descontrola la respiración y eso me agobia, y eso me pone nervioso! (Hm...hay algo que no me ponga nervioso? Dormir, puede...es igual). No puedo permitir que vaya haciendo lo que quiera solo porque y vaya de maid y el esté encima.

Me revuelvo un poco bajo él, como si intentara deshacerme de él durante unos segundos, lo justo para que en el movimiento, pueda poner una pierna entre las suyas y no separadas como antes. Como tampoco me he removido demasiado ni he vuelto a ofrecer esa "resistencia" no creo que vaya a hacer nada, a lo cual yo sí puedo hacer lo que planeo. Así que con cuidado de no hacer ningún movimiento muy brusco (me va a costar un poco, y más si me muerde el cuello o hace cualquier otra cosa que me sobresalte (n/A: No, no va a pasar nada violento ¬¬)), elevo ligeramente la pierna hasta que puedo rozar su entrepierna y puedo frotar con suavidad. A esto sé jugar también y no pienso dejarle pasar ninguna.

Nunca imagine encontrarme en esta situación ni sentir todas estas sensaciones a causa del loco este pero reconozco que no me molestan. Casi puede afirmar que me alteran más aún. Le dejo taparse la boca, dedicandome a lo mío, aunque esa mirada que me lanza con claros deseos de venganza...sólo me enciende más. Raro, ciertamente, pero por lo momento no me voy a plantear el extraño origen de todo esto. Por lo pronto, tengo un buen punto débil para torturarle un poco. Tampoco parece molestarle demasiado lo que hago en su parte inferior aunque, de ser lo contrario, sería un tanto irónico y más con lo dura que se le ha puesto en el poco tiempo que llevo masajeándola.

Noto su pierna rozar con suavidad mi entrepierna, lo cual causa que se me escapa un ligero gruñido ronco y excitado, haciendome bajar la guardia momentáneamente al no esperarmelo. No sé cuando a llegado su pierna ahí, ¿cómo cojones lo ha hecho sin que me de cuenta? He bajado demasiado mis defensas y así es como acaba la cosa. Aunque, igualmente, no me molesta demasiado. Está colaborando, que ya era hora. Si no hubiese sido así, esto no habría sido del todo entretenido, ¿no?

Continuo con el juego un rato más mientras que mi boca juega por aquí y por allá: cuello, clavícula, lobulo de la oreja, barbilla, etc., todo ello al tiempo que mi mano sigue con las caricias, centrando intempestivamente las caricias solamente en la punta, buscando desesperarle en lo máximo posible. No sé porqué, pero repentinamente me han entrado ganas de seguir así y no parar hasta que me lo suplique o, como minimo, que lo pida él mismo. Será dificil pero, ¿porque no probar?

[OMG como que loco este e__é mira que te que te....(?)]

Puedo notar una cosa clara. La mirada que le he lanzado no lo ha intimidado, pero tampoco... molestado. Parece que eso ¿le excita? No sé por qué, pero pensar en eso me provoca el mismo efecto... quién lo diría...

Incluso aunque intentara negarlo, la manera en la que gruñe cuando le rozo ahí abajo puede conmigo. Los dos nos contenemos de alguna forma, pero él más que yo, y las pocas veces que veo que puedo pillarlo..¿desprevenido? me pueden totalmente. Me gusta como gruñe y como se queja (es... no sabría como explicarlo!), pero... noto que me desagrada que lo haga poco. Necesito...escucharlo más... Ni siquiera me importaría que me mordiera de nuevo, donde quisiese y cuando quisiese.

Quizás mi mirada de antes realmente le excitara, porque me acaricia y me toca a conciencia. Sabe que eso me desespera... lo sabe, y no sé si odio que lo sepa. En el juego de mordiscos que tiene conmigo, no quiero quedarme atrás. Donde puedo y cuando puedo, dejo la marca de mis dientes, y jadeo cuando él me muerde a mí. Como si estuviera devorándome, y viceversa. Quiero dejarle marcas para que luego se acuerde, se arrepiente o no.

Sé...sé que pretende. Concentra ahí sus caricias porque quiere...quiere que suplique. Lo conozco, lo sé, sé que es lo que busca, busca desesperadamente que le pida más. Mis piernas tiemblan a sus caricias, lo cual me ayuda a acariciar con una de ellas su miembro, aunque él tiene ventaja, aún lleva los pantalones...

Lo peor de todo es que quizás si deba pedírselo...¿o no?

-S-Saizo...-susurro en un gemido totalmente excitado. Mi voz no tiene ningún deje de enfado o reproche, ni de nervios, solo de deseo. -Ve...ve más rápido....-le vuelvo a susurrar en el lóbulo de la oreja, cuando puedo tenerlo cerca de mí.