Descanso~ [Privado con Kamanosuke]

No sé porque retrocede, no le va a servir de nada. Incluso si echase a correr, acabaré por cogerle. Ya dije, no importa el tiempo que tarde, voy a dejarle unos cuantos morados bien repartidos por tooodo su cuerpo.
No conesto a lo que dice, es más que obvio que no hace falta que diga lo que pienso: mi cara seguro que lo dice todo.
Bien, la pared, ya no puede retroceder más, perfecto.
Termino de acercarme a él y continuando con mi mutismo, le lanzo un puñetazo directo al rostro.

Aiyaa~~!! Veo su puño con el claro objetivo de dejar mi cara echa una sopa, pero, bendita sea. Él es rápido, Pero yo también. Antes de que el puño llegue a darma, hago a un lado la cabeza y lo esquivo. Siento un tirón en el pelo y aunque no me ha dado, si que ha impactado en unos de mis preciosos cabellos (uuh...mis cabellos T^T). Me aparto rápidamente y vuelvo a levantar los brazos en señal de..."paz".

-¡Te he dicho que es broma!-repito-¡Y tú también estás todo el día tomándome el pelo!-el justifiqué, poniendo los brazos en jarras. ¡Eso era verdad! No era justo!-¡Así que no te enojes como un niño chico!-Ay, ¡tenía tantas ganas de decirle que su comportamiento era también como el de un crío! Y eso porque me lo ha dicho a mí veces y veces....

Lo esquivó. En parte era demasiado estúpido que se quedase quieto y, aunque me jode no haberle dado a la primera, no me importa. Los nudillos me molestan ligeramente al haber impactado con la pared, pero no pienso estarme quieto hasta darle lo que se merece. Ignorando el ligero dolorcillo, aparto el puño de la pared.
-Haberlo pensado antes de hablar, asique ahora afronta las consecuencias.-y amplio ligeramente la sonrisa, afilando la mirada.-No está mal comportarse como crío de vez en cuando.
Y dicho esto lanzo un nuevo puñetazo a su rostro.

Miralo, ahí va de nuevo! Y eso que precisamente me levanté diciendo "Hoy, Kamanosue Yuri, vas a ser medianamente más bueno de lo normal y no vas a herir a gente inocente" (bueno, dentro de lo que cabe, Saizo...inocente...hm. Tendré que meditarlo).

Lo esquivo de nuevo, pero siento que igualmente me caigo. Creo que mi cara tiene la mayor mueca de desagrado del mundo. ¡Bien, Kamanosuke, BIEN! ¡Un aplauso! ¡Solo a tí puede ocurrirte que a escasos segundos de tu posibilidad de vida o muerte, vaya y te resbales! ¡Yupi! (ironía off)

Siento que lo primero que retiene mi caída de manera bastante molesta es la pared, y me golpeo en la cabeza contra ella. No me preocupa, aunque ha dolido, porque yo también soy un cabezota y tendrían que lanzarme desde un quinto piso para poder hacerme algo decente. Pero prefiero no darle ideas a Saizo en esos momentos. El dolor ha hecho que suelte un quejido de disgusto, ahora sentado en el suelo y apoyado en la pared, pero no puedo bajar la guardia.


-Mierda...-

Aunque algo me dice que va a ser inútil.

De nuevo mi puño choca contra la pared, y esta vez si frunzo el ceño, con algo de molestia. ¿Tanto trabajo le costaba quedarse quietecito y recibir mi puñetazo con tranquilidad? De verdad que no le entiendo, tanto molestar y estar cuando no debe, pero cuando se necesita que se quede donde está, no lo hace.
Esta vez no pienso darle tanto tiempo de reacción. Y sin previo aviso ni nada, le lanzo una patada a las costillas.

Siento como me patea las costillas y no puedo evitar ahogar un grito de dolor. Me retuerzo y siento algo parecido a las náuseas. Menudo bestia, pero incoscientemente, sonrío. Le dirigo una ladeada mirada que mezcla diversión, malicia y locura. Debería ir a un psicólogo, pero no suelo hacer caso a lo que me dicen a menudo. Chasqueo la lengua, y hago una mueca burlesca.

-No te has descargado a gusto en tiempo, ¿eh?-le digo, entre una tos seca, pero en mis labios sigue habiendo una sonrisa. Realmente, disfruto con estos chanchullos. No hay mucha gente que pueda pelearse conmigo y salir ileso, y me hace gracia ver como pueden superarme. Solo que bueno, esta vez la balanza ha sido algo injusta-Vamos, sé que tienes huevos-río, malicioso. El dolor no cesa en mis costillas, pero no es algo a lo que le preste mucha atención en esos momentos.

Me reta, ¿eh? Bien, pues que siga la diversión.
Me acerco hasta su lado, y agachandome, lo cojo de la camisa y lo levanto, quedando cara a cara con él. En serio, no entiendo que es lo que tiene este tio en la cabeza. Le acabo de dar una buena patada en las costillas y el loco solo ríe y me desafia, por que sé que eso es lo que está haciendo al mirarme de ese modo y con sus palabras me lo confirma.
Sin pensarmelo dos veces y ni siquiera responder a su provocación, ahora si le arreo un buen puñetazo, dejandole caer al suelo.

Caigo al suelo violentamente. Menuda ostia. De alguna manera, la cabeza no me va del todo bien y no noto tener suficientes fuerzas para retarle más o para lo que sea. Chasqueo la lengua, intento incorporarme, pero los brazos me fallan. Siento un sabor metálido en la boca y sé que es mi sangre. Toso un par de veces y unas gotas manchan el suelo. Creo que me ha partido el labio, pero de alguna manera, me siento satisfecho, Estaba claro. Ese era Saizo, y Saizo no podía guardar bajo su apariencia ninguna bondad. Ya decía yo.

-Justo como imaginé-es lo máximo que logro sususrrar. Los brazos me fallan y caigo boca abajo contra el suelo, pero tengo en mis labios una media sonrisa. Me duele esbozarla, pero es que no creo tener más vergüenza o carácter para otro gesto. Soy así.

Al ver como cae boca abajo contra el suelo, con esa sonrisita que tanto detesto es cuando me doy verdaderamente cuenta de lo que acabo de hacer: otra vez he vuelto a caer. Si es que soy un grandisimo imbecil. No, soy más que eso. Lástima que no haya una palabra que lo defina en su totalidad.
Me tapo con una mano el rostro, cabreado ahora conmigo mismo. Tanto cambio, ¿para que? Si la jodo a la primera de cambio. No si al final iba a resultar verdad que era un jodido bloque de hielo. Verdaderamente, odio esto. Pero, siempre, antes de que me de cuenta,...ale, ahí estamos de nuevo.
-Tch.-chasqueo la lengua y encarando a la pared, le suelto un par de puñetazo bien dados, terminando de descargar el cabreo y la rabia que me quedan.

Toso un par de veces más y no siento más palizas ni golpes. Por otro lado, lo que sí logro a oír es como el que es golpeada ahora es la pared, o eso me parece. Hago una mueca de desagrado,. Siento como por la comisura de mis labios gotea sangre. Intento incorporarme, y solo logro apoyarme en un brazo. Con el otro intento limpiarme un poco la sangre, y lo miro con una mueca de desgana y desagrado.

-¿Qué haces ahora, gilipollas?-Sí que era raro, pensé, frunciendo el ceño-Tch... -Lo creía más hombre la última vez. A todo esto, espero que no se le ocurra la excusa que me viene a la cabeza, porque si no....

Si, definitivamente tenía que ser gilipollas. Ah...con lo fácil que habría sido dejarlo inconsciente. Al menos así cerraba la boca un buen rato.
-Cállate antes de que me arrepienta.-siseo, dandole un último puñetazo a la pared mientras inspiro, hondo, terminando de tranquilizarme. Me miro los nudillos, los cuales sangran un poco pero...bagh, tampoco me duelen tanto y ahora ya estoy más relajado. Noto que su mirada muestra desagrado ante el final que a habido y, puede sonar repetitivo pero, una de dos, o es tonto, o simplemente masoquista. Aunque yo creo que ambas cosas, sobre todo más de la primera.
-No voy a perder el tiempo contigo, greñudo.-suelto, caminando hacia donde está aún mi chaqueta, como si nada hubiese pasado.-Además,-añado, dejandome caer sentado, para seguidamente volver a recostarme.-seguir golpeando a una mujer, me dejaría un sabor amargo.

Si me quedasen fuerzas para atacarle, quizás lo haría, pero he recibido demasiado hoy y no estoy para más.

-Estás susceptible últimamente, ¿eh?-pregunto, incorporandome y sentándome con la espalda apoyada en la pared-¿No hay manera de estar de buenas contigo?

Es una pregunta estúpida. Todos los que lo conozcan saben que la respuesta es NO.

-Además-repongo, ya cansado-¡Soy un chico!

Da igual que sea repetido, pero siempre me saca de mis casillas con eso.

Sulto un bufido disconforme.
-Tu empezaste.-ciertamente, en parte era mi culpa, pero la otra era suya...la parte más grande. Si no fuese tocandome la moral cada cinco segundos, quizás podríamos llegar a llevarnos, al menos, de manera civilizada. Pero a ese cabeza de alcornoque, sólo le entraban las cosas en la cabeza a base de golpes...o eso creo, porque hasta donde he podido comprobar, es así.-Si te cortases el pelo quizás parecerías más masculino.

A su respuesta, me paso inconscientemente las manos por el pelo, hasta el flequillo.

-¿Eso cre....?-corto de sopetón, dándome cuenta que me lo he tomado en serio. Interiormente, me molesta no solo que él me llame chica indirectamente....también me molesta que me confundan con una mujer gente desconocida (cosa que alguna vez me pasó...). Le miro con el ceño fruncido-¡Pues tú parecerías mássss....!-me muerdo literalmente la lengua. He estado a punto otra vez de decir algo que me hubiera dado más de varias palizas más, y creo que no es lo mejor de este momento. Le hago una mueca burlesca y me culpo de brazos-Y si empecé, ¡tú diste coba!-justifico, haciendo un mohín.

Premio para mi.
-Si, eso creo.-respondo igualmente a su pregunta sin finalizar. No hay que ser un genio para darse cuenta del ''error'' que había estado a punto de cometer.-No pretenderías que me quedase callado, ¿no?-le replico, para seguidamente hacer un mohín, volviendo el rostro en su direccion, mirandole y arrugando un poco el entrecejo.-Y ya puedes ir soltando lo que ibas a decir. ¿Que parecería más?
Sé que no debo preguntar pero me puede más la intriga de saber lo que iba a decir que el hecho de que la respuesta pudiese ser algo que no me agradase demasiado.

Hago una mueca de enfado y susurro varias maldiciones por lo bajo. Debo aprender a quedarme más calladito.

-Pues no te lo pienso decir-le respondo-Quiero mantener mis otras costillas a salvo-repongo, y miro a otro lado, altanero. Y eso es verdad. Me sigue doliendo el costado.-¡Así que ya puedes olvidarte de lo que iba a decir! ¡No te vayan a dar remordimientos luego de violento!-le respongo.

A esto me refiero con que aprovecha cualquier oportunidad para restregarme por la cara cualquier cosa que haga.
-Haz lo que te de la gana.-repongo bruscamente, tumbandome de lado, quedando de espaldas a él.
Si no quería salir mal parado, podría haberse defendido. No es la primera vez que nos liamos a ostias el uno con el otro, asique es su problema el haber quedado así.

-Bah-repongo, apoyando la cabeza en la pared. He vuelto a dejarme el pelo hecho un asco, y eso es una que le pienso guardar.-No sé ni para que me esfuerzo con tratar contigo-repongo-siempre fuiste así-digo, y me encojo de hombros, para luego cruzarme de brazos. Bueno, yo tampoco creo haber cambiado demasiado.

-Lo mismo podría decir yo de ti, greñudo.-le respondo, haciendo una mueca de fastidio. Si es que me podía.-Si tanto te jode, no lo intentes.-añado a los pocos segundos.
Todo era culpa del jodido del viejo, todo era su culpa y unicamente suya. Sabiendo como nos llevabamos...se le ocurre mandarnos al mismo sitio, cuando, como minimo, es como para mandarnos a cada uno a una punta del planeta, así, bien separados.

Le miro de refilón. Eso es verdad. Yo no he cambiado... y no sé si preocuparme. Nah. Mejor que no.

-¡Hum!-me cruzo de brazos-La verdad es que la pregunta de como llevo tanto tiempo hoy hablando contigo me preocupa. Debería pasarme por la enfermería-digo esto último en un susurro. La verdad es que me vendría bien. Me preocupa el mamporro que me ha metido, y solo pido que el dolor del costado pase. Porque como tenga una costilla rota me reiré por no matar.

Ah, no. Tu, estúpida conciencia, quedate donde estás. El mismo se lo había buscado, asique no era responsable de nada. Si quería ir a la enfermería que fuese el solo a patita. O mejor aún...
-Ahorrate la enfermería. Si te tiras por el balcón, será más sencillo y práctico.-le digo, señalando hacia la barandilla.

Miro la barandilla, pero sin ninguna expresión de malestar.

-....¿Qué piso es éste?-pregunto únicamente. Depende de la altura en la que esté, me lo planteo. Tengo una raja en la boca, no las piernas arrancadas, pienso.

¿Se lo está planteando en serio? Bien, bien, no si al final parece que nos llevaremos bien y todo...
-Creo que un cuarto o quinto piso. Pero con que cuides de no caer en ningun árbol, es muerte segura, y sino, bajo yo y te remato.-responde, para seguidamente estirazarme un poco en el suelo, volviendo a colocarme boca arriba. Tanto rato de lado y con lo duro de suelo, ya comenzaba a hacer que me doliese el cuerpo.

¿Cuarto o quinto piso? Hm. Árobles, eh? Eso no significa muerte segura. En mi idioma significa amortiguación de daños. Me río interiormente.

-Hm. Es una manera rápida de llegar-digo, levantándome. Me acerco a la barandilla y apoyo mis manos sobre ésta, y asomo la cabeza-Bah! Tampoco está tan alto. Podría servir...-murmuro. Creo haber visto cosas más altas de niño. Aunque no sé si mi altura tenía algo que ver con ese entonces, pero bueno...

Y sería capaz...
Sin prisas, me siento en el suelo, mirandole con una ceja ligeramente alzada.
-¿Vas a hacerlo o no? No tengo todo el día.-Nagh, no lo haría...Espera, si que lo haría.-¿Quieres que te dé un empujoncito?-le digo, levantandome y sacuendiendo mi pantalon.-No te preocupes, les diré a todos que resbalaste accidentalmente y no que te tiraste como un cobarde.-añado, acercandome hacia donde se encuentra, con claras intenciones de tirarle. Aunque sé que con eso último que dije, puedo quitarle las ganas de hacerlo.