Habitación 01 - Edward Elric y Aoyagi Ritsuka

Asintió y sonrió. De acuerdo, cojo mi gabardina y nos vamos.- Abrí el armario, me puse mi gabardina y salimos de la habitación hacia la ciudad.

Cuando volvimos de la cafetería, me eché en la cama, sin quitarme la gabardina siquiera, y pensé un mometno en todo lo que había pasado ese día. Lo último en lo que pensé fue... en Hikari...

Ya por la mañana, salí de mi habitación en dirección a las zonas del instituto que aún no conocía.

Volví y me ché directo a la cama. Mañana sería un día largo...

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A la mañana siguiente, me dispuse a ir al cementerio para realizar mis pruebas alquímicas. Como no tenía mi gabardina ahora, me fui tal cual, tempoco hacía tanto frío ahora...

Volví del cementerio sin pararme para nada, tenía que guardarlo todo rápidamente. Entré en mi habitación y lo guardé todo en mi armario. [Humm... debería poner un doble fondo aquí, si no, acabarían descubriéndome...] Miré el reloj. Había quedado con Hikari por la tarde para comenzar con la primera sesión. [Dejaré lo del doble fondo para otro día...] Cerré el armario y me dirigí a la habitación de Hikari.

Volví de clase de Yami - sensei para dejar mis cosas en el armario, y vi allí de nuevo los materiales para Alquimia. [Hummm... creo que será mejor que vaya ahora mismo a comprar madera para tapar esto con un doble fondo. Si lo dejo para más tarde, luego lo lamentaré...] Cerré el armario y salí de la habitación.

En cuanto tuve en mis manos la madera, volví a mi habitación lo más rápido que pude. Cuando entré, me cercioré de que por allí no pasaba nadie, cerré la puerta, puse el tablón de madera donde había planeado que pondría el doble fondo. Acto seguido, choqué las palmas de mis manos y toqué la madera y el armario, dejando perfectamente acoplado el tablón donde yo quería. De este modo, sólo yo podría quitar el doble fondo (sin destrozar el armario, claro).
Terminado esto, cogí una nota de papel para meterla en el cuarto de Hikari por debajo de la puerta, y me dirigí a su habitación.

Tras dejar la nota en el dormitorio de Hikari, volví para la habitación y me eché en la cama. Estaba más cansado por lo del cementerio de lo que pensaba, y me acabé quedando dormido...

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Al día siguiente, antes de ir a buscar a Hikari, me dirigí a la ciudad a explorar los paisajes naturales que había cerca de la misma.

Después de ir a la piscina, volví a mi dormitorio y dejé todo en un rincón para lavarlo más tarde. Salí de mi habitación después de esto.

Llegué a la habitación, aún un poco sonrojado. Me senté en la cama hasta que se me pasó. Pensé en intentar ser un poco más extrovertido la próxima vez que viese a Hikari. Esto último que me dijo antes de despedirnos hace un rato me sirvió para darme fuerzas. [Un día de éstos le diré lo que siento. No me importa que no sea correspondido, ya sería un avance que me atreva a decirlo, y al menos de este modo sabrá lo que siento. El resto depende de ella.] Con esto en mente, me eché en la cama y me quedé profundamente dormido.

-¡Wahhh! Parece que ya es de día...- Me levanté de la cama y me estiré un poco. El chapuzón en la piscina ayer me ayudó a dormir realmente bien. Abrí un poco más las persianas. -Hoy hace un buen día, quizás hasta vuelva a ir a la piscina hoy, siempre y cuando esté vacía.- Miré mi brazo Automail. A veces era un poco incordioso tener una pierna y un brazo de metal, debes aguantarte muchas veces sin algunas diversiones para no llamar la atención y acabar rodeado de curiosos. -Encontraré la Piedra Filosofal... te lo debo a ti, Alphonse... si no hubiera sido tan testarudo, tú ahora no serías una armadura andante... perdóname, hermano...- Permanecí allí de pie un largo rato, hasta que decidí salir a dar un paseo. Lo necesitaba con urgencia... Cerré la puerta y salí a dar una vuelta.

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Volví de la piscina y dejé las cosas tendidas para que se secaran. Me di la vuelta y fui hacia el comedor.

Entré en mi habitación en cuanto volví de la ciudad y cogí mis cosas para la clase de Yami - sensei. Después salí y cerré la puerta.

Después de la charla con Yami - sensei, volví a mi habitación. Me extrañó que no preguntase de qué chica se trataba, y no sabría decir si lo intuyó o no. De todos modos, tampoco me importaba tanto, sólo me concentré en dedicar un rato a cómo llegaría a conseguir una cita como quien no quiere la cosa, y quizás si consigo esto ya no suponga ningún reparo decirle lo que siento. Cuando me pareció haber ideado algo infalible, me eché en la cama y me dispuse a dormirme enseguida. Cuanto antes me durmiera, antes se haría de día y antes podría comprobar si funcionaría o no.

Me levanté un poco más tarde que de costumbre, y cuando salía de la habitación vi una nota que decía:


Cuando terminé de leerla, la metí en la habitación y la guardé. La verdad es que a mí tampoco me dio tiempo a pasar por su habitación para empezar la sesión. Salí de nuevo y me dirigí a investigar un poco más por la ciudad. Me puse el bañador y me cogí la toalla por si luego me apetecía bañarme.

Volví un momento a mi habitación para dejar allí tendido el bañador y la toalla. Después salí en dirección a la biblioteca.

¡Bufff! Había sido una noche agitada, en efecto. No sé si podré dormir bien, había actuado de una manera impropia de mí. Así que ésto es lo que pasa cuando sientes algo tan fuerte... y te lo guardas hasta el último momento. Bueno, aunque no era como yo esperaba, al menos se lo había dicho, y seguramente es mejor así, del otro modo, en el lago creo que habría acabado sin decirle nada, como siempre... en fin, me eché en la cama, intentando conciliar el sueño.

Me desperté tarde. Me había quedado dormido demasiado tarde, dándole vueltas a lo que pasó anoche. Ahora que lo pensaba fríamente, sí que era un poco confuso todo aquello, espero no haberle causado demasiados dolores de cabeza a Hikari... Fui al cuerta de baño a lavarme la cara, necesitaba despejarme. Decidí probar en la piscina, quizás tenga suerte y no haya nadie ahora, no me apetece nada ir hasta la playa, es muy cansado...
Cogí todo lo necesario y me dirigí a la piscina.

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Regresé bastante más tarde, guardé la toalla (que no llegué a usar) y volví a salir de allí.

Volví de clase de francés y dejé el material en mi habitación. Después, salí de allí de allí en dirección al lago... quizás con un poco de suerte estaría allí Hikari... después de lo de anoche, no estoy muy seguro de si pensaba ir o no... cerré la puerta tras de mí, llevando la comida en mi brazo derecho.

-¡Ahh...! ¡La mejor noche de mi vida, sin duda!- dije en voz alta al entrar en mi habitación. Estaba radiante de felicidad, y aliviado al mismo tiempo. Me apresuré a entrar en el baño para ducharme. Mientras me duchaba, recordé todo lo que había pasado... sin darme cuenta del tiempo que estuve allí metido...
Terminé después de un buen rato y me empecé a vestir, pensando de nuevo en todo lo que había pasado. [El lago parecía mágico anoche... hice bien eligiendo ese sitio]. Acabé de vestirme lentamente y me dispuse a ponerme la gabardina.

De repente, llamaron a la puerta. -Pasa, está abierto.- acabé de ponerme la gabardina y me dirigí hacia la puerta para ver quién llamaba.