Habitación 01 - Sasuke Arakami y Hibari Kyouya

-Los dos clavaron sus miradas en mi. los observé a ambos sin borrar la sonrisa de mi rostro. No me intimidaban para nada y si tenian planeado atacarme no sería un problema, al contrario, sería un buen entretenimiento para acabar el día. Cambié de posición y me alejé de la pared, acercándome un poco más a ellos y fijé mis ojos primero en Sasuke -así me saludas después de tanto tiempo Sasuke-kun? -remarqué el "kun" para hacerlo enfadar- Deberías alegrarte de verme -le dije dejando entrever tristeza fingida en mi voz. mientras le hablaba a el, se reproducian en mi mente los pensamientos de su compañero. Yo, el cliente de Sasuke, de un humano? no pude evitar reirme por lo bajo. Desvié mi vista de Sasuke y me dediqué a observar a su compañero con diversión -soy Sebastian Michaelis, profesor de arte. Un placer -dije respondiendo a su pregunta, mientras hacia una pequeña reverencia. Cuando me incorporé mi mirada se volvió dura y fría -dejándo ver mis verdaderos ojos-. No me gustaba que me involucraran con humanos -No se porqué crees que tu compañero vende su cuerpo pero, te aseguro que no soy su cliente -dije revelando sus pensamientos. Sonreí con malicia ante la expresión de Sasuke, que advertí sin siquera mirarlo y luego volví a observar las armas de su compañero -no creo que eso te sirva de mucho contra mi

Dirigí la mirada de nuevo hacía el demonio acosador y la endurecí aún más, el tono que había usado al pronunciar mi nombre me molestaba y mucho.¿Quién se creía que era diciéndo mi nombre como si me conociera? aunque supiera de mi pasado por eso de que puede leer la mente no le daba ningún derecho, ninguno en absoluto.

—¿Por qué debería alegrarme? no tengo nada que celebrar y menos en tu presencia. —Me encongí de hombros y abrí los ojos sorprendidos a lo siguiente que dijo, giré el rostro hacía mi compañero y afilé la mirada. Parecía que había hecho uso de sus poderes una vez más y ésta vez la víctima fue mi compañero, él pensaba...qué ese demonio era mi cliente...
varias venas palpitantes aparecieron en mi cabeza dejando entrever lo poco me gustaba que pensara eso de mí. ¿Yo? ¿vender mi cuerpo? ¿acaso no se lo había dejado claro?

Ese subnormal seguía pensando que yo hacía tal cosa y quería dejárselo claro, pero si lo hacía sólo conseguiría que pensara cosas que no son, suspiré mientras cerraba los ojos lentamente fijándolos de nuevo en mi compañero segundos después.

—La verdad esque me da igual lo que pienses de mí. —comenté con el tono de mi voz falsamente calmado—. Pero has elegido un mal momento para pensar esa gilipollez.

Apreté los puños y la mandíbula con fuerza, preparado para salir directamente corriendo para cualquiera de los dos de forma amenazante.

Escuché atentamente los pensamientos de Sasuke, voltee levemente mi rostro y dejé escapar una risita. Cuando volví mi cabez hacia el, mis ojos se habían endurecido de nuevo, aunque aún conservaban cierto matiz de diversión -por supuesto que no tienes nada que celebrar. Debe ser muy duro para ti el haberte enfrentado de nuevo a tus dolorosos recuerdos ¿me quivoco? -dije refiréndome al encuentro que había tenido con su mánager unos dias atrás. Paseé mis ojos por su cuerpo, fijándome en algunas heridas que aún eran visibles a pesar de la ropa. Al parecer no era solo por mi presencia por lo que estaba enfadado. Al parecer no sabía lo que su compañero, Kyouya pensaba de él. -En realidad, tu compañero no va del todo desencaminado con respecto a ti. ¿no te habrás olvidado de nuestro pequeño encuentro, verdad? -añadí en tono burlón y observé de reojo a su compañero. Estaba seguro de que al recordarlo, -sin mencionar que lo había dicho enfrente de Kyouya- se enfadaría mucho mas y la cosa se animaría. Me pasé la lengua lentamente por los labios, con deleite.

Los pensamientos de Kyouya volvieron a captar mi atención. El estaba igual de sorprendido que Sasuke. Sin duda estos dos humanos estaban resultando bastante entretenidos.
Dirigí mi vista hacia el, desdibujando una sonrisa maligna en el proceso -Como profesor, mi deber es asegurarme de que los alumnos no provocan ningún altercado en el instituto y si es así, intervenir. ¿no es eso lo normal? -lo observé unos instantes y añadí en tono más bajo, siniestro- muy pronto sabrás quien soy -mi sonrisa se ensanchó ante las palabras de Kyouya. Era lo que había estado esperando -Podrías intentar atacarme, si eso te complace

Cuando escuché lo siguiente que ese demonio dijo, antes de que me diera cuenta me lancé corriendo rápidamente hasta él y lo agarré del cuello empotrándolo en la pared que estaba apoyado, seguramente ni había intentado esquivarme sabía de primera mano que no tenía nada que hacer contra él, pero mi cuerpo actuó por voluntad propia, no iba a permitir que siguiera riéndose de mí.

—Cállate... —mi voz sonaba amenazadora, ronca y dura—. ¡Cállate! —hice más presión en su cuello y lo miré con odio profundo.
—¿Por qué no vas a joder a ese chico con el que siempre estabas? ese tal, Gokudera Hayato... —mis dientes chirriaban de los fuerte que los apretaba—. ¡Ya te dije que dejaras de meterte en mi vida!

La mirada que me dedicaba ese bastardo me frustraba, parecía divertido con todo ésto, seguía burlándose de mí y yo no podía hacer nada para evitarlo. Levanté el puño con la intención de golpearle pero un dolor intenso en mi pecho me hizo caer de rodillas al suelo gimiendo de dolor, miré hacia mi pecho y vi como empezaba a mancharse de sangre.
Había estado tan mosqueado últimamente que se me habían olvidado completamente las heridas, el movimiento brusco que acababa de hacer me las había vuelto a abrir y ahora dolía de la misma forma que cuando me la hicieron.

—Mierda... —dije jadeando con dificultad, con un ojo cerrado, quizás mi mueca de dolor lo divertía a aún más, estaba seguro que hasta mi compañero se alegraría de verme así de nuevo.

Como era de esperarse, mis palabras habían desencadenado la ira dentro de Sasuke. Se abalanzó sobre mi -con tremenda lentitud, cabe decir- y me agarró del cuello, empotrándome contra la pared. Ni siquierame molesté en esquivarle, puesto que no me estaba causando daño alguno. Me limité a clavar mis ojos en el. Su expresión reflejaba impotencia, rabia y tristeza. Los humanos eran así de vulnerables y, lo que me divertía mas era que apesar de todo, creían que podian hacer algo para controlar la situación. Justo lo que estaba intentando hacer Sasuke en esos momentos. ¿con quien demonios creia que estaba tratando ese humano? -Esa no es forma de pedir las cosas. Si quieres que me calle, deberás pedirlo debidamente -Me seguí mofando, ignorando la mano con la que me sujetaba. Lo que me sorprendió fueron sus siguientes palabras. no pensé que hubiera citado a hayato precisamente ahora. mi expresión dejó de ser burlona y le dediqué una mirada helada -Eso no es de tu incumbencha, humano. Pero si tan interesado estás en que te dé una explicación. A el no lo jodería. molestarte a ti me divierte más. ¿no te satisface eso? -En ese momento una sonrisita de suficiencia apareció en mi rostro. Sasuke iba a golpearme, pero supe que no lo haría, Puesto que a su alrededor se estaba concentrando un delicioso olor a sangre, y eso solo significaba que las heridas se le estaban habriendo, cosa que pude comprobar cuando searrodilló en el suelo y empezó a jadear. Hm....era una visón hermosa, y el olor a sangre fresca me incitaba. Me moví acercándome a el y lo agarré por los cabellos para que me mirara -no deberias sobreesforzarte tanto con este cuerpo tan frágil...podrías morir -dije, casi con suavidad, tono que hacía mi voz más inquietante.

Mientras estaba hablando, me di cuenta de que cuando Sasuke había mencionado a Hayato, Kyouya se había sorprendido. Así que se conocían también. Estando inmerso en estos pensamientos, me percaté de que Kyouya se había acercado a mi, y me había golpeado. Recibí el golpe de las 2 tonfas y levanté el rostro hacia el, con expresión divertida y un hilito de sangre resbalando por la comisura de mis labios -ah...esas armas son bastante potentes...pero no lo suficiente -me quité los guantes de un estirón, dejando al descubierto mi marca y coloqué mi mano izquierda en la cara de Kyouya. Me reí por lo bajo y lo hice retroceder, hasta que impactó contra la cama. Solo me lo había quitado de encima usando muy poca cantidad de mi energía. No estaba interesado en matarlo aún. La diversión no había echo mas que empezar. Lo observé con desprecio mientras me acercaba a el, ignorando a Sasuke -no sabes hacer nada mas? -dije mientras movía la lengua a través de mis colmillos, ahora al descubierto.

Mientras intentaba que el dolor desapareciera, escuchaba vagamente lo que decía ese bastardo. Tal y como había imaginado seguía mofándose de mí, levanté el rostro hacia él con difucultad y noté que cambió de expresión al mencionar a Gokudera Hayato, luego me agarró del cabello y lo siguiente que dijo me hizo sonreir. ¿Qué no lo jodería? Bueno, estaba claro que no lo jodía de la misma manera que a mí...sonreí de medio lado y comenté socarronamente:

—Creo que es eso exactamente lo que haces con él, joderlo... —aguanté como pude las punzadas que me daba el pecho, cambié mi expresión socarrona y lo miré con odio agarrando la mano que él tenía sujetando mi cabello—. Suéltame.

Hice presión y aunque sabía que no tendría efecto alguno mi fuerza con la suya, apreté con más ímpetu, conseguí que me soltara y luego me incorporé con dificultad y giré mi cabeza hacia mi compañero de habitación, le había dado un buen golpe a la altura del pecho, rodé las pupilas hacía el demonio y vi que aunque estaba sangrando, lo miraba divertido; enseñando los colmillos mientras se los lamía, realmente parecía que se lo estaba pasando en grande. Ese cabrón...

Cuando sentí de nuevo la punzada de dolor me apoyé en la pared que tenía al lado, aún respiraba con dificultad. Me pasé el brazo por el pecho y me lo aferré con fuerza, intentando que el dolor desapareciera así, luego los miré inexpresivamente y me separé de la pared lentamente.

—Si de verdad eres un profesor, actúa como tal y lárgate de una puta vez. —Logré inmunizar por un momento el dolor mientras hablaba, suspiré calmadamente y separé la mano que sujetaba mi pecho, estaba prácticamente cubierta de sangre, realmente me estaba empezando a preocupar, sobre todo cuando sentí un ligero mareo, aunque no di muestras de ello, me quedé estático dónde estaba, clavando una mirada de odio y desprecio en ellos dos.

-Observé a Hibari sin hacer ningún movimiento. Me tapaba media cara con la mano, mostrando la marca y tenía en el rostro una sonrisa siniestra, prueba de que esta situación me divertíasobremanera. Debía reconocer que para ser humano era bastante...resistente, pero eso solo me provocaba mayós excitación y tenía más ganas de destruirlo. Sasuke me sacó de mis pensamientos ya que dijo algo que me molestó. Voltee el rostro hacia el y lo observé con frio desprecio -En todo caso, a ti no te importa si lo hago o no -dije en tono cortante y en ese momento cruzó por mi mente otra frase para hacerlo enfadar -¿No será que estás celoso porqué querrías que te jodiera a ti?...hacerlo con Kyouya no es suficiente por lo que veo. No soy el único al que le gusta joder por aquí... -mostré una sonrisita burlona- No soy solo un profesor, si aprecias tu vida, ten eso en cuenta. Podrías hacer que me fuera, pero no eres más que un gusano medio muerto -Dije, remarcándo sus heridas y cuando acabé de Hablar lo observé friamente. Levanté un dedo hacia él y, haciendo uso de mis poderes le levanté su brazo izquierdo y seguidamente se lo retorcí. Dejé escapar un suspiro al oir como crujieron sus huesos; Me era realmente agradable oirlo. -Esta solo es una pequeña advertencia, para que mejores tus modales

Oí como Hibari se ponía en pie, y mis ojos volaron hacia el- Bien...parece que la diversión puede continuar. No vayas a decepcionarme -Empezó a correr hacia mi y me atacó. Yo podía esquivar sus golpes con suma facilidad y aún así él seguía atacándome. Que humano tan obstinado... -no vas a hacerme nada con esas armas -funcí el ceño segundos después porqué, después de decir esa frase, noté como una cadena impactó de lleno en mi rostro y me hizo retroceder, pero no me dolió, solo me dejó una leva marca en la piel. Me pasé el pulgar por encia y me lamí mi propia sangre. mientras lo hacía lo observaba fríamente, pero mi expresión cambió y sonreí ante su pregunta -yo...soy un demonio, que és mayordomo...y ahora además, profesor -dije con voz seseante y volví a mi mirada fría de antes -no me importa en absoluto como sean los otros profesores

-después de observarlo unos instantes caminé hacia el, acechándolo e instants después retrocedí. volví a aparecer detrás de el, y lo sujeté fuertemente por la mandíbula -ya te has cansado?

Acentué la mirada de desprecio que le dedicaba a ese demonio bastardo, encontrándome con la suya, lo que dijo a continuación me hizo soltar una leve sonrisa irónica. Estaba en lo cierto en que no me importaba, de hecho no me interesaba lo más mínimo lo que hiciera con ese niñato. Cerré los ojos momentaneamente y los volví a clavar en el segundos después.

—Tú mismo deberías saber que me repugna que me toques ¿cómo voy a desear semejante estupidez? —moví los hombros en un gesto indiferente y seguí—. Debería de estar muy desesperado como para querer acostarme con un demonio.

Se notaba que estaba mosqueado aunque no me escandalicé, no me daba miedo; luego mencionó a mi compañero de habitación y cuando lo hizo giré las pupilas hacia él, estaba atacándolo rápidamente y hasta había conseguido dañarlo en la cara, realmente estaba sorprendido a pesar de saber que eso no le había hecho daño seguramente, el modo en que lo había mencionado me molestó inmensamente —seguramente sabía lo poco que había pasado entre nosotros—. Chisté y volví a fijarme en el demonio luego alcé una ceja al ver uno de sus dedos fijos en mí, lo fulminé con la mirada y retrocedí lentamente sin apartar la vista de él.

—¡¡Agh!! —grité de dolor cayendo de rodillas al sentir como mi brazo izquierdo era cruelmente retorcido, pensé que estaba pesando en partírmelo ya que el dolor no cesaba y seguía doblándose lentamente, incluso llegué a escuchar el sonido de los huesos al crujir.
Me sujeté el brazo con la mano derecha con fuerza, luego lo miré con odio profundo y solté una risita despreocupada.

—Ya veo..así que éste es tu patético modo de actuar, debe...ser divertido usar tus poderes en alguien que n-no puede defenderse e incluso está herido...no esperaba menos de ti...ugh... —puse una mueca de dolor y apreté los dientes con fuerza, sentí un dolor más agudo que antes y finalmente escuché como mis huesos crujían brúscamente y finalmente mi brazo izquierdo se rompió, me mordí el labio para no dejar escapar ningún sonido que pudiera satisfacerle, a pesar del inmenso dolor que me causaba, me sentía frustrado por no poder hacer nada mientras mi compañero se estaba defendiendo.

—Mi-mierda... —el ligero mareo que había sentido antes se acentuó a tal grado que lo comencé a ver todo borroso, no podía perder el conocimiento...me negaba...pero sin embargo...ocurrió.

Tenía agarrado por la mandíbula a Hibari y, aunque este trataba de zafarse, le era imposible, por lo que desvié mi atención de él y dirigí mi vista a su compañero de habitación. Sus palabras ya no me afectaban. Lo observé con desprecio y le respondí-Te veía bastante desesperado hace unos dias. En cualquier caso, no tengo ningún interés en ti -Mostré una siniestra sonrisa conforme veía como se debilitaba y mi sonrisa se ensanchó ante sus últimas palabras -Has dado en el clavo...no hay nada con lo que disfrute mas. Aplastar insectos como tu...oir los gritos de dolor retumbar en mis oidos...no hay nada que me llene tanto como eso Solté una risita ante mis palabras pero de pronto noté cierta presión.
Me había distraido con ese maldito humano y no me había dado cuenta de los movimientos de hibari. Se soltó de mi agarre dándome un golpe en el pecho, que encajé de lleno. Retrocedí pero lo observé con la misma expresión -Te estoy tomando en serio, si no fuera así, estarias muerto -dije inclinando la cabeza finjiendo desagrado, pero al oir lo siguiente mis ojos se afilaron, mostrando un brillo diabólico y otra sonrisa volvió a aparecer en mi rostro -Con "demonio" me refiero exactamente a eso...es una pena que tu limitado cerebro humano no entienda esa palabra...hm...sin duda eres bastante temerario al provocarme - Mientras hablaba iba concentrando mi energia y esta me envolvió, llenándome de un halo oscuro. A pesar de que para mi era un pasatiempo, me estaba irritando por momentos y estaba apunto de desechar la idea de dejarlos con vida, aunque si hacía eso mi amo se enfadaría -si quieres morderme hasta la muerte...acércate...y aver si puedes, pero te recomiendo que si aprecias la vida de tu "compañero", no te demores mucho -Volví a reirme por lo bajo, levanté una mano y le indiqué que se acercara- ven, veamos si eres capaz de...herirme

-Mi risa se desvanecio, pero segui mostrando una sonrisita, que indicaba lo bien que me lo estaba pasando - no lo niego, pero tampoco me he convertido en profesor por esa razon. Me he limitado a acatar las ordenes de mi amo -dije en tono frio, haciendo referencia a sus pensamientos- "jugar" contigo, es mero entretenimiento -cada uno de los comentarios que hacia era para provocarlo, y estaba funcionando ya que a cada momento estaba mas irritado. Ese era un comportamiento tipico del os humanos. Su siguiente comentaro hizo que desviara mi vista hacia Sasuke, con cierto desprecio y mientras volvia a dirigir mi vista hacia Hibari, se me escapo una risita siniestra -oh, ¿no es tu compañero? ¿entonces que es? -le pregunte, divertido ya que intentaba negar lo evidente. Aunque no me importaba en absoluto larelacion que tuvieran ellos 2, me agradaba ver la expresion de Hibari en este momento. Mi expresion se endurecio y afile los ojos cuando oi sus siguientes palabras ¿ese estupido humano me habia tomado por uno de su...especie acaso?- lo siento, pero no preciso usar ningun reen para acabar con algo como tu. Sera una pena si lo ataco por "casualidad", pero si crees que me detendre por el, entonces eres muy ingenuo -immediatamente despues de decir eso, corrio hacia mi y empezo a atacarme. No me moleste en esquivarlo, puesto que sus golpes no eran lo bastante potentes para inflingirme daño serio...aunque si lo eran para excitarme. Oli la sangre brotar de la herida que acababa de hacerme, su quejido de impotencia y el golpe contra mi piel. Una sensacion de goce me invadio y no pude evitar que se me pusiera dura, dejando ver un notable bulto en mis pantalones -ah...eso es...sigue atacandome, pequeño insecto -dije excitado y despues recoji con mi lengua una gota de sangre que me habia slapicado en la comisura de los labios. Me incorpore cuando se alejo y lo observe con desagrado, pero abri los ojos algo sorprendido al ver la llama violacea cubrir sus tonfas -hm..si, sin duda esas armas son bastante extrañas. Muy bien, aceptando tu peticion, dejare de jugar -mostre otra de mis sonrisas siniestras y esta vez fui yo quien lo ataco. Corri hasta el y cuando estuve lo bastante cerca, finte, agachandome en un rapido movimiento y le di un puñetazo bajo la mandibula, impulsandolo hacia arriba. Mientras el salia disparado en el aire, salte y cuando estuve por enciama de el, libere cierta cantidad de energia por mi mano, que lo golpeo y lo devolvio al suelo. Seguia excitado y esta vez no podria detenerme. en cuanto aterrize lo observe con mis ojos brillando en despiadada excitacion -Bocchan seguramente va a regañarme si os mato a los 2, pero me es muy dificil contenerme

Este último golpe lo había dejado bastante mal, para mi satisfacción, ya que le costó lo suyo levantarse. A continuación presencié una de las reacciones por las cuales odiaba a los humanos; a pesar de que las fuerzas le escaseaban y estaba en su límite, su cabezonería era más fuerte que todo lo demás y creía todavía le quedaba alguna esperanza de vencerme, o almenos, de inflingirme algún daño. Hasta un estúpido se daria cuenta de que, si no había podido hacerme nada al principio, menos ahora, con ese cuerpo tan echo polvo. sonreí con ironía (por la situación y por sus pensamientos) mientras lo observaba, impasible -ni lo intentes, no podrás hacer nada porqué no eres más que un estúpido y frágil humano. ¿es humillante, verdad? pero así son las cosas -mi sonrisa se ensanchó mientras hibari se acercaba a mi. Se tambaleó y la expresión que se dibujó en su rostro, me irritó -Harias bien en medir tus palabras. Deberías amenazar con algo que pudieras cumplir -cuando acabé la frase sonreí, volviendo a gozar de mi diversión -Exacto, estas en lo cierto. Pero... tu pesadilla no ha echo mas que empezar -mostré mi más tétrica sonrisa hasta el momento mientras caminaba hacia el. a pesar de que seguía intentando atacarme, su cuerpo no aguantó y cayó de bruces en el suelo. Me puse a su lado y apoyé un pie en su espalda, haciendo presión -ingénuo -Dije con la misma expresión. La "batalla" ya había terminado, pero yo no estaba satisfecho aún, no me gustaba como habían terminado las cosas y tenía algo en mente que, de seguro los marcaria a ambos. Me arrodillé a su lado y lo voltee para, seguidamente despojarlo de su camisa y desabrocharle los pantalones -veamos si después de esto, tu orgullo sigue tan irromplible como antes -esa sería una buena manera de demostrarles su lugar, y podría bajarme la erección que tenía. Delineé su pecho con mis manos y tiré de sus pezones cuando llegué a ellos. Al tiempo que hacía eso, mordía y lamía su cuello, dejándole múltiples marcas. Quería que las viera después, que supiera lo que le había echo, ya que sinó todo esto carecería de emoción. Como tenía las dos manos ocupadas, usé mi energía para levantarle las piernas y abrirlas en el proceso. Desabroché mis pantalones, dejando al descubierto mi palpitante erección y sin ninguna contemplación lo penetré de una sola vez, empezando a moverme segundos después, con brutalidad. El olor de la sangre que le había echo al ser tan rudo me excitaba aún mas y me instaba a envestirlo mas deprisa. Descendí con mi lengua por su cuello y al legar a su pecho, mordí una porción de su piel, dejándole otra marca -ah...exquisito... -dije sin poder evitar que se me escapara algún que otro gemido. Mientras seguía moviéndome, mi vista e dirigió hacia asuke, que aún estaba inconsciente. En ese momento pensé que i se lo hacía a el también, sería mucho mas humillante para ambos, y les dolería. Habian negado que tuvieran algun tipo de "relación" pero no sabían esconder nada bien sus pensamientos. Sonreí, dejando al descubierto mis colmillos y levanté mi dedo índice. Sasuke se elevó y lo acerqué hasta dejarlo tumbado al lado de Hibari. Lo desnudé al igual que había echo con su compañero y le abrí las piernas para después concentrar un poco más mi energía y penetrarlo con ella. Seguía envistiendo a Hibari cada vez con más violenciá y, cuanto más rápido me movía, mas violentas eran las envestidas a Sasuke. Al cabo de unos minutos me corrídentro de hibari, dejando escapar un sensual gemido y salí de el para ponerme a horcajadas encima de sasuke. Aún seguía penetrándolo con mi energía y aproveché que ahora tenía las manos libres para acariciarle, dejándole algunos arañazos en el pecho. Inclinándome hacia el, lo besé con ferocidad, moviéndo rápidamente mi lengua dentro de su boca y tiré de su labio inferior cuando me separé, haciéndole una pequeña herida. Mi excitación había disminuido y me parecía que ya había echo bastante, además debía volver a mi trabajo. me levanté y me abroché, haciendo que mi energía se desvaneciera en el proceso. los observé y sonreí con sorna -disfrutad de la inconsciencia...os espera una "grata" sorpresa cuando es desperteis -me reí por lo bajo y segundos después me desvanecí de la habitación, dirigiéndome a donde estaba mi amo-

La verdad es que después de salir del hospital había pensado en volver al instituto, pero en el último momento y sin pensármelo dos veces, acabé en la estación. Volver a Namimori no había mejorado mi humor, sobre todo después de verme en el espejo las marcas en el pecho y el cuello. Había terminado rompiendo no sólo el espejo, sino el baño entero. No me había importado, al fin y al cabo, se trataba de mi antigua casa. Lo único bueno había sido perder de vista al inútil de mi compañero de habitación durante esas tres semanas, el problema había sido que no había podido evitar pensar en él. Esperaba que el debilucho estuviera recuperado, porque lo único que podría aliviarme por ello era darle la paliza que había estado conteniendo demasiado tiempo.

En cuanto entré en mi habitación, me percaté de que algo había cambiado allí dentro. Parecía más... espaciosa. Extrañado, enarqué una ceja y miré hacia donde supuestamente debía estar la cama de la Bella Durmiente, supuestamente... porque sólo estaba la mía. En lo primero que pensé fue en que aquel inútil se había largado del instituto, algo que me alegraría mucho.

Dejé mis pertenencias en mi mesita de noche y eché un vistazo a la habitación. Mi cama tenía un aspecto diferente —si además recordaba lo que le había hecho aquel estúpido—, era evidente que se trataba de un colchón nuevo. El baño estaba impecable y no había indicios de que lo hubieran utilizado recientemente. Parecía que sí que se había largado... o eso pensé hasta que vi un llamativo papel en el escritorio. Me acerqué y comencé a leer:



Me quedé unos minutos allí de pie, analizando la situación, después dirigí la mirada hacia mi cama. Qué estupidez de carta... ¿por qué habría de firmar, si yo tenía mi cama? Eso era problema del debilucho, a mí no me importaba en absoluto. Y lo peor de todo, eso quería decir que no se había ido... Fruncí el ceño, ¿por qué pensaba en dónde podría estar?

Arrugué la carta y me la guardé en el bolsillo del pantalón, luego volví a mi cama, me tumbé bocarriba y cerré los ojos. El viaje había sido largo y me vendría bien dormir un poco.

No tarde mucho en llegar al instituto, abrí la puerta de la habitación esperando no encontrar nadie dentro de ella, como era de esperar la suerte no estaba de mi parte. Me quedé mirando fijamente hacia ese estúpido, estaba tendido en su cama a primera vista dormido, me acerqué a él y sonreí al ver su rostro sus faciones estaban más tranquilas que normalmente, pero aún así su ceño seguía fruncido, incluso durmiendo tenía esa expresión en el rostro de eterno enfado. Al darme cuenta que estaba mirándolo sonriendo, carraspeé un poco y me mordí el labio inferior, maldiciéndome —¿esque nunca iba a aprender?— tenía que alejarme de él o haría algo que sin duda me arrepentiría después.

Me di la vuelta y todo mi "buen humor" cayó empicado, fruncí el ceño confundido mirando hacia dónde supuestamente debía de estar mi cama ¿cómo no me había dado cuenta hasta ahora? giré de nuevo el rostro hacia él y lo maldecí, todo era su culpa, estaba seguro de eso, si no recordaba mal era su cama la que no estaba en buenas condiciones ya que la pateé y la dejé en mal estado en el suelo,así que intuí que ese estúpido había cambiado mi cama por la suya. Supongo que debieron llevarse la suya al verla en el estado que estaba.
Suspiré cansinamente y dejé la mochila en el lugar dónde debería de estar mi cama, me acerqué a la suya y le di una patada por dónde quedaban sus pies, dejé la pierna encima y lo miré con odio.

—Tú... —dije en un tono justo para que él me escuchara—. ¿Dónde está mi cama? —pregunté exigiendo respuesta.

Su amenaza no me hizo retroceder, cuando me agarró del jersey le sostuve la mirada furioso, seguía jugando conmigo, sabía perfectamente que él había hecho algo con mi colchón y no me dejaría de molestarle hasta que me lo dijera.

—Sabes perfectamente de lo que te estoy hablando, así que no te hagas el desentendido. —Bajé la pierna del colchón y me crucé de brazos—. Te lo preguntaré de nuevo. ¿Dónde está mi cama? —insistí y anduve lentamente hasta quedar a su lado, luego miré a su rostro impasible aunque eso sólo hizo cabrearme más.

—Serás mejor que me digas lo que ha pasado si no quieres que te eche a patadas de esta cama. —dije en tono amenazante mientras pateaba la cama con la intención de no dejarle dormir.

Rodé los ojos con exasperación para luego volver a fijarlos en él, siempre que se trataba de ese estúpido mi paciencia se hacia más y más escasa ¿Por qué siempre tenía que sacarme de mis casillas? se había vuelto experto en ello, aunque hacia ya tiempo que me había dado cuenta.

—¿estás loco? no pienso usar mi ropa como colchón y mucho menos pienso dormir en el suelo si es eso lo que estás insinuando. —Dejé de patear la cama y me volví a cruzar de brazos—. Si no me explicas que cojones ha pasado... —detuve unos instantes lo que estaba diciendo y me incliné hacia él, acercando el dedo índice hasta su frente—. Usaré tu cama para dormir.

Mostré una sonrisa divertida al ver su reacción, separé el dedo lentamente de su frente y luego me separé sin dejar de sonreir mientras añadía en un tono burlón:

—¿Qué prefieres?