Habitación de Arakami Sasuke.
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Habitación de Arakami Sasuke.
Cuando salí del ascensor sólo tuve que girar a la derecha para ver el número de mi habitación, metí la tarjeta llave que me habían dado en recepción por la rendija de la puerta y la abrí entrando justo después, eché una ojeada a toda la habitación y dejé caer la maleta al suelo, luego anduve hasta la cama que había en el centro y me dejé caer, suspiré sonoramente y entreabrí los ojos mientras jugaba con el mechón de cabello que me caía por el rostro.
De repente recordé de lo que había empezado a hablar con el enano caprichoso en el instituto y sin poder contenerme sonreí dulcemente, poco a poco me estaba demostrando lo que había empezado a sospechar hace unos días. Era posesivo y celoso y eso sólo lo hacías cuando alguien te importaba de una manera especial.
Me volví quedando ahora hacía arriba, puse el dorso de la mano sobre mi frente y cerré los ojos. ¿De un modo especial, eh? sí, no podía estar equivocado, él era demasiado evidente a pesar de ser tan rudo y frío.
Los segundos pasaban y descendí mi mano por mi rostro hasta llegar a mis labios, me los delineé con la punta de mi dedo índice y dejé escapar un pequeño suspiro, ésto era malo, estaba empezando a recordar el beso que nos dimos en el parque y que yo me había quedado con ganas de más, pero supongo que así estaba bien, no podía depender tanto de él y mucho menos iba a ir a buscarlo, me mordí el labio inferior un poco frustrado y dejé descansar la mano sobre mi vientre.
Ahora lo mejor sería descansar y olvidarme de él un rato, luego me preocuparía de salir a dar un paseo o hacer cualquier otra cosa de las que se suele hacer en la playa.
Pocas horas después fui abriendo los ojos poco a poco acostumbrándome a la claridad que inundaba la habitación, me incorporé pasándome las manos por el rostro y me puse de pié yendo hasta el baño, me paré justo delante del lavamanos y abrí el grifo acumulándo agua en mis manos, me la eché sobre el rostro y luego me sequé con una de las toallas que había justo a la derecha, salí hasta la habitación y anduve hasta mi maleta para coger algo de ropa nueva, me puse lo primero que vi, una camisa sin mangas con el cuello en forma de V de color blanco que se ceñía bastante a mi pecho y un pantalón largo del mismo color, fui a mirarme en el espejo y me sonreí a mi mismo al ver que realmente me quedaba bien lo que había escogido, luego simplemente cogí algo de dinero y salí de la habitación para tomar algo refrescante por los alrededores.
De repente recordé de lo que había empezado a hablar con el enano caprichoso en el instituto y sin poder contenerme sonreí dulcemente, poco a poco me estaba demostrando lo que había empezado a sospechar hace unos días. Era posesivo y celoso y eso sólo lo hacías cuando alguien te importaba de una manera especial.
Me volví quedando ahora hacía arriba, puse el dorso de la mano sobre mi frente y cerré los ojos. ¿De un modo especial, eh? sí, no podía estar equivocado, él era demasiado evidente a pesar de ser tan rudo y frío.
Los segundos pasaban y descendí mi mano por mi rostro hasta llegar a mis labios, me los delineé con la punta de mi dedo índice y dejé escapar un pequeño suspiro, ésto era malo, estaba empezando a recordar el beso que nos dimos en el parque y que yo me había quedado con ganas de más, pero supongo que así estaba bien, no podía depender tanto de él y mucho menos iba a ir a buscarlo, me mordí el labio inferior un poco frustrado y dejé descansar la mano sobre mi vientre.
Ahora lo mejor sería descansar y olvidarme de él un rato, luego me preocuparía de salir a dar un paseo o hacer cualquier otra cosa de las que se suele hacer en la playa.
Pocas horas después fui abriendo los ojos poco a poco acostumbrándome a la claridad que inundaba la habitación, me incorporé pasándome las manos por el rostro y me puse de pié yendo hasta el baño, me paré justo delante del lavamanos y abrí el grifo acumulándo agua en mis manos, me la eché sobre el rostro y luego me sequé con una de las toallas que había justo a la derecha, salí hasta la habitación y anduve hasta mi maleta para coger algo de ropa nueva, me puse lo primero que vi, una camisa sin mangas con el cuello en forma de V de color blanco que se ceñía bastante a mi pecho y un pantalón largo del mismo color, fui a mirarme en el espejo y me sonreí a mi mismo al ver que realmente me quedaba bien lo que había escogido, luego simplemente cogí algo de dinero y salí de la habitación para tomar algo refrescante por los alrededores.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
No me esperaba esa reacción, no al menos tan de repente. Hacía tan sólo unos minutos me amenazaba con matarme y ahora me arrastraba hacia su habitación como si se tratara de un lobo que ha conseguido cazar a su presa. En cuanto la puerta se cerró tras de mí, alcé la mirada hacia él. Podía sentir cómo el deseo despertaba en él, lo veía en su mirada y estaba seguro de que si le apoyaba la mano en el pecho, escucharía cómo el corazón le latía desbocado... tal y como hacía el mío.
Había pasado demasiado tiempo desde que estuvimos juntos e incluso desde la última vez que probé sus labios. Demasiado. Quería volver a disfrutarlo, lo necesitaba, pero... me parecía muy entretenido desesperarlo un poco antes de darle lo que quería, lo que ambos queríamos. Era consciente de que no me iba a resultar nada sencillo hacer lo contrario a lo que estaba deseando hacer, aunque merecería la pena con tal de ver la cara del herbívoro egocéntrico.
—Vaya, parece que me has echado de menos —dije con una sonrisa burlesca.
Lo agarré del cuello de su ropa y tiré de él para acercarlo más a mí y dejarlo a escasos centímetros de mis labios.
—Pero te recuerdo que ahora estoy algo ocupado. —Lo solté, lo empujé para separarlo de mí lo justo para darme la vuelta y apoyé la mano en el pomo de la puerta. Giré la cabeza hacia él y añadí con malicia—: Intenta aguantar hasta que vuelva.
Había pasado demasiado tiempo desde que estuvimos juntos e incluso desde la última vez que probé sus labios. Demasiado. Quería volver a disfrutarlo, lo necesitaba, pero... me parecía muy entretenido desesperarlo un poco antes de darle lo que quería, lo que ambos queríamos. Era consciente de que no me iba a resultar nada sencillo hacer lo contrario a lo que estaba deseando hacer, aunque merecería la pena con tal de ver la cara del herbívoro egocéntrico.
—Vaya, parece que me has echado de menos —dije con una sonrisa burlesca.
Lo agarré del cuello de su ropa y tiré de él para acercarlo más a mí y dejarlo a escasos centímetros de mis labios.
—Pero te recuerdo que ahora estoy algo ocupado. —Lo solté, lo empujé para separarlo de mí lo justo para darme la vuelta y apoyé la mano en el pomo de la puerta. Giré la cabeza hacia él y añadí con malicia—: Intenta aguantar hasta que vuelva.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Era increíble la facilidad que tenía para hacerme enfadar, aunque justo en éste momento sólo me provocaba más lo que decía. No dejé que saliera por la puerta, después de su último comentario le agarré del brazo con fuerza y lo giré quedando en la misma posición que antes, —Yo, acorralándolo contra la puerta— fruncí el ceño mirándolo con rudeza.
—¿Qué te hace pensar que voy a esperarte? ¿hn? —esperé unos segundos y seguí—. Tengo a muchas personas que desearían acostarse conmigo, sólo tengo que hacer una simple llamada y estarán aquí rápidamente. ¿Por qué debería esperarte cuando estás rechazándome? —Le sujeté la barbilla para que me mirara y sonreí de medio lado; no iba a dejar que jugara conmigo a su antojo, nunca nadie lo había hecho y él no iba a ser una exepción.
Hoy posiblemente había sido la primera vez en toda mi vida que me había sentido tan avergonzado, ¿y encima también estaba pensando en humillarme? sabía aunque me había rechazado, que él tenía las mismas ganas que yo, podía ver como se relamía los labios cuando me miraba con esa mirada lasciva, —seguramente ni él se había dado cuenta de eso— ¿por qué entonces se hacía el duro conmigo? ¿tanto le gustaba verme enfadado? chisté y me separé de él dándole la espalda.
—Ya que dices que estás tan ocupado, lárgate. —Espeté rudamente y me senté en la cama cruzándome de piernas, si él no quería hacer nada, me buscaría a alguien más tal y como le había dicho, así pues, cogí mi móvil y marqué el número de unos de los chicos con los que solía verme antes.
—Ey... ¿Estás libre esta noche? —pegunté nada más escuchar que cogía mi llamada.
—¿S-sasuke-san? pensé que se había olvidado de mí...yo, bueno...ya sabe que siempre tengo tiempo para usted...
—hnm... —sonreí de medio lado mientras me apoyaba en uno de mis brazos—. Bien, iré a recogerte ahora, espérame dónde solías hacerlo.
Él chico me siguió respondiendo energéticamente, y mientras me hablaba rodé las pupilas hacía el enano caprichoso, al parecer mi plan estaba dando resultado, sus celos se hacían cada vez más evidentes.
—¿Qué te hace pensar que voy a esperarte? ¿hn? —esperé unos segundos y seguí—. Tengo a muchas personas que desearían acostarse conmigo, sólo tengo que hacer una simple llamada y estarán aquí rápidamente. ¿Por qué debería esperarte cuando estás rechazándome? —Le sujeté la barbilla para que me mirara y sonreí de medio lado; no iba a dejar que jugara conmigo a su antojo, nunca nadie lo había hecho y él no iba a ser una exepción.
Hoy posiblemente había sido la primera vez en toda mi vida que me había sentido tan avergonzado, ¿y encima también estaba pensando en humillarme? sabía aunque me había rechazado, que él tenía las mismas ganas que yo, podía ver como se relamía los labios cuando me miraba con esa mirada lasciva, —seguramente ni él se había dado cuenta de eso— ¿por qué entonces se hacía el duro conmigo? ¿tanto le gustaba verme enfadado? chisté y me separé de él dándole la espalda.
—Ya que dices que estás tan ocupado, lárgate. —Espeté rudamente y me senté en la cama cruzándome de piernas, si él no quería hacer nada, me buscaría a alguien más tal y como le había dicho, así pues, cogí mi móvil y marqué el número de unos de los chicos con los que solía verme antes.
—Ey... ¿Estás libre esta noche? —pegunté nada más escuchar que cogía mi llamada.
—¿S-sasuke-san? pensé que se había olvidado de mí...yo, bueno...ya sabe que siempre tengo tiempo para usted...
—hnm... —sonreí de medio lado mientras me apoyaba en uno de mis brazos—. Bien, iré a recogerte ahora, espérame dónde solías hacerlo.
Él chico me siguió respondiendo energéticamente, y mientras me hablaba rodé las pupilas hacía el enano caprichoso, al parecer mi plan estaba dando resultado, sus celos se hacían cada vez más evidentes.
Última edición por Arakami Sasuke el Vie Mayo 28, 2010 11:22 am, editado 1 vez
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Había olvidado que el herbívoro egocéntrico era un experto en salir siempre airoso de mis intentos de provocarle. Es más, ahora era al revés. ¿Cómo se atrevía siquiera a mencionar a otro con tanta libertad? ¿De verdad sería capaz de hacerlo si me iba? Al parecer sí porque no dudó un segundo en llamar a quien fuera. Lo fulminé con la mirada y fruncí el ceño, cada vez más furioso, ¿quién sería? Descartaba de inmediato al tipejo irritante, no lo creía capaz de llamarlo por muy desesperado que estuviera, así que el único que se me ocurría era aquel chico del restaurante.
La paciencia se me acabó cuando encima me miró sin mostrar arrepentimiento ni nada, estaba claro que de verdad había quedado con alguien. Lo iba a matar, tanto a él como el otro.
Sin girarme, cerré con llave la puerta y caminé hacia él con parsimonia y falsa calma. En cuanto me detuve frente a él, le arrebaté el móvil y lo tiré al suelo sin preocuparme por si se rompía, saqué las tonfas e incluso activé los pinchos.
—¿Y qué te hace pensar a ti que voy a permitir que te vayas con otro? —le espeté con rabia—. Si te atreves a poner un pie fuera de esta habitación, te morderé hasta la muerte.
Pese a mi amenaza y a que estaba verdaderamente irritado, mi cuerpo no parecía querer obedecerme y cada vez se me hacía más difícil no lanzarme encima de él. Terminé por soltar las tonfas, lo agarré del cuello de la ropa y me incliné sobre él, pero antes de que llegara a probar sus labios, el himno de Namimori que tenía como tono en mi móvil comenzó a sonar. Suspiré con impaciencia.
—Te dije que no me volvieras a llamar —le dije a mi madre en cuanto descolgué. Antes de que ella dijera nada más, agregué—: No voy a ir. —No tenía por qué darle más explicaciones; corté la llamada y volví la mirada hacia el herbívoro egocéntrico, ceñudo—: ¿Estás ya satisfecho?
La paciencia se me acabó cuando encima me miró sin mostrar arrepentimiento ni nada, estaba claro que de verdad había quedado con alguien. Lo iba a matar, tanto a él como el otro.
Sin girarme, cerré con llave la puerta y caminé hacia él con parsimonia y falsa calma. En cuanto me detuve frente a él, le arrebaté el móvil y lo tiré al suelo sin preocuparme por si se rompía, saqué las tonfas e incluso activé los pinchos.
—¿Y qué te hace pensar a ti que voy a permitir que te vayas con otro? —le espeté con rabia—. Si te atreves a poner un pie fuera de esta habitación, te morderé hasta la muerte.
Pese a mi amenaza y a que estaba verdaderamente irritado, mi cuerpo no parecía querer obedecerme y cada vez se me hacía más difícil no lanzarme encima de él. Terminé por soltar las tonfas, lo agarré del cuello de la ropa y me incliné sobre él, pero antes de que llegara a probar sus labios, el himno de Namimori que tenía como tono en mi móvil comenzó a sonar. Suspiré con impaciencia.
—Te dije que no me volvieras a llamar —le dije a mi madre en cuanto descolgué. Antes de que ella dijera nada más, agregué—: No voy a ir. —No tenía por qué darle más explicaciones; corté la llamada y volví la mirada hacia el herbívoro egocéntrico, ceñudo—: ¿Estás ya satisfecho?
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Desvié la mirada de él aunque me divertía observar sus reacciones, y entonces escuché como cerraba la puerta con llave y antes de que me diera cuenta lo vi delante de mí, me sorprendí cuando cogió mi móvil y lo tiró al suelo de mala manera. Era tan divertido verlo en ese estado...
Aunque era cierto que me divertía sus reacciones, no mostré ninguna sonrisa que delatara que ésto me gustaba, intenté que mi rostro estuviera impasible en todo momento incluso cuando sacó sus tonfas y él me observaba de forma amenazante; ahora me sentía menos ridículo, él estaba actuando justo como yo minutos atrás, su forma posesiva y ruda de hablar me hizo esbozar una pequeña sonrisa divertida, que se esfumó ráidamente cuando me agarró por las solapas de mi camisa y se acercó a mí peligrosamente.
Cerré los ojos esperando de una vez que juntara sus labios con los míos, pero una extraña melodía proviniente de su móvil empezó a sonar, abrí los ojos lentamente y le agarré una de las manos por las muñecas haciendo presión.
—Aún no. —comenté respondiendo a su pregunta en un susurro a la vez que reducía la pequeña distancia que nos separaba y juntaba mis labios con los de él.
Mi lengua empiezó a recorrer su cavidad lascivamente, usurpándola como nunca antes lo había hecho, mordiéndole de vez en cuando el labio inferior para volver a arremeter nuevamente, empecé a respirar en su boca aumentando el ritmo del beso cada vez más, sin ninguna intención de apartarme, no quería separarme de sus labios, necesitaba recuperar el tiempo que había perdido, así que no estaba en mis planes detener el beso justo ahora que se volvía más fogoso y necesitado. Poco a Poco me recosté sobre la cama con él encima sin dejar de besarnos en ningún momento, muevo la cabeza de un lado a otro para profundizar el beso aún más, enredando en el mismo movimiento nuestras lenguas, empiezo a respirar con más dificultad sobre su boca y un ronco gemido se escapa de mis labios al sentrir toda esa desbordante pasión, luego puse una mano sobre su espalda y la subí hasta su cogote pegándolo aún más a mí.
Era increíble como con un beso podía sentir tantas cosas, definitivamente el tiempo que habíamos estado sin vernos había incrementado nuestro deseo y estoy seguro que no se debilitaría sólo con lo que estabamos haciendo...
Aunque era cierto que me divertía sus reacciones, no mostré ninguna sonrisa que delatara que ésto me gustaba, intenté que mi rostro estuviera impasible en todo momento incluso cuando sacó sus tonfas y él me observaba de forma amenazante; ahora me sentía menos ridículo, él estaba actuando justo como yo minutos atrás, su forma posesiva y ruda de hablar me hizo esbozar una pequeña sonrisa divertida, que se esfumó ráidamente cuando me agarró por las solapas de mi camisa y se acercó a mí peligrosamente.
Cerré los ojos esperando de una vez que juntara sus labios con los míos, pero una extraña melodía proviniente de su móvil empezó a sonar, abrí los ojos lentamente y le agarré una de las manos por las muñecas haciendo presión.
—Aún no. —comenté respondiendo a su pregunta en un susurro a la vez que reducía la pequeña distancia que nos separaba y juntaba mis labios con los de él.
Mi lengua empiezó a recorrer su cavidad lascivamente, usurpándola como nunca antes lo había hecho, mordiéndole de vez en cuando el labio inferior para volver a arremeter nuevamente, empecé a respirar en su boca aumentando el ritmo del beso cada vez más, sin ninguna intención de apartarme, no quería separarme de sus labios, necesitaba recuperar el tiempo que había perdido, así que no estaba en mis planes detener el beso justo ahora que se volvía más fogoso y necesitado. Poco a Poco me recosté sobre la cama con él encima sin dejar de besarnos en ningún momento, muevo la cabeza de un lado a otro para profundizar el beso aún más, enredando en el mismo movimiento nuestras lenguas, empiezo a respirar con más dificultad sobre su boca y un ronco gemido se escapa de mis labios al sentrir toda esa desbordante pasión, luego puse una mano sobre su espalda y la subí hasta su cogote pegándolo aún más a mí.
Era increíble como con un beso podía sentir tantas cosas, definitivamente el tiempo que habíamos estado sin vernos había incrementado nuestro deseo y estoy seguro que no se debilitaría sólo con lo que estabamos haciendo...
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
No opuse ninguna resistencia cuando introdujo la lengua dentro de mi cavidad, le correspondí el beso exactamente a la misma intensidad, sin tratar de controlarlo, sin luchar por ser yo el que llevara el control. Sentir su aliento justo en mi boca me hizo suspirar, me dejé arrastrar por él y le puse las manos a cada lado del rostro, casi a la altura del cuello.
Me di cuenta de que mi prioridad no era tratar de "ganar", de que no era ninguna batalla, que fue la razón por la que no me detuve la primera vez que estuvimos juntos. Ahora era diferente, simplemente, no tenía ninguna prioridad: ni ganar ni demostrarle que era yo el que mantenía el control... sólo éramos él y yo. Lo hacía porque era lo que deseaba, era lo que mi cuerpo me pedía y tanto había necesitado después del tiempo que estuvimos sin vernos. Lo más extraño era que ya no intentaba excusar mis acciones, no había motivo para hacerlo.
Nos separamos lentamente, los dos respirando agitadamente. Busqué su mirada, atento al brillo en sus ojos. Podía asegurar que él tampoco lo hacía por ser un orgulloso con complejo de dominante. Aun así, no iba a decir nada al respecto; ya era demasiado complicado incluso darme cuenta yo mismo como para encima comentarlo.
Me moví con gestos pausados y tranquilos, incluso demasiado, tratándose de mí. Rocé sus labios entreabiertos con los míos, que también tenía entreabiertos por la falta de aire, mientras descendía hasta su barbilla, donde me detuve antes de llegar a la garganta y me desvié al lado del cuello. Sustituí la lengua por mis labios y continué bajando hasta donde me permitía su camisa y aproveché para suspirar sobre su piel.
Había pasado demasiado tiempo desde que sentí aquella sensación de placer al probar su cuerpo. La recordaría... lentamente...
Me di cuenta de que mi prioridad no era tratar de "ganar", de que no era ninguna batalla, que fue la razón por la que no me detuve la primera vez que estuvimos juntos. Ahora era diferente, simplemente, no tenía ninguna prioridad: ni ganar ni demostrarle que era yo el que mantenía el control... sólo éramos él y yo. Lo hacía porque era lo que deseaba, era lo que mi cuerpo me pedía y tanto había necesitado después del tiempo que estuvimos sin vernos. Lo más extraño era que ya no intentaba excusar mis acciones, no había motivo para hacerlo.
Nos separamos lentamente, los dos respirando agitadamente. Busqué su mirada, atento al brillo en sus ojos. Podía asegurar que él tampoco lo hacía por ser un orgulloso con complejo de dominante. Aun así, no iba a decir nada al respecto; ya era demasiado complicado incluso darme cuenta yo mismo como para encima comentarlo.
Me moví con gestos pausados y tranquilos, incluso demasiado, tratándose de mí. Rocé sus labios entreabiertos con los míos, que también tenía entreabiertos por la falta de aire, mientras descendía hasta su barbilla, donde me detuve antes de llegar a la garganta y me desvié al lado del cuello. Sustituí la lengua por mis labios y continué bajando hasta donde me permitía su camisa y aproveché para suspirar sobre su piel.
Había pasado demasiado tiempo desde que sentí aquella sensación de placer al probar su cuerpo. La recordaría... lentamente...
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Dejé escapar un suspiro ahogado cuando su boca se dirigió hasta mi cuello, sentir como me pasaba la lengua lascivamente para luego besarme y tirar con sus dientes de esa parte tan sensible me hacía quedarme sin aliento, él no paró, siguió bajando hasta parte de mi pecho que dejaba ver mi escotada camisa blanca, aunque al parecer sin inguna intención de quitarmela aún. Sentir sus humedos besos y su agitada respiración mientras me recorría con su boca me estaba volviendo loco.
Luego entreabrí los ojos lentamente, mirándolo desde mi posición, me resultaba extraño su repentina forma de actuar, era completamente diferente a la última vez que estuvimos juntos, ahora todo era a un ritmo calmado, pero a la vez exitante, extrañamente más placentero que otras de las muchas veces que había estado en ésta situación.
Lentamente agarré uno de sus brazos y volvimos a mirarnos fijamente, sus labios seguían rojos a causa del fogoso beso que habíamos tenido minutos antes, su boca entre abierta dejaba escapar unos pequeños jadeos que sólo incrementaba mi exitación rápidamente; me relamí el labio inferior y lo sujeté de su cabello atrayéndolo hacia mí, hundiéndome ésta vez en su cuello, empecé a depositar humedos besos por toda esa zona seguido de un suave movimiento de mis caderas sintiendo por primera vez nuestras exitaciones, una contra otra, cada vez más deseosas de sentir más contacto; gemí roncamente sobre su cuello al sentir cada vez más nuestras erecciones, volviéndome algo más agresivo con la tarea que estaba llevando a cabo sobre su cuello.
No habíamos dicho nada desde hace un rato,realmente no necesitabamos decir nada, él simple hecho de mirarnos y sentir toda ésta sin fin de sensaciones, eran suficientes, no había necesidad de palabrás.
Luego entreabrí los ojos lentamente, mirándolo desde mi posición, me resultaba extraño su repentina forma de actuar, era completamente diferente a la última vez que estuvimos juntos, ahora todo era a un ritmo calmado, pero a la vez exitante, extrañamente más placentero que otras de las muchas veces que había estado en ésta situación.
Lentamente agarré uno de sus brazos y volvimos a mirarnos fijamente, sus labios seguían rojos a causa del fogoso beso que habíamos tenido minutos antes, su boca entre abierta dejaba escapar unos pequeños jadeos que sólo incrementaba mi exitación rápidamente; me relamí el labio inferior y lo sujeté de su cabello atrayéndolo hacia mí, hundiéndome ésta vez en su cuello, empecé a depositar humedos besos por toda esa zona seguido de un suave movimiento de mis caderas sintiendo por primera vez nuestras exitaciones, una contra otra, cada vez más deseosas de sentir más contacto; gemí roncamente sobre su cuello al sentir cada vez más nuestras erecciones, volviéndome algo más agresivo con la tarea que estaba llevando a cabo sobre su cuello.
No habíamos dicho nada desde hace un rato,realmente no necesitabamos decir nada, él simple hecho de mirarnos y sentir toda ésta sin fin de sensaciones, eran suficientes, no había necesidad de palabrás.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
En cuanto sentí cómo me agarraba el brazo, volví a mirarlo, clavando mis ojos profundamente en los suyos. Después, fijé la mirada en cada una de sus facciones y en cada una de las partes de su cuerpo que reaccionaban a mis caricias. Aunque era cierto que estaba deseando ir más allá, al mismo tiempo no tenía ninguna prisa, quería disfrutar de cada uno de los momentos y no iba a permitir que nada nos interrumpiera.
Por lo visto, él tampoco tenía ninguna prisa, sabía que eso no quería decir que él no ardiera en deseos de llegar hasta el final, era como si nos hubiéramos puesto de acuerdo —por primera vez— y sin siquiera abrir la boca. El modo en que repartió besos por mi cuello me hizo cerrar los ojos con fuerza y respondí automáticamente con gemidos sin sentir ningún tipo de pudor o rabia por no ser capaz de controlarlos. Ante el vaivén que inició, volví a gemir, embargado por una sensación extremadamente placentera y sofocante, y cerré los puños con fuerza sobre su camisa, a la altura del pecho. Estaba completamente dominado por el placer que me provocaban él y cada uno de sus actos.
En medio de aquel silencio solamente interrumpido en mis oídos por los desbocados latidos de mi corazón, entorné los ojos y me incliné de nuevo sobre él. Aflojé la fuerza con la que le arrugaba la camisa y comencé a desabrochársela, botón a botón, rozando con los labios cada porción de piel que quedaba a la vista conforme lo desnudaba. En cuanto terminé, le abrí la camisa para dejar su pecho al descubierto, se lo acaricié con ambas manos hasta llegar al abdomen y las dejé quietas a cada lado de su cintura. Me dirigí hacia el pezón izquierdo, lo lamí con lentitud y lujuria y lo cubrí con mis labios, masajeándolo después con la lengua repetidas veces.
Bajo los dedos, pude sentir cómo su piel se estremecía, cómo su pecho subía y bajaba cada vez a un ritmo más alocado y, sobre todo, ahora que estaba sobre él y justo al lado del corazón, sentí y escuché sus acelerados latidos, sonando al mismo ritmo que el mío.
Por lo visto, él tampoco tenía ninguna prisa, sabía que eso no quería decir que él no ardiera en deseos de llegar hasta el final, era como si nos hubiéramos puesto de acuerdo —por primera vez— y sin siquiera abrir la boca. El modo en que repartió besos por mi cuello me hizo cerrar los ojos con fuerza y respondí automáticamente con gemidos sin sentir ningún tipo de pudor o rabia por no ser capaz de controlarlos. Ante el vaivén que inició, volví a gemir, embargado por una sensación extremadamente placentera y sofocante, y cerré los puños con fuerza sobre su camisa, a la altura del pecho. Estaba completamente dominado por el placer que me provocaban él y cada uno de sus actos.
En medio de aquel silencio solamente interrumpido en mis oídos por los desbocados latidos de mi corazón, entorné los ojos y me incliné de nuevo sobre él. Aflojé la fuerza con la que le arrugaba la camisa y comencé a desabrochársela, botón a botón, rozando con los labios cada porción de piel que quedaba a la vista conforme lo desnudaba. En cuanto terminé, le abrí la camisa para dejar su pecho al descubierto, se lo acaricié con ambas manos hasta llegar al abdomen y las dejé quietas a cada lado de su cintura. Me dirigí hacia el pezón izquierdo, lo lamí con lentitud y lujuria y lo cubrí con mis labios, masajeándolo después con la lengua repetidas veces.
Bajo los dedos, pude sentir cómo su piel se estremecía, cómo su pecho subía y bajaba cada vez a un ritmo más alocado y, sobre todo, ahora que estaba sobre él y justo al lado del corazón, sentí y escuché sus acelerados latidos, sonando al mismo ritmo que el mío.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Escuchar sus gemidos cada vez más sonoros me exitaban de sobremanera, ésto era otra cosa que la diferenciaba de la vez anterior; la última vez ambos intentábamos guardar nuestros gemidos, ahora, simplemente ninguno de los dos queríamos ni podíamos contenernos.
Cuando sentí sus manos recorrer mi torso desnudo sentí un delicioso escalfrío, notaba como sus manos seguían bajando más y más hasta que se detuvieron en mi cintura, lo miré con deseo desde mi posición y segundos después noté su boca danzando eróticamente por mi torso desnudo; cerré los ojos, tratando de asimilar todo lo que me provocaba y luego me mordí el labio inferior a la vez que ponía una mano sobre su cabeza, cerré los puños agarrándole el cabello con fuerza, y dejé escapar roncos gemidos al sentir su lengua sobre mis tetillas, mi pecho subía y bajaba rápidamente y mi corazón latía cada vez más rápido. Me estaba volviendo realmente loco.
Poco después tiré de sus cabellos deteniendo la acción que ejercia sobre mi torso, me incorporé e intercanvié posiciones con él, ésta vez, era yo quién estaba encima de él. Respiré agitadamente mirándolo sin pestañear, mis cabellos caían graciosamente sobre su pecho aún cubierto por su camisa y él me miraba con tanto deseo que aumentaba el mío propio; luego me di la vuelta encima de él quedando mi rostro a escasos centímetros de su anatomía, desabroché su pantalón y mientras lo iba bajando acerqué mi rostro y empecé a dejar sensuales mordiscos por toda la zona, sus gemidos me incitaron a seguir y finalmente retiré su ropa interior, observando su miembro hinchado y palpitando buscando contacto urgente, lo acaricié lentamente con mi mano a la vez que me relamía y sin pensarlo dos veces lo engullí por completo, empecé a masturbarlo con mi boca deteniéndome en la punta de vez en cuando para lamerla rápidamente, escuchando roncos gemidos ahogados de su parte, eso sólo me exitaba más, incrementé el ritmo conservando uno rápido y enloquecedor, mordía a veces toda su extención para luego darle pequeñas succiones en la punta sintiendo como empezaba a temblar cada ve más y más, posiblemente estaría a punto de correrse, pero si no me deteneía yo tampoco iba a hacerlo.
Cuando sentí sus manos recorrer mi torso desnudo sentí un delicioso escalfrío, notaba como sus manos seguían bajando más y más hasta que se detuvieron en mi cintura, lo miré con deseo desde mi posición y segundos después noté su boca danzando eróticamente por mi torso desnudo; cerré los ojos, tratando de asimilar todo lo que me provocaba y luego me mordí el labio inferior a la vez que ponía una mano sobre su cabeza, cerré los puños agarrándole el cabello con fuerza, y dejé escapar roncos gemidos al sentir su lengua sobre mis tetillas, mi pecho subía y bajaba rápidamente y mi corazón latía cada vez más rápido. Me estaba volviendo realmente loco.
Poco después tiré de sus cabellos deteniendo la acción que ejercia sobre mi torso, me incorporé e intercanvié posiciones con él, ésta vez, era yo quién estaba encima de él. Respiré agitadamente mirándolo sin pestañear, mis cabellos caían graciosamente sobre su pecho aún cubierto por su camisa y él me miraba con tanto deseo que aumentaba el mío propio; luego me di la vuelta encima de él quedando mi rostro a escasos centímetros de su anatomía, desabroché su pantalón y mientras lo iba bajando acerqué mi rostro y empecé a dejar sensuales mordiscos por toda la zona, sus gemidos me incitaron a seguir y finalmente retiré su ropa interior, observando su miembro hinchado y palpitando buscando contacto urgente, lo acaricié lentamente con mi mano a la vez que me relamía y sin pensarlo dos veces lo engullí por completo, empecé a masturbarlo con mi boca deteniéndome en la punta de vez en cuando para lamerla rápidamente, escuchando roncos gemidos ahogados de su parte, eso sólo me exitaba más, incrementé el ritmo conservando uno rápido y enloquecedor, mordía a veces toda su extención para luego darle pequeñas succiones en la punta sintiendo como empezaba a temblar cada ve más y más, posiblemente estaría a punto de correrse, pero si no me deteneía yo tampoco iba a hacerlo.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Al contrario que las otras veces, aquella vez no me molestó que intercambiara las posiciones y por lo tanto yo quedara debajo de él. No importaba dónde estuviera, iba a disfrutar de él de igual manera, así que no veía necesario pelear por recuperar mi posición. Le sostuve la mirada sin apenas pestañear y con tal intensidad que el simple peso de su mirada me excitó aún más de lo que ya estaba.
De pronto, él se giró, aún encima de mí. Extrañado, tuve la tentación de incorporarme para comprobar qué pensaba hacer, pero no fue necesario en cuanto sentí que me desabrochaba los pantalones. Me sorprendió porque, al fin y al cabo, desde la primera vez que estuvimos juntos lo evitó, como si pretendiera desesperarme o que yo mismo le rogara que lo hiciera.
No creí que fuera capaz de hacerme disfrutar más de lo que lo estaba haciendo, pero olvidaba que a él no se le acababan nunca los recursos. La manera en que comenzó a lamerme el miembro me arrancaba gemidos muchos más sonoros y obscenos. Eché la cabeza hacia atrás, apoyado contra la cama como estaba, y cerré con fuerza los puños en un gesto involuntario para descargar todo el placer que sentía en cada parte de mi cuerpo. No sabía si era una reacción normal, pero temía que de un momento a otro perdiera por completo la razón por culpa suya... Él despertaba tantas sensaciones nuevas y diferentes para mí que seguramente acabara volviéndome loco.
El momento culminante se acercaba, lo sentía, no traté de detenerlo o avisarle, él sin duda también lo sabía. Finalmente, acabé corriéndome al tiempo que ahogaba un último gemido y traté de recuperar el aliento. Abrí los ojos lentamente y al ver que sus partes quedaban a mi alcance, actué por instinto y comencé a desabrocharle el pantalón. En cuanto lo desprendí de los bóxers me erguí para alcanzar su miembro y comencé por lamerle la punta para después introducímelo en la boca. Me dejé llevar completamente por mis actos, cerré los ojos y continué con el suave vaivén, sustituyendo a cada poco los labios por la lengua y recorriendo toda la longitud del miembro con lamidas. Sus gemidos me instaban a seguir y me hacían responderle gimiendo también, sin dejar mi labor.
De pronto, él se giró, aún encima de mí. Extrañado, tuve la tentación de incorporarme para comprobar qué pensaba hacer, pero no fue necesario en cuanto sentí que me desabrochaba los pantalones. Me sorprendió porque, al fin y al cabo, desde la primera vez que estuvimos juntos lo evitó, como si pretendiera desesperarme o que yo mismo le rogara que lo hiciera.
No creí que fuera capaz de hacerme disfrutar más de lo que lo estaba haciendo, pero olvidaba que a él no se le acababan nunca los recursos. La manera en que comenzó a lamerme el miembro me arrancaba gemidos muchos más sonoros y obscenos. Eché la cabeza hacia atrás, apoyado contra la cama como estaba, y cerré con fuerza los puños en un gesto involuntario para descargar todo el placer que sentía en cada parte de mi cuerpo. No sabía si era una reacción normal, pero temía que de un momento a otro perdiera por completo la razón por culpa suya... Él despertaba tantas sensaciones nuevas y diferentes para mí que seguramente acabara volviéndome loco.
El momento culminante se acercaba, lo sentía, no traté de detenerlo o avisarle, él sin duda también lo sabía. Finalmente, acabé corriéndome al tiempo que ahogaba un último gemido y traté de recuperar el aliento. Abrí los ojos lentamente y al ver que sus partes quedaban a mi alcance, actué por instinto y comencé a desabrocharle el pantalón. En cuanto lo desprendí de los bóxers me erguí para alcanzar su miembro y comencé por lamerle la punta para después introducímelo en la boca. Me dejé llevar completamente por mis actos, cerré los ojos y continué con el suave vaivén, sustituyendo a cada poco los labios por la lengua y recorriendo toda la longitud del miembro con lamidas. Sus gemidos me instaban a seguir y me hacían responderle gimiendo también, sin dejar mi labor.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Tal y como imaginaba, no pudo aguantar mucho más, cuando descendí por su erección dando pequeños mordisco por aquí y por allá para luego metérmela sin previo aviso en la boca de nuevo fue su límite, sentí como se extremecía debajo de mí y seguidamente explotó en mi boca con fuerza. Me tragué su semilla lentamente y seguí con la tarea que estaba haciendo antes, aun sintiendo como su miembro respondía a mis lamidas, lo limpié con mi lengua y me incorporé un poco sobre mis manos, iba a cambiar de posición cuando sentí que él me desabrochaba los pantalones bajándome los boxer al mismo tiempo, suspiré sonoramente al sentir mi miembro liberado de la tela que segundos antes lo aprisionaba, pero aún más porque sentía su agitada respiración muy cerca, empezó a lamerme la punta y sentí como mi cuerpo respondía curvandose eróticamente sobre él, gemí roncamente al sentir como me la aprisionaba con su boca, la manera de lamer y succionar que tenía me hacía perder completamente la razón, gemí sonoramente, cada vez más, sin ningún atismo de pudor, quería que escuchara y que sintiera lo que me hacía sentir.
Estaba en mi límite, escuchaba como gemía cada vez que tenía oportunidad, dejándome claro que aunque no era él en éste momento el que estaba teniendo la felación, lo estaba disfrutando del mismo modo que yo.
Involuntariamente empecé a mover mis caderas simulando embestidas, aumentando el placer de una manera increíble, seguí moviéndome y segundos después eché la cabeza hacía atrás en un gemido sordo, me mordí el labio inferior con fuerza y exploté en su boca sin poder evitarlo, me dejé caer hacia adelante sin llegar a apoyarme en él del todo y cuando recuperé un poco el aliento me incorporé, lo agarré de la muñeca y lo arrastré hacia el baño, entré en la ducha que había al fondo y lo acorralé contra la pared sin dejarle escapatoria, luego abrí el grifo de un manotazo y el agua empezó a mojarnos dando un aspecto más erótico y exitante a éste momento.
—Ahhn... —gemí sensualmente cerca de su oído. Vas a volverme loco joder...
No le dejé que respondiera, apresioné desesperado sus labios, mi lengua empezó a recorrer descontrolada su cavidad adentrándose cada vez más y más, enredando nuestras lenguas en una danza frenética.
No dejé de besarle en ningún momento, mis manos bajaron hasta que se detuvieron en su cadera, las aprisioné con fuerza y al mismo tiempo inicié un suave vaivén, sintiendo la dura e hinchada carne de su miembro contra el mío, descontrolándome más de lo que ya estaba.
Estaba en mi límite, escuchaba como gemía cada vez que tenía oportunidad, dejándome claro que aunque no era él en éste momento el que estaba teniendo la felación, lo estaba disfrutando del mismo modo que yo.
Involuntariamente empecé a mover mis caderas simulando embestidas, aumentando el placer de una manera increíble, seguí moviéndome y segundos después eché la cabeza hacía atrás en un gemido sordo, me mordí el labio inferior con fuerza y exploté en su boca sin poder evitarlo, me dejé caer hacia adelante sin llegar a apoyarme en él del todo y cuando recuperé un poco el aliento me incorporé, lo agarré de la muñeca y lo arrastré hacia el baño, entré en la ducha que había al fondo y lo acorralé contra la pared sin dejarle escapatoria, luego abrí el grifo de un manotazo y el agua empezó a mojarnos dando un aspecto más erótico y exitante a éste momento.
—Ahhn... —gemí sensualmente cerca de su oído. Vas a volverme loco joder...
No le dejé que respondiera, apresioné desesperado sus labios, mi lengua empezó a recorrer descontrolada su cavidad adentrándose cada vez más y más, enredando nuestras lenguas en una danza frenética.
No dejé de besarle en ningún momento, mis manos bajaron hasta que se detuvieron en su cadera, las aprisioné con fuerza y al mismo tiempo inicié un suave vaivén, sintiendo la dura e hinchada carne de su miembro contra el mío, descontrolándome más de lo que ya estaba.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Justo cuando estaba tragando los últimos restos del semen, él se incorporó de repente y me llevó a rastras al baño. No opuse ninguna resistencia y la verdad era que estaba demasiado excitado para reaccionar a tiempo. Sentir el agua fría recorriendo mi cuerpo y empapándome me reconfortó sobremanera debido al sofocante calor que sentía. No podía apartar la mirada de la suya; el cabello empapado, las gotas corriéndole por el cuello y descendiéndole por el pecho le daban un aire tremendamente sensual que me hacía relamerme los labios con deseo. El hecho de tenerlo pegado a mí, acorralándome contra la pared, era la razón por la que me resultaba imposible calmar mis latidos desbocados, la respiración agitada y el incesante sofoco interior.
Su comentario me resultó irónico. Así que sí lo provocaba ahora que no era mi objetivo principal, pero no cuando lo intenté para avergonzarlo. Antes de que me diera oportunidad de contestar, sentí de nuevo su boca sobre la mía y cómo su lengua me recorría cada rincón. El sabor de su semen que aún tenía en los labios se entremezcló con el mío propio y también con el agua que se colaba por los resquicios que quedaban entre nuestras bocas cuando nos separábamos mínimamente por necesidad de aire.
Reaccioné de inmediato subiendo con las manos por su espalda y me detuve a la mitad, arrugándole la camisa, y aproveché para atraerlo más a mí para que el contacto fuera el mayor. Un delicioso escalofrío me recorrió toda la espina dorsal cuando rozó su miembro con el mío y gemí dentro del beso. Cuando nos separamos, dejando una distancia mínima entre nosotros, desplacé las manos hasta el cuello de la camisa que aún no le había quitado y me tomé unos segundos para recuperar el aliento. Lo obligué a inclinarse ligeramente hacia mí y le hablé en un susurro a apenas un par de centímetros de sus labios:
—Eso si no me vuelves tú antes a mí.
Yo tampoco le dejé contestar, me lancé sobre sus labios de forma hambrienta y los devoré desde todos los lados posibles antes de introducir la lengua dentro de su cavidad. En ningún momento aflojé el agarre que hacía en su camisa, de hecho, mientras me separaba de él y le mordía el piercing, lo desprendí al fin de ella y la tiré al suelo. Después, fui descendiendo por el cuello con la lengua, pasando por el esternón y deteniéndome a la altura de los abdominales, donde le mordí con la punta de los dientes y a continuación volví a lamer en dirección contraria hasta volver a llegar a su cuello.
Su piel tenía el sabor del agua entremezclada con el sudor que perlaba su cuerpo.
Su comentario me resultó irónico. Así que sí lo provocaba ahora que no era mi objetivo principal, pero no cuando lo intenté para avergonzarlo. Antes de que me diera oportunidad de contestar, sentí de nuevo su boca sobre la mía y cómo su lengua me recorría cada rincón. El sabor de su semen que aún tenía en los labios se entremezcló con el mío propio y también con el agua que se colaba por los resquicios que quedaban entre nuestras bocas cuando nos separábamos mínimamente por necesidad de aire.
Reaccioné de inmediato subiendo con las manos por su espalda y me detuve a la mitad, arrugándole la camisa, y aproveché para atraerlo más a mí para que el contacto fuera el mayor. Un delicioso escalofrío me recorrió toda la espina dorsal cuando rozó su miembro con el mío y gemí dentro del beso. Cuando nos separamos, dejando una distancia mínima entre nosotros, desplacé las manos hasta el cuello de la camisa que aún no le había quitado y me tomé unos segundos para recuperar el aliento. Lo obligué a inclinarse ligeramente hacia mí y le hablé en un susurro a apenas un par de centímetros de sus labios:
—Eso si no me vuelves tú antes a mí.
Yo tampoco le dejé contestar, me lancé sobre sus labios de forma hambrienta y los devoré desde todos los lados posibles antes de introducir la lengua dentro de su cavidad. En ningún momento aflojé el agarre que hacía en su camisa, de hecho, mientras me separaba de él y le mordía el piercing, lo desprendí al fin de ella y la tiré al suelo. Después, fui descendiendo por el cuello con la lengua, pasando por el esternón y deteniéndome a la altura de los abdominales, donde le mordí con la punta de los dientes y a continuación volví a lamer en dirección contraria hasta volver a llegar a su cuello.
Su piel tenía el sabor del agua entremezclada con el sudor que perlaba su cuerpo.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Sonreí de medio lado al escuchar su comentario, empecé a abrir la boca para hablar, pero él aprovecho eso para atraerme aún más y besarme con desesperación, no me resistí, empecé a corresponder el beso con la misma pasión abriéndo la boca, moviéndola desenfrenada contra la suya.
Mientras seguíamos besándonos él se separó lentamente y se desvió hasta mi cuello, enviándome descargas electricas por toda la espina dorsal, concentrandose dolorosamente en mi entrepierna, puse mis manos a cada lado de su cuerpo apoyándome en la pared, ahora resvaladiza por el agua que caía por ella.
Finalmente estaba completamente desnudo, en su último movimiento se desprendió de mi camisa y seguidamente siguió con su tarea de morderme y lamerme por todo mi pecho, llegando hasta mis abdominales para luego subir nuevamente hasta mi cuello, gemí con desesperación y abrí los ojos lentamente. Sentir sus labios recorriendo la sensible piel de mi cuello me volvía loco, realmente estaba exitado, quería seguir con ésto, que no terminara nunca, porque jamás me había sentido tan bien en mi jodida vida.
Minutos después lo sujeté de los hombros y lo separé de mí haciendo que chocara brúscamente contra la pered. Era bastante más bajo que yo, así que tuve que inclinarme bastante para llegar hasta su oído, dejé escapar mi aliento y mientras le lamía el lóbulo y mordisqueaba su cuello, empecé a desabrocharle la camisa quitándosela rápidamente, ahora estabamos los dos en igualdad de condiciones. Agarré con una de mis manos su cabello y mientras lo distraía con mi boca mordisqueando y lamiendo desde su cuello hasta su barbilla, descendí mi mano libre hasta su trasero, guié uno de mis dedos hasta su entrada y empecé a rozarla indecorosamente, haciendo círculos, el agua que caía ayudaba en la dilatación y aunque había notado como se retorcía por mi inesperada acción no me detuve.
Le haría saber que ser el pasivo no era tan malo como él pensaba.
Mientras seguíamos besándonos él se separó lentamente y se desvió hasta mi cuello, enviándome descargas electricas por toda la espina dorsal, concentrandose dolorosamente en mi entrepierna, puse mis manos a cada lado de su cuerpo apoyándome en la pared, ahora resvaladiza por el agua que caía por ella.
Finalmente estaba completamente desnudo, en su último movimiento se desprendió de mi camisa y seguidamente siguió con su tarea de morderme y lamerme por todo mi pecho, llegando hasta mis abdominales para luego subir nuevamente hasta mi cuello, gemí con desesperación y abrí los ojos lentamente. Sentir sus labios recorriendo la sensible piel de mi cuello me volvía loco, realmente estaba exitado, quería seguir con ésto, que no terminara nunca, porque jamás me había sentido tan bien en mi jodida vida.
Minutos después lo sujeté de los hombros y lo separé de mí haciendo que chocara brúscamente contra la pered. Era bastante más bajo que yo, así que tuve que inclinarme bastante para llegar hasta su oído, dejé escapar mi aliento y mientras le lamía el lóbulo y mordisqueaba su cuello, empecé a desabrocharle la camisa quitándosela rápidamente, ahora estabamos los dos en igualdad de condiciones. Agarré con una de mis manos su cabello y mientras lo distraía con mi boca mordisqueando y lamiendo desde su cuello hasta su barbilla, descendí mi mano libre hasta su trasero, guié uno de mis dedos hasta su entrada y empecé a rozarla indecorosamente, haciendo círculos, el agua que caía ayudaba en la dilatación y aunque había notado como se retorcía por mi inesperada acción no me detuve.
Le haría saber que ser el pasivo no era tan malo como él pensaba.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Suspiré, completamente entregado a él, cuando me lamió el lóbulo de la oreja y continuó hasta el cuello. En un gesto involuntario, fruto del placer que él me provocaba, eché la cabeza hacia atrás hasta apoyarla en la pared contra la que él me había empotrado, cerré con más fuerza el puño de la mano que tenía a su espalda y la otra la enterré en sus cabellos.
En medio de aquella mezcla de sensaciones, a cada cual más excitante, sentí cómo dirigía la mano hacia mi entrada y me tensé irremediablemente. En un primer momento pensé que su intención había sido solamente acariciarme, pero descarté esa posibilidad cuando sentí cómo presionaba mi entrada. No pude evitar sentirme bastante incómodo, abrí los ojos de golpe y le sujeté con la mano que tenía a su espalda la suya. De inmediato, sentí su mirada clavada en mí, pero yo no cedí, de hecho, entorné los ojos y esperé a recobrar el aliento para decirle sin que mi voz sonara entrecortada:
—Para. —Él no parecía tener intención de dejarme tomar el mando a mí de nuevo, pero yo no pensaba ceder. Mis motivos los conocía perfectamente, por lo que me sentí irremediablemente molesto. Fruncí el ceño y añadí—: Ya te lo dije antes: no lo haré de esa manera.
No tenía ninguna intención de hacerlo así, ya había comprobado cuál era el resultado final y no tenía ningún interés en comprobar cómo era el proceso.
En medio de aquella mezcla de sensaciones, a cada cual más excitante, sentí cómo dirigía la mano hacia mi entrada y me tensé irremediablemente. En un primer momento pensé que su intención había sido solamente acariciarme, pero descarté esa posibilidad cuando sentí cómo presionaba mi entrada. No pude evitar sentirme bastante incómodo, abrí los ojos de golpe y le sujeté con la mano que tenía a su espalda la suya. De inmediato, sentí su mirada clavada en mí, pero yo no cedí, de hecho, entorné los ojos y esperé a recobrar el aliento para decirle sin que mi voz sonara entrecortada:
—Para. —Él no parecía tener intención de dejarme tomar el mando a mí de nuevo, pero yo no pensaba ceder. Mis motivos los conocía perfectamente, por lo que me sentí irremediablemente molesto. Fruncí el ceño y añadí—: Ya te lo dije antes: no lo haré de esa manera.
No tenía ninguna intención de hacerlo así, ya había comprobado cuál era el resultado final y no tenía ningún interés en comprobar cómo era el proceso.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Me separé lentamente de su cuello para mirarle a los ojos fijamente cuando sentí que me detenía la mano que tenía entre sus nalgas, suspiré cansinamente rodando los ojos y volví a fijarme en él mientras me deshacía del agarre y ponía sus manos a cada lado de su cabeza, sujetándolo por las muñecas con la fuerza justa para que no pudiera escapar.
—Sólo déjate llevar, te gustará.
Ahora, sujeté sus manos por encima de su cabeza con una de las mías, con la mano derecha —que és la que tenía libre— la dirigí lentamente hasta su entrepierna acariciando todo su pecho anteriormente, la sujeté con fuerza y empecé con las caricias, notaba como el agua recorría nuestros cuerpos haciéndolo todo mucho más delirante, empiezo a escuchar sus suspiros chocar contra mis oídos al sentir como mi mano acaricia su erección , encendiéndome aún más. El movimiento se acelera, puedo sentir la piel que reviste su miembro subiendo y bajando, y aunque no lo pueda notar a causa del agua que cae por nosotros, sé que ya ha comenzado a liberar las gotas preseminales.
Detengo mis movimientos y con la respiración agitada me hundo en su cuello nuevamente, le paso la lengua por toda su extensión y me detengo dándole un sensual bocado en su cogote, desde ahí paso a su oreja y se la lamo lentamente mientras mi mano busca su entrada nuevamente, esperaba que al estar a punto de llegar al orgasmo de nuevo se hubiera distraído un poco; para asegurarme me separé lentamente de él y lo observé con mis ojos destilando puro deseo, su expresión de goce me hacía vibrar y una nueva punzada en mi entrepierna me hizo gemir roncamente, reafirme el agarre de sus muñecas y posé mis labios en su frente, dándole un dulce beso. Me separé con la cabeza dándome vueltas, ¿qué acababa de hacer? en serio que sentir todo ésto me estaba volviendo loco, esa acción por mi parte lo corroboraba.
no quise pensar mucho en lo que acababa de hacer, así que sujeté una de sus manos e hice que tocara mi torso, guiándola por todo mi pecho desnudo, haciendo que notara mis músculos, luego la bajé lentamente hasta llegar a mi vientre, no detengo el recorrido y finalmente hago que toque mi miembro erecto e hinchado que clamaba por una atención urgente, suelto un gemido desesperado al sentir su mano alrededor de mi dureza y no me atrevo a pensar siquiera, soy presa del deseo y pienso seguir mis bajos instintos.
Mientras él me masturbaba busqué sus labios y empecé a besarlos lentamente pero con una pasión descontrolada, lamiendo y mordiendo siempre que daba lugar, gemía en su boca con gemidos roncos y él me correspondía de la misma manera, todo era deliciosamente placentero.
No esperé más, guié mi mano hasta su trasero nuevamente y empecé a rozar su entrada, escuchando como gemía en mi boca por tal acción, me animé aún más y metí un dedo lentamente, metiéndolo y sacándolo hasta que habían tres de ellos dentro de él, sentí como se retorcía debajo de mí e intentaba separarse de mis labios para gemir o para gritarme cualquier cosa, pero no le dí oportunidad, cazé sus labios brúscamente y él ahogó sus palabras en mi boca. Mis dedos se movían desvergonzadamente por su interior haciendo círculos y tocando las paredes interiores, mientras los metía y sacaba cada vez más rápido, ya no sé si sus gemidos eran de dolor o placer, pero mi boca no pudo retenerlo más tiempo.
Saqué mis dedos de su interior y me acerqué a su oído nuevamente pegándome más a él ya que también había detenido la deliciosa masturbación que me estaba dando.
—Déjame hacerlo... —susurré sensualmente con la respiración entrecortada, sujetando mi miembro para guiarlo hasta su entrada friccionándolo por primera vez con su trasero desnudo, le mordí el cuello intentando contener la ansiedad que me invadía y empecé a rozarme descaradamente con su entrada sin llegar a penetrarlo aún, esperando su respuesta.
—Sólo déjate llevar, te gustará.
Ahora, sujeté sus manos por encima de su cabeza con una de las mías, con la mano derecha —que és la que tenía libre— la dirigí lentamente hasta su entrepierna acariciando todo su pecho anteriormente, la sujeté con fuerza y empecé con las caricias, notaba como el agua recorría nuestros cuerpos haciéndolo todo mucho más delirante, empiezo a escuchar sus suspiros chocar contra mis oídos al sentir como mi mano acaricia su erección , encendiéndome aún más. El movimiento se acelera, puedo sentir la piel que reviste su miembro subiendo y bajando, y aunque no lo pueda notar a causa del agua que cae por nosotros, sé que ya ha comenzado a liberar las gotas preseminales.
Detengo mis movimientos y con la respiración agitada me hundo en su cuello nuevamente, le paso la lengua por toda su extensión y me detengo dándole un sensual bocado en su cogote, desde ahí paso a su oreja y se la lamo lentamente mientras mi mano busca su entrada nuevamente, esperaba que al estar a punto de llegar al orgasmo de nuevo se hubiera distraído un poco; para asegurarme me separé lentamente de él y lo observé con mis ojos destilando puro deseo, su expresión de goce me hacía vibrar y una nueva punzada en mi entrepierna me hizo gemir roncamente, reafirme el agarre de sus muñecas y posé mis labios en su frente, dándole un dulce beso. Me separé con la cabeza dándome vueltas, ¿qué acababa de hacer? en serio que sentir todo ésto me estaba volviendo loco, esa acción por mi parte lo corroboraba.
no quise pensar mucho en lo que acababa de hacer, así que sujeté una de sus manos e hice que tocara mi torso, guiándola por todo mi pecho desnudo, haciendo que notara mis músculos, luego la bajé lentamente hasta llegar a mi vientre, no detengo el recorrido y finalmente hago que toque mi miembro erecto e hinchado que clamaba por una atención urgente, suelto un gemido desesperado al sentir su mano alrededor de mi dureza y no me atrevo a pensar siquiera, soy presa del deseo y pienso seguir mis bajos instintos.
Mientras él me masturbaba busqué sus labios y empecé a besarlos lentamente pero con una pasión descontrolada, lamiendo y mordiendo siempre que daba lugar, gemía en su boca con gemidos roncos y él me correspondía de la misma manera, todo era deliciosamente placentero.
No esperé más, guié mi mano hasta su trasero nuevamente y empecé a rozar su entrada, escuchando como gemía en mi boca por tal acción, me animé aún más y metí un dedo lentamente, metiéndolo y sacándolo hasta que habían tres de ellos dentro de él, sentí como se retorcía debajo de mí e intentaba separarse de mis labios para gemir o para gritarme cualquier cosa, pero no le dí oportunidad, cazé sus labios brúscamente y él ahogó sus palabras en mi boca. Mis dedos se movían desvergonzadamente por su interior haciendo círculos y tocando las paredes interiores, mientras los metía y sacaba cada vez más rápido, ya no sé si sus gemidos eran de dolor o placer, pero mi boca no pudo retenerlo más tiempo.
Saqué mis dedos de su interior y me acerqué a su oído nuevamente pegándome más a él ya que también había detenido la deliciosa masturbación que me estaba dando.
—Déjame hacerlo... —susurré sensualmente con la respiración entrecortada, sujetando mi miembro para guiarlo hasta su entrada friccionándolo por primera vez con su trasero desnudo, le mordí el cuello intentando contener la ansiedad que me invadía y empecé a rozarme descaradamente con su entrada sin llegar a penetrarlo aún, esperando su respuesta.
Última edición por Arakami Sasuke el Jue Jul 08, 2010 4:36 pm, editado 1 vez
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Imaginaba que esa vez no cedería tan fácilmente, pero mi decisión era irrevocable. Me molestaba su testarudez, pero si en algún momento me había irritado, lo olvidé por completo cuando se olvidó de seguir tanteando mi entrada y se pasó a mi miembro. Forcejeé para liberarme de su agarre y así poder descargar de alguna manera el placer que me dominaba. Quizá él pensaba que quería detenerle, porque no me soltó y yo tampoco me esforcé demasiado en conseguirlo.
Estaba tan embargado por la excitación del momento que olvidé el pequeño incidente de antes, hasta que de repente volví a sentir que dirigía la mano hacia mi entrada. Volví a abrir los ojos y me dispuse a decirle que se detuviera, pero él se adelantó. El delicado beso que me dio en la frente me dejó completamente anonadado. No era en absoluto una reacción que me esperara de él y por primera vez me sentí confundido. Si él era capaz de actuar así, ¿debería ser yo ceder y dejarlo ser el dominante?
Aún no me había recompuesto de su inesperada acción y sus anteriores caricias cuando me agarró la mano y me hizo recorrerle todo el pecho hasta su miembro. No quise apartar la mirada de él en ningún momento y en cuanto llegué hasta su miembro, actué por mí mismo y comencé a masturbarlo con lentitud, de arriba a abajo, reccoriéndolo por toda su longitud. Él aprovechó que yo estaba totalmente centrado en mi tarea para capturar mis labios. Pensé seriamente que de verdad iba a volverme loco...
A pesar de mi estado y de que estaba totalmente ocupado en sus labios, cuando se dirigió a mi entrada una vez más no pude evitar tensarme. Él no se detuvo y ante la intromisión del primer dedo fruncí el ceño y lancé un pequeño quejido dentro del beso. Sabía que debía tranquilizarme, pero me sentía todavía demasiado confundido. Al principio había sentido dolor, pero poco a poco, me habitué y la sensación de molestia dio paso a una más deliciosa. Cerré los ojos ante sus palabras y suspiré profundamente; no necesitaba nada más, sentía que a pesar del deseo irrefrenable que sentía por penetrarme, no lo hacía por mí, porque yo aún no le había dado una respuesta. Ya no me preocupaba ni avergonzaba que él me afectara tanto hasta el punto de hacerme cambiar de opinión; confiaba en él y no había más que hablar.
Alcé la mirada hacia él, me erguí lo máximo que podía sin tener que llegar a ponerme de puntillas, algo que no me gustaría para nada, le puse una mano en la nuca para acercarlo más a mí y le susurré al oído hablando con calma y lentitud:
—Sólo porque eres tú.
Era incapaz de detenerlo ahora, necesitaba sentirlo en mi interior al igual que yo me había sentido dentro de él.
Estaba tan embargado por la excitación del momento que olvidé el pequeño incidente de antes, hasta que de repente volví a sentir que dirigía la mano hacia mi entrada. Volví a abrir los ojos y me dispuse a decirle que se detuviera, pero él se adelantó. El delicado beso que me dio en la frente me dejó completamente anonadado. No era en absoluto una reacción que me esperara de él y por primera vez me sentí confundido. Si él era capaz de actuar así, ¿debería ser yo ceder y dejarlo ser el dominante?
Aún no me había recompuesto de su inesperada acción y sus anteriores caricias cuando me agarró la mano y me hizo recorrerle todo el pecho hasta su miembro. No quise apartar la mirada de él en ningún momento y en cuanto llegué hasta su miembro, actué por mí mismo y comencé a masturbarlo con lentitud, de arriba a abajo, reccoriéndolo por toda su longitud. Él aprovechó que yo estaba totalmente centrado en mi tarea para capturar mis labios. Pensé seriamente que de verdad iba a volverme loco...
A pesar de mi estado y de que estaba totalmente ocupado en sus labios, cuando se dirigió a mi entrada una vez más no pude evitar tensarme. Él no se detuvo y ante la intromisión del primer dedo fruncí el ceño y lancé un pequeño quejido dentro del beso. Sabía que debía tranquilizarme, pero me sentía todavía demasiado confundido. Al principio había sentido dolor, pero poco a poco, me habitué y la sensación de molestia dio paso a una más deliciosa. Cerré los ojos ante sus palabras y suspiré profundamente; no necesitaba nada más, sentía que a pesar del deseo irrefrenable que sentía por penetrarme, no lo hacía por mí, porque yo aún no le había dado una respuesta. Ya no me preocupaba ni avergonzaba que él me afectara tanto hasta el punto de hacerme cambiar de opinión; confiaba en él y no había más que hablar.
Alcé la mirada hacia él, me erguí lo máximo que podía sin tener que llegar a ponerme de puntillas, algo que no me gustaría para nada, le puse una mano en la nuca para acercarlo más a mí y le susurré al oído hablando con calma y lentitud:
—Sólo porque eres tú.
Era incapaz de detenerlo ahora, necesitaba sentirlo en mi interior al igual que yo me había sentido dentro de él.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Al escuchar como entrecortadamente me daba permiso para seguir sentí una dolorosa punzada en mi miembro endureciéndolo aún más, no podía esperar ahora que me había dado permiso. Brúscamente lo giré estampándolo contra la pared mojada de la ducha, me pegé a él y empecé a presionar mi miembro duro fuertemente contra su trasero. Nuestras pieles se juntan por fin en una danza sin retorno, y muerdo su cuello, reprimiendo mis gemidos, cerrando los ojos con las inexpresables sensaciones que me provoca el estar frotando mi miembro contra su desnudo trasero, rozando sin ataduras su entrada.
—Mmmhhhhh…ahh…Kyouya..., me estoy volviendo loco…ahhh…ya no aguanto mas…
En mi actual estado había perdido por completo la razón a causa del placer que recorría todo mi cuerpo, pero me sorprendí yo mismo al escuchar su nombre salir de mis labios, eso fue algo que no pude pasar desapercivido a pesar de mi exitación. ¿Me habría escuchado con claridad? No le di más vueltas al asunto, me incorporé y sujeté mi miembro hasta poner la punta en su entrada.
Creo que Inconscientemente su trasero comienza a friccionarse contra mi erección y es en ese preciso momento cuando le comienzo a penetrar. En mi cabeza hay todo un alboroto, el oxigeno me falta, mis ojos están totalmente cerrados a causa del placer que voy sintiendo ; Reprimo un ronco gemido en mi garganta, y termino penetrándolo con una profunda embestida la cual nos hace gritar a los dos.
Reprimo mis ganas de moverme locamente al sentir tal estrechez rodear mi miembro, esperando que el dolor que seguramente estaba sintiendo ahora fuera menor, mientras tanto empiezo a lamer su cuello y con una mano me dedico a masturbarlo para conseguir que se olvide levemente del dolor. Ésto era realmente enloquecedor...
—Mmmhhhhh…ahh…Kyouya..., me estoy volviendo loco…ahhh…ya no aguanto mas…
En mi actual estado había perdido por completo la razón a causa del placer que recorría todo mi cuerpo, pero me sorprendí yo mismo al escuchar su nombre salir de mis labios, eso fue algo que no pude pasar desapercivido a pesar de mi exitación. ¿Me habría escuchado con claridad? No le di más vueltas al asunto, me incorporé y sujeté mi miembro hasta poner la punta en su entrada.
Creo que Inconscientemente su trasero comienza a friccionarse contra mi erección y es en ese preciso momento cuando le comienzo a penetrar. En mi cabeza hay todo un alboroto, el oxigeno me falta, mis ojos están totalmente cerrados a causa del placer que voy sintiendo ; Reprimo un ronco gemido en mi garganta, y termino penetrándolo con una profunda embestida la cual nos hace gritar a los dos.
Reprimo mis ganas de moverme locamente al sentir tal estrechez rodear mi miembro, esperando que el dolor que seguramente estaba sintiendo ahora fuera menor, mientras tanto empiezo a lamer su cuello y con una mano me dedico a masturbarlo para conseguir que se olvide levemente del dolor. Ésto era realmente enloquecedor...
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Era tal mi excitación que, al igual que si estuviera en un avanzado estado de embriaguez, mi mente se quedó totalmente en blanco y me resultó difícil diferenciar qué era real y lo que no. Había perdido la cabeza por completo si de verdad había llegado al extremo de imaginármelo decir mi nombre, sobre todo porque el simple hecho de escucharlo decirlo de aquella manera tan provocativa, entre jadeos, me provocaba de tal manera empecé a impacientarme por sentirlo dentro de mí.
Él no se hizo de rogar más y comenzó a penetrarme. Pese a que no estaba nervioso ni nada por el estilo, sentí un molesto pinchazo que me hizo fruncir el ceño con fuerza. Lancé un jadeo y traté de habituarme para no permitir que el dolor estropeara aquel momento. Entonces él terminó de penetrarme y el dolor se incrementó para terminar otorgándome el placer más exquisito que había sentido en toda mi vida. El quejido que había escapado de mi garganta ante tal acción se transformó en un gemido ahogado. En cuanto comenzó a salir de mi interior, el dolor volvió. Apreté los dientes con fuerza, apoyé la cabeza en la fría pared y expulsé el aire sonoramente por la falta de oxígeno incrementada debido a que había aguantado involuntariamente la respiración en un intento de mitigar la molestia que sentía. De nuevo, cuando alcanzó el punto más profundo de mi interior, el dolor dio paso a aquella sensación tan excitante y embriagante que me estaba haciendo perder la razón y que se incrementó con crecer al notar cómo me acariciaba el miembro y cómo me recorría el cuello con la lengua.
Aquella posición no me gustaba, lo que a mí me interesaba era verlo a él y escuchar cara a cara cómo gemía, aún más si tenía la oportunidad de escucharlo pronunciar mi nombre una vez más. Sin ninguna duda en aquel momento me volvería loco, más de lo que él se imaginaba. Cerré los puños con fuerza sobre la pared, eché hacia atrás la cabeza y lancé un gemido que alargué inconscientemente. Me relamí los labios sin darme cuenta siquiera de que lo había hecho, bastante reconfortado por la fría agua de la ducha que me caía en la cara, volví a bajar la cabeza y la apoyé de nuevo contra la pared.
—Déjame verte... —musité con dificultad, entre jadeos. Sólo dos palabras y me había costado un gran esfuerzo pronunciarlas. Esperé a que mi respiración se tranquilizara, tarea imposible, así que finalmente añadí en el mismo tono de voz—: Quiero... ver... tu rostro...
Él no se hizo de rogar más y comenzó a penetrarme. Pese a que no estaba nervioso ni nada por el estilo, sentí un molesto pinchazo que me hizo fruncir el ceño con fuerza. Lancé un jadeo y traté de habituarme para no permitir que el dolor estropeara aquel momento. Entonces él terminó de penetrarme y el dolor se incrementó para terminar otorgándome el placer más exquisito que había sentido en toda mi vida. El quejido que había escapado de mi garganta ante tal acción se transformó en un gemido ahogado. En cuanto comenzó a salir de mi interior, el dolor volvió. Apreté los dientes con fuerza, apoyé la cabeza en la fría pared y expulsé el aire sonoramente por la falta de oxígeno incrementada debido a que había aguantado involuntariamente la respiración en un intento de mitigar la molestia que sentía. De nuevo, cuando alcanzó el punto más profundo de mi interior, el dolor dio paso a aquella sensación tan excitante y embriagante que me estaba haciendo perder la razón y que se incrementó con crecer al notar cómo me acariciaba el miembro y cómo me recorría el cuello con la lengua.
Aquella posición no me gustaba, lo que a mí me interesaba era verlo a él y escuchar cara a cara cómo gemía, aún más si tenía la oportunidad de escucharlo pronunciar mi nombre una vez más. Sin ninguna duda en aquel momento me volvería loco, más de lo que él se imaginaba. Cerré los puños con fuerza sobre la pared, eché hacia atrás la cabeza y lancé un gemido que alargué inconscientemente. Me relamí los labios sin darme cuenta siquiera de que lo había hecho, bastante reconfortado por la fría agua de la ducha que me caía en la cara, volví a bajar la cabeza y la apoyé de nuevo contra la pared.
—Déjame verte... —musité con dificultad, entre jadeos. Sólo dos palabras y me había costado un gran esfuerzo pronunciarlas. Esperé a que mi respiración se tranquilizara, tarea imposible, así que finalmente añadí en el mismo tono de voz—: Quiero... ver... tu rostro...
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Comienzo a moverme, le hago sentir mi sexo duro y palpitante, invadiendo complemente su interior, entrando y saliendo, aunque no completamente, a un ritmo acompasado y enloquecedor.
Aún no cedí a su propuesta, yo también quería ver su rostro mientras lo ponetraba, pero lo desesperaría un poco, estaba seguro que cuando los dos nos miraramos en ésta situación todo acabaría irremediablemente rápido, aún no podía permitir éso, quería disfrutar de él lo máximo posible. En respuesta a su pedido clavé los dientes en la piel de su hombro, luego guié mi boca al hueco de su hombro y seguí dándole bocados por toda la zona, mientras dejaba escapar sensuales gemidos los cuales chocaban con la delicada piel de su cuello.
—Ahhh…dios…esto, es…enloquecedor…Mhhnn!!...
La posición en la que nos encontramos hace que mi miembro llegue muy profundo en su interior, estoy desquiciado embistiéndole, notando como su cuerpo está pegado en su totalidad con la pared de la ducha, acompañando a mis enloquecedoras embestidas, haciéndolo todo mucho más placentero y enloquecedor.
No resisto ni un segundo más sin ver su rostro, voy parando desmedidamente el ritmo de las embestidas y al salir de su interior escucho un quejido de su parte, seguramente es ahora cuando mejor se estaba sintiendo y no esperaba que parara en ése momento; lo giré para quedar enfrentados y sonreí apresando su cabeza entre mis manos. Verlo en tal estado aumentó aún más los latidos de mi corazón, su expresión era hermosa.
Lentamente me acerco a él y lo beso dulcemente en los labios, pegando aún más nuestros cuerpos, sintiendo su miembro duro y húmedo chocar contra mi cadera, el beso empieza a tornarse más desesperado y muerdo su labio inferior, lo muerdo partiéndolo y el sabor metálico invade nuestras bocas, es un gusto exquisito, el elixir que distingue en nuestro acto la pasión y el deseo que sentimos el uno por el otro. Mi acción hace que él se vuelva más violento y muerde mi labio de la misma manera, empezamos a danzar nuestras lenguas con una locura desenfrenada y aprovecho ese momento para levantar su pierna izquierda penetrándolo de una sóla estocada, su entrada se encuentra muy dilatada así que entró sin problemas. Los dos gemimos en la boca contraria y nos separamos para obervarnos con los ojos velados por el deseo y la pasión, sujeto bien su pierna y con la otra mano busco la suya y la entrelazo apresándotela contra la pared, al mismo tiempo su miembro se fricciona contra mi vientre, embisto locamente su trasero con pasión y siento que pronto moriré de tanto placer. Queremos gritar como locos, pero el beso no deja que lo llevemos a cabo, nuestros movimientos son frenéticos, tan fuertes que creo que lo romperé en cualquier momento; él me sigue el ritmo y de pronto siento como ejerce presión con su entrada, volviéndome loco.
—Ahh!! K-Kyouya...hnnmm...aah...
Nuevamente dije su nombre, me sentía mareado por todas las sensaciones que me embriagaban y me di cuenta de que a él le gustaba escuchármelo pronunciar, por el gemido que dio en cuanto lo dije, para luego observarme de esa manera tan lasciva y llena de deseo. Joder, no podría aguantar mucho más...
Aún no cedí a su propuesta, yo también quería ver su rostro mientras lo ponetraba, pero lo desesperaría un poco, estaba seguro que cuando los dos nos miraramos en ésta situación todo acabaría irremediablemente rápido, aún no podía permitir éso, quería disfrutar de él lo máximo posible. En respuesta a su pedido clavé los dientes en la piel de su hombro, luego guié mi boca al hueco de su hombro y seguí dándole bocados por toda la zona, mientras dejaba escapar sensuales gemidos los cuales chocaban con la delicada piel de su cuello.
—Ahhh…dios…esto, es…enloquecedor…Mhhnn!!...
La posición en la que nos encontramos hace que mi miembro llegue muy profundo en su interior, estoy desquiciado embistiéndole, notando como su cuerpo está pegado en su totalidad con la pared de la ducha, acompañando a mis enloquecedoras embestidas, haciéndolo todo mucho más placentero y enloquecedor.
No resisto ni un segundo más sin ver su rostro, voy parando desmedidamente el ritmo de las embestidas y al salir de su interior escucho un quejido de su parte, seguramente es ahora cuando mejor se estaba sintiendo y no esperaba que parara en ése momento; lo giré para quedar enfrentados y sonreí apresando su cabeza entre mis manos. Verlo en tal estado aumentó aún más los latidos de mi corazón, su expresión era hermosa.
Lentamente me acerco a él y lo beso dulcemente en los labios, pegando aún más nuestros cuerpos, sintiendo su miembro duro y húmedo chocar contra mi cadera, el beso empieza a tornarse más desesperado y muerdo su labio inferior, lo muerdo partiéndolo y el sabor metálico invade nuestras bocas, es un gusto exquisito, el elixir que distingue en nuestro acto la pasión y el deseo que sentimos el uno por el otro. Mi acción hace que él se vuelva más violento y muerde mi labio de la misma manera, empezamos a danzar nuestras lenguas con una locura desenfrenada y aprovecho ese momento para levantar su pierna izquierda penetrándolo de una sóla estocada, su entrada se encuentra muy dilatada así que entró sin problemas. Los dos gemimos en la boca contraria y nos separamos para obervarnos con los ojos velados por el deseo y la pasión, sujeto bien su pierna y con la otra mano busco la suya y la entrelazo apresándotela contra la pared, al mismo tiempo su miembro se fricciona contra mi vientre, embisto locamente su trasero con pasión y siento que pronto moriré de tanto placer. Queremos gritar como locos, pero el beso no deja que lo llevemos a cabo, nuestros movimientos son frenéticos, tan fuertes que creo que lo romperé en cualquier momento; él me sigue el ritmo y de pronto siento como ejerce presión con su entrada, volviéndome loco.
—Ahh!! K-Kyouya...hnnmm...aah...
Nuevamente dije su nombre, me sentía mareado por todas las sensaciones que me embriagaban y me di cuenta de que a él le gustaba escuchármelo pronunciar, por el gemido que dio en cuanto lo dije, para luego observarme de esa manera tan lasciva y llena de deseo. Joder, no podría aguantar mucho más...
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Llegué a pensar que sólo había hablado para mí mismo ya que él no hizo lo que le decía. Quería girarme yo mismo, no soportaba no verlo ni un minuto más, pero alejarme de él justo en ese instante me resultaba imposible. Sus sensuales bocados, que intensificaban mis gemidos, aumentaron la necesidad de verlo al mismo tiempo que me hicieron olvidarlo. Tal cantidad de sensaciones contradictorias hacían que la cabeza me diera vueltas.
Entonces, justo cuando una de sus embestidas alcanzó el punto más enloquecedor, salió de mi interior, arrancándome un gemido de protesta. En cuanto me encontré cara a cara a él, clavé intensamente la mirada en la suya. Contemplé sus ojos, observándome con un brillo de demente pasión, el cabello pegado a su rostro y goteando, fruto del sudor que lo cubría y del agua de la ducha, y finalmente me perdí en su boca entreabierta, jadeando, haciendo que un delicioso estremecimiento me recorriera por completo con sólo recordar cómo esos labios habían besado y lamido cada parte de mi cuerpo.
Le correspondí de inmediato el beso que él inició. La mano que coloqué a su espalda se cerró con fuerza al sentir cómo mi miembro se apretaba contra él. No tardé en sentir el sabor metálico de la sangre y tardé bastante en darme cuenta de que era mía. No me sorprendí al no sentir dolor y sabía que no se debía a mi férrea resistencia a las heridas; me encontraba sumido en un profundo éxtasis. Mi sangre se entremezcló con la suya cuando le mordí de la misma manera y aproveché cada resquicio de su boca para coger aire y alargar lo más posible el beso. En ese instante, él volvió a penetrarme, arrancándome un sonoro gemido y haciéndome cerrar los ojos con fuerza. Ni siquiera sentí un leve pinchazo, hacía rato que sólo había lugar para el placer extremo que me invadía. En cuanto noté sus dedos entrelazándose con los míos en un gesto que no me esperaba, los apreté con fuerza y lo mismo hice con la mano que tenía a su espalda.
Entonces, con total claridad, él pronunció mi nombre. Aquella vez estaba seguro de no ser producto de mi imaginación y pese a que no había nada de sexual en ello, el simple hecho de escucharlo me hizo gemir aún más profundamente. Necesitaba descargar de una manera la pasión que me desbordaba, jamás había creído que era posible experimentar tanto placer. Y sentía que el final estaba muy próximo, claro síntoma era el cosquilleo que me recorrió el miembro y que terminó con una explosión de semen causada al haber llegado al orgasmo. Él se corrió después, no fui capaz de diferenciar si fueron minutos u horas; sentí cómo su semen me llenaba por dentro y me sentí enloquecer. Jadeé y cerré los ojos con fuerza en un intento de retomar el control de mi propio cuerpo y actué casi sin tener consciencia de mis actos: apoyé la frente en su hombro, cerré con más fuerza la mano que tenía a su espalda y con el brazo que había quedado libre tras deshacer la unión de nuestras manos, le rodeé el cuello por detrás, pegando mi cuerpo al máximo con el suyo.
Entonces, justo cuando una de sus embestidas alcanzó el punto más enloquecedor, salió de mi interior, arrancándome un gemido de protesta. En cuanto me encontré cara a cara a él, clavé intensamente la mirada en la suya. Contemplé sus ojos, observándome con un brillo de demente pasión, el cabello pegado a su rostro y goteando, fruto del sudor que lo cubría y del agua de la ducha, y finalmente me perdí en su boca entreabierta, jadeando, haciendo que un delicioso estremecimiento me recorriera por completo con sólo recordar cómo esos labios habían besado y lamido cada parte de mi cuerpo.
Le correspondí de inmediato el beso que él inició. La mano que coloqué a su espalda se cerró con fuerza al sentir cómo mi miembro se apretaba contra él. No tardé en sentir el sabor metálico de la sangre y tardé bastante en darme cuenta de que era mía. No me sorprendí al no sentir dolor y sabía que no se debía a mi férrea resistencia a las heridas; me encontraba sumido en un profundo éxtasis. Mi sangre se entremezcló con la suya cuando le mordí de la misma manera y aproveché cada resquicio de su boca para coger aire y alargar lo más posible el beso. En ese instante, él volvió a penetrarme, arrancándome un sonoro gemido y haciéndome cerrar los ojos con fuerza. Ni siquiera sentí un leve pinchazo, hacía rato que sólo había lugar para el placer extremo que me invadía. En cuanto noté sus dedos entrelazándose con los míos en un gesto que no me esperaba, los apreté con fuerza y lo mismo hice con la mano que tenía a su espalda.
Entonces, con total claridad, él pronunció mi nombre. Aquella vez estaba seguro de no ser producto de mi imaginación y pese a que no había nada de sexual en ello, el simple hecho de escucharlo me hizo gemir aún más profundamente. Necesitaba descargar de una manera la pasión que me desbordaba, jamás había creído que era posible experimentar tanto placer. Y sentía que el final estaba muy próximo, claro síntoma era el cosquilleo que me recorrió el miembro y que terminó con una explosión de semen causada al haber llegado al orgasmo. Él se corrió después, no fui capaz de diferenciar si fueron minutos u horas; sentí cómo su semen me llenaba por dentro y me sentí enloquecer. Jadeé y cerré los ojos con fuerza en un intento de retomar el control de mi propio cuerpo y actué casi sin tener consciencia de mis actos: apoyé la frente en su hombro, cerré con más fuerza la mano que tenía a su espalda y con el brazo que había quedado libre tras deshacer la unión de nuestras manos, le rodeé el cuello por detrás, pegando mi cuerpo al máximo con el suyo.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Segundos después de gemir su nombre y darle varias estocadas más, terminó corriéndose violentamente entre los dos. Yo, por otra parte, seguí embistiéndo desquiciadamente su trasero, cada vez más rápido, sintiendo como su entrada, ahora más pequeña, me la estrujaba deliciosamente, no pude aguantar más. Exhalo un último gemido desesperado y terminé corriéndome en su interior con fuerza, llenándolo por completo.
Bajo la pierna que le había alzado despacio y nos quedamos unos segundos así, sin pronunciar palabra, tratando de recuperar el aliento, luego siento como termina abrazándome, está totalmente pegado a mi cuerpo, su cabeza en mi hombro, y una necesidad me ataca repentinamente, siento deseos de acariciarlo, de besarlo, así que con una de mis manos acaricio esos cabellos negros empapados por el sudor y el agua de la ducha y seguidamente salgo lentamente de su interior, me separo poco a poco con mi corazón bombeando a mil por hora.
Nunca, en las veces que había tenido sexo, había sentido tanto placer y felicidad, incluso me había puesto cariñoso. Definitivamente no me reconocía y eso me trastornaba.
Sujeté su rostro con una de mis manos y lo besé dulcemente, movíamos nuestros labios lentamente degustándonos sin usar nada más sólo nuestros labios, ya no había esa pasión con la que nos besabámos hace unos segundos, éste beso fue como para decírnos algo que ninguno de los dos se atrevía a decir con palabras.
Algo que nos desconcertaba a los dos, pero a la vez nos hacia sentir bien.
Bajo la pierna que le había alzado despacio y nos quedamos unos segundos así, sin pronunciar palabra, tratando de recuperar el aliento, luego siento como termina abrazándome, está totalmente pegado a mi cuerpo, su cabeza en mi hombro, y una necesidad me ataca repentinamente, siento deseos de acariciarlo, de besarlo, así que con una de mis manos acaricio esos cabellos negros empapados por el sudor y el agua de la ducha y seguidamente salgo lentamente de su interior, me separo poco a poco con mi corazón bombeando a mil por hora.
Nunca, en las veces que había tenido sexo, había sentido tanto placer y felicidad, incluso me había puesto cariñoso. Definitivamente no me reconocía y eso me trastornaba.
Sujeté su rostro con una de mis manos y lo besé dulcemente, movíamos nuestros labios lentamente degustándonos sin usar nada más sólo nuestros labios, ya no había esa pasión con la que nos besabámos hace unos segundos, éste beso fue como para decírnos algo que ninguno de los dos se atrevía a decir con palabras.
Algo que nos desconcertaba a los dos, pero a la vez nos hacia sentir bien.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Mi mente era un auténtico caos. No sabía si mi comportamiento y reacciones eran normales. Todas y cada una de las sensaciones que me habían dominado eran tan nuevas para mí que me confundía pensar. Lo único que sabía era que había hecho lo que mi cuerpo me había pedido, no había intentado contenerme en ningún momento y me había expresado tal y como sentía, era la primera vez que dejaba fluir de esa manera mis emociones y la verdad era que no me preocupaba si eso me hacía ver a mí también como un herbívoro. No, claro que no era arrepentimiento, de hecho, lo que menos me apetecía en ese momento era alejarme de él.
Suspiré sobre su piel cuando sentí su mano enterrada entre mis cabellos y levanté la vista. Podría parecer imposible, pero el sólo hecho de volver a mirarlo a la cara despertó en mí unas irrefrenables ganas de besarlo... al igual que en él. Le correspondí del mismo modo en que él lo hacía, tranquilo, sin aferrarme a él; sin duda era un gesto muy delicado de mi parte y también de la suya. En cuanto nos separamos, el tumulto de sensaciones tan distintas que me estaban haciendo perder la cabeza volvieron. No podía evitar preguntarme qué relación se suponía que teníamos después de todo lo que había pasado entre nosotros y qué se suponía que tendría que hacer y decir ahora. Las palabras eran demasiado evidentes, pero jamás las diría. Sabía que era también su caso, no eran necesarias las palabras: nuestros gestos habían sido más que evidentes.
Seguía pensando en qué debería decir, pero me vi interrumpido por el sonido de un aleteo. Hibird entró por la ventana, se quedó en el alféizar, movió la cabeza en varias direcciones hasta que fijó sus diminutos ojos en nosotros, como si entendiera qué estábamos haciendo. Entonces, pió claramente un nombre:
—¡Sasuke, Sasuke! ¡Sasu-chan!
Una sonrisilla se formó en mis labios irremediablemente. Volví la mirada hacia él y le dije sin perder la sonrisa divertida:
—Parece que Hibird ha aprendido una nueva palabra.
Suspiré sobre su piel cuando sentí su mano enterrada entre mis cabellos y levanté la vista. Podría parecer imposible, pero el sólo hecho de volver a mirarlo a la cara despertó en mí unas irrefrenables ganas de besarlo... al igual que en él. Le correspondí del mismo modo en que él lo hacía, tranquilo, sin aferrarme a él; sin duda era un gesto muy delicado de mi parte y también de la suya. En cuanto nos separamos, el tumulto de sensaciones tan distintas que me estaban haciendo perder la cabeza volvieron. No podía evitar preguntarme qué relación se suponía que teníamos después de todo lo que había pasado entre nosotros y qué se suponía que tendría que hacer y decir ahora. Las palabras eran demasiado evidentes, pero jamás las diría. Sabía que era también su caso, no eran necesarias las palabras: nuestros gestos habían sido más que evidentes.
Seguía pensando en qué debería decir, pero me vi interrumpido por el sonido de un aleteo. Hibird entró por la ventana, se quedó en el alféizar, movió la cabeza en varias direcciones hasta que fijó sus diminutos ojos en nosotros, como si entendiera qué estábamos haciendo. Entonces, pió claramente un nombre:
—¡Sasuke, Sasuke! ¡Sasu-chan!
Una sonrisilla se formó en mis labios irremediablemente. Volví la mirada hacia él y le dije sin perder la sonrisa divertida:
—Parece que Hibird ha aprendido una nueva palabra.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
No sabía que podía hacer o decir después de separarme de sus labios, por primera vez sentía que no debía hacer ningún comentario irónico, sólo quería permanecer abrazado a él sin importar qué.
Pasaron varios minutos y ninguno de los dos dijo nada, nos dedicamos a mirarnos sin separarnos del abrazo, hasta que de repente esuché un aleteo y como con una voz aguda, ése extraño pajaro pronunciaba mi nombre tres veces, utilizamos éso para deshacer el abrazo lentamente, enarqué una ceja y miré nuevamente hacia él, esperando alguna respuesta de su parte, él sólo sonrió divertido y yo le respondí con la misma sonrisa cuando escuché lo que comentó.
—Ya veo..., así que en éste tiempo que hemos estado sin vernos le has enseñado mi nombre... —acentué aún más la sonrisa y lo miré fijamente a escasos centímetros de su rostro, aunque habíamos dejado de abrazarnos, aún no nos habíamos separado, era como si nuestros cuerpos se atrayeran irremediablemente el uno al otro y no pudieran despegarse, como si estuvieran negandose a perder el contacto con la piel caliente y tersa de la contraria.
—¿Tanto me has hechado de menos? —seguí comentándolo con voz divertida—. Me gustaría saber cómo le has enseñado mi nombre, ¿lo hacías quizás mientras te masturbabas pensando en mí?
Dejé escapar una sonrisa irónica y finalmente me separé completamente de él, me di cuenta que justo cuando dejé de sentir su piel contra la mía, me hacia echarla de menos más y más, es como si hubieran pasado horas sin haberla tocado...cómo si realmente necesitara de su contacto con desesperación.
Como no respondía, cogí el jabón que había cerca de sus pies y empecé a enjabonarme delante de él, vi su mirada clavada en mi cuerpo siguiendo el recorrido que hacia mi mano junto al jabón, me gustaba ver como me deseaba, su mirada no podía engañarme, destilaba puro deseo; luego me di la vuelta y cogí el grifo de la ducha que había en el lado contrarío, dejando que el agua cayera por mi cuerpo, quitándome toda la espuma que había en mí.
Pasaron varios minutos y ninguno de los dos dijo nada, nos dedicamos a mirarnos sin separarnos del abrazo, hasta que de repente esuché un aleteo y como con una voz aguda, ése extraño pajaro pronunciaba mi nombre tres veces, utilizamos éso para deshacer el abrazo lentamente, enarqué una ceja y miré nuevamente hacia él, esperando alguna respuesta de su parte, él sólo sonrió divertido y yo le respondí con la misma sonrisa cuando escuché lo que comentó.
—Ya veo..., así que en éste tiempo que hemos estado sin vernos le has enseñado mi nombre... —acentué aún más la sonrisa y lo miré fijamente a escasos centímetros de su rostro, aunque habíamos dejado de abrazarnos, aún no nos habíamos separado, era como si nuestros cuerpos se atrayeran irremediablemente el uno al otro y no pudieran despegarse, como si estuvieran negandose a perder el contacto con la piel caliente y tersa de la contraria.
—¿Tanto me has hechado de menos? —seguí comentándolo con voz divertida—. Me gustaría saber cómo le has enseñado mi nombre, ¿lo hacías quizás mientras te masturbabas pensando en mí?
Dejé escapar una sonrisa irónica y finalmente me separé completamente de él, me di cuenta que justo cuando dejé de sentir su piel contra la mía, me hacia echarla de menos más y más, es como si hubieran pasado horas sin haberla tocado...cómo si realmente necesitara de su contacto con desesperación.
Como no respondía, cogí el jabón que había cerca de sus pies y empecé a enjabonarme delante de él, vi su mirada clavada en mi cuerpo siguiendo el recorrido que hacia mi mano junto al jabón, me gustaba ver como me deseaba, su mirada no podía engañarme, destilaba puro deseo; luego me di la vuelta y cogí el grifo de la ducha que había en el lado contrarío, dejando que el agua cayera por mi cuerpo, quitándome toda la espuma que había en mí.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Sólo pude responder con un lacónica risita irónica. Hibird había conseguido romper la tensión, por llamarlo de alguna manera, que antes se respiraba en el ambiente. La situación no había sido incómoda, sino todo lo contrario, por eso había estado a punto de acabar con la poca cordura que me quedaba cuando estaba con él. Simplemente... había sido tan diferente al tipo de situación al que estaba habituado que me aliviaba que Hibird nos hubiera interrumpido.
Era la primera vez que sus comentarios irónicos me aliviaban en lugar de molestarme o parecerme divertidos. Me había dominado un profundo sentimiento de indecisión respecto a lo que pasaría con nosotros a partir de ahora, pero ahora estaba tranquilo. No tenía por qué temer de dejar de ser yo sólo por haber disfrutado como nunca en toda mi vida. Sin duda había hecho bien aquel día domando a Hibird, acababa de demostrarme que era útil, no sólo para vigilar el instituto de Namimori y avisarme en caso de que algo no fuera bien.
En cuanto rompió el contacto, sentí deseos de sujetarle del brazo y volver a pegar nuestros cuerpos. Aquella sensación de dependencia no me haría ningún bien... Al menos conseguí controlarme para no hacerlo, pero se me hacía cada vez más difícil con él duchándose justo delante de mí.
Me acerqué, me quedé justo delante de él y permanecí así un buen rato, mirándolo en silencio. Estaba seguro de que él se imaginaba que iba a hacer otra cosa, pero me limité a quitarle el jabón, lo empujé con el codo hasta apartarlo a un lado y le repliqué con seriedad:
—¿Qué te hace pensar que voy a dejar que siempre te me adelantes para ducharte?
Después, seguí su ejemplo y comencé a enjabonarme.
Era la primera vez que sus comentarios irónicos me aliviaban en lugar de molestarme o parecerme divertidos. Me había dominado un profundo sentimiento de indecisión respecto a lo que pasaría con nosotros a partir de ahora, pero ahora estaba tranquilo. No tenía por qué temer de dejar de ser yo sólo por haber disfrutado como nunca en toda mi vida. Sin duda había hecho bien aquel día domando a Hibird, acababa de demostrarme que era útil, no sólo para vigilar el instituto de Namimori y avisarme en caso de que algo no fuera bien.
En cuanto rompió el contacto, sentí deseos de sujetarle del brazo y volver a pegar nuestros cuerpos. Aquella sensación de dependencia no me haría ningún bien... Al menos conseguí controlarme para no hacerlo, pero se me hacía cada vez más difícil con él duchándose justo delante de mí.
Me acerqué, me quedé justo delante de él y permanecí así un buen rato, mirándolo en silencio. Estaba seguro de que él se imaginaba que iba a hacer otra cosa, pero me limité a quitarle el jabón, lo empujé con el codo hasta apartarlo a un lado y le repliqué con seriedad:
—¿Qué te hace pensar que voy a dejar que siempre te me adelantes para ducharte?
Después, seguí su ejemplo y comencé a enjabonarme.
Re: Habitación de Arakami Sasuke.
Mientras el agua recorría mi cuerpo, él me empujó con el codo y empezó a enjabonarse a mi lado, sonreí y lentamente me situé detrás de él, luego pegué mi pecho a su espalda a la vez que pasaba la mano derecha por encima de su hombro y la apoyaba en la pared.
—Ésta vez, podemos hacerlo juntos. —susurré soltándo mis palabras en su oído, noté como él se tensaba ante mi cercanía y como mi propía piel reaccionaba al estar de nuevo junto a él. Ésto era desesperante...
Lentamente llevé mi mano izquierda hasta la suya que estaba sujetando el jabón, y la guié subiéndola lentamente hasta su cuello, luego hice que bajara, enjaboné su pecho y me detuve en su ombligo, noté como su cuerpo había reaccionado a mis caricias y como el mío propio hacia lo mismo al estar tan pegado a él, de repente me volvió a invadir la lujuria y dejé caer el jabón de nuestras manos, seguidamente voy dejando húmedos besos por su cuello, empiezo a escuchar como él me responde con roncos gemidos y éso hace que vuelva a la realidad, no sé como logré hacerlo, pero me separé lentamente de su cuello con la respiración nuevamente algo agitada y comenté en un suspiro:
—Me voy a la cama, si quieres puedes quedarte hoy aquí.
Deshice todo contacto con él y salí de la ducha cogiendo una de las toallas que había colgada al lado del lavabo, me la anudé en la cintura entrándo en la habitación y me tiré en la cama con los brazos abiertos exalando un largo suspiro.
—Ésta vez, podemos hacerlo juntos. —susurré soltándo mis palabras en su oído, noté como él se tensaba ante mi cercanía y como mi propía piel reaccionaba al estar de nuevo junto a él. Ésto era desesperante...
Lentamente llevé mi mano izquierda hasta la suya que estaba sujetando el jabón, y la guié subiéndola lentamente hasta su cuello, luego hice que bajara, enjaboné su pecho y me detuve en su ombligo, noté como su cuerpo había reaccionado a mis caricias y como el mío propio hacia lo mismo al estar tan pegado a él, de repente me volvió a invadir la lujuria y dejé caer el jabón de nuestras manos, seguidamente voy dejando húmedos besos por su cuello, empiezo a escuchar como él me responde con roncos gemidos y éso hace que vuelva a la realidad, no sé como logré hacerlo, pero me separé lentamente de su cuello con la respiración nuevamente algo agitada y comenté en un suspiro:
—Me voy a la cama, si quieres puedes quedarte hoy aquí.
Deshice todo contacto con él y salí de la ducha cogiendo una de las toallas que había colgada al lado del lavabo, me la anudé en la cintura entrándo en la habitación y me tiré en la cama con los brazos abiertos exalando un largo suspiro.
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