Escapando de las multitudes [Priv. Kamanosuke]

En serio, no entiendo como puede haber cogido semejante confianza de repente. Le dejo que se quede arriba para que se crea el dominante por un rato y, ¿ya va marcando terreno? Por dios, me esperaba muchas cosas por parte del greñudo, pero, ¿que me sujetase por el cuello de semejante manera? Eso casi que no, a no ser que fuese para darme un par de ostias no había motivo hasta hace unas horas para algo así.
Y ahí tenía el loco este, quitandose la camisa como buenamente podía y agarrandome con...¿posesividad? Es tan subrealista que me dan ganas de reir, pero no lo haré. Por dos razones:
Primero, no hay que ser un lumbreras para darse cuenta de que esto es real a pesar de lo bizarro que puede ser.
Y segundo, no tiene gracia el hecho de que esté abajo y por ende, pienso cambiar los roles en breve.
Pero no está de más dejar que se confíe. Un buen cazador siempre sabe esperar a que la presa vaya sola a la trampa.

El hecho de que no responda a lo que hago me hace preguntarme una cosa, y es ¿realmente es tan...sumiso? No sé si alguna vez podría haberme esperado algo así de él, pero me da igual. Me habrá subestimado y es lo que se merece, pero algo me da mala espina....aunque claro, no creo que me vaya a matar. Muy bizarro tendrá que ser (bueno, esto ya roza unos niveles de bizarría bastante elevados) para querer matarme en una situación com ésta, así que paso de preocuparme o comerme la cabeza.
Como veo que no éstá precisamente forcejeando para soltarse de mi agarre, considero que es tiempo de divertirme un poco más. Sin llegar a separar el beso, bajo los labios unos milímetros hacia su labio inferior y lo muerdo ligeramente. Podría partirle el labio si quisiera, pero no me apetece ahora. Quizás más tarde, y se la debo de la ostia que me dio antes. Separo entonces mi boca de la suya, sin elevar demasiado la cabeza; algo me dice que le molesta que haga eso y precisamente a mí me divierte. Me pregunto como reaccionará si echo un poco la cabeza hacia atrás y le muerdo entre el cuello y la oreja, pero cuando me quiero dar cuenta ya lo he hecho. Qué mas dá. Tengo tiempo de sobra luego para "arrpentirme" de todo lo que le voy a hacer.

¡Joder! ¡¿Pero dónde narices a aprendido este estas cosas?! Y luego se atreve tacharme a mi de salido y pervertido. ¡Los cojones! No es que yo sea un alma pura e inocente, ni mucho menos. Sobre todo despues de haber vivido durante tanto tiempo bajo el mismo techo que el viejo chocho de Sanada (prueba a quedarte media hora con él y, si sobrevives, entenderás a lo que me refiero). Pero, viniendo del aledado del greñudo, ya es bastante sorprendente.
Chasqueo la lengua ante el mordisco en ese sitio, no por disgusto sino para esconder que me había gustado. Ya está, se acabo la tontería de dejarle estar arriba. Está tomandose más libertades de las que me esperaba y, viendo como están las cosas, no pienso arriesgarme a ser el que esté abajo. ¡En sus sueños!
Dandole un golpe en el brazo que tiene apoyado, le hago perder el equilibrio, de igual modo que hizo antes y recupero mi posición arriba, sonriendole victorioso.
-¿Pensabas que iba a dejarte arriba?-digo con un ligero tono burlón- Ya te dije que TU irás abajo.

Antes de poder darme cuenta, estoy otra vez con la espalda apoyada en el suelo y con el idiota este encima. ¡Mierda para mí! Lo peor de todo debe de ser mi cara, que tiene que ser un poema que ni los de Bécquer. No sabría con qué cara mirarle de no ser porque sé que he fruncido el ceño y le miro entre enfadado y molesto.
-No jodas!-le espeto, intentando incoporarme un poco-¿Ahora me vienes con esas? ¡Pues no te has quejado todo el rato que he estado encima!--le recrimino. Y es verdad. En ningún momento parecía que estuviese molesto, más bien hasta el contrario-Así que venga, ya vamos cambiando.
Y más le vale....

Coloco la mano en su pecho y le empujo, volviendo a tumbarle. Si se piensa que va a volver a tumbarme, entonces es que es más estúpido de lo que creí. Aunque con lo que ha dicho ya me lo ha confirmado. ¿Cambiar de nuevo? ¿Va en serio? ¿De verdad piensa que haré tal cosa? Este no solo se ha hinchado de comer cosas azucaradas, sino que, con total seguridad, se trajo en la maleta algunas de las hierbas de Sasuke, porque sino, no le encuentro explicación.
-¿Pensaste que me iba a quedar así? No te quejes después de que te dí el gusto de estar un par de minutos arriba.-digo, acercandome nuevamente a él, mas concretamente a su oido, para susurrarle-Es hora de ponerse serios y dejar de hacer el tonto, no crees,...Kamanosuke?-y tras eso, paso a lamerle el lóbulo de la oreja y posteriormente, morderlo suavemente, comenzando a bajar por su cuello a base de lamidas y algun que otro mordisco, mientras mis manos viajan hacia sus caderas, acariciando la piel descubierta que encuentran a su paso.
Se acabo el tontear. Ahora es cuando iba a tener que demostrar si era capaz de acabar lo que había empezado tan alegremente.

Estoy a punto de recriminarle cuando escucho lo que dice. Ah, ¿que lo hizo a posta? Esto ya me cuadraría más dentro del concepto que tengo del idiota éste; lo que me jode es que yo encima haya picado. Esto me está dejando una cara de póker que sino fuera porque es la mía, pagaría por verla. Suerte que sigo con mi enfurruñe en la cara. Pero más me llama la atención de lo que dice. Ponernos serios. No, si encima será culpa mía. Tras pensar eso, estoy por echárselo en cara, cuando noto baja sus labios por mi cuello y baja sus manos hasta mi cintura. Ese contacto hace que inconscientemente, ahogue la respiración un segundo, sintiendo un cosquilleo que me recorre la espalda. Me muerdo el labio inferior, con algo de enfado; pero es que prefiero que no sepa que me gusta.
Algo me dice que a la larga, ninguno de los dos va a querer detenerse únicamente por orgullo; quizás hayamos pensado que el otro se echaría para atrás. Y ahora va y resulta que hasta voy a tener ganas.
-Hm. Creo que llevo diciéndotelo un rato-le digo, esbozando una mueca entre burlona y ladina. A continuación, elevo ligeramente mis caderas para que choquen contra las suyas, incitándolo-Que sepas que ni tenemos todo el día ni es el lugar más normal, así que....
Y, joder, es verdad.

Lo que lleva haciendo todo el rato es discutir tontamente por quedarse arriba, asique que no se dé tantos aires. Y la sonrisita que pone no me hace ni pizca de gracia. ¿Porqué? Porqué, simplemente, después de haberle dicho que ha picado como un pardillo en lo de que le dejase estar arriba, es lo último que me esperaba. Eso solo puede significar una cosa, y es que está tramando algo. No es buena señal.
Aprieto los dientes al notar como pega su cadera contra la mia, rozandose e incitandome a ir a más. Y si, concuerdo con lo que dice el jodido greñudo por una vez: no tenemos todo el tiempo del mundo y menos en el sitio tan ''discreto'' que hemos elegido para ello.
-Entonces, tendremos que darnos prisa.-digo, sonriendo de lado, casi de manera perversa. Y respondiendo al pequeño ''reto'' que me ha supuesto ese roce de caderas, doy otro mordisco en su cuello, este algo más fuerte, para seguidamente bajar por su pecho hasta atrapar uno de los pezones con mis labios mientras una de mis manos se desliza hasta su miembro, agarrandolo por encima de la ropa y comenzando a masajearlo.

Su respuesta hace que de manera refleja esboce una mueca mezclada con una ladina sonrisa. Bien parece que se va a poner las pilas, pero aún sabiéndolo, no me esperaba, podría decir, lo que hace. Cuando siento que me muerde con más fuerza en el cuello, solo puedo pensar en dos cosas; la primera, que eso me va a dejar marca, y lo segundo, que me ha gustado, pero al parecer solo el el principio cuando atrapa uno de mis pezones con sus labios y una de sus manos se detiene en mi entrepierna, acariciándola. Siento que es demasiado placentero y por una vez me dan ganas de jadear o gemir, pero no quiero darle ese gusto por ahora de ninguna de las maneras, por lo que intento respirar sin que se note que se me ha acelerado el pulso.
De manera refleja, siento que he doblado un poco la pierda derecha y que he despegado la espalda unos centímetros del suelo a causa de sus caricias, como si no me pudiese controlar ni pensar con claridad, y casi creo que así es. No quiero preguntarme cómo se le ha ocurrido hacer eso, aunque supongo que sería lo normal en casos así, así que lo mejor sería dejame llevar un poco de éste placer (que no pienso reconocer JAMÁS) que siento. Así pues, elevo ligeramente un poco más las caderas de nuevo, reaccionando a su tacto. De alguna manera que no pienso pedirle, quiero que siga, y que siga ya, y quizás por ello he dirigido una de mis manos a su nuca atrayéndolo más a mí y a mi piel y la otra por la parte inferior de su espalda.
Joder, si esto solo es el principio...a saber que iría luego.

Ni siquiera yo mismo sé lo que estoy haciendo, simplemente me estoy dejando guiar...aunque tampoco tengo la más remota idea de por lo que me estoy guiando, y aún así, ¿qué más da? Está teniendo el efecto deseado y eso es lo que importa e interesa. El mero hecho de que el greñudo esté pegando más sus caderas contra mi mano, es signo inequivoco de que le está encantando esto y la espalda ligeramente arqueada termina de delatarle. Sé que no lo reconocerá y no le culpo en cierto modo (yo tampoco lo haría, no estoy tan loco aún como para llegar eso) pero que se esté aguantando con tal de que no me dé cuenta...sólo hace que me entren más ganas por hacer que lo reconozca.
Otra opción sería dejarlo con las ganas. Bastante divertida y si por mi fuese la haría encantado. Pero como sé que acabará en un ataque contra mi orgullo y valía, no lo haré. Ni de coña pienso soportar sus burlas por algo así. Lo que me faltaba.
Dejo que me atraiga hacia el por la nuca y, algo sorprendido (aunque procurando no demostrarlo), que me agarre del trasero, permitiendome esbozar una leve sonrisa divertida y malévola por eso, succionando con fuerza el pezón mientras masajeo con más fuerza su miembro.

Al sentir como succiona con más fuerza uno de mis pezones me llega una especie de aviso al cerebro; éste se ha dado cuenta de que me ha gustado, y eso a mí en cierto modo no me agrada. De alguna manera es culpa mía, y qué le voy a hacer, he sido muy inconsciente ante ese gilipollas. Como si no recordase a quién tengo encima. Aunque quizás eso sea lo más raro. Pensando en todo eso, no me he dado cuenta de que inconscientemente he dejado salir un gemido casi inaudible, pero seguro que se habrá dado cuenta. Y eso no favorece a mi situación.

-Ten cuidado con lo que haces-replico de repente en un tono taimado pero de advertencia, mientras intento contenerme para no clavarle las uñas en el cuello tras lo que ha hecho (no, no sería buena idea)-Por que como muerdas, la cargas.

Pero justo cuando quiero replicarle cuatro cosas más, siento como la situación y lo que me hace me produce poco a poco que mi cuerpo empiece a reaccionar por sí solo, y no hay porqué detallar que tal y como me acaricia en la entrepierna me estoy excitando lenta pero progresivamente.

Si se cree que poniendo ese tono me va a amedrentar o algo, la lleva clara. Cuando le dices a alguien que no haga algo, más ganas le dan de hacerlo. Y, en este caso concreto, no soy la excepción. Sobre todo si es para fastidiarle y buscarle las cosquillas. ¿Una amenaza? ¿A mí que más me da? Cómo si me importase. Ya se lo dije al principio: voy a hacer lo que me de la real gana...y me importa poquísimo (por no decir nada) su opinión.
Y siguiendo la línea de mis pensamientos tras las palabras del otro, le muerdo en el pezón con algo de fuerza, para seguidamente soltarlo.
-¿Decías?-pregunto con sorna y la misma sonrisa malévola, dejando que mi aliento choque contra su pezón humedecido y deteniendo el movimiento de mi mano pero sin apartarla de donde está.
No me hace falta preguntar para saber claramente que lo que estoy haciendo está funcionando. El bulto que comienza a formarse bajo los pantalones del greñudo me lo dice todo, así que, en cierto modo, de nada le sirve acallar los gemidos.

Sentir como no sólo no hace caso a lo que le advierto, sino todo lo contrario, hace que suelte un gemido más audible. Por un momento pensé que me miraría de mala manera como hace siempre y me soltaría una bordería, pero que no haría lo que hizo. Encima, comprobar que me ha gustado es una clara desventaja para mí y un punto para él. No soy especialmente quisquilloso al sentir dolor, y como mucho me enfada en las peleas, pero esto no es una pelea, y esa mordida más que dolerme, ha sido… placentero, raramente placentero.
Pero no le puedo dejar que se lo tenga creído.

-¿Es que no me has oído?-le reprocho, presionando con más fuerza alrededor de su cuello con la mano por la sensación de antes. Pero maldición, no pienso en darle ese gusto, ni decírselo ni pedírselo de nue….un momento, ¿pedírselo? ¿¡Dónde tengo la cabeza!?

Por otra parte, ¿¡por qué ha parado la mano!? ¡Es lo que me faltaba, y de alguna manera, me pone más nervioso!

-Y encima, ¿¡por qué coño has parado!?-¡mierda! ¡Debería de recibir un tratamiento de electrolísis para dejar de decir todo lo que pienso!

Bingo. Tarde o temprano lo iba a hacer, lo sabía, y ahora que se atreva a decir que eso que se le acaba de escapar, no ha sido un gemido. Ignoro la presión que ejerce con su mano en mi cuello. Quizás me deje una jodida marca, por lo cual pagará, pero pienso obedecer ni una sola cosa que me diga.
Estoy a punto de soltarle alguna bordería por su pregunta inicial, pero antes de que lo haga, salta con esa otra pregunta que...de verdad, ¿en serio no se da cuenta de lo que dice? No quiere reconocer que le gusta pero...acaba de hacerlo con eso último. Y aunque despues de haberlo dicho parece haberse dado cuenta de la magnitud de sus palabras,eso no cambia el hecho de que seguirá siendo un bocazas. Aunque eso, ahora, me beneficia bastante.
-Te dije que no haría caso a nada de lo que dijeses. ¿Para qué preguntas?-responde a su primera pregunta, para seguidamente añadir.-Y eso responde a tus dos preguntas.

No, si también, ¿para qué, para qué, para qué demonios hablo? Voy a guardarle esta hasta el resto de mi existencia. Me las pagará todas juntas.
Carraspeo algo, una maldición, lo que sea. También soy un ingenuo por pensar que se ahorraría alguna bordería.

-Vete a la mierda-le digo de malas maneras. Porque claaaaaro, diga lo que le diga, va a hacer lo que le salga de los mismísimos, ¿no? Lo que uno tiene que hacer po recuperar una pertenencia personal, joder…-Te acordarás de esta.

Sonrío de lado, más marcadamente. Que me acordaré de esta, dice. Una bonita amenaza que poco intimida con la situación actual y el como responde a todo lo que hago. Y luego soy yo el orgulloso.
-¿mm? Juraría que lo de antes fue un gemido y hasta donde sé, eso es señala de que muy disgustante no a sido, cierto?-digo con algo de sorna.
Vamos, Kamanosuke, escupelo de una vez...te está encantando esto~.

Me cago en la puuuutaaaaaa.....te juro que te mataré, sacaré tu sangre, la llevaré a un laboratorio, buscaré a tu madre biológica y la apalearé por haberte parido y cuidado a la placenta en tu lugar.... Pero le veo la cara, esa ajquerosa sonrisa con sorna y victoriosa. Éste tío está pidiendo que le den dos sopapos, y lo que dice no me ayuda en absoluto. Disgustante dice....a ti si que te voy a dar un disgusto.

-¿Sabes qué? Me aburres, gilipollas!-le espeto, con molestia. A este paso llegará el día de la graduación, si es que antes no lo mato a hostias-Gemidos ni que gemidos....-mascullo de mal humor, intentando incorporarme un poco-Si esto no acaba a hostias, tendremos seerios problemas para el resto del curso...

Em...eso me recuerda,,,,¿que hacía yo ahí? Sí, eso, iba a partirle el cráneo, luego intentó él partirme el cráneo y...bah, lo que sea.

Lo vuelvo a tumbar en el suelo al ver como intenta incorporarse, sin mucha delicadeza.
Si encima se ofende, cuando es el que más está disfrutando ahora mismo de los dos. Aburrido dice que está. Pues siendo así, supongo que no estará mal jugar un poco con él, quizás así cambie de opinión y, sobre todo, acepte de una vez que el sonidito ese que acaba de hacer, no era un misero quejido de dolor o incomodida.
Este confiesa como que me llamo Saizo Kirigakure.
-¿Aburrido? ¿Lo dices en serio?-digo, ampliando la sonrisa, añadiendole algo de perversión y sadismo a la expresión, al tiempo que aprieto su miembro con algo de fuerza con mi mano.
Esto será o por las buenas....o por las malas...

Dios, ese empujón ha dolido. Qué poca delicadeza, cuando se supone que somos compañeros de....¡JAMÁS! Yo también lo hubiese arreventado contra el suelo. Aunque en otras circunstancias claro, porque en estos momentos me está metiendo man....espera, ¡que me está metiendo mano! (más aún, quiero decir...ajem). Pero en cuanto aprieta ahí, dejo escapar otro gemido delator. Como para no hacerlo....Aunque mirandolo por otra parte....

-Pche...si no espabilas, me aburrié-recrimino, mordiéndome la mejilla por dentro. Pero que sucio juega a veces el cabrón.

Y sigue negándolo cuando ya es más que evidente, a parte de que parece que acaba de darse cuenta de donde estoy tocando.
Lo de este no tiene límites....
-¿Debo entonces hacerte gemir más fuerte?-digo, apretando algo más el agarre y masajeando muy levemente.-O a lo mejor es que es demasiado para ti.-digo con sorna, divertido con el juego de molestar, volviendo a jugar con mi boca en la piel del otro, desde el cuello hasta el pecho y volver a subir, todo ello con tranquilidad y lentitud, buscando exasperarle.

Maldiciónmaldiciónmaldiciónmaldi....Kamanosuke, tú zen, de ninguna manera debes de dejar que...

-Aaah~!-

....Ése he sido YO?!

¡Ahora sí que la he jodido! Pero claro, uno no es de piedra, ¡y yo menos! Eso SÍ ha sido un gemido y SÍ he sido yo, no tengo donde meterme ahoooora, mieeerda....para la próxima vez, mantendré la lengua quieta (nota mental). Quitando de lado eso, éste se está espabilando demasiado....Al menos, nunca dije que fuera algo malo~

-Oh, estarás contento, ¿no?-le replico con una media sonrisa lasciva.-Mira lo que me obligas a hacer....-acuso melosamente, entrecerrando los ojos-Luego soy yo el pervertido...

¡Ja! ¡Ahí lo tengo! Llega a decir que no ha sido él y hubiese sido el colmo. Aunque mira que puede tener morro...¿que le obligo a hacer?
-Mmm...no recuerdo haberte obligado a hacer ese sonidito tan pornográfico.-comento del mismo modo, sin detener el movimiento de mi mano- ¿Pervertido? No soy yo el que se está excitando por un par de caricias asi...eso si es rapidez, Kamanosuke.

Frunzo el ceño, escéptico. ¿Pornográfico? Te voy a dar yo a ti pornográfico…. Le replicaría algo, pero este también se queja como un niño pequeño.

-Eres un puñetero-le replico sin mucha emoción.-Aunque bueno, tú también parece que te lo pasas bien metiéndome mano, ¿no?

Y es que es verdad, como para replicarme él…Solo un par de caricias, dice… este se entera, no va a quedar así. En cuanto no se da cuenta, le rodeo el cuello con mis brazos y lo atraigo hacia mí como si fuera a besarlo. Pero no le voy a dar ese gusto, lo que quiero es morderle los labios, y es lo que hago. Tengo curiosidad….

-¿Es que tú eres de piedra?-pregunto melosamente, relamiéndole el labio inferior.

Puuura curiosidad.

Chasqueo la lengua al notar como me muerde el labio, tragandome el jadeo ronco que está a punto de escapar ante tal acción. ¡Maldita sea su estampa una y mil veces! ¡Y la mia también, ya que estamos!
-Ja, al menos yo no hago esos soniditos de colegiala virgen.-repongo con saña, simulando y haciendo ver que no me a afectado en nada lo hecho por este. No voy a darle ese gusto. No, ni hablar.

Dios, le mataría por lo que me ha dicho (colegiala virgen? No sé por qué parte enfadarme de las dos....) pero noto que se molesta. Pero lo que dice me da que pensar en una cosa.

-Pfff....-bufo, intentando contener una carcajada socarrona-¿Ahora va a resultar que tú te has dedicado tu pubertad ha darle caña al cuerpo como un descosido?-me río maliciosamente, ¡y con razón! Una de las ventajas de haber convivido con él es que sé cuando dice fantasmadas-Luego, ¿soy yo el pervertido?-pregunto, volviendo a morderle el labio con un poco más de fuerza.

Que cabezón es el pobre diablo...

Jooooder... ¡¿Que no puede quedarse quietecito?!
Vuelvo a chasquear la lengua, mezcla del hecho de que me haya vuelto a morder el labio y de lo que ha dicho. No soy ningún experto en esto pero una cosa es eso y otra que este idiota lo diga.
A ver, tranquilidad. No dejes que te pueda. Es solo el idiota de Kamanosuke. Tu eres más listo que este loco de la sangre.
-Por supuesto eres el más pervertido de los dos.-repongo como si fuese la cosa más simple y evidente del mundo.-No me compares contigo...