Escapando de las multitudes [Priv. Kamanosuke]

Noto como comienza a palpitar la venita en mi sien y no es para menos. No soy especialmente dado a las bromas (a no ser que sea yo quien las gaste, que ya es otro cantar), y menos de este tipo.
-NO.

Y en estos momentos solo se puede recurrir a una gran y profunda pregunta de los filós....

-¿¡Y POR QUÉ COÑO NO?!-replico, notando como se me sube la tensión del cabreo.

Le miro con todo el cabreo que estoy empezando a acumular...lo cual dudo que sea especificamente bueno...
-¡¿Y ENCIMA LO PREGUNTAS?!

¿¡Pero qué co-!?

-¡PUES SÍ, QUÉ PASA?!-replico. Oye, yo había venido aquí buscando algo, no?

-¡QUE TE DEN! ¡LA PROXIMA VEZ QUE TE DEN GANAS DE ALGO ASI, VE A BUSCAR A OTRO!-contesto con enorme cabreo.
Hay que joderse. Se me lanza encima y...¡¿Ahora pretender irse despues del rato que me a dado?!

No, si ahora la culpa será MÍA!?

-¿A MÍ ganas de algo? ¿A MÍ!?-pero bueno-¡Siempre vas escurriendo el bulto! ¡Como si tú no hubieras colaborado, virgencita!

Me empieza a doler la cabeza. Éste tío es un pedante. Quién me llamaba a mí...

-Pf...te odio-añado, tapándome los ojos con el antebrazo. Me palpitan las sientes y esto no debe ser bueno para mi tensión arterial.

¡¿Escurriendo el bulto?!
-¡Ahora me vendras con el cuento de que quien a empezado todo he sido yo! ¡No te jode!-responde, soltando despectivamente y quitandome de encima suya, sentandome a un lado al ver como se tapa la cara con el brazo, chasqueando la lengua con molestia.-Bien, en algo estamos de acuerdo. Es mutuo.-respondo con desgana.

Joder, al fin me suelta. Igualmente, estoy cansado y ya no tengo ganas de nada. Bufo con desgana. Se nota que es imposible.

-Quizás no lo empieces, pero bien que colaboras-replico, desganado.

Resoplo al escuchar lo inteligente de su respuesta.
-Es lo que pasa cuando calientas a alguien, imbecil.

-Ya, claro-replico. Éste aún se cree que puede tomarme el pelo-He oído excusas mejor inventadas en mis últimos años de vida-digo con sorna.

Lo voy a anotar mentalmente. Es de puta piedra. Seguro que si le abriera la cabeza, encontraría arenilla.

Suelta una risa irónica.
-Claro, se me olvidaba que eres el rey de las mentiras y los hurtos.
Si es que es su jodida culpa. ¡Maldito momento en que lo soborne con los dulces! ¡Ellos también tenían la culpa!
Sin más, y para desahogarme (lo reconozco y me da lo mismo), le endoso una buena patada en el costado, cabreado aun.
-Que te jodan.-añado ligeramente entre dientes.

Voy a replicarle algo cuando noto un golpe en el costado.

-¡Jodes, en las costillas de nuevo no, hostia!-exclamo, incorporándome de golpe-¿Qué coño te pasa a ti?

¿Qué he hecho ahora, eh?

-De todas las que tienes, no echarás en falta dos o tres de ellas.-respondo escuetamente, buscando con la mirada mi camisa y cogiendola.

-Tú si que echarás de menos tu nariz cuando te la parta-espeto, dándole la espalda para ponerme la camiseta. Es cuanto menos irónico, pero creo que debería de visitar a un psicólogo o a una puta, a ver si se le pasan los humos.

Me coloco la camisa con tranquilidad y casi desgana. Lo llego a saber y ni me la quito. Qué acción más inútil...
-Si, ya... Con lo de ahora, me has demostrado que como siempre, mucho hablar y poco hacer.-digo, para seguidamente añadir, con burla.-Pero no te preocupes, para no herir tu orgullo, fingiré que me has asustado.-y para ponerle la guinda al pastel, pongo final a la frase con un bostezo.

Ha llegado un punto en el que estoy tan sumamente cabreado en el que le estamparía la cara contra el suelo. Pero joder, sé que volvería a dar coba y yo tampoco acabaría bien parado.

-Me voy-le digo sin más, terminando de arreglarme la ropa, ahora echa un asco-Ya que te aburres tanto y viceversa, te dejaré que busques a otro a quien darle por culo-finalizo, mientras me levanto apoyándome en una silla. Joder, aún me duele el costado. Estoy hasta las narices de ir a la enfermería.

No, Saizo, controlate. Que no te pueda. Demuestra ahora que no eres tan jodidamente facil de picar como dicen...Tranquilidad...
-No estoy tan necesitado como tu.-respongo, poniendome en pie, terminando de abrocharme la camisa y cogiendo las otras cosas, colgandomelas de hombro.-Buscate tu alguien que te de por detrás.-digo, para seguidamente alargar la mano a la mesa y coger la cajita de pokys que estaba comiendo antes de que me interrumpiese.

-¿Cómo vas a estar necesitado, virgencita?-pregunto con dañante ironía.-Quizás eres tú el que necesita que lo sodomicen para que te espabiles-termino tranquilamente, volviendo a recogerme el pelo y yendo hacia la salidad.
Creo que voy a necesitar un trago.

A tomar por culo la calma. Cojo lo primero que tengo a mano...¿Una lata vacía? Genial, de lujo. Apunto, lanzo con fuerza...y marco mi tanto al golpearle con ella en la cabeza.
Puntería. Bendita sea.

Un objeto volador no identificado choca contra mi cabeza, a lo que me giro enojado.

-¿Qué coño quieres ahora, santurrona?-exclamo, enfadado. Por cierto, vaya mierda de limpieza de comedor tiene este instituto, no?-Vete de putas, ¡pero déjame en paz!-exclamo, lanzando la lata a un rincón cualquiera-Luego soy yo el infantil-mascullo entre dientes, dándole la espalda para ir a la salida.

-No me hace falta, a diferencia de ti, no parezco una tia.-responde con saña, pasandole de largo con la chaqueta al hombro.-Mira, ya tienes un trabajo asegurado si no quieres estudiar y de paso me ahorras tener que verte todos los días.

-Pues en ese caso a ti te hará falta recurrir a los servicios de mis compañeras para quitarte ese pavo virginal que tienes-contesto yo. Y estoy más que harto que se burle de mí por mi apariencia. Joder, que ya lo sé, que no es fácil, como para tener que recordarlo todos los putos días de mi vida.

-Cómo si me hiciese falta.-repongo con una risa sarcastica.

Por egocentrico que suene, no me hace falta recurrir a sitios de mala muerte como esos para algo así. Aunque no me haga tirar cohetes especialmente, tengo cierta popularidad entre las tias. La diferencia está en que prefiero ignorar a todas esas locas.

-Tú si deberías darte prisa o morirás siendo virgen.

-Ñañañañañaa....-ignoro mientras abro la puerta de una patada. Se cree que por hacer que la gilipollas de Isanami moje las bragas cada vez que lo vé es un Don Juan-Lo que tu digas, playboy-me despido, dedicándole un último gesto levantándole el dedo corazón.