Antes que nada... ¿Y mi cama?

((Hago una pequeña aclaración sobre mi estilo de rol llevado hasta el momento. Para referirme a cosas fuera del rol pongo siempre (()) como ahora, mientras que para expresar que mi personaje está pensando algo y no diciéndolo en voz alta lo pongo () y en cursiva))

Todo empieza de buena mañana. Hace poco más de una semana, se me notificó que aceptaban mi solicitud de matrícula en el instituto Shiroi, así que el fin de semana pasado preparé unas pocas maletas con lo imprescindible para sobrevivir en un instituto: ropa, ordenador portátil, reproductor de música bien cargado, un móvil con cámara para distraerme en momentos de largo e intenso aburrimiento y alguna que otra tontería más.

Kyon: El caso...- Doy un largo bostezo mientras me estiro en una de las butacas del autobus que me lleva hasta la que será mi residencia y mi instituto en el que se supone que es mi último año de estudios para entrar de lleno en el mundo laboral. A pesar de eso, demasiadas ideas rondaban aún mi mente como para decidirme por un único empleo que me satisfacera. Tras un largo recorrido, a primera hora de la mañana, el autobus se detiene y abre sus puertas ante las puertas del instituto, mientras yo bajo a paso lento, con la mochila colgando de uno de mis hombros y sonrío de medio lado.

Kyon: (Que sea lo que Dios quiera... pero que tengan sitios para escaquearme... sólo eso... y nada de chicas raras, no chicas raras, no chicas raras, no chicas raras...)-