Intentando descifrar el código... -2ª parte- [Cerrado]

Entré en la biblioteca y me dirigí a una mesa al fondo. Dejé las hojas que contenían las investigaciones de Marcoh encima de la mesa, y se me ocurrió una idea para avanzar más rápido. Miré a ambos lados un momento, y tras comprobar que no había nadie allí, cogí algunas de las hojas en blanco que había dejado entre las hojas de las investigaciones de Marcoh para tomar apuntes y choqué mis palmas para que adquirieran forma de "mini-Edwards". Seguidamente, choqué mis palmas otra vez para transmitirles una pequeña parte de mi alma, como ya había hecho otras veces hoy, y los tres mini-Edwards empezaron a moverse. Puse una hoja para cada uno para que empezaran a investigar, mientras yo cogía unas pocas para empezar con mi parte. Mientras leía las investigaciones d Marcoh, me pregunté cuántas veces podría separar mi alma para utilizar esa habilidad... sacudía la cabeza, eso ya lo averiguaría otro día, ahora que le estaba sacando provecho tenía que agotar hasta el último momento intenando descifrar el código.

Tras mucho tiempo de estar allí sentado, acabé por descifrar completamente el código, y una sonrisa se me dibujó en la cara. Sin embargo, un instante después, la sonrisa se transformó en decepción, y después pasé a la ira. -¡NO PUEDE SER! ¡IMPOSIBLE!- grité con todo el alma, sin fijarme en si había alguien y sin recordar dónde estaba. Lo que había descubierto... después de tanto tiempo de investigación... me encuentro con ésto... cuando parecía que estaba a punto de conseguirlo, voy y descubro que la amteria prima necesaria para crear la Piedra Filosofal... son... vidas... humanas... -¡NO, NO, NO!- pegué un puñetazo en la mesa, y los mini-Edwards dieron un salto por el golpe. Apreté los dientes fuertemente, no podía creer que después de todo... me encontrase con ésto...

[...]

Mientras seguía pensando en ésto, uno de los mini-Edwards se acercó a mi oído, y me susurró: "clase de literatura" volví a sorprenderme ante el sorprendente poder de ésta nueva habilidad... se me había pasado por completo, pero al parecer esas pequeñas partes de mi alma eran conscientes de todo. Me levanté, resignado. Quizás me iría bien ir a clase para olvidar un poco lo que acababa de descubrir, sería lo mejor. Choqué las palmas para recuperar mis trozos de alma de aquéllos tres pequeños, y cogí las hojas para guardarlas de nuevo en el armario. Salí de la biblioteca en dirección a mi habitación.