Intentando ser aceptado por los chavales del hip-hop. [Cerrado]

Llegué a los barrios bajos, y me encontré con que los chavales del hip-hop seguían allí. Adopté la voz de "Leónidas L.", y recordé su forma de hablar entre ellos. -¿Qué pasa, peña? ¿Podría ser parte de vuestro comando? se dieron la vuelta, sorprendidos. Uno de ellos se acercó a mí y empezó a hablar conmigo.
-¿De qué vas, man? ¿Crees que puedes venir así como así y pedirnos ser parte de nosotros? Antes deberás vencerme en la pista. ¿Te atreves?-
-Acepto el reto. Demuéstrame lo que vales-
Empezó a hacer una demostración bastante buena de breakdance, pero no eran cosas ni la mitad de complicadas que las que había practicado hace un momento. Supuse que ése era su líder, por llamarlo de algún modo, así que debía vencerle a él antes de que considerasen si aceptarme o no. Cuando acabó, se levantó y me señaló.
-Te toca, a ver qué sabes hacer- Sonreí, y me dirigí al lugar donde acababa de levantarse él. Empecé a seguir los movimientos que había dominado en el hotes con gran soltura, y siguiendo un orden que había pensado también en el hotel. Cuando me levanté, me estaban mirando todos, sin creer que hubiese alguien capaz de superar a aquél que consideré su líder.
-¿Qué te ha parecido? ¿Contento? dije mientras me dirigía hacia él.
-¡Cómo lo mueves, chaval! Me parece que tú y yo vamos a llevarnos muy bien, colega. Vente con nosotros, desde ahora eres parte de nosotros, no lo olvides. Por cierto, ¿cómo te llamas? Yo soy Mac - joy. y me extendió la mano.
-Puedes llamarme... Leónidas L.- y nos dimos un apretón de manos.

[...]

Tras bastante tiempo hablando de hip-hop, por suerte de cosas en las que me pude defender con lo que había mirado en el ordenador antes, empezaron a hablar de un tema algo interesante.
-El otro día, estaba en el centro comercial comprándome unos pantakas anchos que había estado buscando un tiempo, y vi a un tío rarísimo que llevaba una gabardina roja y el pelo recogido en una coleta. ¡Y era un tío! ¿Cómo puede haber gente tan rara por el mundo?-
Sonreí para mis adentros, al menos mi cambio de look había servido para algo.
-Desde luego, man, te entiendo perfectamente. Yo el otro día estaba saliendo del bosque y vi a un chaval como el que dices que iba por el cielo montado en una especia de columna que se movía, era muy raro... y además vi a aun chica también algo rara que iba de negro completamente y que estaba alejándose corriendo por el bosque, parecía estar huyendo de algo-
-¡Waah! ¡Yo es que flipo, tío! Últimamente hay gente muy rara por aquí, espero que no sea una epidemia-
Nos reímos todos. Yo estaba esperanzado de que algún día éstos chavales vean a Hikari por algún lugar y con eso podría seguirle la pista al menos. Pasado un tiempo entre bromas y risas, me dispuse a irme.
-Venga, tíos, yo me tengo que abrir ya. Si eso ya nos vemos mañana, vendré en cuanto pueda. Hasta luego, peña-
Me alejé de allí después de chocar nuestros puños. Por supuesto que volvería mañana, si éstos chavales veían a gente del Gakuen Shiroi como me habían visto a mí, esperaba saber pronto de Hikari. Me fui de allí sin un rumbo fijo.