Un problema tras otro.[cerrado]
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Gakuen Shiroi :: Ciudad :: Callejon Oscuro :: Barrios Bajos
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Un problema tras otro.[cerrado]
Cuándo me sacó del pub a la fuerza,me llevó a un sitio que me daba muy mala espina,parecía unos barrios problemáticos,miré furioso hacia la presión que sentía en mi brazo.Aún me estaba agarrando.
—¡¿qué coño haces,gilipollas?! —grité enfadado moviendo mi brazo bruscamente para que me soltara—. Te he dicho que no tengo nada que hablar contigo ¿acaso no entiendes lo que digo? —entrecerré los ojos fulminándolo con la mirada.
—Vámos...no seas tan brusco conmigo,Sasuke... —me empotró en la pared que había a mi espalda y sujetó mis manos a cada lado,no podía moverlas—. Siempre me estás provocando... —dijo pasando un dedo por mi pecho de forma insinuante— esta chaqueta me está pidiendo a gritos que te la quite... —se pegó a mí y puso una de sus piernas entre las mías.
—¡No me toques,hijo de puta! —hice fuerza con mis manos y me incliné un poco hacia adelante,para ayudarme un poco a soltarme de él,pero no conseguí mucho,ese bastardo tenía más fuerza que yo,bufé desesperado y fruncí el ceño al mirarlo de nuevo—.
—No seas estúpido,no montes tanto escándalo por esto ¿no es la primera vez que te lo hago,verdad? —se acercó a mí olisqueando mi cuello como un perro —. Ya casi no recordaba lo cachondo que me ponías... —escuché como sonrió y pasaba su boca a mi cuello,pasándome la lengua lentamente para luego morderme con algo de fuerza justo debajo de la oreja.
—¡Maldición! ¡te he dicho que no me toques! ¡si estás cachondo vete a un puticlub,a mí déjame en paz! —grité revolviéndome para que me soltara,cosa que me arrepentí poco después,al moverme había notado que ese pederasta estaba tan duro como la pared que se encontraba pegada a mi espalda. —Cuándo me fui de la agencia de modelos renuncié a ti,acéptalo de una puta vez. ¡Ya no te debo nada!
—Cierra la boca. —me sujetó con rudeza de la barbilla y me besó con fiereza,cerré los ojos con fuerza y cuando se separó para coger aire y se acercó de nuevo,le mordí el labio brúscamente,haciéndolo sangrar,él se alejó por fin y me miró con ira.
—No me mosquees mocoso —se quitó la sangre de su labio sin dejar de mirarme—. Volverás conmigo quieras o no. —mientras hablaba me pasé el puño por los labios de forma brusca,en un gesto de asco,como intentándo quitarme el sabor ácido que me había dejado su beso.Al fijarme de nuevo en él,vi que chasqueaba los dedos y poco después aparecían unos siete u ocho hombres equipados con armas blancas.
"—¿Yakuzas?" —dije en mi fuero interno,intentando no ponerme nervioso.
—Ya sabeis lo que tenéis que hacer. —y dicho eso se fue.
Vi como esos tíos se acercaban a mi sonriendo,mientras movían las cadenas y alzaban sus brazos equipados con puños metálicos.Cerré los ojos en un intento de calmarme y no pensar y corrí hacia el que estaba más a la izquierda,me agaché cuando estuve a su alcance y le hice un barrido con mi pierna,tirándolo al suelo;mientras hacia eso,no me di cuenta que otro de los yakuzas estaba detrás de mi y me sujetó por detrás,me escapé de él rápidamente y le di un codazo en las costilas,dos calleron adoloridos al suelo y vi como los demás empezaban a mosquearse de verdad,sonreí prepotentemente y corrí para otro,pero ésta vez no tuve tanta suerte y me agarró uno de los más corpulentos por detrás de nuevo,intenté soltarme,pero me era imposible,miré hacia adelante con ira y noté como otro de los yakuzas me daba un buen golpe en el estómago con su puño metálico,escupí un poco de sangre y levanté la cabeza rápidamente,noté como otro de ellos me dio con la cadena en las piernas,caí de rodillas estrepitosamente gimiendo de dolor y me quedé a cuatro patas con la mirada clavada en el suelo,después vinieron más golpes por todos lados,hasta que perdí la conciencia casi sin darme cuenta.
—¡¿qué coño haces,gilipollas?! —grité enfadado moviendo mi brazo bruscamente para que me soltara—. Te he dicho que no tengo nada que hablar contigo ¿acaso no entiendes lo que digo? —entrecerré los ojos fulminándolo con la mirada.
—Vámos...no seas tan brusco conmigo,Sasuke... —me empotró en la pared que había a mi espalda y sujetó mis manos a cada lado,no podía moverlas—. Siempre me estás provocando... —dijo pasando un dedo por mi pecho de forma insinuante— esta chaqueta me está pidiendo a gritos que te la quite... —se pegó a mí y puso una de sus piernas entre las mías.
—¡No me toques,hijo de puta! —hice fuerza con mis manos y me incliné un poco hacia adelante,para ayudarme un poco a soltarme de él,pero no conseguí mucho,ese bastardo tenía más fuerza que yo,bufé desesperado y fruncí el ceño al mirarlo de nuevo—.
—No seas estúpido,no montes tanto escándalo por esto ¿no es la primera vez que te lo hago,verdad? —se acercó a mí olisqueando mi cuello como un perro —. Ya casi no recordaba lo cachondo que me ponías... —escuché como sonrió y pasaba su boca a mi cuello,pasándome la lengua lentamente para luego morderme con algo de fuerza justo debajo de la oreja.
—¡Maldición! ¡te he dicho que no me toques! ¡si estás cachondo vete a un puticlub,a mí déjame en paz! —grité revolviéndome para que me soltara,cosa que me arrepentí poco después,al moverme había notado que ese pederasta estaba tan duro como la pared que se encontraba pegada a mi espalda. —Cuándo me fui de la agencia de modelos renuncié a ti,acéptalo de una puta vez. ¡Ya no te debo nada!
—Cierra la boca. —me sujetó con rudeza de la barbilla y me besó con fiereza,cerré los ojos con fuerza y cuando se separó para coger aire y se acercó de nuevo,le mordí el labio brúscamente,haciéndolo sangrar,él se alejó por fin y me miró con ira.
—No me mosquees mocoso —se quitó la sangre de su labio sin dejar de mirarme—. Volverás conmigo quieras o no. —mientras hablaba me pasé el puño por los labios de forma brusca,en un gesto de asco,como intentándo quitarme el sabor ácido que me había dejado su beso.Al fijarme de nuevo en él,vi que chasqueaba los dedos y poco después aparecían unos siete u ocho hombres equipados con armas blancas.
"—¿Yakuzas?" —dije en mi fuero interno,intentando no ponerme nervioso.
—Ya sabeis lo que tenéis que hacer. —y dicho eso se fue.
Vi como esos tíos se acercaban a mi sonriendo,mientras movían las cadenas y alzaban sus brazos equipados con puños metálicos.Cerré los ojos en un intento de calmarme y no pensar y corrí hacia el que estaba más a la izquierda,me agaché cuando estuve a su alcance y le hice un barrido con mi pierna,tirándolo al suelo;mientras hacia eso,no me di cuenta que otro de los yakuzas estaba detrás de mi y me sujetó por detrás,me escapé de él rápidamente y le di un codazo en las costilas,dos calleron adoloridos al suelo y vi como los demás empezaban a mosquearse de verdad,sonreí prepotentemente y corrí para otro,pero ésta vez no tuve tanta suerte y me agarró uno de los más corpulentos por detrás de nuevo,intenté soltarme,pero me era imposible,miré hacia adelante con ira y noté como otro de los yakuzas me daba un buen golpe en el estómago con su puño metálico,escupí un poco de sangre y levanté la cabeza rápidamente,noté como otro de ellos me dio con la cadena en las piernas,caí de rodillas estrepitosamente gimiendo de dolor y me quedé a cuatro patas con la mirada clavada en el suelo,después vinieron más golpes por todos lados,hasta que perdí la conciencia casi sin darme cuenta.
Última edición por Arakami Sasuke el Jue Ene 21, 2010 4:58 pm, editado 2 veces
Re: Un problema tras otro.[cerrado]
Mis pasos me llevaron hasta los barrios bajos. Me di cuenta de que más de uno se me quedaba mirando con una expresión peligrosa en el rostro, pero ninguno se atrevió a acercárseme. Si ellos no iban, iría yo.
Me detuve y esbocé una leve sonrisa de satisfacción. Parecía que había encontrado el sitio perfecto.
En ese momento escuché unos gritos. Eran dos hombres, pero una de las voces me resultaba muy familiar, demasiado. Decidí a acercarme a investigar, incluso podría ser que esos dos fueran mis primeras víctimas.
Sí, la voz era familiar... porque se trataba de mi compañero de habitación. Me quedé observando cómo se enfrentaba a una banda de yakuzas, pero eran demasiados para él. Aquello no era asunto mío, pensé, sólo tenía que dar media vuelta y alejarme. No obstante, mis pies avanzaron en la dirección contraria a la que yo les había ordenado, concretamente, hacia los yakuzas y mi compañero de habitación, que estaba tumbado en el suelo.
No se percataron de mi presencia hasta que Hibird aleteó, remontó el vuelo y entonó el himno de Namimori. Antes de que los tipejos se giraran hacia mí, golpeé a uno por la espalda con mis tonfa. El yakuza soltó un grito y cayó al suelo, inconsciente. Ahora sí, la mirada de todos estaba fija en mí. Sin decir nada, me lancé hacia el yakuza que había visto golpear a mi compañero con un puño metálico y al que lo había sujetado. Por supuesto, un sólo golpe bastó para que quedaran fuera de combate.
Me coloqué delante de mi compañero, con las dos tonfas en las manos y lo miré por encima del hombro, sin apenas girar la cabeza, ceñudo. Él se estaba despertando, posiblemente había perdido el conocimiento antes.
—No me malinterpretes —dije con voz seria, aun sin saber si podía escucharme o no—, es sólo que si hay alguien que tenga que darte una paliza, ése seré yo.
Los yakuzas me rodearon en un círculo. Más de uno me insultaba y otros preparaban sus armas para atacarme. Sonreí, complacido, levanté los tonfa y me puse en guardia.
—Venid —los provoqué, con un brillo de satisfacción en los ojos—. Os morderé hasta la muerte a todos.
Me detuve y esbocé una leve sonrisa de satisfacción. Parecía que había encontrado el sitio perfecto.
En ese momento escuché unos gritos. Eran dos hombres, pero una de las voces me resultaba muy familiar, demasiado. Decidí a acercarme a investigar, incluso podría ser que esos dos fueran mis primeras víctimas.
Sí, la voz era familiar... porque se trataba de mi compañero de habitación. Me quedé observando cómo se enfrentaba a una banda de yakuzas, pero eran demasiados para él. Aquello no era asunto mío, pensé, sólo tenía que dar media vuelta y alejarme. No obstante, mis pies avanzaron en la dirección contraria a la que yo les había ordenado, concretamente, hacia los yakuzas y mi compañero de habitación, que estaba tumbado en el suelo.
No se percataron de mi presencia hasta que Hibird aleteó, remontó el vuelo y entonó el himno de Namimori. Antes de que los tipejos se giraran hacia mí, golpeé a uno por la espalda con mis tonfa. El yakuza soltó un grito y cayó al suelo, inconsciente. Ahora sí, la mirada de todos estaba fija en mí. Sin decir nada, me lancé hacia el yakuza que había visto golpear a mi compañero con un puño metálico y al que lo había sujetado. Por supuesto, un sólo golpe bastó para que quedaran fuera de combate.
Me coloqué delante de mi compañero, con las dos tonfas en las manos y lo miré por encima del hombro, sin apenas girar la cabeza, ceñudo. Él se estaba despertando, posiblemente había perdido el conocimiento antes.
—No me malinterpretes —dije con voz seria, aun sin saber si podía escucharme o no—, es sólo que si hay alguien que tenga que darte una paliza, ése seré yo.
Los yakuzas me rodearon en un círculo. Más de uno me insultaba y otros preparaban sus armas para atacarme. Sonreí, complacido, levanté los tonfa y me puse en guardia.
—Venid —los provoqué, con un brillo de satisfacción en los ojos—. Os morderé hasta la muerte a todos.
Re: Un problema tras otro.[cerrado]
Dolorido,empecé a incorporarme poco a poco. ¿Por qué escuchaba ahora la voz de mi compañero? ¿estaba soñando? ¿o quizás...?
miré hacía arriba mientras me ponía una mano en las costillas y me sorprendí.Era él.
Empecé a hacerme muchas preguntas, como por ejemplo. ¿Qué hace aquí? ¿por qué me está ayudando? ¿está riendose de mí?etc,etc.Suspiré terminando de incorporarme y lo miré con un ojo cerrado,estaba respirando con dificultad por culpa del dolor que sentía.
—N-no te he pedido ayuda... —dije sujetándome nuevamente una parte de las costillas poniendo gesto de dolor—. Puedes largarte por dónde has v-venido...prefiero que estos cabrones me maten... —jadeé un poco,intentando controlar el dolor que sentía— ...antes que tú me ayudes...¡argh!
De pronto, sentí un dolor profundo en mi pecho y caí al suelo de rodillas, empecé a toser sin poder parar,echando una de las veces un poco de sangre.
—Maldición... —maldecí arañando el suelo mugriento de esos callejones.
miré hacía arriba mientras me ponía una mano en las costillas y me sorprendí.Era él.
Empecé a hacerme muchas preguntas, como por ejemplo. ¿Qué hace aquí? ¿por qué me está ayudando? ¿está riendose de mí?etc,etc.Suspiré terminando de incorporarme y lo miré con un ojo cerrado,estaba respirando con dificultad por culpa del dolor que sentía.
—N-no te he pedido ayuda... —dije sujetándome nuevamente una parte de las costillas poniendo gesto de dolor—. Puedes largarte por dónde has v-venido...prefiero que estos cabrones me maten... —jadeé un poco,intentando controlar el dolor que sentía— ...antes que tú me ayudes...¡argh!
De pronto, sentí un dolor profundo en mi pecho y caí al suelo de rodillas, empecé a toser sin poder parar,echando una de las veces un poco de sangre.
—Maldición... —maldecí arañando el suelo mugriento de esos callejones.
Re: Un problema tras otro.[cerrado]
Miré de nuevo a mi compañero por encima del hombro e hice un sonido irónico. Vaya, así que sí me había escuchado. Volví la vista hacia los yakuzas. Me abalancé sobre ellos, veloz, y golpeé con fuerza al que tenía más cerca. Me agaché para esquivar al de al lado y contraataqué, giré sobre mí mismo y me deshice del siguiente.
Tal y como había pensado, era eso lo que necesitaba para desahogarme. Toda la frustración acumulada tras la mudanza y lo sucedido con mi compañero de habitación la estaba descargando con ellos. Algunos de ellos volvían a ponerse en pie a pesar de los golpes recibidos; yo acentué mi sonrisa. Por supuesto, de lo contrario sería muy aburrido.
Cada vez eran menos los que volvían a ponerse en pie hasta que finalmente ninguno de ellos se levantó. Los observé, decepcionado, y bajé los tonfa. Un breve instante en que bajé la guardia. Uno de los yakuza de detrás de mí se había vuelto a incorporar sin que yo me diera cuenta. Sentí un pinchazo en la mejilla y retrocedí de un salto. El tipejo iba armado con una navaja y el escozor que procedió al pinchazo de la mejilla me indicó que me había alcanzado. Un pequeño corte horizontal.
Endurecí mi expresión, borré la sonrisa de mi rostro y me lancé a por él. Esquivé la hoja de la navaja, lo golpeé en el estómago y terminé con un golpe en la nuca. El yakuza lanzó un quejido, cayó al suelo, donde se quedó inmóvil y no volvió a levantarse.
Los miré uno a uno y después clavé la mirada en mi compañero. Guardé mis tonfa, caminé con parsimonia hacia él y me detuve a un metro escaso. Lo miré desde arriba, ya que él estaba de rodillas.
—Vaya, creía que eras tú el peligroso —le dije con burla.
Tal y como había pensado, era eso lo que necesitaba para desahogarme. Toda la frustración acumulada tras la mudanza y lo sucedido con mi compañero de habitación la estaba descargando con ellos. Algunos de ellos volvían a ponerse en pie a pesar de los golpes recibidos; yo acentué mi sonrisa. Por supuesto, de lo contrario sería muy aburrido.
Cada vez eran menos los que volvían a ponerse en pie hasta que finalmente ninguno de ellos se levantó. Los observé, decepcionado, y bajé los tonfa. Un breve instante en que bajé la guardia. Uno de los yakuza de detrás de mí se había vuelto a incorporar sin que yo me diera cuenta. Sentí un pinchazo en la mejilla y retrocedí de un salto. El tipejo iba armado con una navaja y el escozor que procedió al pinchazo de la mejilla me indicó que me había alcanzado. Un pequeño corte horizontal.
Endurecí mi expresión, borré la sonrisa de mi rostro y me lancé a por él. Esquivé la hoja de la navaja, lo golpeé en el estómago y terminé con un golpe en la nuca. El yakuza lanzó un quejido, cayó al suelo, donde se quedó inmóvil y no volvió a levantarse.
Los miré uno a uno y después clavé la mirada en mi compañero. Guardé mis tonfa, caminé con parsimonia hacia él y me detuve a un metro escaso. Lo miré desde arriba, ya que él estaba de rodillas.
—Vaya, creía que eras tú el peligroso —le dije con burla.
Re: Un problema tras otro.[cerrado]
Mientras el dolor iba mengüando,escuchaba golpes,gritos de dolor y respiraciones entrecortadas,miré hacia mi compañero con la vista algo borrosa y vi que él era el único que quedaba en pié.Frincí el ceño al escucharlo e hice una mueca.
—Y yo creía que me odiabas... —dije poniéndome de pié con dificultad, intentando afinar mi vista,para verlo bien—. ¿Por qué me has ayudado? —pregunté con un tono aspero—. No...necesitaba tu ayuda... —antes de acabar la frase sentí como la cabeza me daba vueltas y todo a mi alrededor se movía,noté que me caía hacia adelante e intenté incorporarme, pero mi cuerpo no respondía...
—Y yo creía que me odiabas... —dije poniéndome de pié con dificultad, intentando afinar mi vista,para verlo bien—. ¿Por qué me has ayudado? —pregunté con un tono aspero—. No...necesitaba tu ayuda... —antes de acabar la frase sentí como la cabeza me daba vueltas y todo a mi alrededor se movía,noté que me caía hacia adelante e intenté incorporarme, pero mi cuerpo no respondía...
Re: Un problema tras otro.[cerrado]
Aquel chico era más terco y orgulloso de lo que había pensado en un primer momento. Lo miré, severo. No me gustaba repetirme, por lo que me molestó que me preguntara por qué lo había ayudado.
—Te he dicho que no me malinter-
No llegué a concluir la frase, ya que él se precipitó hacia adelante, inconsciente. Me cayó encima y su peso me hizo retroceder un paso. Clavé el talón en el suelo para que no me hiciera caer y lo miré de reojo.
Bien podría dejarlo allí y que despertara cuando quisiera, pero sería un blanco fácil para los tipejos que había por allí. Ya lo había dicho: era cosa mía el morderlo hasta la muerte. Además, me había llevado un corte por su culpa, así que no podía dejar que todo fuera en vano.
Lo sujeté por los hombros para alejarlo de mí, me pasé su brazo izquierdo por el cuello y lo cargué a mi espalda. Era más alto que yo, pero no me suponía ningún problema cargarlo. Me di la vuelta y volví sobre mis pasos en dirección al instituto.
—Te he dicho que no me malinter-
No llegué a concluir la frase, ya que él se precipitó hacia adelante, inconsciente. Me cayó encima y su peso me hizo retroceder un paso. Clavé el talón en el suelo para que no me hiciera caer y lo miré de reojo.
Bien podría dejarlo allí y que despertara cuando quisiera, pero sería un blanco fácil para los tipejos que había por allí. Ya lo había dicho: era cosa mía el morderlo hasta la muerte. Además, me había llevado un corte por su culpa, así que no podía dejar que todo fuera en vano.
Lo sujeté por los hombros para alejarlo de mí, me pasé su brazo izquierdo por el cuello y lo cargué a mi espalda. Era más alto que yo, pero no me suponía ningún problema cargarlo. Me di la vuelta y volví sobre mis pasos en dirección al instituto.
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