Una situación extraña.[cerrado]
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Gakuen Shiroi :: Ciudad :: Parque
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Una situación extraña.[cerrado]
Después de la inesperada acción del enano agarrándome del brazo y hacer que lo siguiera llegamos a un parque que por suerte a estas horas estaba desierto, fui quejándome todo el camino, no entendía su modo de actuar, parecía enfadado, pero no podía entender muy bien por qué.
Empecé a pensar en algunas posivilidades aunque todas me parecían absurdas, él no se enfadaría por lo que vio en el hotel, tampoco pensaba que estuviera celoso. ¿entonces por qué, por qué me siguió hasta el hotel y golpeó a Miyagi?
Pasaron los minutos y decidí no pensar en ello, estaba seguro que sólo conseguiría confundirme más.
Cuando llegamos al parque no dijo nada en varios minutos, yo me solté brúscamente del agarré y me acaricié la muñeca por la fuerte presión que había sentido segundos antes.
—¿Se puede saber qué pasa contigo? —recriminé clavando la mirada en su nuca con furia—. ¿Por qué has hecho eso?
Al no obtener una respuesta inmediata suspiré sonoramente y anduve hasta permanecer delante de él y cuando iba a seguir replicando, contuve la respiración al observarlo. Tenía clavada su mirada en el suelo y de la fuerza con la que cerraba los puños los veía temblar, preocupado le puse una mano en el hombro y añadí más calmado:
—Oe. ¿Estás bien?
Empecé a pensar en algunas posivilidades aunque todas me parecían absurdas, él no se enfadaría por lo que vio en el hotel, tampoco pensaba que estuviera celoso. ¿entonces por qué, por qué me siguió hasta el hotel y golpeó a Miyagi?
Pasaron los minutos y decidí no pensar en ello, estaba seguro que sólo conseguiría confundirme más.
Cuando llegamos al parque no dijo nada en varios minutos, yo me solté brúscamente del agarré y me acaricié la muñeca por la fuerte presión que había sentido segundos antes.
—¿Se puede saber qué pasa contigo? —recriminé clavando la mirada en su nuca con furia—. ¿Por qué has hecho eso?
Al no obtener una respuesta inmediata suspiré sonoramente y anduve hasta permanecer delante de él y cuando iba a seguir replicando, contuve la respiración al observarlo. Tenía clavada su mirada en el suelo y de la fuerza con la que cerraba los puños los veía temblar, preocupado le puse una mano en el hombro y añadí más calmado:
—Oe. ¿Estás bien?
Última edición por Arakami Sasuke el Vie Abr 02, 2010 4:28 pm, editado 1 vez
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Entré en un parque sin pensar muy bien adónde me dirigía, tan sólo quería alejarme del hotel, pero sobre todo alejarlo a él del tipejo irritante. No podía dejar de recordar a aquel tipo abrazándolo, acariciándolo y el momento en que comenzó a desabrocharse los pantalones. Lo peor de todo era que no lo había matado, tal y como quería. Por si fuera poco, el debilucho entrometido me había protegido y era algo que no soportaba, odiaba parecer débil...
Perdí la cuenta del tiempo en que estuve dándole la espalda, con la mirada clavada en el suelo. No había suavizado lo más mínimo la fuerza con la que tenía los puños cerrados; me sentía trementedamente impotente. Me invadía una sensación de tremenda rabia no sólo por recordar lo que aquel tipejo irritante había intentado hacerle al debilucho entrometido, sino por la manera en que había intentado hacerlo. Sus palabras me vinieron a la mente como si me las estuviera diciendo en ese momento: "No me gusta que me traten como un objeto, así que no vuelvas a decir eso. No quiero que tú lo hagas."
Su voz no me hizo reaccionar, continué de espaldas a él y no fue hasta que se colocó delante de mí y me hizo aquella pregunta que levanté la mirada hacia él, ceñudo.
—Si no te hubieras entrometido, habría matado al tipejo irritante —repliqué con voz dura.
Me resultaba muy complicado controlarme debido a mi enfado. En ese momento caí en la cuenta de la que posiblemente había sido su verdadera intención al interponerse entre mí y aquel hombre, había pensado que lo hizo para protegerme, pero era todo lo contrario: proteger al tipejo irritante. Después de todo, él me conocía, sabía de lo que era capaz.
—¿Tanto odias que te traten como a un objeto y ahora intentas defenderlo?
Perdí la cuenta del tiempo en que estuve dándole la espalda, con la mirada clavada en el suelo. No había suavizado lo más mínimo la fuerza con la que tenía los puños cerrados; me sentía trementedamente impotente. Me invadía una sensación de tremenda rabia no sólo por recordar lo que aquel tipejo irritante había intentado hacerle al debilucho entrometido, sino por la manera en que había intentado hacerlo. Sus palabras me vinieron a la mente como si me las estuviera diciendo en ese momento: "No me gusta que me traten como un objeto, así que no vuelvas a decir eso. No quiero que tú lo hagas."
Su voz no me hizo reaccionar, continué de espaldas a él y no fue hasta que se colocó delante de mí y me hizo aquella pregunta que levanté la mirada hacia él, ceñudo.
—Si no te hubieras entrometido, habría matado al tipejo irritante —repliqué con voz dura.
Me resultaba muy complicado controlarme debido a mi enfado. En ese momento caí en la cuenta de la que posiblemente había sido su verdadera intención al interponerse entre mí y aquel hombre, había pensado que lo hizo para protegerme, pero era todo lo contrario: proteger al tipejo irritante. Después de todo, él me conocía, sabía de lo que era capaz.
—¿Tanto odias que te traten como a un objeto y ahora intentas defenderlo?
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Quité la mano que aún tenía puesta en su hombro sin apartar la mirada de él. Su respuesta no me sorprendió, sabía que era muy orgulloso y que el bastardo de Miyagi le hubiera golpeado, sólo le hizo odiarlo más; lo que no acababa de entender, era por qué ese repentino odio hacía él, no se habían visto nada más que una vez cuando estuve en el hospital y aunque pude notar cierta tensión en el ambiente con ellos dos juntos, no pensé que el enano acabaría golpeándolo. No tenía ninguna razón convincente.
No dije nada en varios minutos, me dediqué a observarlo sin decir nada, notando lo enfadado que se encontraba aún, estaba empenzando a pensar que todo lo había hecho por celos, que no había podido evitar seguirme porque estaba preocupado, pero eso sería absurdo, aunque sabía de mis cualidades, podía intuir que el enano no quería tener nada que ver conmigo, al menos a simple vista.
Mientras pensaba escuché de repente otras de sus preguntas, giré el rostro nuevamente hacía él y fruncí el ceño.
—¿De qué hablas? —endurecí más mi expresión y seguí—: No estaba intentando defenderlo a él.
Desvié unos segundos la mirada y entonces vi una pequeña explanada de cesped con varios árboles prácticamente pegados unos a otros, sin pensarlo anduve hasta ellos y me senté apoyando la espalda en el tronco de unos de ellos, miré nuevamente al enano, ésta vez con el rostro relajado.
—¿Sabes? —sonreí maliciosamente—. Eres demasiado evidente.
No sabía aún por qué actuaba de esa manera tan inesperada, pero de lo que si estaba seguro es de que quería saber el por qué, así que dije lo primero que se me ocurrió para ir descartando posivilidades.
No dije nada en varios minutos, me dediqué a observarlo sin decir nada, notando lo enfadado que se encontraba aún, estaba empenzando a pensar que todo lo había hecho por celos, que no había podido evitar seguirme porque estaba preocupado, pero eso sería absurdo, aunque sabía de mis cualidades, podía intuir que el enano no quería tener nada que ver conmigo, al menos a simple vista.
Mientras pensaba escuché de repente otras de sus preguntas, giré el rostro nuevamente hacía él y fruncí el ceño.
—¿De qué hablas? —endurecí más mi expresión y seguí—: No estaba intentando defenderlo a él.
Desvié unos segundos la mirada y entonces vi una pequeña explanada de cesped con varios árboles prácticamente pegados unos a otros, sin pensarlo anduve hasta ellos y me senté apoyando la espalda en el tronco de unos de ellos, miré nuevamente al enano, ésta vez con el rostro relajado.
—¿Sabes? —sonreí maliciosamente—. Eres demasiado evidente.
No sabía aún por qué actuaba de esa manera tan inesperada, pero de lo que si estaba seguro es de que quería saber el por qué, así que dije lo primero que se me ocurrió para ir descartando posivilidades.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
En cierta manera, sabía que era a mí a quién quiso defender y yo sólo estaba buscando una excusa para ocultar mi ira. Pensar que había querido defender al tipejo irritante me enfurecía aún más, pero al menos no me hacía sentir tan humillado. Lo que era bastante preocupante era que, aunque lo odiaba, al mismo tiempo me aliviaba saber que era yo a quién había intentado proteger. Era un pensamiento completamente estúpido, si el debilucho entrometido se diera cuenta de lo que estaba pensando, sin duda se burlaría de mí.
De repente, él se alejó y se sentó con la espalda apoyada contra un árbol. Su comentario me sobresaltó y, como reacción automática al sentirme tan indefenso, le desvié la mirada y terminé por darle la espalda, de brazos cruzados. Sabía que acababa de delatarme y que actuar así me hacía aún más "evidente". Lo cierto era que hasta ese momento no me lo había planteado, me parecía una idea tan absurda que ni siquiera me había preocupado porque esa fuera la razón por la que lo había seguido. ¿Celoso...? ¿Yo...?
—No te hagas una idea equivocada, es sólo que no soporto al tipejo irritante —me excusé.
Sonaba tan poco convincente que fruncí el ceño, molesto. No quería darle oportunidad de mofarse de mí, así que me giré hacia él y le dije:
—Una vez te ofendiste porque supuestamente yo tenía una idea equivocada sobre tu trabajo. Si de verdad no es uno de tus clientes, explícame entonces quién es el tipejo irritante —exigí mirándolo fijamente, severo.
Quería una respuesta... Aquella vez no me detendría sólo porque él dijera que me olvidara de ese tipejo irritante.
De repente, él se alejó y se sentó con la espalda apoyada contra un árbol. Su comentario me sobresaltó y, como reacción automática al sentirme tan indefenso, le desvié la mirada y terminé por darle la espalda, de brazos cruzados. Sabía que acababa de delatarme y que actuar así me hacía aún más "evidente". Lo cierto era que hasta ese momento no me lo había planteado, me parecía una idea tan absurda que ni siquiera me había preocupado porque esa fuera la razón por la que lo había seguido. ¿Celoso...? ¿Yo...?
—No te hagas una idea equivocada, es sólo que no soporto al tipejo irritante —me excusé.
Sonaba tan poco convincente que fruncí el ceño, molesto. No quería darle oportunidad de mofarse de mí, así que me giré hacia él y le dije:
—Una vez te ofendiste porque supuestamente yo tenía una idea equivocada sobre tu trabajo. Si de verdad no es uno de tus clientes, explícame entonces quién es el tipejo irritante —exigí mirándolo fijamente, severo.
Quería una respuesta... Aquella vez no me detendría sólo porque él dijera que me olvidara de ese tipejo irritante.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Su reacción y su respuesta sólo me hizo asegurar lo había pensado antes, que me dijera que lo hizo porque no soportaba a Miyagi no era para nada convincente, era imposible que lo odiara tanto sin apenas conocerlo, sobre todo porque no le había hecho nada directamente a él, no podía estar equivocado, le molestaba verme con él y eso era un hecho, recordé sus palabras cuando le golpeó hablando de un modo posesivo sobre mí cosa que me hizo estar más seguro de mi mismo.
Cuando iba a responder, él comenzó a hablar de nuevo, alcé una ceja y clavé en la mirada en él fijamente. ¿A qué venía preguntar eso ahora?
Pensando si contárselo o no, cerré los ojos con calma y apoyé la cabeza en el tronco.
—No necesitas saber quién es. —comenté tranquilamente abriendo los ojos nuevamente, luego clavé la mirada en el pequeño estanque que había justo delante de mí—. No sé que te ha hecho pensar que ese bastardo es mi cliente, pero yo no tengo nada que ver con ese mundo, no voy a repetirlo de nuevo, es tu problema si me crees o no.
Estaba molesto de que aún pensara que era un maldito chapero, no entendía por qué pensaba que me acostaba con otros hombres por dinero. ¿Tener experienca significaba para él que me prostituía? miré hacía él y lo observé durante largo rato en silencio, cada vez me sentía más extraño cuando me sentía cerca de él, cuando notaba que me miraba fijamente. ¿Qué es lo que estaba pasando conmigo? nunca me había sentido así después de haberme acostado con alguien...
Nunca.
Cuando iba a responder, él comenzó a hablar de nuevo, alcé una ceja y clavé en la mirada en él fijamente. ¿A qué venía preguntar eso ahora?
Pensando si contárselo o no, cerré los ojos con calma y apoyé la cabeza en el tronco.
—No necesitas saber quién es. —comenté tranquilamente abriendo los ojos nuevamente, luego clavé la mirada en el pequeño estanque que había justo delante de mí—. No sé que te ha hecho pensar que ese bastardo es mi cliente, pero yo no tengo nada que ver con ese mundo, no voy a repetirlo de nuevo, es tu problema si me crees o no.
Estaba molesto de que aún pensara que era un maldito chapero, no entendía por qué pensaba que me acostaba con otros hombres por dinero. ¿Tener experienca significaba para él que me prostituía? miré hacía él y lo observé durante largo rato en silencio, cada vez me sentía más extraño cuando me sentía cerca de él, cuando notaba que me miraba fijamente. ¿Qué es lo que estaba pasando conmigo? nunca me había sentido así después de haberme acostado con alguien...
Nunca.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Aún de brazos cruzados, cerré el puño con fuerza al oír su respuesta. ¿Que no necesitaba saberlo? Ese debilucho entrometido, orgulloso y con complejo de dominante no sabía que era todo lo contrario. Era sólo un modo de evadir el tema, era demasiado evidente que no quería contarme quién era en realidad aquel tipo y eso me molestaba, me enfurecía hasta tal punto que me entraron ganas tanto de acercarme a él y darle una paliza como de irme de allí e ignorarlo.
En cuanto a que él no se dedicaba a ese trabajo... algo me impedía creer en sus palabras y ese algo era el hecho de que no me contara quién era el tipejo irritante. La verdad era que quería pensar que me había mentido porque yo tenía razón y sí vendía su cuerpo por dinero, la otra alternativa era que yo no era nadie para él para tener que darme explicaciones y cuanto más pensaba en ella, menos me gustaba. Suspiré sonoramente, me descrucé de brazos, volví a abrir los ojos y lo fulminé con la mirada.
—Te expliqué algo que me molestaba porque me malinterpretaste y no me gustaba saber que tenías una idea equivocada de mí. En cambio tú... sabes lo que pienso y me dices que no necesito saber quién es ese tipo. —Conforme iba hablando, mi tono de falsa calma me delató y mostró la verdadera ira que me dominaba—. ¿Cómo esperas que te crea si ni siquiera tratas de explicármelo? No, no necesito, quiero saberlo.
Ni yo mismo entendía por qué insistía tanto, ¿qué me importaban el tipejo irritante, él y su vida? ¿Por qué tenía tanta necesidad de saber qué relación mantenía con aquel hombre?
En cuanto a que él no se dedicaba a ese trabajo... algo me impedía creer en sus palabras y ese algo era el hecho de que no me contara quién era el tipejo irritante. La verdad era que quería pensar que me había mentido porque yo tenía razón y sí vendía su cuerpo por dinero, la otra alternativa era que yo no era nadie para él para tener que darme explicaciones y cuanto más pensaba en ella, menos me gustaba. Suspiré sonoramente, me descrucé de brazos, volví a abrir los ojos y lo fulminé con la mirada.
—Te expliqué algo que me molestaba porque me malinterpretaste y no me gustaba saber que tenías una idea equivocada de mí. En cambio tú... sabes lo que pienso y me dices que no necesito saber quién es ese tipo. —Conforme iba hablando, mi tono de falsa calma me delató y mostró la verdadera ira que me dominaba—. ¿Cómo esperas que te crea si ni siquiera tratas de explicármelo? No, no necesito, quiero saberlo.
Ni yo mismo entendía por qué insistía tanto, ¿qué me importaban el tipejo irritante, él y su vida? ¿Por qué tenía tanta necesidad de saber qué relación mantenía con aquel hombre?
Última edición por Hibari Kyouya el Miér Mar 24, 2010 1:49 am, editado 1 vez
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Sin desviar la mirada aguanté la suya, extrañado por su cambio y tono de voz. No podía entender por qué tanto interés en saber quién era Miyagi, que quisiera saberlo y habérmelo pedido en ese tono me hizo saber que realmente le interesaba; aunque intentaba negarlo sabía que sus palabras eran ciertas, estaba pensando que quizás debería contarle quién era para que dejara de tener una idea equivocada de mí, no me gustaba para nada que pensara que tenía ese tipo de trabajo.
Luego suspiré sonoramente mientras miraba hacía el suelo.
—Legalmente ese bastardo es mi padre. —Comenté con ira mal contenida, doblé las piernas y las rodeé con mis brazos mientras apoyaba la cabeza en las rodillas—. También ha sido mi jefe, él es el director de una importante compañía de modelos, puedes sacar la conclusión de a lo que me dedicaba entonces. Eso es lo que necesitas saber.
Le conté todo menos qué también había sido mi amante, aunque no hubiera sido por mutuo acuerdo evidentemente, yo nunca lo había considerado como tal.
Me parecía conveniente ocultar esa parte, ya que tampoco tenía necesidad de saber más, aunque gran parte de por qué me negaba era porque odiaba contar mi pasado.
Luego suspiré sonoramente mientras miraba hacía el suelo.
—Legalmente ese bastardo es mi padre. —Comenté con ira mal contenida, doblé las piernas y las rodeé con mis brazos mientras apoyaba la cabeza en las rodillas—. También ha sido mi jefe, él es el director de una importante compañía de modelos, puedes sacar la conclusión de a lo que me dedicaba entonces. Eso es lo que necesitas saber.
Le conté todo menos qué también había sido mi amante, aunque no hubiera sido por mutuo acuerdo evidentemente, yo nunca lo había considerado como tal.
Me parecía conveniente ocultar esa parte, ya que tampoco tenía necesidad de saber más, aunque gran parte de por qué me negaba era porque odiaba contar mi pasado.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Lo escuché en silencio, sin reaccionar ante nada de lo que me estaba contando, después, analicé mentalmente varias veces lo que él acababa de decir. No iba a preguntarle sobre su verdadero padre, era algo que no me incumbía: yo sólo quería saber el tipo de relación que mantenía con el tipejo irritante y el hecho de que legalmente fuera su padre me sorprendió más de lo que mi expresión severa demostraba. Por si fuera poco, también era su jefe... ¿en una agencia de modelos...?
Ahora lo entendía todo... Había sido un malentendido por mi parte. Ni por un momento pensé en que me estaba mintiendo, sabía por su expresión, por sus gestos y por el tono molesto de su voz que todo aquello era cierto y, además, que no le gustaba hablar del tema. Sus últimas palabras me dejaron claro que había algo más que no pensaba contarme, pero no era necesario, era fácil deducir de qué se trataba. Había visto cómo se comportaba delante del tipejo irritante y sabía de la obsesión de éste por él. Era enfermizo... ¿qué clase de padre, sin importar si era el verdadero o no, abusaba de su hijo? Siendo además su jefe, no quería ni imaginarme hasta dónde habían llegado.
Sin plantearme lo que hacía, tan sólo dejándome llevar por lo que quería hacer en ese momento, me acerqué a él diciendo en mi tono habitual de voz, inalterable:
—Yo en tu lugar lo habría mordido hasta la muerte desde el primer momento.
Me detuve a escasos centímetros de él y aproveché su posición —con la espalda apoyada contra el tronco— para sentarme entre sus piernas flexionadas. Me dejé caer hacia atrás hasta apoyarme contra él, apoyé el antebrazo en su muslo izquierdo y el codo del otro brazo en el derecho. Después, ladeé la cabeza hacia el lado contrario a su rostro, la apoyé en el dorso de la mano del brazo que tenía apoyado en su muslo derecho y cerré los ojos.
—No soy tu dueño... y no es porque no me pertenezcas, sino porque no eres ningún objeto. Por el contrario, para ese tipejo irritante tú eres... —Dejé la frase al aire; no me gustaba decir en voz alta que sin duda para aquel hombre él era precisamente eso: un simple objeto—. Es por eso que deberías morderle hasta la muerte, debilucho entrometido.
Irónicamente a lo que acababa de decir, me acomodé mejor en él, como si se tratara de un sofá... bastante cómodo, lo reconocía.
Ahora lo entendía todo... Había sido un malentendido por mi parte. Ni por un momento pensé en que me estaba mintiendo, sabía por su expresión, por sus gestos y por el tono molesto de su voz que todo aquello era cierto y, además, que no le gustaba hablar del tema. Sus últimas palabras me dejaron claro que había algo más que no pensaba contarme, pero no era necesario, era fácil deducir de qué se trataba. Había visto cómo se comportaba delante del tipejo irritante y sabía de la obsesión de éste por él. Era enfermizo... ¿qué clase de padre, sin importar si era el verdadero o no, abusaba de su hijo? Siendo además su jefe, no quería ni imaginarme hasta dónde habían llegado.
Sin plantearme lo que hacía, tan sólo dejándome llevar por lo que quería hacer en ese momento, me acerqué a él diciendo en mi tono habitual de voz, inalterable:
—Yo en tu lugar lo habría mordido hasta la muerte desde el primer momento.
Me detuve a escasos centímetros de él y aproveché su posición —con la espalda apoyada contra el tronco— para sentarme entre sus piernas flexionadas. Me dejé caer hacia atrás hasta apoyarme contra él, apoyé el antebrazo en su muslo izquierdo y el codo del otro brazo en el derecho. Después, ladeé la cabeza hacia el lado contrario a su rostro, la apoyé en el dorso de la mano del brazo que tenía apoyado en su muslo derecho y cerré los ojos.
—No soy tu dueño... y no es porque no me pertenezcas, sino porque no eres ningún objeto. Por el contrario, para ese tipejo irritante tú eres... —Dejé la frase al aire; no me gustaba decir en voz alta que sin duda para aquel hombre él era precisamente eso: un simple objeto—. Es por eso que deberías morderle hasta la muerte, debilucho entrometido.
Irónicamente a lo que acababa de decir, me acomodé mejor en él, como si se tratara de un sofá... bastante cómodo, lo reconocía.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Los minutos en los que no dijo nada me parecieron eternos, quería que dijera algo, lo que fuera, pero que hablara de una maldita vez para así evitar todos los recuerdos que volvieron a mí con tanta rapidez que me sentí mareado. Sostuve la cabeza entre mis manos apoyando los codos en mis rodillas para tener una buena posición, intentando así que los recuerdos dejaran de reproducirse.
Entonces lo escuché hablar por fin, saliendo rápidamente del trance en el que estaba sometido. Miré hacía él y sonreí de medio lado como única respuesta, sabía que la mirada que tenía ahora era más bien de tristeza que de otra cosa y aunque lo sabía, me era imposible crear una nueva máscara de frialdad con él mirándome fijamente. Giré el rostro y antes de que me diera cuenta el enano había llegado hasta mí y se había sentado entre mis piernas, contuve la respiración unos segundos analizando lo que acababa de hacer. ¿Por qué ese repentino cambio de humor? ¿acaso sentía lástima por mí? fruncí el ceño y nuevamente quedé sorprendido por sus palabras.
"—No soy tu dueño... y no es porque no me pertenezcas, sino porque no eres ningún objeto."
Repetí sus palabras en mi fuero interno una y otra vez, normalmente me habría enfadado por el nuevo nombre que me había dado, pero ésta vez eso quedó en un segundo plano, eran esas palabras lo que me hacía imposible enfadarme con él ahora.
De repente sentí la imperiosa necesidad de abrazarlo, así que cuando se acomodó mejor en mi pecho aproveché para rodear con mis brazos sus hombros y apoyé la cabeza en su hombro izquierdo.
—No es tan fácil como piensas. Por mucho que me gustaría hacerlo, no puedo. —Comenté seriamente con voz calmada y continué—: y...¿se puede saber a quién llamas debilucho entrometido? —dije con falsa ira contenida—. Tengo un nombre y sé que sabes cuál es.
Entonces lo escuché hablar por fin, saliendo rápidamente del trance en el que estaba sometido. Miré hacía él y sonreí de medio lado como única respuesta, sabía que la mirada que tenía ahora era más bien de tristeza que de otra cosa y aunque lo sabía, me era imposible crear una nueva máscara de frialdad con él mirándome fijamente. Giré el rostro y antes de que me diera cuenta el enano había llegado hasta mí y se había sentado entre mis piernas, contuve la respiración unos segundos analizando lo que acababa de hacer. ¿Por qué ese repentino cambio de humor? ¿acaso sentía lástima por mí? fruncí el ceño y nuevamente quedé sorprendido por sus palabras.
"—No soy tu dueño... y no es porque no me pertenezcas, sino porque no eres ningún objeto."
Repetí sus palabras en mi fuero interno una y otra vez, normalmente me habría enfadado por el nuevo nombre que me había dado, pero ésta vez eso quedó en un segundo plano, eran esas palabras lo que me hacía imposible enfadarme con él ahora.
De repente sentí la imperiosa necesidad de abrazarlo, así que cuando se acomodó mejor en mi pecho aproveché para rodear con mis brazos sus hombros y apoyé la cabeza en su hombro izquierdo.
—No es tan fácil como piensas. Por mucho que me gustaría hacerlo, no puedo. —Comenté seriamente con voz calmada y continué—: y...¿se puede saber a quién llamas debilucho entrometido? —dije con falsa ira contenida—. Tengo un nombre y sé que sabes cuál es.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Sentí un hormigueo en el estómago cuando me abrazó y apoyó la cabeza en mi hombro izquierdo. Yo no cambié de posición, ni siquiera abrí los ojos para mirarlo y tampoco tenía intención de levantarme; sin duda mi nuevo sofá era cómodo. Me pareció lejano el momento en que había estado tan furioso que le habría dado una paliza sin dudarlo. La razón primordial era que al menos sabía en qué se basaba su relación con el tipejo irritante y que ese hombre no era nadie para él. Debería extrañarme por la sensación de alivio que me embargaba, pero ya estaba acostumbrado a que ese debilucho entrometido me cambiara el humor —aunque fuera mínimamente— y me confundiera.
Sus palabras me hicieron sonreír con burla. Mirándolo de reojo con los ojos entrecerrados, le contesté en un tono tan burlesco como mi sonrisa:
—Ah, sí, me parece que te llamas...
Por supuesto, no lo dije. Me había dado cuenta de que hasta el momento ninguno de los dos nos habíamos llamado por nuestros apellidos ni nombres. La verdad era que ni siquiera lo había hecho mentalmente: prefería utilizar uno de los sobrenombres que yo mismo había inventado. Pronunciar su apellido me parecía... extraño, mucho menos su nombre de pila. Se me antojaba un momento lejano, antinatural... más que nada porque yo nunca llamaba a nadie por su nombre.
—¿No te gusta "debilucho entrometido"? No te olvides de que también puedo llamarte "orgulloso con complejo de dominante" o "Bella Durmiente" —añadí con malicia—. Al fin y al cabo, todos y cada uno de los sobrenombres te definen a la perfección. Sin embargo, los tuyos son aburridos y faltos de imaginación... y... yo también sé que sabes mi nombre.
Sus palabras me hicieron sonreír con burla. Mirándolo de reojo con los ojos entrecerrados, le contesté en un tono tan burlesco como mi sonrisa:
—Ah, sí, me parece que te llamas...
Por supuesto, no lo dije. Me había dado cuenta de que hasta el momento ninguno de los dos nos habíamos llamado por nuestros apellidos ni nombres. La verdad era que ni siquiera lo había hecho mentalmente: prefería utilizar uno de los sobrenombres que yo mismo había inventado. Pronunciar su apellido me parecía... extraño, mucho menos su nombre de pila. Se me antojaba un momento lejano, antinatural... más que nada porque yo nunca llamaba a nadie por su nombre.
—¿No te gusta "debilucho entrometido"? No te olvides de que también puedo llamarte "orgulloso con complejo de dominante" o "Bella Durmiente" —añadí con malicia—. Al fin y al cabo, todos y cada uno de los sobrenombres te definen a la perfección. Sin embargo, los tuyos son aburridos y faltos de imaginación... y... yo también sé que sabes mi nombre.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
No pude evitar sentirme molesto por su comentario, aunque sabía que estando en otra situación seguramente habría acabado golpeándolo, sin embargo ésta vez, sólo me quedé en silencio, separé la cabeza de su hombro y dejé escapar un suspiro. Todos los sobrenombres que me había dado me molestaba, sí, pero sabía que si hacía un comentario sobre ello sólo haría que el enano caprichoso se riera más de mí, así que simplemente opté por seguirle el juego.
—No todos me definen a la perfección, por ejemplo... —Acerqué la boca lentamente hasta su oreja mientras sonreía de medio lado—. No tengo complejo de dominante, simplemente lo soy. —susurré sensualmente mientras bajaba una mano hasta su cintura sin dejar de rodearlo con mi brazo izquierdo impidiendo así que se alejara de mí.
Sonreí al notar como se tensaba irremediablemente por mi cercanía, orgulloso y confiado metí la mano que tenía en la cintura por su camisa, palpando su vientre, notando y sintiendo cada uno de sus movimientos.
—¿Tú nombre? —pregunté en todo divertido—. Por supuesto que lo sé, ¿te gustaría que lo pronunciara? quizás te pongas cachondo al oírmelo decir. —Sonreí con prepotencia susurrándole en el oído, provocándolo.
—No todos me definen a la perfección, por ejemplo... —Acerqué la boca lentamente hasta su oreja mientras sonreía de medio lado—. No tengo complejo de dominante, simplemente lo soy. —susurré sensualmente mientras bajaba una mano hasta su cintura sin dejar de rodearlo con mi brazo izquierdo impidiendo así que se alejara de mí.
Sonreí al notar como se tensaba irremediablemente por mi cercanía, orgulloso y confiado metí la mano que tenía en la cintura por su camisa, palpando su vientre, notando y sintiendo cada uno de sus movimientos.
—¿Tú nombre? —pregunté en todo divertido—. Por supuesto que lo sé, ¿te gustaría que lo pronunciara? quizás te pongas cachondo al oírmelo decir. —Sonreí con prepotencia susurrándole en el oído, provocándolo.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
En cuanto sentí su mano en la cintura, me tensé irremediablemente. No había pensado en la posibilidad de que el orgulloso con complejo de dominante aprovechara la situación para meter la mano por debajo de mi camisa. Aquella posición no me favorecía para nada, estaba a su completa merced: no podía alejarme ni tampoco podía provocarlo porque ni siquiera podía girarme. Por todo eso, estreché los ojos, ceñudo, y oculté el estremecimiento que sentí cuando me susurró al oído. Ese debilucho entrometido... de verdad que tenía recursos ilimitados para quedar siempre como el dominante...
Era cierto que no podía separarme de él, pero sí había una parte de él que alcanzaba a tocar desde mi posición. Cerré los ojos, aparentando desinterés, mientras le acariciaba con lentitud la pierna donde tenía apoyado el antebrazo. Se la recorrí desde la rodilla con la mano y me detuve hasta la ingle, sólo con el dedo índice. En ese punto no pude evitar esbozar una media sonrisa traviesa, volví a abrir los ojos y le dije:
—Alardeas mucho de ti y tu "dominación"... —comencé—, pero estoy más que seguro de que no dudarías en dejarla de lado para repetir... "cierto"... momento.
Volví a apoyar el antebrazo en su muslo y giré el rostro hacia él, quedando apenas unos centímetros entre nosostros. Habría podido besarlo si no fuera porque quedábamos a diferente altura, para hacerlo tendría que estirarme y eso le daría una ocasión única para mofarse de mí. Así que me quedé unos minutos mirándolo fijamente, ceñudo, alzando sólo las pupilas hacia él.
—Eres tú el que me está metiendo mano —le recordé—. Es cierto que quiero escucharte pronunciar mi nombre. —Ensanché la sonrisa, me acerqué un poco más y añadí antes de que pudiera soltar uno de sus comentarios ingeniosos—: Enséñame cómo lo haces, muéstrame la razón por la que me odias tanto, por qué no podías dejar de pensar en mí en esas tres semanas e ibas a volverte loco... Enséñame la manera en que susurras mi nombre entre gemidos mientras te masturbas.
Al fin, actué sin darme cuenta, como gesto automático, posé los labios en su cuello y terminé dándole un pequeño mordisco.
Era cierto que no podía separarme de él, pero sí había una parte de él que alcanzaba a tocar desde mi posición. Cerré los ojos, aparentando desinterés, mientras le acariciaba con lentitud la pierna donde tenía apoyado el antebrazo. Se la recorrí desde la rodilla con la mano y me detuve hasta la ingle, sólo con el dedo índice. En ese punto no pude evitar esbozar una media sonrisa traviesa, volví a abrir los ojos y le dije:
—Alardeas mucho de ti y tu "dominación"... —comencé—, pero estoy más que seguro de que no dudarías en dejarla de lado para repetir... "cierto"... momento.
Volví a apoyar el antebrazo en su muslo y giré el rostro hacia él, quedando apenas unos centímetros entre nosostros. Habría podido besarlo si no fuera porque quedábamos a diferente altura, para hacerlo tendría que estirarme y eso le daría una ocasión única para mofarse de mí. Así que me quedé unos minutos mirándolo fijamente, ceñudo, alzando sólo las pupilas hacia él.
—Eres tú el que me está metiendo mano —le recordé—. Es cierto que quiero escucharte pronunciar mi nombre. —Ensanché la sonrisa, me acerqué un poco más y añadí antes de que pudiera soltar uno de sus comentarios ingeniosos—: Enséñame cómo lo haces, muéstrame la razón por la que me odias tanto, por qué no podías dejar de pensar en mí en esas tres semanas e ibas a volverte loco... Enséñame la manera en que susurras mi nombre entre gemidos mientras te masturbas.
Al fin, actué sin darme cuenta, como gesto automático, posé los labios en su cuello y terminé dándole un pequeño mordisco.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Sonreí ante su reacción, que los dos intentaramos hacer ver que él otro cedía me divertía, sabía que el enano caprichoso era igual o más ogulloso que yo mismo, pero eso no me impidió para hacerle ver que se equivocaba si pensaba que siempre iba a ser yo el que iba a ceder.
—¿No serás tú el que quiere repetirlo? Parece que tu cuerpo recuerda el mío a la perfección. —Respondí en tono divertido mientras acariciaba y palpaba su bajo vientre—. Te estás exitando con tan solo unas caricias.
Mi voz sonó profunda y ronca en esas últimas palabras, luego noté como él me rozaba una de mis piernas llegando hasta la ingle, me estremecí por ese simple roce y me maldecí a mi mismo por ello, había sido demasido evidente. Luego giró el rostro hacía mí y le sujeté la mirada a escasos centímetros, vi como al principio miraba mis labios para luego centrar sus ojos en los míos, pensé que me besaría y la verdad esque era lo que estaba esperando, después de devorar sus labios y recorrer su cavidad de todas las formas posibles cuando nos acostamos, supe con total seguridad que me volvería adicto a ellos. Estuve a punto de acortar la pequeña distancia que nos separaba, pero él me hizo detenerme al escuchar su voz, lo que me dijo a continuación me dejó sorprendido, no esperaba que me soltara todo eso y aceptara de primera que lo que yo había dicho anteriormente era verdad. Aún y así no le iba a dar el gusto, no aún.
Me quedé absorto mirándolo fijamente durante unos segundos, después de que parara de hablar. ¿Acaso se estaba ofreciendo a mí con esas palabras?
sonreí satisfecho cerrándo los ojos lentamente y justo cuando los cerré noté sus labios en mi cuello seguido de un pequeño mordisco, me mordí el labio inferior justo cuando se me escapó un suave gemido, saqué la mano que tenía dentro de su camisa y le agarré el cabello separándo su rostro de mi cuello, lo miré con deseo y sonreí de medio lado.
—Te lo demostraré si es eso lo que quieres, pero te advierto que si empiezo no podré parar. —Comenté con deseo contenido en cada una de las palabras, luego me acerqué a su rostro y le di un sensual bocado en la barbilla, me separé lentamente para mirarle a los ojos y al ver que no oponía resistencia, lo acerqué más a mí con el brazo izquierdo que aún lo abrazaba y por último lo besé con dulzura, fue un beso dulce, pero demandante de pasión, estaba sorprendido por como yo mismo estaba actuando, no podía dejar de pensar en que no dejaría que se alejara, no ahora.
—¿No serás tú el que quiere repetirlo? Parece que tu cuerpo recuerda el mío a la perfección. —Respondí en tono divertido mientras acariciaba y palpaba su bajo vientre—. Te estás exitando con tan solo unas caricias.
Mi voz sonó profunda y ronca en esas últimas palabras, luego noté como él me rozaba una de mis piernas llegando hasta la ingle, me estremecí por ese simple roce y me maldecí a mi mismo por ello, había sido demasido evidente. Luego giró el rostro hacía mí y le sujeté la mirada a escasos centímetros, vi como al principio miraba mis labios para luego centrar sus ojos en los míos, pensé que me besaría y la verdad esque era lo que estaba esperando, después de devorar sus labios y recorrer su cavidad de todas las formas posibles cuando nos acostamos, supe con total seguridad que me volvería adicto a ellos. Estuve a punto de acortar la pequeña distancia que nos separaba, pero él me hizo detenerme al escuchar su voz, lo que me dijo a continuación me dejó sorprendido, no esperaba que me soltara todo eso y aceptara de primera que lo que yo había dicho anteriormente era verdad. Aún y así no le iba a dar el gusto, no aún.
Me quedé absorto mirándolo fijamente durante unos segundos, después de que parara de hablar. ¿Acaso se estaba ofreciendo a mí con esas palabras?
sonreí satisfecho cerrándo los ojos lentamente y justo cuando los cerré noté sus labios en mi cuello seguido de un pequeño mordisco, me mordí el labio inferior justo cuando se me escapó un suave gemido, saqué la mano que tenía dentro de su camisa y le agarré el cabello separándo su rostro de mi cuello, lo miré con deseo y sonreí de medio lado.
—Te lo demostraré si es eso lo que quieres, pero te advierto que si empiezo no podré parar. —Comenté con deseo contenido en cada una de las palabras, luego me acerqué a su rostro y le di un sensual bocado en la barbilla, me separé lentamente para mirarle a los ojos y al ver que no oponía resistencia, lo acerqué más a mí con el brazo izquierdo que aún lo abrazaba y por último lo besé con dulzura, fue un beso dulce, pero demandante de pasión, estaba sorprendido por como yo mismo estaba actuando, no podía dejar de pensar en que no dejaría que se alejara, no ahora.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Me extrañó que no negara nada de lo que yo había dicho. Lo normal habría sido que contraatacara intentando quedar por encima de mí, por eso lo que dijo no tenía mucho sentido. Pensé en la posibilidad de que el orgulloso con gran complejo de dominante me hubiera malinterpretado, como solía hacer, y a punto estuve de mofarme de él cuando de repente respondió a mi propio mordisco con otro en mi barbilla y después me besó de una forma que me recordó a cuando salió de la habitación.
Estaba completamente pegado a su cuerpo, él no me dejaba otra alternativa: me abrazaba de forma posesiva, lo cual a mí no me daba muchas opciones para desesperarlo. No me importó, me centré en él y solamente en él y en sus labios, habían pasado horas desde la última vez que los había probado, pero sentí la misma necesidad de devorarlos como si hubieran sido esas tres semanas en que no había podido alejarlo de mis pensamientos ni siquiera un segundo. Era un beso bastante tranquilo para mi gusto, pero no lo obligué a aumentar el ritmo, me moví sobre su boca y antes de separarme capturé con los dientes durante tan sólo unos segundos el piercing que tenía en el labio. Siempre había pasado a un segundo plano, pero por primera vez me molestó porque me impedía saborear sus labios por completo. Aunque se me ocurrían varias ideas para solucionar ese problema, me limité a soltarlo, abrí los ojos y le dediqué una media sonrisa burlesca.
—Me da la impresión de que no haces más que malinterpretarme... ¿Qué pasa? ¿Tanto me deseas que no puedes pensar con claridad? —Me estiré lo máximo que él me permitía con su abrazo posesivo hasta conseguir apoyar la mano en su pecho descubierto—. No me va el exhibicionismo —continué— y ya he desperdiciado demasiadas horas de sueño. Además... recuerda que tú... sigues sin tener tu cama...
Estaba completamente pegado a su cuerpo, él no me dejaba otra alternativa: me abrazaba de forma posesiva, lo cual a mí no me daba muchas opciones para desesperarlo. No me importó, me centré en él y solamente en él y en sus labios, habían pasado horas desde la última vez que los había probado, pero sentí la misma necesidad de devorarlos como si hubieran sido esas tres semanas en que no había podido alejarlo de mis pensamientos ni siquiera un segundo. Era un beso bastante tranquilo para mi gusto, pero no lo obligué a aumentar el ritmo, me moví sobre su boca y antes de separarme capturé con los dientes durante tan sólo unos segundos el piercing que tenía en el labio. Siempre había pasado a un segundo plano, pero por primera vez me molestó porque me impedía saborear sus labios por completo. Aunque se me ocurrían varias ideas para solucionar ese problema, me limité a soltarlo, abrí los ojos y le dediqué una media sonrisa burlesca.
—Me da la impresión de que no haces más que malinterpretarme... ¿Qué pasa? ¿Tanto me deseas que no puedes pensar con claridad? —Me estiré lo máximo que él me permitía con su abrazo posesivo hasta conseguir apoyar la mano en su pecho descubierto—. No me va el exhibicionismo —continué— y ya he desperdiciado demasiadas horas de sueño. Además... recuerda que tú... sigues sin tener tu cama...
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Continué besándolo lentamente con la intención de desesperarlo, pero no conseguí mi cometido, el enano caprichoso me correspondió del mismo modo, era la primera vez que lo besaba de ésta forma, lentamente, saboreándolo, no era del modo desesperado como nos besábamos mientras prácticabamos sexo.
Nos deleitamos con los labios del contrario hasta que él se separo escasos centímetros y tiró de mi piercing lentamente, como respuesta lancé un gruñido ansioso y abrí los ojos fijándome en él, pude ver sus labios más rojos de lo normal a causa de nuestro beso, me mordí mi labio inferior conteniéndome para no volver a besarlo y apoyé la cabeza en el tronco del árbol dando un pequeño suspiro, luego empezó a hablar y sonreí maliciosamente, sabía por el tono en que me lo decía que estaba intentando avergonzarme o quedar por encima de mí, pero le dejaría claro que así no lo conseguiría.
—No te deseo más de lo que tú me deseas a mí. —Respondí en tono arrogante—. Deberías ver tu cara justo ahora. —Cuando sentí su mano en mi pecho, me preocupé porque podía notar como mi corazón estaba palpitando aceleradamente, así que con mi mano derecha sujeté su mano y la apreté con la mía con fuerza mientras añadía—: ¿No te gusta, o te preocupa que otras personas se fijen en mí? —Pude notar como mi pregunta lo descolocó un poco, quizás ni el mismo se había dado cuenta de ese hecho, sonreí maliciosamente y separé su mano de mi pecho—. Lo recuerdo, así que volveré al hotel para pasar lo que queda de noche.
Me incorporé ayudándome con el tronco y luego me puse de puntillas para sobrepasarlo, era tan enano que me bastó eso simplemente, sonreí y me metí las manos en los pantalones, empezando a andar con parsimonia alejándome de él.
Nos deleitamos con los labios del contrario hasta que él se separo escasos centímetros y tiró de mi piercing lentamente, como respuesta lancé un gruñido ansioso y abrí los ojos fijándome en él, pude ver sus labios más rojos de lo normal a causa de nuestro beso, me mordí mi labio inferior conteniéndome para no volver a besarlo y apoyé la cabeza en el tronco del árbol dando un pequeño suspiro, luego empezó a hablar y sonreí maliciosamente, sabía por el tono en que me lo decía que estaba intentando avergonzarme o quedar por encima de mí, pero le dejaría claro que así no lo conseguiría.
—No te deseo más de lo que tú me deseas a mí. —Respondí en tono arrogante—. Deberías ver tu cara justo ahora. —Cuando sentí su mano en mi pecho, me preocupé porque podía notar como mi corazón estaba palpitando aceleradamente, así que con mi mano derecha sujeté su mano y la apreté con la mía con fuerza mientras añadía—: ¿No te gusta, o te preocupa que otras personas se fijen en mí? —Pude notar como mi pregunta lo descolocó un poco, quizás ni el mismo se había dado cuenta de ese hecho, sonreí maliciosamente y separé su mano de mi pecho—. Lo recuerdo, así que volveré al hotel para pasar lo que queda de noche.
Me incorporé ayudándome con el tronco y luego me puse de puntillas para sobrepasarlo, era tan enano que me bastó eso simplemente, sonreí y me metí las manos en los pantalones, empezando a andar con parsimonia alejándome de él.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Lo miré, extrañado y sorprendido. ¿A qué venía eso de que me molestaba que otros se fijaran en él? A mí sólo me molestaba el tipejo irritante, él, su presencia y cada cosa que hacía y lo que otros hicieran no era asunto mío. Eso sí, los mordería hasta la muerte a ambos, a él y a quien estuviera en ese momento con él, si el orgulloso con complejo de dominante se atrevía a acostarse con otro. Eso no quería decir que me molestara, era sólo que lo interpretaba como un insulto hacía mí y no toleraría que jugara conmigo de esa manera.
Lo que me sorprendió aún más fue que se levantara de repente diciendo esas palabras. Me quedé estático mientras pasaba por encima de mí y lo seguí con la mirada, perplejo. Cuando al fin pude reaccionar, me incorporé muy lentamente y aparentando una falsa calma. Después, caminé hacia él a paso rápido y en cuanto le di alcance, lo agarré del antebrazo y lo giré bruscamente hacia mí. Estaba tremendamente irritado y sabía que eso era lo que él quería, no tenía más que ver su expresión burlesca, algo que no hizo sino enfadarme más.
—¿Adónde te crees que vas? Si das un paso más, te morderé hasta la muerte —le espeté con rabia—. No vas a ir a ese hotel ni a ninguno —añadí en tono autoritario mientras aumentaba la fuerza con la que le sujetaba el brazo.
Me di cuenta de que sí que me molestaba que otros se fijaran en él, pero era algo que no iba a admitir y acababa de delatarme; no se me ocurría ninguna excusa. Por primera vez el irremediable hecho de que él se mofara de mí me importó menos porque, de lo contrario, volvería al hotel y no me quedaría más remedio que darle una paliza para impedirlo. Bajo ningún concepto le iba a permitir volver donde estaba ese tipejo irritante... Jamás.
Lo que me sorprendió aún más fue que se levantara de repente diciendo esas palabras. Me quedé estático mientras pasaba por encima de mí y lo seguí con la mirada, perplejo. Cuando al fin pude reaccionar, me incorporé muy lentamente y aparentando una falsa calma. Después, caminé hacia él a paso rápido y en cuanto le di alcance, lo agarré del antebrazo y lo giré bruscamente hacia mí. Estaba tremendamente irritado y sabía que eso era lo que él quería, no tenía más que ver su expresión burlesca, algo que no hizo sino enfadarme más.
—¿Adónde te crees que vas? Si das un paso más, te morderé hasta la muerte —le espeté con rabia—. No vas a ir a ese hotel ni a ninguno —añadí en tono autoritario mientras aumentaba la fuerza con la que le sujetaba el brazo.
Me di cuenta de que sí que me molestaba que otros se fijaran en él, pero era algo que no iba a admitir y acababa de delatarme; no se me ocurría ninguna excusa. Por primera vez el irremediable hecho de que él se mofara de mí me importó menos porque, de lo contrario, volvería al hotel y no me quedaría más remedio que darle una paliza para impedirlo. Bajo ningún concepto le iba a permitir volver donde estaba ese tipejo irritante... Jamás.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Seguí andando sin volver a mirar hacía atrás, aunque por alguna razón iba andando más lento que de costumbre, como esperando algo, de repente sentí como me agarraban el brazo y me giraban brúscamente, sin saber exactamente por qué mi corazón empezó a latir ferozmente. ¿Acaso era ésto lo que había estado esperando? que él enano caprichoso me detuviera y me miraba con todo su semblante enfandado me hacía sentir en cierto modo bien; yo sólo me quede observándolo con una sonrisa divertida. Sabía exactamente por qué me había detenido, era evidente que no le gustaba para nada que volviera al hotel dónde él antes me había encontrado con Miyagi, seguro que empezó a pensar cualquier tontería.
Aunque observarlo me divirtiera sus palabras me molestaron. ¿Quién cojones se creía que era para decirme lo que tenía que hacer? entonces noté como apretaba el agarre que ejercía en mi brazo, rodé las pupilas hasta dónde sentía la presión y luego lo miré con el ceño fruncido.
—No me queda más remedio que ir, así que suéltame. —Respondí y a la vez puse mi mano libre encima de la suya para hacer que dejara de ejercer fuerza en mi antebrazo, pero me sorprendí a mí mismo cuando noté que simplemente posaba mi mano sobre la suya sin ejercer presión, sin intentar apartarlo. Su mirada y con la fuerza que me agarraba me hacía ver que realmente no quería que fuera, quizás le importaba más de lo que él se imaginaba. Sonreí de medio lado y añadí—. Reconoce que no te gusta que otros me miren o se acerquen a mí. —comenté en tono burlón mientras retiraba su mano de mi brazo y luego sin dejar de mirarlo fijamente le sujeté la barbilla con mi mano izquierda alzándola hacía arriba para que así pudiera verme mejor—. Dímelo.
Aunque observarlo me divirtiera sus palabras me molestaron. ¿Quién cojones se creía que era para decirme lo que tenía que hacer? entonces noté como apretaba el agarre que ejercía en mi brazo, rodé las pupilas hasta dónde sentía la presión y luego lo miré con el ceño fruncido.
—No me queda más remedio que ir, así que suéltame. —Respondí y a la vez puse mi mano libre encima de la suya para hacer que dejara de ejercer fuerza en mi antebrazo, pero me sorprendí a mí mismo cuando noté que simplemente posaba mi mano sobre la suya sin ejercer presión, sin intentar apartarlo. Su mirada y con la fuerza que me agarraba me hacía ver que realmente no quería que fuera, quizás le importaba más de lo que él se imaginaba. Sonreí de medio lado y añadí—. Reconoce que no te gusta que otros me miren o se acerquen a mí. —comenté en tono burlón mientras retiraba su mano de mi brazo y luego sin dejar de mirarlo fijamente le sujeté la barbilla con mi mano izquierda alzándola hacía arriba para que así pudiera verme mejor—. Dímelo.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Como respuesta a su orden de que lo soltara, fruncí más el ceño. Por supuesto, no lo haría y estaba preparado para sacar mis tonfas y pegarle. Entonces él me obligó a alzar la barbilla y dijo aquellas palabras. Experimenté una sensación de incertidumbre y me sentí acorralado. Sabía que no podía evadir el tema, no esa vez, y aunque tuviera la más mínima posibilidad de hacerlo, el debilucho entrometido no iba a dejar pasar aquella ocasión.
Endurecí la mirada y fruncí más el ceño. No sabía qué quería exactamente que le dijera, pero era evidente que le gustaba verme en ese estado y le encantaba que actuara de ese modo. Apreté los dientes, irritado, y le espeté con ira:
—No, no sólo no me gusta que rondes con otros, no sólo me molesta... Lo odio —remarqué. No aparté la mirada de él ni un segundo; si quería que lo mirara y que lo dijera, me iba a escuchar hasta el final—. No soporto saber que estás en un hotel con otro hombre... No soporto no saber si estás haciendo con él lo mismo que haces conmigo. Tampoco sé cómo debería actuar y sólo puedo pensar en daros una paliza a ti y al que esté contigo.
Decir todo aquello en voz alta me resultó más fácil de lo que pensaba y al mismo tiempo más difícil. Aún me sentía confundido, irritado, molesto e incluso estúpido, pero por alguna razón no podía detenerme. Las palabra me salían solas.
—Me embarga una sensación muy molesta y que detesto más que ninguna otra porque de nuevo tú me haces sentir de otra de esas maneras que me hacen sentir extraño y que no me gusta nada.
Justo cuando terminé, me sentí tremendamente avergonzado. Para evitar que se diera cuenta, le aparté de un manotazo la mano con la que me sujetaba la barbilla, bajé la cabeza, le desvié la mirada, ceñudo, y me crucé de brazos. Además de avergonzado, me sentí vulnerable como nunca me había sentido.
—Así que por eso no vas a ir a ese hotel ni a ninguno —repetí en un tono de voz más bajo.
Endurecí la mirada y fruncí más el ceño. No sabía qué quería exactamente que le dijera, pero era evidente que le gustaba verme en ese estado y le encantaba que actuara de ese modo. Apreté los dientes, irritado, y le espeté con ira:
—No, no sólo no me gusta que rondes con otros, no sólo me molesta... Lo odio —remarqué. No aparté la mirada de él ni un segundo; si quería que lo mirara y que lo dijera, me iba a escuchar hasta el final—. No soporto saber que estás en un hotel con otro hombre... No soporto no saber si estás haciendo con él lo mismo que haces conmigo. Tampoco sé cómo debería actuar y sólo puedo pensar en daros una paliza a ti y al que esté contigo.
Decir todo aquello en voz alta me resultó más fácil de lo que pensaba y al mismo tiempo más difícil. Aún me sentía confundido, irritado, molesto e incluso estúpido, pero por alguna razón no podía detenerme. Las palabra me salían solas.
—Me embarga una sensación muy molesta y que detesto más que ninguna otra porque de nuevo tú me haces sentir de otra de esas maneras que me hacen sentir extraño y que no me gusta nada.
Justo cuando terminé, me sentí tremendamente avergonzado. Para evitar que se diera cuenta, le aparté de un manotazo la mano con la que me sujetaba la barbilla, bajé la cabeza, le desvié la mirada, ceñudo, y me crucé de brazos. Además de avergonzado, me sentí vulnerable como nunca me había sentido.
—Así que por eso no vas a ir a ese hotel ni a ninguno —repetí en un tono de voz más bajo.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
No pude ocultar mis rostro sorprendido tras ecucharlo, la verdad esque no pensaba que él me dijera todo eso de golpe, aunque me sentí irremediablemente feliz. No dije nada ni me moví cuando apartó mi mano de un manotazo, entendía como debía sentirse ahora, que desviara su mirada y agachara el rostro avergonzado me hizo pensar que se veía adorable, jamás pensé en usar esa palabra en alguien como él, pero sin duda ahora no habría otra palabra para describir como se veía.
No esperé ni un segundo más, verlo en ese estado me superaba y dejé a mi cuerpo actuar sin pensar mucho en lo que hacía; lo abracé con fuerza y suspiré profundamente sobre su cuello mientras añadía:
—¿Sabes? ahora mismo te ves demasiado adorable, jamás pensé que fueras tan posesivo y celoso con alguien como yo. —Hablé lentamente, en un susurro y luego continué—: pero, me gusta..., me gusta saber que te importo de esa forma.
Me separé de él lentamente mirándolo a los ojos, pude notar que aunque seguía enfadado su expresión había cambiado un poco, le sonreí como nunca pensé que sonreiría a nadie, estaba tan desaconstumbrado a no sonreir de verdad que me sentí estúpido y avergonzado, al darme cuenta volví a mi expresión usual y le di la espalda carraspeando varias veces, luego rodé los ojos hasta él girando mi rostro brevemente.
—Si no quieres que vaya, entonces ven conmigo. Recuerda que no tengo un sitio dónde dormir y que tú no quisiste firmar la dichosa carta que nos mandaron los de dirección para que me trajeran la cama.
No esperé ni un segundo más, verlo en ese estado me superaba y dejé a mi cuerpo actuar sin pensar mucho en lo que hacía; lo abracé con fuerza y suspiré profundamente sobre su cuello mientras añadía:
—¿Sabes? ahora mismo te ves demasiado adorable, jamás pensé que fueras tan posesivo y celoso con alguien como yo. —Hablé lentamente, en un susurro y luego continué—: pero, me gusta..., me gusta saber que te importo de esa forma.
Me separé de él lentamente mirándolo a los ojos, pude notar que aunque seguía enfadado su expresión había cambiado un poco, le sonreí como nunca pensé que sonreiría a nadie, estaba tan desaconstumbrado a no sonreir de verdad que me sentí estúpido y avergonzado, al darme cuenta volví a mi expresión usual y le di la espalda carraspeando varias veces, luego rodé los ojos hasta él girando mi rostro brevemente.
—Si no quieres que vaya, entonces ven conmigo. Recuerda que no tengo un sitio dónde dormir y que tú no quisiste firmar la dichosa carta que nos mandaron los de dirección para que me trajeran la cama.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Me quedé allí, de pie frente a él y cada vez más avergonzado. De pronto, sentí cómo sus brazos me rodeaban y me estrechaban contra él; su aliento en el cuello me provocó un estremecimiento y noté una sensación en el pecho, como si se me hubiera expandido de repente. No le correspondí, me encontraba demasiado perplejo para hacerlo; ese abrazo me había pillado totalmente desprevenido.
Estaba en tal estado de aturdimiento, que no caí en la cuenta del calificativo que había utilizado conmigo hasta se separó de mí. ¡¿Adorable...?! ¿Cómo se atrevía a decirme que me veía demasiado adorable? Podía llamarme cien veces "enano" y no me molestaría nada en comparación con esa palabra. Lo más extraño era que no conseguí exteriorizar ese enfado, sino todo lo contrario: estaba más calmado que antes. Apenas hube conseguido digerir sus palabras, me sonrió de una forma tan dulce y distinta a como estaba acostumbrado a ver en él que me descolocó aún más. Lo observé con insistencia cuando me dio la espalda, sin duda avergonzado, y aproveché para tragar saliva y dejar de lado el estupor que me embargaba. No sabía quién de los dos había perdido el juicio: él, por sonreírme de esa manera, o yo, por no morderlo hasta la muerte por haber dicho que me veía demasiado adorable.
En el mismo instante en que mencionó la carta, me arrepentí de haberla firmado. Si le decía que ya la había firmado porque prefería que tuviera su cama aunque no pudiera burlarme de él antes que estuviera en un hotel a saber con quién, me volvería a decir que me veía “demasiado adorable”.
—Esa sonrisa ha sido demasiado adorable —le dije con una sonrisa traviesa. Después, me situé a su lado y le recriminé, mirando al frente y no a él—: Nada de esto habría pasado si no hubieras destrozado mi cama. —Volví a cruzarme de brazos y me mordí el labio inferior, pensativo—. Aunque la hubiera firmado, no la habrían traído hoy... —comencé, evasivo—. Además, es tu cama la que no está.
No pensaba ofrecerle tan directamente que durmiéramos en la mía, así que, si no lo deducía él mismo, que durmiera en el suelo.
Estaba en tal estado de aturdimiento, que no caí en la cuenta del calificativo que había utilizado conmigo hasta se separó de mí. ¡¿Adorable...?! ¿Cómo se atrevía a decirme que me veía demasiado adorable? Podía llamarme cien veces "enano" y no me molestaría nada en comparación con esa palabra. Lo más extraño era que no conseguí exteriorizar ese enfado, sino todo lo contrario: estaba más calmado que antes. Apenas hube conseguido digerir sus palabras, me sonrió de una forma tan dulce y distinta a como estaba acostumbrado a ver en él que me descolocó aún más. Lo observé con insistencia cuando me dio la espalda, sin duda avergonzado, y aproveché para tragar saliva y dejar de lado el estupor que me embargaba. No sabía quién de los dos había perdido el juicio: él, por sonreírme de esa manera, o yo, por no morderlo hasta la muerte por haber dicho que me veía demasiado adorable.
En el mismo instante en que mencionó la carta, me arrepentí de haberla firmado. Si le decía que ya la había firmado porque prefería que tuviera su cama aunque no pudiera burlarme de él antes que estuviera en un hotel a saber con quién, me volvería a decir que me veía “demasiado adorable”.
—Esa sonrisa ha sido demasiado adorable —le dije con una sonrisa traviesa. Después, me situé a su lado y le recriminé, mirando al frente y no a él—: Nada de esto habría pasado si no hubieras destrozado mi cama. —Volví a cruzarme de brazos y me mordí el labio inferior, pensativo—. Aunque la hubiera firmado, no la habrían traído hoy... —comencé, evasivo—. Además, es tu cama la que no está.
No pensaba ofrecerle tan directamente que durmiéramos en la mía, así que, si no lo deducía él mismo, que durmiera en el suelo.
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Lo sabía, sabía que el enano caprichoso saltaría con alguna frase ingeniosa y malintencionada para avergonzarme aún más, me puse la mano derecha debajo de la nariz e inspiré simulando mi sonrojo, luego giré el rostro hacía el lado contrario cuando lo vi a mi lado, ahora me sentía tan vuelnerable como cuando era pequeño y esa sensación no me gustaba nada, había tardado muchos años para conseguir ser un chico frío y arrogante, pero con él cerca de mí paracía que todo por lo que había pasado no servía para nada, era absurdo...,completamente estúpido...
Bajé la mano y giré el rostro hacía él con el ceño fruncido. ¿Ahora había sido culpa mía? vale, puede que en parte fuera mía, pero él fue el culpable de que yo actuara así, así que aunque no me gustara reconocerlo la culpa había sido tanto mía como de él.
Entonces parpadeé sorprendido varias veces cuando terminó de hablar, podía deducir que me estaba invitando a que durmiera con él, pero no quería precipitarme y que luego pensara que era eso lo que yo estaba deseando.
Decidí preguntarle, pero antes intentaría que no me interesaba lo que me proponía, no quería ser tan evidente, así que suspiré cruzándome de brazos y respondí en tono tranquilo:
—¿Me estás invitando a dormir en tu cama? —Alcé una ceja simulando increduilidad y sonreí con prepotencia—. Vaya vaya...
Bajé la mano y giré el rostro hacía él con el ceño fruncido. ¿Ahora había sido culpa mía? vale, puede que en parte fuera mía, pero él fue el culpable de que yo actuara así, así que aunque no me gustara reconocerlo la culpa había sido tanto mía como de él.
Entonces parpadeé sorprendido varias veces cuando terminó de hablar, podía deducir que me estaba invitando a que durmiera con él, pero no quería precipitarme y que luego pensara que era eso lo que yo estaba deseando.
Decidí preguntarle, pero antes intentaría que no me interesaba lo que me proponía, no quería ser tan evidente, así que suspiré cruzándome de brazos y respondí en tono tranquilo:
—¿Me estás invitando a dormir en tu cama? —Alcé una ceja simulando increduilidad y sonreí con prepotencia—. Vaya vaya...
Re: Una situación extraña.[cerrado]
Fruncí el ceño ante el tono burlón de su voz. Seguí mirando al frente porque no quería que viera mi expresión —la cual sin duda él calificaría de adorable—; aún me sentía demasiado avergonzado por todo lo que le había confesado.
Giré el rostro hacia el lado contrario donde él estaba, cerré los ojos y le advertí con gran molestia:
—No te estoy invitando, te lo estoy ordenando y si vuelves a soltar otro de tus comentarios ingeniosos, te las tendrás que arreglar durmiendo en el suelo.
Contuve un bostezo, parpadeé un par de veces, somnoliento, y eché a andar en dirección a la salida del parque, sin girarme para mirarlo ni comprobar si me estaba siguiendo. Sabía que lo hacía, de lo contrario, lo arrastraría a la fuerza.
Giré el rostro hacia el lado contrario donde él estaba, cerré los ojos y le advertí con gran molestia:
—No te estoy invitando, te lo estoy ordenando y si vuelves a soltar otro de tus comentarios ingeniosos, te las tendrás que arreglar durmiendo en el suelo.
Contuve un bostezo, parpadeé un par de veces, somnoliento, y eché a andar en dirección a la salida del parque, sin girarme para mirarlo ni comprobar si me estaba siguiendo. Sabía que lo hacía, de lo contrario, lo arrastraría a la fuerza.
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