Almorzando... algo [cerrado]

Entré en el comedor tras mi visita no planificad a la cárcel, y pensé un momento qué debería pedir. No me fijé, como de costumbre cuando venía aquí, en si había alguien más o no. Primero cogería lo que fuera, y ya después buscaría mesa, como suelo hacer siempre. Me decidí finalmente por unos fideos calentitos y me cogí también una botellita de agua. Cogí la bandeja y miré las mesas. Me fijé en la mesa que había junto a la ventana. Se me aceleró un poco el corazón. -Hikari...- murmuré desde lejos. Me acerqué hacia la mesa, alegre por volver a verla. Desde nuestro reencuentro, no nos habíamos vuelto a cruzar, y tampoco estaba ayer en el aula de Yami - sensei, donde estuvimos solamente Ai y yo. Cuando llegué a la mesa, sonreí. -Hola, Hikari... ¿qué tal todo?- dije aún de pie. -¿Te importa si me siento aquí?-

-Jejeje... es cierto, supongo que será por la costumbre- dije mientras me sentaba. Me quité el maletín, que me había colgado a modo de bandolera con la cinta que traía consigo, y lo dejé en la silla de al lado. -Ya lo sé... y a mí me pasa lo mismo...- le dije devolviéndole el guiño. -¿Qué tal te ha ido estos días? La verdad es que no nos habíamos visto desde que te dejé descansando en tu dormitorio...- dije pensativo mientras probaba los fideos. [Justo lo que necesitaba...]

-¿Savannah, dices? Me parece que no la conozco- dije pensativo mientras seguía con mis fideos. Me preguntó qué había hecho. -Bueno, la verdad es que no me he quedado de brazos cruzados. Me compré un portátil- dije levantando el maletín que había dejado a mi lado. -Y estuve en la biblioteca leyendo libros de informática. Ya casi soy un experto- dije sacando la lengua. -Y además he ido ayer y también hoy a practicar por la guitarra, y parece que ya me defiendo bastante bien. Me gustaría enseñártelo, cuando tengas tiempo, para darme tu opinión. Yo es que no puedo criticarme, la verdad- le dije riéndome, y volví a tomar un poco de mis fideos.

-Ah, es verdad, ayer Ai me dijo algo de eso- le respondí cuando me dijo que tenía que devolver a Ai su portátil. -Sebastian - sensei... desde luego, con él yo tampoco querría aprender nada...- me acordé de la escena de los jardines. Bebió un poco, y yo tomé otro poco de mis fideos y también bebí un poco de mi agua. Me cogió la mano. -Yo también... te he extrañado bastante...- le dije un poco sonrojado. Me levanté un poco y le besé en los labios. -Se me había olvidado antes- le dije guiñándole un ojo, mientras me sentaba de nuevo. Miré fijamente a sus ojos, perdiéndome en su mirada...

No me pregunté si le habría molestado el beso estando aquí, simplemente lo hice sin pensar. Me preguntó por la clase de Yami - sensei de ayer. -Tranquila, ayer llegué a clase como diez minutos tarde, creo, pero allí sólo estuvimos Ai y yo, que esperamos toda la hora mientras charlábamos un poco. Me pareció raro, pero tampoco había llegado Yami - sensei, y cuando nos fuimos tampoco había nadie en los pasillos de ahí cerca- me contó que Savannah, de la que había hablado antes, era su mejor amiga de la infancia. [Qué suerte, yo también quisiera que viniese alguien conocido, como Al, por ejemplo...] Sonreí. -Tranquila, no hace falta que te disculpes. Me alegro de que haya venido aquí alguien que conoces, supongo que eso te habrá animado, ¿no?- le dije mientras bebía otro poco de agua.

-De acuerdo, como quieras, como siempre digo: los amigos de mis amigos son también mis amigos- me reí. -Oh, por favor, no digas eso... "extraña" me parece exagerado... siguiendo esa línea, yo también sería "extraño", sólo por mis miembros artificiales... bueno, y está también lo de la Alquimia... desde que llegué aquí, he comprobado que nadie lo había visto antes, y me pareció extraño, de donde yo vengo la Alquimia se utiliza diariamente...- escuché lo de que quería que fuese una sorpresa. -Bueno, como quieras. Avísame si eso- comenté sonriendo.

"por eso es que me encantas... sales de lo común" me sonrojé, bastante más que ella, y no pude responderle. Parecía como si volviera a los primeros días... aunque se pasó pronto, por suerte. -Tienes razón, hay gente muy... "variopinta" en este instituto...- en realidad, yo tampoco es que hubiese conocido a todo el mundo, sólo a unas pocas personas "peculiares" que se podían contar con los dedos de una mano, perop algo me decía que efectivamente todos tenían algo "diferente" al resto. Me terminé los fideos, y no pude evitar bostezar. Me forté los ojos. No quería que acabara tan pronto, ¿por qué tenía que entrarme sueño justo ahora? Notaba cómo me balanceaba en mi inútil intento por seguir despierto, hasta que me resigné. Me levanté, recogiendo mi bandeja. -Bueno, como puedes ver, casi no puedo tenerme en pie. Me da mucha pena, pero será mejor que me vaya ya a mi dormitorio. Te prometo que mañana te enseñaré mi dominio de la guitarra en compensación, y resistiré más tiempo despierto- le guiñé un ojo, mientras cogía el maletín de mi portátil.

Me dió un beso rápido en los labios, y me sonrojé un poco. Debía de ser el cansancio, antes no me sonrojé cuando le di yo el beso. Me reí con uno de sus últimos comentarios. -Tampoco te iba a hacer llevarme, al menos hasta la habitación aguantaré- sonreí. Cuando llegamos a la salida, antes de despedirnos, me dijo que la buscase cuando quisiera enseñarle mis progresos con la guitarra. Asentí. -De acuerdo, yo te buscaré. Bueno, nos vemos mañana, cariño mío...- estaba tan dormido que no me di cuenta de que dije esto en vez del "querida" que pensaba decir. Bostecé de nuevo, aunque ahora fue por un poco más de tiempo, así que me di la vuelta y me alejé por los pasillos, con la mano levantada en señal de despedida.