La puesta de sol [cerrado]

Escuché lo que me dijo. Era algo parecido a lo que me dijo anoche. -Creo que eso lo dejé claro ya... ya te dije que no me iba a echar atrás en lo que dije... además, si intentase cambiarte, entonces no te estaría queriendo realmente, sólo estaría siendo egoísta... de todos modos, yo ya he visto el infierno una vez...- recordé aquél día de nuevo, últimamente lo recordaba casi a diario. [Hermano... créeme, estoy progresando en mis investigaciones para devolverte el cuerpo... te lo debo...] alejé esos pensamientos y esperé a ver qué más me diría Hikari, me daba la sensación de que esto era sólamente el principio...

Escuché de nuevo lo que me dijo. Me dio un beso en la mejilla. "no te parecen hermosas las estrellas" me preguntó. -Sí, ni me había dado cuenta de que ya era de noche... qué rápido se me ha pasado la tarde...- miré también al cielo. Desde aquí, al no haber la contaminación lumínica de las luces de la ciudad, se veía perfectamente el cielo estrellado.

-Po supuesto que por divertida.- le sonreí. Me hizo una pregunta que no sé si podré responder... yo también dudaba... -Pues... está claro que algo más que amigos, pero no estoy seguro de la respuesta, acabamos de "aceptarlo", por decirlo de algún modo... a eso lo llaman "ser novios" o "ser pareja" o algo así.- no estaba muy seguro de mi respuesta, pero no se me ocurría otra cosa.

Me contó algo más sobre ella, y escuché lo que me dijo. -Vaya... entonces no disimulé tan bien como pensaba cuando lo de Gokudera... reconozco que fue una punzada de dolor, un dolor intenso... fue allí donde me di cuenta de que te quería de verdad.- "debo saber algo de vos???" me preguntó. -No sé muy bien a qué te refieres, sobre mí lo único que me quedaría sería contarte mi historia, si estás dispuesta a oírla. Todo lo demás me parece que te lo dije anoche, creo que no me dejé nada...- me quedé pensando un momento. No, creo que no se me olvidó nada, cuando estallé le mostré todo, le abrí mi corazón sin pensármelo, hasta el punto de hacer esa segunda puerta en la pared para entrar en su habitación sin fijarme en si había alguien mirando en ese momento.

-Pues entonces creo que lo único que te puedo decir es que realmente me gusta cuidar de los míos, daría mi vida por ellos... aunque ya no me acuerdo si eso te lo dije ya o no.- me comentó que no conocía esa parte tan impulsiva en mí. -Si te digo la verdad, ni yo me reconocí ayer. No fue propio de mí. Supongo que fue por la tensión de la discusión... que me hizo estallar.- me confesó que aun así le encantaba. Sonreí. Me cogió de la mano, con lo que me sonrojé un poco. -De acuerdo, pues si estás dispuesta te la contaré ahora mismo.- empecé a contarle mi historia. Le conté que mi habilidad se llamaba Alquimia, que tenía un tabú que no se debía romper: la transmutación humana. También le conté que mi hermano y yo rompimos el tabú porque queríamos recuperar a nuestra madre difunta cuando éramos unos niños, y que, al romper el tabú, perdí mi brazo derecho, y mi hermano, que estaba a mi lado, había desaparecido, por lo que me apresuré a arriesgar de nuevo mi vida rompiendo de nuevo el tabú para unir el alma de mi hermano a una armadura antigua, y que así fue como perdí mi pierna izquierda. Le conté cómo conseguí mi brazo y mi pierna Automail, y que el infierno al que me refería antes era el que vi al romper el tabú. También le conté que ahora estaba buscando información sobre la archiconocida Piedra Filosofal, que puede aumentar los poderes de la Alquimia, para devolverle a mi hermano su cuerpo. -Espero no haberte cansado, mi historia es un poco... triste, la verdad.- dije mirando al suelo, recordando de nuevo aquella fatídica noche...

Mientras contaba mi historia, me apretó un poco más la mano, como diciéndome que me apoyaba. -¿Seguro que no puedes hacer nada? Es una lástima... le miré fijamente, transmitiéndole mi pena por lo que acababa de decir. -Vale, lo tendré en cuenta, Hikari, muchas gracias.- escuché lo que dijo a continuación y no pude evitar emocionarme. "tu historia es triste... pero tendra un final feliz... porque no te rindes y lograras tu cometido" no pude evitar echarme a llorar, era la primera vez que lo hacía desde que lloré nada más ocurrir aquello cuando era pequeño. Fue oír sus palabras lo que me emocionó, necesitaba oírlas. La abracé, y le dije al oído: -Gracias, Hikari, necesitaba oír eso...-

Me abrazó fuerte. Escuché sus palabras de apoyo y la canción que empezó a tararear. Me tranquilicé, y poco a poco volví a mi posición anterior, pero sin soltarle la mano. Observé el reflejo del cielo en el lago mientras me secaba las lágrimas. Me sentía feliz de tener un hombro sobre el que apoyarme, alguien en quien confiar todo. -Lo mismo digo, tú también puedes confiar en mí, Hikari, estaré siempre a tu lado.-

-Sï... esto está mejor incluso que los jardines, ¿eh?- le dije sonriendo. Sequí mirando el reflejo de la luna y las estrellas sobre el lago. -Es un noche hermosa, ciertamente...- no pude evitar apoyar mi cabeza en su hombro.

Me gastó la broma del millón: la de mi estatura, aunque no me molestó, no parecía que me lo hubiera dicho malintencionadamente. -Pues es verdad, yo tampoco me había dado cuenta...- le sonreí.

-Dicen que el amor no entiende de edades. De todos modos, tampoco es tanta diferencia.- otra vez la broma. Mi boca reaccionó inconscientemente haciendo una muequecilla, que pronto desapareció. -¡Hahaha! Bueno, entonces debo dar las gracias por no haber acabado como "juguete".- me reí. Se me acercó y me acarició el rostro, diciéndome "es que sos muy mono". Me sonrojé. -Vale, como quieras, espera que vuelvo a poner esto donde estaba.- choqué mis palmas y toqué la columna de antes para devolverla a donde debía. Será mejor que vayamos a las tiendas, así podré ver qué es lo que quiere Hikari... y así oculto también la otra columna que hice allí.

-Vamos para allá, entonces.- Nos fuimos del lago en dirección a la tienda de pasteles en la que había estado antes.