Habitación 01 - Edward Elric y Aoyagi Ritsuka

-¿A qué te refieres de todo lo que ha pasado?- Creo que ya sé lo que quiere, pero me aseguraré.

No se si se hacia el tonto o no lo entendia, pero igual se lo pregunte correctamente. Me refiero a lo de la gabardina... Me pareció raro.

Estaba en lo cierto, se refería a lo de la gabardina y al comportamiento de Yami - sensei, por extensión. Él y yo éramos un equipo, así que no le mentí. Le conté todo lo que pasó en el callejón la noche anterior, y le enseñé las cicatrices de los arañazos de Yami - sensei. -Pero ahora, cuando nos ha propuesto pelear con ella, no parecía la misma Yami -sensei de la tetería o la del callejón. Quiero decir, no noté nada raro en su voz, parecía controlada de verdad esta vez.-

Cuando Ed me conto lo de anoche me quede frio... no sabia que responder. -¿Y aun asi vas a quierer pelear con ella? ¿Y si le vuelve la locura esa? Anoche te libraste porque la dejaste incosciente, pero si no vuelves a tener esa misma suerte? ¡Puedes acabar en el hospital!

Edward parecia estar muy seguro asi que me fie de lo que dijo. -Bueno, cambiando de tema, como van las investigaciones? Llevabamos mucho hablando de Yami-sensei, apetecia ya cambiar de tema.

Me preguntó por las investigaciones. -No he avanzado casi nada. He estado dando vueltas por la ciudad y por el instituto, pero no he encontrado nada. ¿Y tú? ¿Has descubierto algo nuevo?

El me respondó que no encontro nada, y yo la verdad que es mas de lo mismo. -Tampoco encontre nada, y fui a la oficina del director, pero resulta que esta de viaje, tendremos que esperar a que vuelva.

Me ofrecio ir a al comedor, la verdad me apetecia desde que Yami-sensei estaba asi que me vino de lujo. -Muy bien, vamos Y así nos dirigimos al comedor

Ya por la noche, volví a mi cuarto exhausto por todo lo que había pasado con Mizusawa. Me eché en la cama dándole vueltas aún al asunto, hasta que me quedé profundamente dormido...

Volví bastante tarde a mi cuarto, después de asegurarme de haber cogido todos los trozos de la puerta de la enfermería. Para distraerme mientras reparaba la puerta, dibujé el círculo de transmutación que necesitaba para repararla, aunque no me hiciese falta. De este modo podría pensar en todo lo sucedido e intentar sacar algo en claro, pero no conseguí nada.
Al acabar el círculo, coloqué los trozos en el centro del círculo y apoyé mis manos en el borde del círculo. Me concentré en reparar los trozos. Cuando terminé, cogí un pedazo de papel para escribir una nota en la puerta para que la viera Yamamoto - sensei al día siguiente.
Después de eso, me fui a la cama, sin borrar el círculo de transmutación. Al fin y al cabo, nadie iba a entrar allí por la noche...

Ya era por lamañana, y me dispuse a llevar la puerta a donde le correpsondía. Borré antes el círculo de transmutación, y cogí después la puerta. Decidí ponérsela ahora que probablemente estaba desayunando, antes de que volviera de desayunar. Me dirigí entonces a la enfermería.

Después de ir a los invernaderos, volví directamente a mi habitación. No es que estuviese cansado excesivamente, pero no tenía nada mejor que hacer, y tampoco encontré a nadie mientras venía hacia aquí. [En fin, mañana será otro día] - pensé, y me eché en la cama, dispuesto a dormirme.

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Cuando ya era por la mañana, decidí ir de nuevo hacia los invernaderos para, con un poco de suerte, encontrarme allí a Gokudera o a alguien conocido. Me puse mi gabardina y salí del dormitorio.

Después de la clase de hoy, volví a mi cuarto y empecé a adelantar un poco de los deberes que nos mandó Yami - sensei.

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Al cabo de un par de horas, me fui a la cama con intención de dormirme.

Me fui a dar mi habitual paseo nocturno por la ciudad.

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Volví a la habitación nada más dejar el anuncio en el tablón. Me tumbé en la cama y puse el portafolios en la mesilla.

Unos golpes en la puerta me sacó de mi repaso sobre lo que había averiguado en la biblioteca. -Adelante, está abierto, puedes pasar.- Me incorporé en la cama y observé la puerta, esperando a que entrase mi visita...

Resultó ser aquella chica en la que me fijé durante su presentación en clase de Literatura, y además también era la dueña del portafolios. -¿Así que ésto es tuyo?- Cogí el portafolios y me levanté de la cama. -Aquí lo tienes. Tienes suerte de que entrase en aquella cafetería y de que me sonase haberlo visto por el instituto, si no, seguramente no me habría fijado en él y quién sabe dónde estaría ahora. ¿Así que te gusta dibujar? Puedes estar tranquila, no he mirado nada de dentro... Hikari, ¿verdad?-

suspiro levemente, la verdad es que tenia mucha razon -pues como dice alguien a quien admiro "no existen las coincidencias solo lo inevitable"- sonrió levemente y lo miro -de verdad que me has salvado- tomo el pergamino entre mis manos y mis ojos brillan emocionados -nose como podria agradecertelo... ehhh??? si me gusta pintar lo hago desde que tengo memoria -me encojo de hombros- y si soy hikari hinamori un placer -me sonrojo levemente por ser tan despistada y no presentarme como es debido pero en fin no tiene importancia-

Realmente, era una persona bastante interesante. Me percaté de ello desde el momento en que se presentó an clase. -Bueno, como habrás podido suponer por el anuncio, yo soy Edward Elric. Encantado.- Le propondré algo para así conocerla un poco mejor. -Ya que estamos aquí y dado que no hay clases, ¿quieres que vayamos a tomar algo a la ciudad o a dar un paseo o algo así?-

Aceptó mi invitación y me preguntó que dónde iríamos. -Bueno, no sé, ¿Qué te parece si vamos a la tetería de la ciudad? He estado allí antes y no está nada mal.-