Es imposible que sea eso...

**Hibari Kyouya** Jue Ene 05, 2012 11:59 pm

Mis pasos me llevaron hasta la zona de tiendas de la calle principal. Ni siquiera tenía pensado ir allí. Con el pensamiento de que un libro me ayudaría a olvidarme de la sensación que me invadía, entré en la librería más cercana. Cuando pasaba por la estantería donde estaban las revistas, una de ellas me llamó la atención. Me bastó echar una mirada para darme cuenta de cuál era: el herbívoro y yo ocupábamos la portada de una revista dedicada a modelos y artistas.

Fruncí el ceño, irritado. Así que al final había tenido éxito... De lo contrario, no nos habrían puesto de portada... No era una idea atrayente, más que nada porque no quería que una panda de alocadas fans me persiguieran sólo por haber compartido una sesión de fotos con el herbívoro...

Entonces, descubrí que mi rostro aparecía también en otra revista, aunque esta vez no ocupaba la portada, sino un pequeño recuadro en la esquina. Me bastó mirarla para darme cuenta de que era una de esas revistas que atosigaban a los famosos y cotilleaban sobre sus vidas privadas.

Por puro interés, cogí la revista y la hojeé hasta llegar a la sección dedicada al herbívoro y a mí. Incluía la sesión de fotos completa, pero, a diferencia de la otra, ahí habían incluido comentarios. Por fin, me observé a mí mismo en la foto que nos sacaron cuando nos hallábamos frente a frente, completamente pegados; yo sujetándole el obi del kimono y él con este a medio caer. Me di cuenta de que había algo en esa foto que me molestaba, algo que me incomodaba y hasta me desconcertaba: mi mirada. Esa mirada centrada en el herbívoro, ese momento en que maldije la presencia de los demás...

Aquella foto tenía varios bocadillos en los que habían incluido comentarios. Uno de ellos me señalaba a mí y decía: «¿Os habéis fijado en esa mirada? ¡Eso es amor!». Pronto, descubrí que todas las fotos tenían bocadillos. «¡Arakami-san parece que va a devorar a Hibari-san de un momento a otro!», «¿Trabajo? ¿Disimulo? ¡Es imposible disimular el verdadero amor!».

El ritmo de los latidos se me disparó. La boca se me resecó. Por mi mente pasaba una y otra vez la misma palabra, repetida hasta la saciedad en los comentarios.

Solté la revista y salí a toda prisa de la tienda. Mi mente divagó y divagó hasta que, sin darme cuenta, estaba enfrente del hotel donde nos habíamos hospedado la pasada noche. Al pensar en eso, la intensidad de mis latidos se incrementó; apreté los dientes. No podía verlo... No era capaz de ver al herbívoro ahora, no ahora que algo en mi interior me gritaba que yo lo...

Me giré y me alejé con la intención de volver a mi habitación. Cuando llegué, decidí buscar una excusa para no haberme presentado en el hotel. Así pues, le envié un sms con un escueto contenido: «Esta noche estaré ocupado, nos vemos por la mañana en la agencia». Su respuesta me llegó a los pocos minutos.

DE: Herbívoro egocéntrico

¿Por qué te molestas en decírmelo? Ahora mismo también estoy ocupado.

Una intensa ola de irritación se expandió por todo mi cuerpo. ¿Ocupado? ¿Que ahora estaba ocupado? ¿Cómo se atrevía? ¿Acaso estaba...? Me esforcé en tranquilizarme, él no había dicho que estuviera con otro hombre y quizá fuera mejor que no me hiciera preguntas... difíciles de contestar...