Sesión de fotos en kimono
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Gakuen Shiroi :: Ciudad :: Parque
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Sesión de fotos en kimono
Cuando llegué, una de las estilistas estaba terminándole de poner el obi. Fruncí el ceño; ¿por qué no se lo ponía él solo?, ¿no tendría que estar acostumbrado? Estaba seguro de que no era la primera sesión de fotos que hacía en kimono y seguro que la estilista se estaba aprovechando para acariciarlo. Me entraron ganas de apartarla de un empujón y lo peor era que el herbívoro parecía encantado porque me sonrió con malicia.
En ese mismo momento, me di cuenta de que había algo bastante diferente en él... El cabello. Se había teñido de castaño y la verdad es que... estaba bien. En general estaba... bastante bien. No lo había visto nunca con un kimono. Debí quedarme mirándolo demasiado tiempo porque amplió su sonrisa maliciosa; le desvié la mirada simulando desinterés.
Matsumoto Akira entró y nos informó de que la sesión de fotos la haríamos en un parque que había reservado. Traté de no prestarle demasiada atención al herbívoro durante todo el camino y seguí con la misma actitud desinteresada hasta que llegamos al parque. Era una suerte que hubiera dejado de llover hacía ya rato, no me haría ninguna gracia posar bajo la lluvia y mucho menos esperar a que escampara.
Matsumoto Akira nos indicó que comenzaríamos con una tanda de fotos en el pequeño puente que había junto al estanque. Obedecí sin oponer resistencia, al fin y al cabo, yo no tenía mucha idea sobre todo eso y si él no me decía qué hacer, me sentiría aún más incómodo.
Me coloqué a un lado del puente, sujeté la barandilla con una mano y la otra la dejé caer a un costado, tal y como me iba indicando Matsumoto Akira. El herbívoro se encontraba a mi espalda, al otro lado del pasillo del puente y en una postura similar. A continuación, nos indicó que giráramos levemente la cabeza en la dirección donde se encontrara el otro y nos miráramos de reojo. En cuanto estuvimos en la posición correcta, Matsumoto Akira disparó el flash una y otra vez. Me contuve para no entornar los ojos y mantener la expresión, sólo moviéndome según él me indicara.
Después de unas fotos más, nos indicó que cambiaríamos de lugar. Mientras nos dirigíamos a otra parte del parque, comprobé que el obi del kimono del herbívoro se había desatado. La estilista que lo había vestido acudió a toda prisa e hizo ademán de arreglárselo. No me dio tiempo a pensarlo dos veces, actué por inercia: la detuve cogiéndola de la mano y le espeté con brusquedad:
—Puedo hacerlo yo.
En cuanto lo dije, me di cuenta de que había cometido un grave error. Ella me miraba perpleja y yo no sabía qué decir para arreglar la situación.
En ese mismo momento, me di cuenta de que había algo bastante diferente en él... El cabello. Se había teñido de castaño y la verdad es que... estaba bien. En general estaba... bastante bien. No lo había visto nunca con un kimono. Debí quedarme mirándolo demasiado tiempo porque amplió su sonrisa maliciosa; le desvié la mirada simulando desinterés.
Matsumoto Akira entró y nos informó de que la sesión de fotos la haríamos en un parque que había reservado. Traté de no prestarle demasiada atención al herbívoro durante todo el camino y seguí con la misma actitud desinteresada hasta que llegamos al parque. Era una suerte que hubiera dejado de llover hacía ya rato, no me haría ninguna gracia posar bajo la lluvia y mucho menos esperar a que escampara.
Matsumoto Akira nos indicó que comenzaríamos con una tanda de fotos en el pequeño puente que había junto al estanque. Obedecí sin oponer resistencia, al fin y al cabo, yo no tenía mucha idea sobre todo eso y si él no me decía qué hacer, me sentiría aún más incómodo.
Me coloqué a un lado del puente, sujeté la barandilla con una mano y la otra la dejé caer a un costado, tal y como me iba indicando Matsumoto Akira. El herbívoro se encontraba a mi espalda, al otro lado del pasillo del puente y en una postura similar. A continuación, nos indicó que giráramos levemente la cabeza en la dirección donde se encontrara el otro y nos miráramos de reojo. En cuanto estuvimos en la posición correcta, Matsumoto Akira disparó el flash una y otra vez. Me contuve para no entornar los ojos y mantener la expresión, sólo moviéndome según él me indicara.
Después de unas fotos más, nos indicó que cambiaríamos de lugar. Mientras nos dirigíamos a otra parte del parque, comprobé que el obi del kimono del herbívoro se había desatado. La estilista que lo había vestido acudió a toda prisa e hizo ademán de arreglárselo. No me dio tiempo a pensarlo dos veces, actué por inercia: la detuve cogiéndola de la mano y le espeté con brusquedad:
—Puedo hacerlo yo.
En cuanto lo dije, me di cuenta de que había cometido un grave error. Ella me miraba perpleja y yo no sabía qué decir para arreglar la situación.
Re: Sesión de fotos en kimono
Era tan pero tan divertida cada una de las reacciones del enano cuando se ponía nervioso o cuando se daba cuenta que lo había descubierto mirándome de un modo obsceno, tanto que pareciera que me devorara con la mirada...
No me importaba que después de darse cuenta se hiciera de desinteresado, poco a poco me había acostumbrado a cada una de sus reacciones y sabía perfectamente lo que estaba pensando en este momento, lo que pasaría si nos encontráramos a solas...
De repente nos informaron que haríamos la sesión de fotos en un parque, me pareció buena idea y antes de que me diera cuenta ya nos encontrábamos allí; me había pasado todo el viaje observando al enano de reojo, pero él estaba tratando de evitar mi mirada todo el tiempo así que desistí y descansé un poco antes de llegar.
Una vez allí empezamos rápidamente, nos hicimos fotos sencillas, acomodándonos a la naturaleza; Matsumoto Akira nos decía y animaba a poner expresiones dulces pero sensuales a la vez; yo estaba acostumbrado así que no era un problema y por lo que podía comprobar para el enano tampoco, aunque se veía un poco tenso lo estaba haciendo bastante bien...
Luego nos indicaron ir a otro lugar lleno de más vegetación y entonces me di cuenta de que el obi se me había soltado y por ende también el kimono, dejando a la vista parte de mi pecho, boxer’s y piernas. Una de mis estilistas acudió hasta mí para ponerlo en su sitio, pero me extrañó ver que alguien la detenía, miré sorprendido y alcé una ceja al ver al enano con expresión furiosa sujetar de la muñeca a mi estilista. ¿Acaso se había vuelto loco? Reaccionar así había sido muy evidente...
Actué por instinto, pensé al ver la expresión de mi estilista que tenía que hacer algo para que no pensara nada extraño así que con rapidez me coloqué detrás de él e indiqué con la mano a ella que se fuera, luego rodeé sus hombros con mi brazo izquierdo y lo atraje hacia mí, la otra mano la llevé hasta su pecho e hice como si quisiera adentrarla por su kimono.
—Pon una expresión sexy y déjate llevar... —susurré en su oído y luego miré a Matsumoto Akira con una sonrisa maliciosa—: Empecemos con las fotos que las fans esperan ver.
Su expresión a pesar de parecer molesta, parecía incluso más sorprendido, quizás porque se nos veía realmente bien juntos...
No me importaba que después de darse cuenta se hiciera de desinteresado, poco a poco me había acostumbrado a cada una de sus reacciones y sabía perfectamente lo que estaba pensando en este momento, lo que pasaría si nos encontráramos a solas...
De repente nos informaron que haríamos la sesión de fotos en un parque, me pareció buena idea y antes de que me diera cuenta ya nos encontrábamos allí; me había pasado todo el viaje observando al enano de reojo, pero él estaba tratando de evitar mi mirada todo el tiempo así que desistí y descansé un poco antes de llegar.
Una vez allí empezamos rápidamente, nos hicimos fotos sencillas, acomodándonos a la naturaleza; Matsumoto Akira nos decía y animaba a poner expresiones dulces pero sensuales a la vez; yo estaba acostumbrado así que no era un problema y por lo que podía comprobar para el enano tampoco, aunque se veía un poco tenso lo estaba haciendo bastante bien...
Luego nos indicaron ir a otro lugar lleno de más vegetación y entonces me di cuenta de que el obi se me había soltado y por ende también el kimono, dejando a la vista parte de mi pecho, boxer’s y piernas. Una de mis estilistas acudió hasta mí para ponerlo en su sitio, pero me extrañó ver que alguien la detenía, miré sorprendido y alcé una ceja al ver al enano con expresión furiosa sujetar de la muñeca a mi estilista. ¿Acaso se había vuelto loco? Reaccionar así había sido muy evidente...
Actué por instinto, pensé al ver la expresión de mi estilista que tenía que hacer algo para que no pensara nada extraño así que con rapidez me coloqué detrás de él e indiqué con la mano a ella que se fuera, luego rodeé sus hombros con mi brazo izquierdo y lo atraje hacia mí, la otra mano la llevé hasta su pecho e hice como si quisiera adentrarla por su kimono.
—Pon una expresión sexy y déjate llevar... —susurré en su oído y luego miré a Matsumoto Akira con una sonrisa maliciosa—: Empecemos con las fotos que las fans esperan ver.
Su expresión a pesar de parecer molesta, parecía incluso más sorprendido, quizás porque se nos veía realmente bien juntos...
Re: Sesión de fotos en kimono
Me quedé perplejo; no me esperaba que me abrazara por detrás de aquella manera tan posesiva e incitante. Habría pensado que había perdido la cabeza si no fuera por lo que me susurró al oído. Me centré sólo en él y me olvidé de todo lo demás. No me importaba ni la sesión ni nada. La voz de Matsumoto Akira me sonó lejana y no sabía si estaba actuando tal y como él me indicaba; esa vez era yo el que se movía según le conviniera, sin disimular o posar.
Alcé una mano hacia la que él tenía en mi pecho y se la apreté hasta entrelazar los dedos con los suyos. No podía mirarlo directamente, pero sí había girado la cabeza en su dirección y podía ver sus ojos fijos en mí. Apenas parpadeé, seguí mirándolo con la misma intensidad hasta el punto de que pronto sentí que me faltaba el oxígeno y entreabrí ligeramente la boca. En ese punto, escuché a Matsumoto Akira exclamar de júbilo y el flash de la cámara saltar sin parar. Me estaba pidiendo que mirara hacia él y si lo hice fue sólo porque captó mi atención al hablar más alto.
Llegué a maldecir su presencia y la de las estilistas. Ese maldito herbívoro me provocaba hasta sin pretenderlo...
De nuevo, actué como me pareció: alcé la mano libre y lo sujeté con suavidad de la barbilla. El movimiento hizo que su kimono, casi desatado a causa del obi, se le deslizara por el hombro y exhibiera más su pecho desnudo. Demasiada tentación... No podría controlarme durante más tiempo.
Aflojé la unión de nuestras manos y me acerqué más a él, hasta rozarle con la nariz el cuello y volví a mirar a la cámara. A continuación, y esta vez siguiendo las indicaciones de Matsumoto Akira, me separé de él lo justo para colocarme delante, sujeté el obi y di un tirón para acercar nuestros cuerpos al máximo. Nos quedamos así, inmóviles, tan sólo observándonos en silencio con intensidad, como si con nuestras miradas nos estuviéramos comunicando de una manera que los otros no pudieran comprender.
Alcé una mano hacia la que él tenía en mi pecho y se la apreté hasta entrelazar los dedos con los suyos. No podía mirarlo directamente, pero sí había girado la cabeza en su dirección y podía ver sus ojos fijos en mí. Apenas parpadeé, seguí mirándolo con la misma intensidad hasta el punto de que pronto sentí que me faltaba el oxígeno y entreabrí ligeramente la boca. En ese punto, escuché a Matsumoto Akira exclamar de júbilo y el flash de la cámara saltar sin parar. Me estaba pidiendo que mirara hacia él y si lo hice fue sólo porque captó mi atención al hablar más alto.
Llegué a maldecir su presencia y la de las estilistas. Ese maldito herbívoro me provocaba hasta sin pretenderlo...
De nuevo, actué como me pareció: alcé la mano libre y lo sujeté con suavidad de la barbilla. El movimiento hizo que su kimono, casi desatado a causa del obi, se le deslizara por el hombro y exhibiera más su pecho desnudo. Demasiada tentación... No podría controlarme durante más tiempo.
Aflojé la unión de nuestras manos y me acerqué más a él, hasta rozarle con la nariz el cuello y volví a mirar a la cámara. A continuación, y esta vez siguiendo las indicaciones de Matsumoto Akira, me separé de él lo justo para colocarme delante, sujeté el obi y di un tirón para acercar nuestros cuerpos al máximo. Nos quedamos así, inmóviles, tan sólo observándonos en silencio con intensidad, como si con nuestras miradas nos estuviéramos comunicando de una manera que los otros no pudieran comprender.
Re: Sesión de fotos en kimono
Me sorprendió mucho que actuara con tanta naturalidad, como si nos encontráramos a solas; él se dejó llevar en todo momento, y yo era consciente de que todo el staff nos estaba observando con sorpresa y algo extrañados por nuestras acciones, pero sin duda todos ellos parecían satisfechos e incluso diría que se habían excitado al vernos...
Cada nuevo roce o movimiento del enano me provocaba más, pero era consciente de que estábamos trabajando; después de unos minutos nuestros ojos se encontraron y temí por mi entereza, por no poder contenerme... Desvié la mirada a sus labios unos segundos, había sido peor... mi cabeza se giró levemente en busca de sus labios , pero en ese momento miré hacia Matsumoto Akira que nos miraba con expresión excitada y un tanto sombría, supongo que porque se dio cuenta que el enano era mío y él no podía competir con alguien como yo.
Luego me fijé que tenía el kimono prácticamente caído, dejándome casi en ropa interior y aproveché eso para despegarme del enano mientras me daba la vuelta, haciendo que pareciera todo una actuación.
Más tarde decidieron que tomáramos un descanso y mientras tanto me recolocaron el kimono quedando tan perfecto como al principio, hicieron lo mismo con él ya que se le había movido un poco en esta última tira de fotos y luego mientras nos felicitaban por actuar de esa forma tan real, decidí hablar con él a solas; todo el mundo estaba ocupado en su trabajo, nosotros no estábamos haciendo nada, salvo esperar para hacer lo que nos indicaran en la siguiente zona, así que supuse que sería un buen momento para escapar y estar a solas...
Hice un gesto con la cabeza al enano para que me siguiera y aunque parecía reacio a seguirme en un principio, finalmente accedió. Lo agarré de la mano una vez que estuvimos lo suficientemente lejos y sin esperar que él reaccionara o hiciera algo lo atraje hacia mí uniendo mis labios con los suyos en un beso desatado y hambriento... nuestras lenguas se peleaban para dominarse la una a la otra, nuestra respiración chocaba en la boca del otro incitándonos a seguir, a no querer separarnos nada más que para cambiar la cabeza de posición y arremeter de nuevo contra sus labios.
Perdí la noción del tiempo que llevábamos besándonos, simplemente nos separamos con la respiración agitada, mirándonos con deseo, luego suspiré alejándome de él lentamente y añadí en un tono tan ronco como sensual:
—No te atrevas a provocarme de esa manera de nuevo...
Cada nuevo roce o movimiento del enano me provocaba más, pero era consciente de que estábamos trabajando; después de unos minutos nuestros ojos se encontraron y temí por mi entereza, por no poder contenerme... Desvié la mirada a sus labios unos segundos, había sido peor... mi cabeza se giró levemente en busca de sus labios , pero en ese momento miré hacia Matsumoto Akira que nos miraba con expresión excitada y un tanto sombría, supongo que porque se dio cuenta que el enano era mío y él no podía competir con alguien como yo.
Luego me fijé que tenía el kimono prácticamente caído, dejándome casi en ropa interior y aproveché eso para despegarme del enano mientras me daba la vuelta, haciendo que pareciera todo una actuación.
Más tarde decidieron que tomáramos un descanso y mientras tanto me recolocaron el kimono quedando tan perfecto como al principio, hicieron lo mismo con él ya que se le había movido un poco en esta última tira de fotos y luego mientras nos felicitaban por actuar de esa forma tan real, decidí hablar con él a solas; todo el mundo estaba ocupado en su trabajo, nosotros no estábamos haciendo nada, salvo esperar para hacer lo que nos indicaran en la siguiente zona, así que supuse que sería un buen momento para escapar y estar a solas...
Hice un gesto con la cabeza al enano para que me siguiera y aunque parecía reacio a seguirme en un principio, finalmente accedió. Lo agarré de la mano una vez que estuvimos lo suficientemente lejos y sin esperar que él reaccionara o hiciera algo lo atraje hacia mí uniendo mis labios con los suyos en un beso desatado y hambriento... nuestras lenguas se peleaban para dominarse la una a la otra, nuestra respiración chocaba en la boca del otro incitándonos a seguir, a no querer separarnos nada más que para cambiar la cabeza de posición y arremeter de nuevo contra sus labios.
Perdí la noción del tiempo que llevábamos besándonos, simplemente nos separamos con la respiración agitada, mirándonos con deseo, luego suspiré alejándome de él lentamente y añadí en un tono tan ronco como sensual:
—No te atrevas a provocarme de esa manera de nuevo...
Re: Sesión de fotos en kimono
Lo necesitaba para calmarme y si no lo hubiera hecho él, habría sido yo el que se habría lanzado a sus labios. No me preocupó que corriéramos el riesgo de que nos vieran, no cuando tenía tanta hambre de él. Si la sesión no acababa pronto, no sería capaz de contenerme más... Tuve que sonreír con malicia cuando me acusó a mí de provocarlo.
—Lo único que he hecho es centrarme sólo en ti y en mirarte sólo a ti. Si a eso lo llamas provocar, ¿qué vas a hacer cuando lo haga de verdad?
Lo mejor sería volver antes de que nos echaran en falta, así que me separé de él. En cuanto di un paso, me di cuenta de que había alguien mirándonos: Matsumoto Akira. No me lo esperaba y lo más probable era que nos hubiera escuchado o incluso visto. No me preocupó, la verdad, si ya no había nada que hacer no pensaba disimular más. Me miraba a mí con absoluta seriedad, pero cuando desvió la mirada hacia el herbívoro, su expresión se tornó más fiera.
—No os preocupéis, no voy a decir nada, pero sólo lo haré porque los rumores que circulen sobre vosotros o las consecuencias de que se enteren de lo vuestro también me afectarán a mí en un futuro. —Enarqué una ceja sin comprender a qué se refería con eso último—. No me importa la relación que mantengas con él, Hibari-kun, ya te mostré ayer lo que quería y no voy a echarme atrás. —Volvió a mirar al herbívoro—. Estuviste a punto de perderlo y te aseguro que la próxima vez no dejaré pasar la oportunidad.
Fruncí el ceño. No me gustaba que hablara de mí de esa forma, ¿quién se creía que era? ¿Cómo se atrevía? Estaba claro que debía haberle mordido hasta la muerte ayer por haberme besado y si seguía hablando así de mí, lo conseguiría en ese mismo momento.
—Lo único que he hecho es centrarme sólo en ti y en mirarte sólo a ti. Si a eso lo llamas provocar, ¿qué vas a hacer cuando lo haga de verdad?
Lo mejor sería volver antes de que nos echaran en falta, así que me separé de él. En cuanto di un paso, me di cuenta de que había alguien mirándonos: Matsumoto Akira. No me lo esperaba y lo más probable era que nos hubiera escuchado o incluso visto. No me preocupó, la verdad, si ya no había nada que hacer no pensaba disimular más. Me miraba a mí con absoluta seriedad, pero cuando desvió la mirada hacia el herbívoro, su expresión se tornó más fiera.
—No os preocupéis, no voy a decir nada, pero sólo lo haré porque los rumores que circulen sobre vosotros o las consecuencias de que se enteren de lo vuestro también me afectarán a mí en un futuro. —Enarqué una ceja sin comprender a qué se refería con eso último—. No me importa la relación que mantengas con él, Hibari-kun, ya te mostré ayer lo que quería y no voy a echarme atrás. —Volvió a mirar al herbívoro—. Estuviste a punto de perderlo y te aseguro que la próxima vez no dejaré pasar la oportunidad.
Fruncí el ceño. No me gustaba que hablara de mí de esa forma, ¿quién se creía que era? ¿Cómo se atrevía? Estaba claro que debía haberle mordido hasta la muerte ayer por haberme besado y si seguía hablando así de mí, lo conseguiría en ese mismo momento.
Última edición por Hibari Kyouya el Miér Dic 01, 2010 3:33 pm, editado 1 vez
Re: Sesión de fotos en kimono
Iba a demostrarle con acciones lo que le haría cuando tratara de provocarme intencionadamente, pero él se separó antes de que pudiera hacerlo, haciendo que de pronto mi deseo aumentara al estar en un lugar libre como este, a la vista de todo el mundo.
Me controlé soltando un bufido sonoro y lo seguí a escasos centímetros cuando se él se detuvo , miré hacia donde él lo hacia y fruncí el ceño al ver a Matsumoto Akira; él me miraba con furia, y yo sonreí maliciosamente burlándome de él; sabía que nos había visto besándonos. Esparaba que lo hubiera visto todo y que se diera cuenta de una maldita vez que el enano era sólo mío.
Escuché en silencio todo lo que nos dijo, queriendo de pronto matarlo. ¿cómo se atrevía a hablarme así? ¿Quién cojones se creía que era para hablar con esa autoridad sobre el enano? Con la mirada gacha anduve hasta él con pasos lentos pero decididos y cuando estuve a una distancia adecuada, lo miré con una mirada asesina a la vez que lo agarraba del cuello de la camisa.
—Recuerda para qué estás trabajando, No te conviene enfadarme más de lo que ya estoy o me vería obligado a cambiar de fotógrafo. —Dije en tono amenazante y lo solté bruscamente, luego me gire y rodé las pupilas mirándolo de reojo—. Nunca he estado a punto de perder nada, él me pertenecía desde un principio y ni tú ni nadie podrá hacer nada para cambiarlo.
Giré la cabeza hacia el enano y por su expresión sabía que quería decir algo, por su bien esperaba que no me rechazara delante de este idiota.
Me controlé soltando un bufido sonoro y lo seguí a escasos centímetros cuando se él se detuvo , miré hacia donde él lo hacia y fruncí el ceño al ver a Matsumoto Akira; él me miraba con furia, y yo sonreí maliciosamente burlándome de él; sabía que nos había visto besándonos. Esparaba que lo hubiera visto todo y que se diera cuenta de una maldita vez que el enano era sólo mío.
Escuché en silencio todo lo que nos dijo, queriendo de pronto matarlo. ¿cómo se atrevía a hablarme así? ¿Quién cojones se creía que era para hablar con esa autoridad sobre el enano? Con la mirada gacha anduve hasta él con pasos lentos pero decididos y cuando estuve a una distancia adecuada, lo miré con una mirada asesina a la vez que lo agarraba del cuello de la camisa.
—Recuerda para qué estás trabajando, No te conviene enfadarme más de lo que ya estoy o me vería obligado a cambiar de fotógrafo. —Dije en tono amenazante y lo solté bruscamente, luego me gire y rodé las pupilas mirándolo de reojo—. Nunca he estado a punto de perder nada, él me pertenecía desde un principio y ni tú ni nadie podrá hacer nada para cambiarlo.
Giré la cabeza hacia el enano y por su expresión sabía que quería decir algo, por su bien esperaba que no me rechazara delante de este idiota.
Re: Sesión de fotos en kimono
Me esperaba lo que había dicho el herbívoro, sobre todo lo primero, pero lo que no me gustó nada y me irritó aún más fue eso de que yo le pertenecía desde el principio. Esos dos... ¿cómo se atrevían a hablar así de mí? Los fulminé con la mirada a los dos, primero a uno y luego al otro, y les espeté, irritado:
—Yo no le pertenezco a nadie. —A continuación, centré la mirada sólo en Matsumoto Akira—. Me da igual lo de ayer, no me interesas de ninguna de las maneras.
No cambié de expresión ni ante la suya perpleja y lo seguí con la mirada hasta que se dio la vuelta y se alejó. Entonces, volví a centrarme en el herbívoro, sin suavizar mi dura expresión:
—Como te atrevas a volver a decir algo parecido, te morderé hasta la muerte.
Sabía que con lo orgulloso que era no permitiría que Matsumoto Akira se saliera con la suya y hacerle ver que estábamos juntos debía satisfacerle mucho, aun así, al igual que él, no me gustaba nada que hablara de esa manera sobre mí. Suspiré, eché a andar hacia donde nos esperaban los demás, pero antes me detuve a su lado, dándole la espalda, y agregué:
—Si quieres decir algo por estilo, demuéstralo de otra manera.
Dicho esto, seguí andando hasta llegar donde estaban los otros. El descanso había terminado y era hora de seguir con la sesión. Mientras escuchaba a Matsumoto Akira explicándonos lo que haríamos a continuación, lo miré con cierta curiosidad. Era bastante notable el cambio en su personalidad fuera y dentro del trabajo. Por lo visto, ahora quería tomar unas cuantas fotos en un banco. Como había estado lloviendo bastante durante todo el día, dos de las estilistas se habían asegurado de secarlo durante el descanso.
El herbívoro se sentó en el banco, con las piernas subidas al asiento y flexionadas a distinta altura, y apoyó un brazo en el respaldo del banco. Esperé hasta que se hubo colocado y me preparé mentalmente para disimular. Me subí al banco, gateé hasta él, dejé una pierna entre las de él, pasé la otra por encima de la que tenía flexionada a menor altura y me acerqué hasta dejar una peligrosa distancia entre ambos. En ese punto, Matsumoto Akira comenzó a hacer una foto tras otra y también en ese punto actué por mí mismo: le lamí la mejilla en sentido vertical en un gesto lento y mirando la cámara. Después, giré ligeramente la cabeza y le susurré al oído de modo que desde mi posición los otros no me vieran mover los labios:
—Ahora sí te estoy provocando.
—Yo no le pertenezco a nadie. —A continuación, centré la mirada sólo en Matsumoto Akira—. Me da igual lo de ayer, no me interesas de ninguna de las maneras.
No cambié de expresión ni ante la suya perpleja y lo seguí con la mirada hasta que se dio la vuelta y se alejó. Entonces, volví a centrarme en el herbívoro, sin suavizar mi dura expresión:
—Como te atrevas a volver a decir algo parecido, te morderé hasta la muerte.
Sabía que con lo orgulloso que era no permitiría que Matsumoto Akira se saliera con la suya y hacerle ver que estábamos juntos debía satisfacerle mucho, aun así, al igual que él, no me gustaba nada que hablara de esa manera sobre mí. Suspiré, eché a andar hacia donde nos esperaban los demás, pero antes me detuve a su lado, dándole la espalda, y agregué:
—Si quieres decir algo por estilo, demuéstralo de otra manera.
Dicho esto, seguí andando hasta llegar donde estaban los otros. El descanso había terminado y era hora de seguir con la sesión. Mientras escuchaba a Matsumoto Akira explicándonos lo que haríamos a continuación, lo miré con cierta curiosidad. Era bastante notable el cambio en su personalidad fuera y dentro del trabajo. Por lo visto, ahora quería tomar unas cuantas fotos en un banco. Como había estado lloviendo bastante durante todo el día, dos de las estilistas se habían asegurado de secarlo durante el descanso.
El herbívoro se sentó en el banco, con las piernas subidas al asiento y flexionadas a distinta altura, y apoyó un brazo en el respaldo del banco. Esperé hasta que se hubo colocado y me preparé mentalmente para disimular. Me subí al banco, gateé hasta él, dejé una pierna entre las de él, pasé la otra por encima de la que tenía flexionada a menor altura y me acerqué hasta dejar una peligrosa distancia entre ambos. En ese punto, Matsumoto Akira comenzó a hacer una foto tras otra y también en ese punto actué por mí mismo: le lamí la mejilla en sentido vertical en un gesto lento y mirando la cámara. Después, giré ligeramente la cabeza y le susurré al oído de modo que desde mi posición los otros no me vieran mover los labios:
—Ahora sí te estoy provocando.
Re: Sesión de fotos en kimono
Lo miré en silencio mientras se alejaba y curvé los labios en una sonrisa divertida, empezaba a entender mejor al enano cada día y eso me satisfacía, me gustaba sentirme así.
Después de unos minutos parado, lo seguí y poco después escuché a Matsumoto Akira comentándonos dónde haríamos la siguiente seción; ni siquiera dije nada cuando terminó de hablar, fui directamente hacia uno de los bancos del parque y me puse en una pose seductora e irresistible.
El enano se posicionó prácticamente encima de mí y contuve la respiración unos segundos después cuando me lamió la mejilla. Iba a matarlo ....
Atraje su cuerpo con un abrazo posesivo, luego deslicé parte del kimono por su hombro y cuando quedó al descubierto parte de el, lo mordí soltando un gruñido; esto se estaba volviendo muy peligroso y aunque escuchaba más alboroto de lo normal por parte del staff no me contuve para agarrarle del cabello, tirar de su cabeza hacia atrás y hundir mi cabeza en su cuello.
Pude escuchar un leve ronroneo de su parte y eso me hizo volver a la realidad... Tenía que mantener la calma o perderíamos el control ante las cámaras de video y fotografía.
—Te dije que no me provocaras... ¿Acaso quieres que te coma aquí mismo? —Dije susurrándole de la misma manera que él lo había hecho minutos antes.
Después de unos minutos parado, lo seguí y poco después escuché a Matsumoto Akira comentándonos dónde haríamos la siguiente seción; ni siquiera dije nada cuando terminó de hablar, fui directamente hacia uno de los bancos del parque y me puse en una pose seductora e irresistible.
El enano se posicionó prácticamente encima de mí y contuve la respiración unos segundos después cuando me lamió la mejilla. Iba a matarlo ....
Atraje su cuerpo con un abrazo posesivo, luego deslicé parte del kimono por su hombro y cuando quedó al descubierto parte de el, lo mordí soltando un gruñido; esto se estaba volviendo muy peligroso y aunque escuchaba más alboroto de lo normal por parte del staff no me contuve para agarrarle del cabello, tirar de su cabeza hacia atrás y hundir mi cabeza en su cuello.
Pude escuchar un leve ronroneo de su parte y eso me hizo volver a la realidad... Tenía que mantener la calma o perderíamos el control ante las cámaras de video y fotografía.
—Te dije que no me provocaras... ¿Acaso quieres que te coma aquí mismo? —Dije susurrándole de la misma manera que él lo había hecho minutos antes.
Re: Sesión de fotos en kimono
Estuve a punto de olvidarme de Matsumoto Akira y de los demás. Sí, yo había sido el primero en provocarlo, pero el herbívoro había sido mucho más descarado. No le respondí, simplemente me quedé mirándolo fijamente, analizando la posibilidad de seguir más allá sin levantar demasiadas sospechas. ...no, era inútil: la mirada de todo el staff estaba fija en nosotros. Suspiré suavemente, me alejé de él y miré de reojo a Matsumoto Akira al escucharlo hablar, quien disparó una última tira de fotos antes de bajar la cámara e indicar que habíamos terminado.
De inmediato, escuché las exclamaciones de admiración de las estilistas y algún que otro aplauso. Me quité de encima del herbívoro y me arreglé el kimono. La estilista que me había vestido se encontraba ya delante de mí.
—¡Habéis estado fantásticos! Estoy segura de que será todo un éxito —exclamaba, encantada.
Cerré los ojos y me crucé de brazos en un gesto de indiferencia. La verdad es que prefería que resultara un fracaso o que incluso decidieran no publicar la sesión, así no correría el riesgo de que volvieran a proponerme hacer algo parecido.
Las estilistas nos llevaron hasta la caravana, donde me desmaquillaron y me cambié. Cuando las estilistas se fueron, entró Matsumoto Akira. Estaba de nuevo serio y habló con cierta brusquedad cuando nos dijo que teníamos el resto del día libre y luego nos propuso acompañarlos a él y al resto del staff a tomar algo. Yo decliné la oferta de inmediato y después miré de reojo al herbívoro.
—Tenemos otros planes.
El herbívoro me miró sorprendido, quizá pensaba que era una excusa, pero no. Matsumoto Akira no insistió y yo esperé hasta que se fue para añadir:
—Tengo hambre y más vale que tú también porque no pienso volver sin comer antes.
De inmediato, escuché las exclamaciones de admiración de las estilistas y algún que otro aplauso. Me quité de encima del herbívoro y me arreglé el kimono. La estilista que me había vestido se encontraba ya delante de mí.
—¡Habéis estado fantásticos! Estoy segura de que será todo un éxito —exclamaba, encantada.
Cerré los ojos y me crucé de brazos en un gesto de indiferencia. La verdad es que prefería que resultara un fracaso o que incluso decidieran no publicar la sesión, así no correría el riesgo de que volvieran a proponerme hacer algo parecido.
Las estilistas nos llevaron hasta la caravana, donde me desmaquillaron y me cambié. Cuando las estilistas se fueron, entró Matsumoto Akira. Estaba de nuevo serio y habló con cierta brusquedad cuando nos dijo que teníamos el resto del día libre y luego nos propuso acompañarlos a él y al resto del staff a tomar algo. Yo decliné la oferta de inmediato y después miré de reojo al herbívoro.
—Tenemos otros planes.
El herbívoro me miró sorprendido, quizá pensaba que era una excusa, pero no. Matsumoto Akira no insistió y yo esperé hasta que se fue para añadir:
—Tengo hambre y más vale que tú también porque no pienso volver sin comer antes.
Re: Sesión de fotos en kimono
Nada más terminar la sesión fotográfica, nos felicitaron y nos llevaron a mi caravana, allí me arreglaron el cabello algo más normal y me cambié de ropa; me puse un traje de corbata pero de modo informal, la camisa iba por fuera del pantalón y la corbata no iba anudada adecuadamente, dándome un aspecto desaliñado pero sensual.
Al enano lo desmaquillaron y pidiéndome permiso antes le dejaron algo de mi ropa, mi complexión física era mayor que la suya al ser más alto así que casi toda mi ropa le quedaba bastante grande, aún así lo que eligió le quedaba genial: un pantalón oscuro y una camisa de color azul apagado.
Las estilistas encantadas con nosotros nos sonreían y antes de salir y dejarnos a solas nos observaron por una última vez antes de salir de la caravana; Luego entró Matsumoto Akira y miré sorprendido al enano cuando escuché la escusa que le había dicho.
Alcé una ceja confundido y no dije nada, luego ese idiota se fue y nos quedamos a solas. ¿Había sido sólo una escusa? ¿O era quizás que el enano me estaba pidiendo una cita? Aunque como era de esperar... A su manera...
—Si quieres que cenemos juntos no hace falta que me lo pidas con rodeos. —Sonreí maliciosamente contestándole con tono divertido y seguí—: Vamos, yo también tengo hambre.
Salí de la caravana y seguidamente nos montamos en el taxi que nos estaba esperando justo en la entrada del parque.
Al enano lo desmaquillaron y pidiéndome permiso antes le dejaron algo de mi ropa, mi complexión física era mayor que la suya al ser más alto así que casi toda mi ropa le quedaba bastante grande, aún así lo que eligió le quedaba genial: un pantalón oscuro y una camisa de color azul apagado.
Las estilistas encantadas con nosotros nos sonreían y antes de salir y dejarnos a solas nos observaron por una última vez antes de salir de la caravana; Luego entró Matsumoto Akira y miré sorprendido al enano cuando escuché la escusa que le había dicho.
Alcé una ceja confundido y no dije nada, luego ese idiota se fue y nos quedamos a solas. ¿Había sido sólo una escusa? ¿O era quizás que el enano me estaba pidiendo una cita? Aunque como era de esperar... A su manera...
—Si quieres que cenemos juntos no hace falta que me lo pidas con rodeos. —Sonreí maliciosamente contestándole con tono divertido y seguí—: Vamos, yo también tengo hambre.
Salí de la caravana y seguidamente nos montamos en el taxi que nos estaba esperando justo en la entrada del parque.
Gakuen Shiroi :: Ciudad :: Parque
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