Un simple restaurante [cerrado]
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Un simple restaurante [cerrado]
Terminé por volver a las calles de restaurantes y me decidí por uno más normal y tradicional, japonés. En cuanto entré, una camarera se me acercó con una amplia sonrisa y me señaló una mesa. Su sonrisa se tornó preocupada al ver a Hibird, que iba en mi hombro.
—Lo siento, no se permite la entrada de ningún tipo de animal...
Crucé por su lado sin decir palabra ni importarme lo más mínimo lo que había dicho y me senté en la mesa que me había indicado. Ella se me acercó, notablemente nerviosa, e insistió. Yo la interrumpí indicándole mi pedido con voz brusca y, cuando ella abrió la boca para volver a replicar, le lancé una mirada fulminante. Ella tragó saliva y se alejó a toda prisa tras apuntar mi pedido, temblorosa.
Me crucé de brazos y esperé pacientemente. Me di cuenta de que los demás clientes me estaban mirando y murmuraban por lo bajo. Al cabo de pocos minutos, llegó mi pedido —la camarera no volvió a insistir— y comencé a comer tranquilamente.
Hibird bajó de mi hombro; aparté un poco de arroz y lo observé comer con mirada ausente. En ese momento, un hombre se detuvo ante mí, ceñudo. Comprendí que era el gerente del local; la camarera nos miraba disimuladamente.
—Nada de animales. Si no quieres obligarme a echarte, saca a ese pájaro de aquí.
Me incorporé con el único pensamiento de ir al baño; él debió pensar otra cosa, porque tragó saliva, pero se esforzó por mantener la compostura. Crucé por su lado en dirección al baño, el tipo se giró y me cogió del brazo. Reaccioné de inmediato, lo miré por encima del hombro y saqué una tonfa con gesto amenazante.
—No me molestes y no tendrás ningún problema —le espeté.
El tipo me soltó de inmediato, temblando, y yo seguí mi camino hacia el baño.
—Lo siento, no se permite la entrada de ningún tipo de animal...
Crucé por su lado sin decir palabra ni importarme lo más mínimo lo que había dicho y me senté en la mesa que me había indicado. Ella se me acercó, notablemente nerviosa, e insistió. Yo la interrumpí indicándole mi pedido con voz brusca y, cuando ella abrió la boca para volver a replicar, le lancé una mirada fulminante. Ella tragó saliva y se alejó a toda prisa tras apuntar mi pedido, temblorosa.
Me crucé de brazos y esperé pacientemente. Me di cuenta de que los demás clientes me estaban mirando y murmuraban por lo bajo. Al cabo de pocos minutos, llegó mi pedido —la camarera no volvió a insistir— y comencé a comer tranquilamente.
Hibird bajó de mi hombro; aparté un poco de arroz y lo observé comer con mirada ausente. En ese momento, un hombre se detuvo ante mí, ceñudo. Comprendí que era el gerente del local; la camarera nos miraba disimuladamente.
—Nada de animales. Si no quieres obligarme a echarte, saca a ese pájaro de aquí.
Me incorporé con el único pensamiento de ir al baño; él debió pensar otra cosa, porque tragó saliva, pero se esforzó por mantener la compostura. Crucé por su lado en dirección al baño, el tipo se giró y me cogió del brazo. Reaccioné de inmediato, lo miré por encima del hombro y saqué una tonfa con gesto amenazante.
—No me molestes y no tendrás ningún problema —le espeté.
El tipo me soltó de inmediato, temblando, y yo seguí mi camino hacia el baño.
Última edición por Hibari Kyouya el Jue Dic 31, 2009 8:35 pm, editado 1 vez
Re: Un simple restaurante [cerrado]
Anduve por las calles sin un rumbo fijo durante un buen rato, el aire frío de invierno me había despejado un poco y eso me hacía sentir mas calmado, seguí andando hasta llegar a un restaurante tradicional, el cuerpo me pedía comer algo de comida de mi país.
Entré con parsimonia y antes de que me diera cuenta vi a una chica joven delante de mí.
—¡Bienvenido! Puede sentarse dónde le apetezca, lo atenderemos en un momento. —me miró con una sonrisa dulce en sus labios, esperando.
Asentí y anduve por el pequeño salón hasta una mesa del fondo, me senté en la silla y esperé, al poco tiempo vino otra chica y me fijé que sus compañeras nos observaba tímidamente mientras murmuraban algo, rodé los ojos suponiendo que me habían reconocido y miré a la camarera que tenía delante.
—¿H-ha decidido ya, señor? —su sonrojo era bastante perceptible.
—sí, Omu-raisu y de bebida sake.
Apuntó lo que le dije en la comanda y me hizo una reverencia mientras se iba, la seguí con la vista y cuando llegó dónde estaban sus compañeras sonreí divertido por lo que estaban formando, una de las chicas miraba furtivamente de sus compañeras hacia mí, otra no dejaba de preguntarle a la camarera que me había atendido y la otra chica hacía gesto exagerados como si estuviera explicándole la experiéncia de haberme tenido delante, suspiré y cerré los ojos descansando en el respaldo de la silla, la verdad esque no esperaba que me reconocieran tanto, estaba sorprendido.
A los segundos vi como un hombre mayor les llamaba la atención y miraba preocupado por toda la estancía como buscando algo, parecía nervioso y asustado. Cansado de esperar me levanté para ir al baño, necesitaba vaciar la vejiga.
Al llegar al baño de hombres abrí la puerta y estreché mi mirada al ver una figura de sobra conocida, joder ¿esque no podía perderlo de vista ni fuera del insituto? todo el poco tiempo que había estado paseando, había logrado no pensar en nada, olvidando lo que hizo Ishikawa Daisuke, pero lo que más me alivió fue que tampoco pensé en ese bastardo. Todo había sido en vano, al verlo de nuevo todos los pensamientos que había intentado olvidar acudieron a mi mente de forma vertiginosa, mantuve la calma y cerré la puerta lentamente a la vez que lo miraba inexpresivamente.
—¿Estás siguiéndome?
Entré con parsimonia y antes de que me diera cuenta vi a una chica joven delante de mí.
—¡Bienvenido! Puede sentarse dónde le apetezca, lo atenderemos en un momento. —me miró con una sonrisa dulce en sus labios, esperando.
Asentí y anduve por el pequeño salón hasta una mesa del fondo, me senté en la silla y esperé, al poco tiempo vino otra chica y me fijé que sus compañeras nos observaba tímidamente mientras murmuraban algo, rodé los ojos suponiendo que me habían reconocido y miré a la camarera que tenía delante.
—¿H-ha decidido ya, señor? —su sonrojo era bastante perceptible.
—sí, Omu-raisu y de bebida sake.
Apuntó lo que le dije en la comanda y me hizo una reverencia mientras se iba, la seguí con la vista y cuando llegó dónde estaban sus compañeras sonreí divertido por lo que estaban formando, una de las chicas miraba furtivamente de sus compañeras hacia mí, otra no dejaba de preguntarle a la camarera que me había atendido y la otra chica hacía gesto exagerados como si estuviera explicándole la experiéncia de haberme tenido delante, suspiré y cerré los ojos descansando en el respaldo de la silla, la verdad esque no esperaba que me reconocieran tanto, estaba sorprendido.
A los segundos vi como un hombre mayor les llamaba la atención y miraba preocupado por toda la estancía como buscando algo, parecía nervioso y asustado. Cansado de esperar me levanté para ir al baño, necesitaba vaciar la vejiga.
Al llegar al baño de hombres abrí la puerta y estreché mi mirada al ver una figura de sobra conocida, joder ¿esque no podía perderlo de vista ni fuera del insituto? todo el poco tiempo que había estado paseando, había logrado no pensar en nada, olvidando lo que hizo Ishikawa Daisuke, pero lo que más me alivió fue que tampoco pensé en ese bastardo. Todo había sido en vano, al verlo de nuevo todos los pensamientos que había intentado olvidar acudieron a mi mente de forma vertiginosa, mantuve la calma y cerré la puerta lentamente a la vez que lo miraba inexpresivamente.
—¿Estás siguiéndome?
Re: Un simple restaurante [cerrado]
Estaba frente al espejo, observando en mi reflejo la marca de mi cuello cuando se abrió la puerta del baño. No presté atención al recién llegado hasta que reconocí la voz de mi compañero. Fruncí el ceño, notablemente cabreado, giré la cabeza hacia él y lo fulminé con la mirada.
—¿Seguirte? —repetí, hablando con lentitud—. No eres el indicado para decirlo, yo he llegado a este sitio antes que tú, es culpa tuya por venir también.
Me alejé del espejo, me giré por completo y me detuve a pocos metros de él. Endurecí mi expresión; no le haría ninguna gracia encontrarme allí, pero era yo el que debía estar —y estaba— enfadado. Estaba harto de terminar siempre en el mismo lugar que él.
—¿Qué estás haciendo aquí? Este restaurante está en la dirección contraria a la cafetería donde estuviste antes, lo elegí precisamente por eso.
Me di cuenta demasiado tarde de que había cometido un error. No debería haberle dicho que lo había visto en aquella cafetería...
—¿Seguirte? —repetí, hablando con lentitud—. No eres el indicado para decirlo, yo he llegado a este sitio antes que tú, es culpa tuya por venir también.
Me alejé del espejo, me giré por completo y me detuve a pocos metros de él. Endurecí mi expresión; no le haría ninguna gracia encontrarme allí, pero era yo el que debía estar —y estaba— enfadado. Estaba harto de terminar siempre en el mismo lugar que él.
—¿Qué estás haciendo aquí? Este restaurante está en la dirección contraria a la cafetería donde estuviste antes, lo elegí precisamente por eso.
Me di cuenta demasiado tarde de que había cometido un error. No debería haberle dicho que lo había visto en aquella cafetería...
Re: Un simple restaurante [cerrado]
Le devolví la misma mirada con la que él me estaba mirando, aunqué la cambié a una más bien socarrona cuando lo escuché.
—Así que he acertado. —sonreí con prepotencia—. Me estás siguiendo.
Me apoyé en la pared justo al lado de la puerta y me crucé de brazos, si me había visto en la cafetería seguramente también había visto la escena que ocurrió con Ishikawa Daisuke, lo fulminé con la mirada y pasé por su lado andando hasta el orinal, me bajé la cremallera y vacié mi vejiga, luego rodé los ojos hacia él con desgana.
—Si hubiera sabido que estabas aquí no habría entrado.
Suponía que al decirme eso, él tenía las mismas ganas de encontrarse conmigo como las que yo tenía de encontrarme con él, ninguna.
Me alejé del orinal, me subí la cremellera, anduve hasta el lavamanos y me las lavé con jabón.
—Así que he acertado. —sonreí con prepotencia—. Me estás siguiendo.
Me apoyé en la pared justo al lado de la puerta y me crucé de brazos, si me había visto en la cafetería seguramente también había visto la escena que ocurrió con Ishikawa Daisuke, lo fulminé con la mirada y pasé por su lado andando hasta el orinal, me bajé la cremallera y vacié mi vejiga, luego rodé los ojos hacia él con desgana.
—Si hubiera sabido que estabas aquí no habría entrado.
Suponía que al decirme eso, él tenía las mismas ganas de encontrarse conmigo como las que yo tenía de encontrarme con él, ninguna.
Me alejé del orinal, me subí la cremellera, anduve hasta el lavamanos y me las lavé con jabón.
Re: Un simple restaurante [cerrado]
No estaba de humor para soportar sus bromas, mucho menos para tolerarlas. Endurecí la expresión y lo seguí con la mirada cuando cruzó junto a mí. Le di la espalda hasta que escuché el sonido del agua, entonces, me giré y le espeté con frialdad:
—Te aseguro que yo tampoco habría ido a aquella cafetería si llego a saber que tú estabas allí.
Sobre todo porque si hubiera sido otro cliente con el que mi compañero no tuviera ningún problema —imaginaba que aquel chico era un acosador, se habría encaprichado de él y ahora hacía lo imposible por volver a pasar una noche con él—, la escena habría resultado aún más repugnante. El sólo hecho de recordar que aquel tipo se había atrevido a dirigirse a mí preguntando por el inútil de mi compañero me hizo sentir aún más furioso.
—A propósito, si otro de tus clientes se atreve a volver a dirigirse a mí, él no será el único que recibirá una paliza... —Entorné los ojos y añadí—: Tú correrás la misma suerte.
—Te aseguro que yo tampoco habría ido a aquella cafetería si llego a saber que tú estabas allí.
Sobre todo porque si hubiera sido otro cliente con el que mi compañero no tuviera ningún problema —imaginaba que aquel chico era un acosador, se habría encaprichado de él y ahora hacía lo imposible por volver a pasar una noche con él—, la escena habría resultado aún más repugnante. El sólo hecho de recordar que aquel tipo se había atrevido a dirigirse a mí preguntando por el inútil de mi compañero me hizo sentir aún más furioso.
—A propósito, si otro de tus clientes se atreve a volver a dirigirse a mí, él no será el único que recibirá una paliza... —Entorné los ojos y añadí—: Tú correrás la misma suerte.
Re: Un simple restaurante [cerrado]
Lo mire por encima del hombro mientras me secaba las manos, me hizo fruncir el ceño al escucharlo ¿cliente? no pensaría que yo era...
Cerré los ojos intentando calmarme y me volví para encararlo, guié mis pasos hasta quedar a un palmo de él y le miré duramente, estaba tan enfadado que pensaba que la única manera de aliviarme era dándole una paliza.
—¿Cliente? —Fruncí el ceño mirándolo fijamente—. ¿Qué cliente? —seguí preguntando rudamente—. ¿Estás pensando que soy un maldito chapero, bastardo? —mi mirada se endureció lo suficiente como para saber que estaba realmente cabreado.
Estaba claro que ese maldito imbécil pensaba que yo era un chapero, pero aún así le pregunté. Me contuve todo lo que pude para no molerlo a golpes ahí mismo, pensaba que si lo hacía, sólo pensaría que era verdad.
Lo que me extrañó es lo que dijo a continuación. ¿Se había encontrado con Ishikawa Daisuke y le había dado una paliza? bueno, ya lo conocía lo suficiente como para saber que golpea con sus tofas a quién le molesta lo más mínimo, pero la verdad dubaba que Ishikawa Daisuke lo molestara para que llegara a eso, suspiré cansinamente y luego lo aparté bruscamente de mi camino andando hasta la puerta para salir.
Cerré los ojos intentando calmarme y me volví para encararlo, guié mis pasos hasta quedar a un palmo de él y le miré duramente, estaba tan enfadado que pensaba que la única manera de aliviarme era dándole una paliza.
—¿Cliente? —Fruncí el ceño mirándolo fijamente—. ¿Qué cliente? —seguí preguntando rudamente—. ¿Estás pensando que soy un maldito chapero, bastardo? —mi mirada se endureció lo suficiente como para saber que estaba realmente cabreado.
Estaba claro que ese maldito imbécil pensaba que yo era un chapero, pero aún así le pregunté. Me contuve todo lo que pude para no molerlo a golpes ahí mismo, pensaba que si lo hacía, sólo pensaría que era verdad.
Lo que me extrañó es lo que dijo a continuación. ¿Se había encontrado con Ishikawa Daisuke y le había dado una paliza? bueno, ya lo conocía lo suficiente como para saber que golpea con sus tofas a quién le molesta lo más mínimo, pero la verdad dubaba que Ishikawa Daisuke lo molestara para que llegara a eso, suspiré cansinamente y luego lo aparté bruscamente de mi camino andando hasta la puerta para salir.
Re: Un simple restaurante [cerrado]
Le sostuve la mirada sin suavizarla lo más mínimo. Mi única reacción a lo que dijo fue un leve gesto con las cejas; ¿era posible que me hubiera hecho una idea equivocada? Rememoré el día en que apaleé a los yakuza que sin duda había enviado el tipejo con el que mi compañero había estado discutiendo, ¿acaso me estaba diciendo que aquel tipo no era otro de sus clientes, aún más posesivo y enfermo que el chico de la cafetería?
No lo creí. Mentía, seguro. Su mirada destellaba con ira, lo cual era lógico ya que yo acababa de descubrir algo que sin duda no le hacía ninguna gracia que alguien supiera. Aquello me dio una gran idea: si lo negaba hasta tal punto, aparte de ser verdad —o una verdad a medias, no estaba del todo seguro—, era algo que podía utilizar a mi favor cuando se presentara la ocasión.
Por un momento creí que fuera a golpearme; que lo hiciera, si se atrevía. Lo estaba esperando, aquella vez no me pillaría desprevenido. Para mi decepción, no trató de atacarme. Esperé a que llegara hasta la puerta para decir:
—Me da igual si lo eres, así que no tienes por qué hacerme creer que no, pero que te quede claro que no quiero que me involucres en tus asuntos.
Después, yo también me dirigí hacia la puerta para volver a mi mesa.
No lo creí. Mentía, seguro. Su mirada destellaba con ira, lo cual era lógico ya que yo acababa de descubrir algo que sin duda no le hacía ninguna gracia que alguien supiera. Aquello me dio una gran idea: si lo negaba hasta tal punto, aparte de ser verdad —o una verdad a medias, no estaba del todo seguro—, era algo que podía utilizar a mi favor cuando se presentara la ocasión.
Por un momento creí que fuera a golpearme; que lo hiciera, si se atrevía. Lo estaba esperando, aquella vez no me pillaría desprevenido. Para mi decepción, no trató de atacarme. Esperé a que llegara hasta la puerta para decir:
—Me da igual si lo eres, así que no tienes por qué hacerme creer que no, pero que te quede claro que no quiero que me involucres en tus asuntos.
Después, yo también me dirigí hacia la puerta para volver a mi mesa.
Re: Un simple restaurante [cerrado]
Estuve a una milésima de agarrarlo del brazo y estamparlo contra la pared dándole un buen puñetazo, no sé que me detuvo, pero no hice nada, lo vi pasar tranquilamente por mi lado y lo seguí clavándole la mirada en la nunca, fulminándolo con la mirada, me senté en mi mesa y maldije en mi fuero interno, ¿es qué también tenía que soportar su cara incluso comiendo? aparté la mirada de él y la fijé en la camarera que traía el plato que le había pedido.
—Perdone la tardanza, señor. Que aproveche. —me sirvió el plato con la botella de sake y me miró titubeante mientras juntaba sus dedos índices tímidamente.
—¿Qué? —pregunté secamente mientras cogía los palillos y me llevaba un trozo de tortilla a la boca.
—V-verá...mis amigas y yo queremos pedirle un favor Arakami-san... —estreché los ojos y la miré fijamente, como había supuesto me habían reconocido antes—. ¿Podemos echarnos unas fotos con usted? —sus ojos brillaban intensamente mientras juntaba sus manos y las ponía sobre su pecho.
Suspiré y dejé los palillos en la mesa, me crucé de piernas y extendí un brazo por el respaldo de la silla.
—Siéntate a mi lado y empecemos antes de que se me enfrie la comida.
La camarera se sonrojó violentamente y se giró para llamar entusiasmada a sus compañeras, vinieron todas rápidamente y la chica de antes se sentó a mi lado tímidamente, se pegó a mí y sonrió, yo miré a la cámara que tenía la chica de enfrente y sonreí de medio lado, luego fueron intercambiando posiciones hasta que me hice las fotos con todas.
—¡Muchas gracias! —dijeron al unísono y se alejaron hablando eufóricamente, escuché que unas decían que era más guapo y sexy en persona, otras que estaban muy felices porque serían la envidia de sus amigas, pero lo que más me llamó la atención fue lo que dijo una de las chicas.
—Ahh~~ ¿No creeis que hace muy buena pareja con el chico moreno que está sentado a su lado? me encantaría hacerle unas fotos juntos mientras se besan~
Miré de reojo a mi compañero de habitación y lo fulminé con la mirada. ¿Qué hacía buena pareja con ese enano? y una mierda...
mi vista se fijó ahora en mi comida, cogí los palillos y me metí otro trozo en la boca seguido de un trago de sake, aún escuchaba a las chicas murmurar entusiasmadas y junto con el mosqueo que tenía de antes y esuchar que pensaban que hacía pareja con ese idiota me hizo soltar los palillos bruscamente en la mesa llamando la atención por el golpe que dí, las fulminé con la mirada mientras les hablaba rudamente.
—Sois una molestía. ¿Es qué no se puede comer tranquilo en este restaurante?
Las chicas me miraron sorprendidas y entraron en la cocina con la cabeza gacha, suspiré cansinamente y volví a darle un trago al sake.
—Joder...
—Perdone la tardanza, señor. Que aproveche. —me sirvió el plato con la botella de sake y me miró titubeante mientras juntaba sus dedos índices tímidamente.
—¿Qué? —pregunté secamente mientras cogía los palillos y me llevaba un trozo de tortilla a la boca.
—V-verá...mis amigas y yo queremos pedirle un favor Arakami-san... —estreché los ojos y la miré fijamente, como había supuesto me habían reconocido antes—. ¿Podemos echarnos unas fotos con usted? —sus ojos brillaban intensamente mientras juntaba sus manos y las ponía sobre su pecho.
Suspiré y dejé los palillos en la mesa, me crucé de piernas y extendí un brazo por el respaldo de la silla.
—Siéntate a mi lado y empecemos antes de que se me enfrie la comida.
La camarera se sonrojó violentamente y se giró para llamar entusiasmada a sus compañeras, vinieron todas rápidamente y la chica de antes se sentó a mi lado tímidamente, se pegó a mí y sonrió, yo miré a la cámara que tenía la chica de enfrente y sonreí de medio lado, luego fueron intercambiando posiciones hasta que me hice las fotos con todas.
—¡Muchas gracias! —dijeron al unísono y se alejaron hablando eufóricamente, escuché que unas decían que era más guapo y sexy en persona, otras que estaban muy felices porque serían la envidia de sus amigas, pero lo que más me llamó la atención fue lo que dijo una de las chicas.
—Ahh~~ ¿No creeis que hace muy buena pareja con el chico moreno que está sentado a su lado? me encantaría hacerle unas fotos juntos mientras se besan~
Miré de reojo a mi compañero de habitación y lo fulminé con la mirada. ¿Qué hacía buena pareja con ese enano? y una mierda...
mi vista se fijó ahora en mi comida, cogí los palillos y me metí otro trozo en la boca seguido de un trago de sake, aún escuchaba a las chicas murmurar entusiasmadas y junto con el mosqueo que tenía de antes y esuchar que pensaban que hacía pareja con ese idiota me hizo soltar los palillos bruscamente en la mesa llamando la atención por el golpe que dí, las fulminé con la mirada mientras les hablaba rudamente.
—Sois una molestía. ¿Es qué no se puede comer tranquilo en este restaurante?
Las chicas me miraron sorprendidas y entraron en la cocina con la cabeza gacha, suspiré cansinamente y volví a darle un trago al sake.
—Joder...
Última edición por Arakami Sasuke el Miér Dic 30, 2009 6:37 pm, editado 1 vez
Re: Un simple restaurante [cerrado]
Cuando llegué a mi mesa, me di cuenta de que Hibird no estaba; habría pensado que se habría ido si no fuera porque el restaurante no estaba al aire libre... Miré con sorpresa a mi compañero de habitación cuando se sentó en la mesa contigua, justo a mi lado. De inmediato, la sorpresa dio paso a la molestia. ¿No podría haber elegido otra mesa?
Al escuchar la estúpida conversación que mi compañero mantenía con las camareras, entorné los ojos. ¿Foto? ¿Más guapo y sexy en persona...? Lo miré de reojo y medité. Había pensado que de verdad se acostaba con hombres por dinero y él se había ofendido... Quizá no fuera simplemente eso... Era probable que se dedicara a algo similar y que además le diera fama. No comprendí, pues, por qué se había ofendido: ¿no era peor acostarse con hombres delante de una cámara que hacerlo simplemente por dinero y —normalmente— en la intimidad?
Las camareras empezaron a cotillear. Sólo les presté atención cuando escuché aquello de que él y yo hacíamos buena pareja. Sentí la mirada de mi compañero clavada en mí y yo se la devolví con la misma dureza. Estaba empezando a cabrearme de verdad y el que aquellas estúpidas mujeres continuaran murmurando dentro de la cocina terminó con mi paciencia. Me puse en pie con lentitud, caminé hasta la cocina y abrí la puerta con brusquedad. Ellas se sobresaltaron y retrocedieron, abrazadas las unas a las otras.
—¿Dónde está mi pájaro? —pregunté.
Ellas me miraron en un primer momento con sorpresa; no se esperaban esa pregunta y sólo tenía que ver sus caras para saber que sabían algo.
—No está dentro del restaurante y es imposible que haya salido fuera por sí sólo, ¿verdad? —continué.
No me contestaron y cuando di un paso hacia ellas soltaron un grito. De pronto, el gerente apareció a mi lado y me espetó:
—Por culpa de tu comportamiento, los demás clientes se están marchando; lo siento, pero tengo que pedirte que te vayas.
Lo miré de reojo, aún más ceñudo, saqué mis dos tonfas y con un rápido gesto le puse una entre los ojos. El hombre se cayó de espaldas, miró a su alrededor, asustado, y clavó la mirada en algo que había detrás de mí.
—¡Fue... fue él! —exclamó con voz temblorosa—. ¡Yo lo vi! ¡Se llevó a tu pájaro!
No era necesario preguntar a quién se refería. Rodé las pupilas con lentitud hacia mi compañero, me acerqué a él y, con las tonfas fuertemente sujetas, le dije con ira:
—¿Qué tienes que ver tú en todo esto?
Al escuchar la estúpida conversación que mi compañero mantenía con las camareras, entorné los ojos. ¿Foto? ¿Más guapo y sexy en persona...? Lo miré de reojo y medité. Había pensado que de verdad se acostaba con hombres por dinero y él se había ofendido... Quizá no fuera simplemente eso... Era probable que se dedicara a algo similar y que además le diera fama. No comprendí, pues, por qué se había ofendido: ¿no era peor acostarse con hombres delante de una cámara que hacerlo simplemente por dinero y —normalmente— en la intimidad?
Las camareras empezaron a cotillear. Sólo les presté atención cuando escuché aquello de que él y yo hacíamos buena pareja. Sentí la mirada de mi compañero clavada en mí y yo se la devolví con la misma dureza. Estaba empezando a cabrearme de verdad y el que aquellas estúpidas mujeres continuaran murmurando dentro de la cocina terminó con mi paciencia. Me puse en pie con lentitud, caminé hasta la cocina y abrí la puerta con brusquedad. Ellas se sobresaltaron y retrocedieron, abrazadas las unas a las otras.
—¿Dónde está mi pájaro? —pregunté.
Ellas me miraron en un primer momento con sorpresa; no se esperaban esa pregunta y sólo tenía que ver sus caras para saber que sabían algo.
—No está dentro del restaurante y es imposible que haya salido fuera por sí sólo, ¿verdad? —continué.
No me contestaron y cuando di un paso hacia ellas soltaron un grito. De pronto, el gerente apareció a mi lado y me espetó:
—Por culpa de tu comportamiento, los demás clientes se están marchando; lo siento, pero tengo que pedirte que te vayas.
Lo miré de reojo, aún más ceñudo, saqué mis dos tonfas y con un rápido gesto le puse una entre los ojos. El hombre se cayó de espaldas, miró a su alrededor, asustado, y clavó la mirada en algo que había detrás de mí.
—¡Fue... fue él! —exclamó con voz temblorosa—. ¡Yo lo vi! ¡Se llevó a tu pájaro!
No era necesario preguntar a quién se refería. Rodé las pupilas con lentitud hacia mi compañero, me acerqué a él y, con las tonfas fuertemente sujetas, le dije con ira:
—¿Qué tienes que ver tú en todo esto?
Re: Un simple restaurante [cerrado]
Levanté la vista hacia él con parsimonia al oirlo, no había prestado mucha atención a lo que había pasado, pero parecía que mi compañero de habitación la había armado grande, escuché como el encargado con voz asustada echaba la culpa a otra persona y no caí en quién hasta que mi compañero se dirigió a mí. Suspiré y mientras me cruzaba de piernas lo miré con desinterés; ya me encargaría del encargado más tarde.
—¿Qué? —pregunté rudamente entrecerrando la mirada sin entender muy bien a que se refería—. ¿Es que tú también vas a joderme la comida? No tengo nada que ver con tu vida y menos aún me interesan tus asuntos, así que pasa de mí de una puta vez, joder.
Ésto había sido lo peor que podía pasar ahora, ya estaba de un humor de perros sin que me entrometieran en estúpideces de ese tipo y esto sólo hizo incrementar ese enfado.
Giré mi rostro dando por terminada la conversación y segundos más tarde me levanté y anduve elegantemente hasta el encargado y las demás trabajadoras.
—Creo que me debe una explicación. ¿qué es eso de que me llevé su pájaro? —me crucé de brazos y esperé mirándolo con ira.
—¿D-de qué habla? ha sido usted el que se llevó el pajaro de ese chico...no tiene que disimular, señor...nos meterá en un lío... —se rascó la nuca mientras ponía una mueca forzada en su rostro, yo endurecí la mirada y lo agarré de la solapa de la camisa.
—Si eres un maldito cobarde, no es mi problema, ha escogido muy mal a quién echar la culpa de su estúpidez, encargado-san... —lo solté brúscamente y él empezó a tambalearse hasta caer al suelo, me miró con pánico y yo seguí hablando con ira:
—Me iré sin pagar, es lo mínimo que puede ofrecerme por meterme en ésto. —Giré y le di la espalda, luego miré a mi compañero de reojo y puse una mueca de enfado mientras salía del restaurante con parsimonia.
—¿Qué? —pregunté rudamente entrecerrando la mirada sin entender muy bien a que se refería—. ¿Es que tú también vas a joderme la comida? No tengo nada que ver con tu vida y menos aún me interesan tus asuntos, así que pasa de mí de una puta vez, joder.
Ésto había sido lo peor que podía pasar ahora, ya estaba de un humor de perros sin que me entrometieran en estúpideces de ese tipo y esto sólo hizo incrementar ese enfado.
Giré mi rostro dando por terminada la conversación y segundos más tarde me levanté y anduve elegantemente hasta el encargado y las demás trabajadoras.
—Creo que me debe una explicación. ¿qué es eso de que me llevé su pájaro? —me crucé de brazos y esperé mirándolo con ira.
—¿D-de qué habla? ha sido usted el que se llevó el pajaro de ese chico...no tiene que disimular, señor...nos meterá en un lío... —se rascó la nuca mientras ponía una mueca forzada en su rostro, yo endurecí la mirada y lo agarré de la solapa de la camisa.
—Si eres un maldito cobarde, no es mi problema, ha escogido muy mal a quién echar la culpa de su estúpidez, encargado-san... —lo solté brúscamente y él empezó a tambalearse hasta caer al suelo, me miró con pánico y yo seguí hablando con ira:
—Me iré sin pagar, es lo mínimo que puede ofrecerme por meterme en ésto. —Giré y le di la espalda, luego miré a mi compañero de reojo y puse una mueca de enfado mientras salía del restaurante con parsimonia.
Re: Un simple restaurante [cerrado]
Aquel asunto me estaba cabreando cada vez más. Primero el gerente decía que había sido mi compañero el que se había llevado a Hibird y ahora ese inútil lo negaba. Me daba igual quién de los dos hubiera sido: los mordería hasta la muerte a los dos. Fulminé con la mirada a mi compañero hasta que abandonó el restaurante y seguidamente la desvié hacia el gerente, que se sobresaltó.
—Secuestro, mentiras y chantaje... —resumí, entornando los ojos—. Te morderé hasta la muerte.
Me acerqué más al gerente y partí en dos de un golpe la mesa que había a su lado. Aquella sabandija se apresuró a esconderse debajo de la mesa contigua y se cubrió la cabeza con las manos. Yo caminé hacia él con parsimonia y volví a alzar las tonfas. Justo antes de que lo golperara, la camarera que me había recibido al entrar allí se me acercó a toda prisa.
—¡Por favor, deténgase! ¡No... n-no sabemos qué ha pasado con su pájaro! ¡No lo hemos visto desde que Arakami-san entró, créame!
La miré fijamente, volví la mirada hacia la puerta y medité. Fuera verdad o no, estaba seguro de que mi compañero había tenido algo que ver y no pensaba dejar que se saliera con la suya. Caminé en dirección a la salida sin la menor intención de pagar mientras pensaba dónde podría haber ido aquel inútil.
—Secuestro, mentiras y chantaje... —resumí, entornando los ojos—. Te morderé hasta la muerte.
Me acerqué más al gerente y partí en dos de un golpe la mesa que había a su lado. Aquella sabandija se apresuró a esconderse debajo de la mesa contigua y se cubrió la cabeza con las manos. Yo caminé hacia él con parsimonia y volví a alzar las tonfas. Justo antes de que lo golperara, la camarera que me había recibido al entrar allí se me acercó a toda prisa.
—¡Por favor, deténgase! ¡No... n-no sabemos qué ha pasado con su pájaro! ¡No lo hemos visto desde que Arakami-san entró, créame!
La miré fijamente, volví la mirada hacia la puerta y medité. Fuera verdad o no, estaba seguro de que mi compañero había tenido algo que ver y no pensaba dejar que se saliera con la suya. Caminé en dirección a la salida sin la menor intención de pagar mientras pensaba dónde podría haber ido aquel inútil.
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