A por una deliciosa comida~

Miro alrededor, rascandome distraidamente la nuca.
-Segun dijo el tipo de recepción...había un italiano bastante bueno por aquí.-repongo, mientras continuo mirando los diversos locales.

Me fijaba tanto como el, mirando los locales.
- Pues no lo veo... caminemos un poco mas a ver.-
Tenia ganas de tomar su mano, pero me contuve.

Asentí, continuando con la caminata mientras miraba antentamente.
-Ya se podía haber explicado mejor.-chasqueo la lengua, con algo de molestia.

- Bueno algun dia lo encontraremos.-
Seguimos caminando y veo algo raro.
- ¿Quizas sera ese? -

Me detengo y miro hacia el lugar que me dice, viendo efectivamente un italiano pero...
-Por lo que dijo el tipo ese me lo imaginaba más...pomposo, pero así está muy bien.-repongo, con una ceja alzada y como si nada, rodeo con el brazo los hombros de Ryo, encaminandonos hacia el sitio.

Al parecer Menou se esperba otra cosa, pero simplemente asenti con la cabeza, entrando dentro del local. Que estaba con un par de mesas llenas unicamente.
- ¿En donde te quieres sentar? -

Miro alrededor, alegrandome de que no estuviese muy lleno. A parte de poder elegir donde sentarnos, el ambiente calmado que había me agradaba.
-Junto a la ventana.-digo, llevandolo hasta la mesa elegida y, quitando mi brazo que está alrededor de su hombro, tomo la silla y la retiro, instandolo a sentarse con una sonrisa picarona.

Asenti, y me deje llevar por el a una mesa junto a la ventana.
- Gracias...Muy amable...-
Dije timidamente, mientras me sentaba y el me acercaba la silla.

Una vez sentado, hice yo lo mismo, quedando ambos frente a frente.
-Veamos que tienen por aquí...-digo, tomando el menú entre mis manos y echandole un vistazo.

Sonrei feliz al tomar la carta, todavia me parecia todo un sueño lo que estaba pasando a mi alrededor, Menou es maravilloso.
- Um... de beber tomare agua, y de comer... pasta a la Carbonara. ¿Y tu?-

-Um...-continué mirando la carta unos segundos más, antes de dejarla abierta sobre la mesa-Creo que pediré Spaguetti al Forno.
Hago un gesto con la mano, y al poco un camarero se acerca, al cual le digo la orden y le señalo en la carta uno de los vinos, para seguidamente marcharse con la orden.

El me dijo que era lo que iba a pedir, llamo al camarero y pidio nuestra comida, pero el pidio vino.
- Um... tu eres de tomar vinos ¿eh? No se porque, pero te pega mucho.-

Apoyo los codos en la mesa y la barbilla en las manos entrelazadas, mirandole con una ceja ligeramente alzada.
-¿Tu crees? Es una costumbre que he cogido sin darme cuenta.

- Es una costumbre bonita ... te queda. -
Me quede mirandolo fijamente al igual que el.
- Este sitio es muy tranquilito... me gusta.-

-Yo creo que más bien me hace parecer un viejo, y tampoco soy tan mayor.-sonrío de lado.-Si. Hay que reconocer que se está bastante bien aquí. Como decía una amiga mía: no hay nada como un buen ambiente, para disfrutar de una buena comida.

Me quede mirandolo, una amiga, eso me dio algo de celos, pero no me quedaba otra que aguantarlos.
- No creo que sea de tan viejo. Ademas, tu eres joven.-

-¿Cuántos años me echas?-repongo, ampliando sutilmente la sonrisa.
Me había parecido percibir cierta chispa en sus ojos ante la mención de esa amiga mía, y, por egoísta que pareciese, me había encantado ese hecho.

Me pillo desprevenido esa pregunta.
- Um... Menos de treinta seguro... pero mas de 23 años... ¿Quizas 26 o 27? -
Dije esperando acertar.

Aguante una carcajada.
-Fallaste. Tengo 23, por raro que pueda parecer.-digo, y enseguida añado-Pero no te preocupes, la gente siempre suele echarme más de los que tengo.

Me parecia demasiado joven para terminar sus estudios, pero si el lo decia debia de ser verdad.
- Vaya... casi me paso jeje. A ti no te pregunto la mia, que seguro que la sabes.-

-Es normal que lo dijeses. Supongo que es raro ver a gente de mi edad con todo ya terminado, ¿no?
Ante lo último que dice, sonrío torcidamente.
-Por supuesto. Tengo los datos de todos los alumnos a mi disposición...y los tuyos con más motivo.

Asenti levemente por lo primero que dijo, pero por lo segundo note mis mejillas arder.
- Menou... ¿desde hace cuanto que te gusto? -

No es que tuviese que ocultar nada, pero tampoco había planeado en ningún momento decirle desde cuando me había fijado en él. Aunque, por otro lado, no era malo el decirselo.
-Cuando me pasaron las fichas de los alumnos a los que tendría que darles clase, estuve echandoles un vistazo por encima.-comienzo la explicación.-Y al ver la tuya, captaste totalemente mi atención. Reconozco que al principio fue mezcla de atracción y curiosidad, pero al poco me di cuenta de que me había enamorado de tí.-finalizo, sonriendo levemente y sin apartar la mirada de Ryo.

Me quede en silencio oyendo todo aquello, sintiendo como me estaba avergonzando mucho, bastante la verdad. Agache la cabeza, mirando a otro lado, sin lograr dejar mi sonrojo.
- ¿Tanto te gusto?

-Si.-respondí escuetamente. No había necesidad de dar rodeos, si la respuesta era bastante clara, sobre todo teniendo en cuenta lo que anteriormente había dicho.-¿Y tu...como es que te fijaste en mi?-pregunto, mayormente por curiosidad. No era por echarme flores, pero sabía perfectamente de mi atractivo después de tantas relaciones vacias por las que había pasado y, lo que yo quería saber, es lo que le había llevado a enamorarse de mi, más allá del físico.